Elegir entre una conexión WiFi vs cable es algo complicado, ya que cada forma de conectarse a Internet tiene sus pros y sus contras. Por ello, vamos a hacer un repaso a qué deberíamos esperar de una buena conexión por WiFi o por cable, y por qué elegir cada una.
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Ya hace varios años que todos conocemos las conexiones WiFi, nos conectamos a ellas para usar nuestros smartphones y (como demostraremos) han avanzado un montón en los últimos años. Sin embargo, el cable sigue siendo la opción principal si lo que buscamos es la máxima estabilidad y velocidad.
Por supuesto, dentro de esta lucha de WiFi vs cable hay grandes ventajas para las conexiones inalámbricas. Pero las desventajas están ahí: una conexión WiFi, al ser de ondas electromagnéticas, dependerá enormemente de las condiciones del medio en las que se encuentre. Esto no ocurre con Ethernet:
En cuanto a las velocidades, debemos tener en cuenta el máximo teórico de los distintos estándares. La cuestión es que en Ethernet siempre se deberían cumplir, pero en WiFi no. Por ejemplo, un cable CAT6 que llega hasta 1000 Mbps, si tenemos una conexión de 1000 Mbps lo disfrutaremos. En un estándar WiFi capaz de dar 1000 Mbps, puede que no los podamos alcanzar ni siquiera al lado del router.
Claro, no todo son desventajas para las conexiones WiFi: para hacer una conexión por cable, necesitaremos tener nuestro router cerca. Si hay varias habitaciones de por medio, no podremos pasar el cable de forma sencilla, y esto es un problema que las conexiones inalámbricas no tienen.
Las redes inalámbricas están para algo: aunque es preferible el cable, a veces no queda otra alternativa que usar WiFi
Entonces, si estamos a una distancia no muy exagerada para el WiFi (se puede disfrutar de una velocidad razonable y una buena cobertura con 5GHz), pero sí para una conexión por cable (hay puertas de por medio y mucha distancia, lo que impide pasar el cable Ethernet fácilmente), entonces tiene mucho sentido aprovechar las redes inalámbricas.
Por supuesto, si la distancia es demasiado grande o si necesitas la menor latencia posible (para jugar online de forma competitiva, por ejemplo), hay que intentar explorar alternativas. La más evidente es pasar el cable como se pueda. Por ejemplo, si hay tubos que llevan un cable de teléfono entre la habitación del router y la del equipo que vas a conectar, puedes pasar el Ethernet por ahí de forma relativamente sencilla.
Lo mismo ocurre con los conductos de enchufes, pero puede haber problemas de interferencias y hasta donde sabemos incumple los reglamentos, así que no lo recomendamos.
La alternativa final para zanjar esta disputa entre el WiFi vs cable es la fibra óptica plástica. Consiste en unos cables de fibra muy finos, que podemos pasar sin ningún problema por cualquier conducto de enchufes o telecomunicaciones de nuestra casa, y llegar al punto que queramos. Además, la transmisión de datos será la más rápida posible y no habrá pérdidas respecto a tener el router al lado. ¿El problema? Pues que es bastante cara.
Como vemos, una red WiFi sigue siendo la alternativa más barata, sencilla y efectiva para conectarnos a la red si instalar un cable no es viable. Pero el Ethernet siempre será el mejor, siempre que se pueda instalar.
En los últimos años, uno de los mayores avances ha sido la introducción de la banda de 5GHz de frecuencia, que es la que permite alcanzar velocidades muy superiores a las que se consiguen con una frecuencia de 2.4GHz. Por ejemplo, a continuación comparamos tres test de velocidad: uno con WiFi a 5GHz, y otro por cable. En el caso del WiFi la distancia es de unos 5-10 metros del router, por lo que no está al lado ni mucho menos.
Si hablamos de WiFi vs cable en genérico, ya hemos sacado una clara conclusión:
Sin embargo, hay una nueva combinación alternativa que puede por fin inclinar la balanza a favor del WiFi vs el cable, al menos siempre que haya un buen presupuesto. Se trata de la combinación de WiFi 6 y una red Mesh.
Básicamente, para ello necesitamos 3 cosas:
Ya hemos visto la ventaja del WiFi 6: consigue unas velocidades muy elevadas que se equiparan al cable. ¿Y qué ventaja nos da una red Mesh? Pues básicamente que extiende la cobertura por toda la casa entre los distintos nodos de la red mesh, y funciona de forma que el usuario siempre se conecta al mejor nodo, y se cambia de uno a otro sin que este se de cuenta. Así que combinamos una velocidad excelente con una cobertura sin fin, que deja en pañales al cable en comparación con el WiFi.
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Como siempre, la clave está en el precio. Conseguir un sistema WiFi que se acerque al cable en calidad requiere una gran inversión económica, pero sin duda es posible. En cambio, comprar un cable no cuesta nada, pero el esfuerzo necesario o la dificultad para pasarlo de un cuarto a otro puede ser insostenible. ¿Crees que el WiFi ya está en niveles de latencia y velocidad que superan al Ethernet? ¿Qué usas para tu PC en casa? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!