El mundillo de los altavoces para PC es algo en lo que tendemos a no profundizar tanto como cuando compramos un nuevo teclado o monitor. Para muchos basta con que no se oigas cascados para darles el visto bueno. Hoy en Profesional Review os traemos una guía extensa sobre qué elementos mirar y cómo elegir el mejor altavoz según tus necesidades. ¡Vamos allá!
En este artículo comenzaremos explicando los aspectos técnicos más importantes a considerar de la forma más clara posible y continuaremos desde ahí.
Índice de contenidos
Venga, un poquito de conocimiento general en plan repelente. El sonido por definición es la vibración que percibimos en el aire (o líquido, o resonancia en la materia sólida). Sabiendo esto, explicar cómo funciona un altavoz es muy simple:
Dentro del altavoz se encuentra un imán, en cuyo interior hay a su vez una bobina que recibe la corriente eléctrica. La electricidad mueve la bobina, por lo que la membrana del diafragma vibra y genera ondas sonoras en distintas frecuencias según la intensidad del movimiento de la bobina. ¿Fácil, eh?
Para muchos, el diafragma se mueve en consecuencia del sonido cuando en realidad es debido a la corriente que recibe. El movimiento que la corriente induce en el driver del altavoz es lo que nos permite oír el sonido.
Generalmente cuando adquirimos un altavoz de sobremesa para PC éste viene acompañado de un gemelo que nos permite disponerlos de forma simétrica a ambos lados de la pantalla o en la distribución que prefiramos. Sin embargo, sólo uno de ellos posee el cable conector para el equipo. Este tipo de altavoces están conectados en serie (uno tras otro) y es el más común.
También es posible conectar varios de ellos a un amplificador, pero para poder hacerlo correctamente debemos tener muy presente la impedancia tanto del amplificador como de los altavoces. Este aspecto lo vamos a tratar en profundidad en la sección sobre la impedancia, dentro de consideraciones técnicas.
Ahora bien, cada uno de estos dos altavoces tiene componentes en su interior para emitir las distintas frecuencias de sonido. No vamos a daros una clase magistral sobre todas las piezas de un altavoz, pero sí dejaros claro que, como en todo, hay modelos más simples que otros y nosotros os vamos a exponer los distintos tipos de altavoces del mercado y cómo funcionan.
El más difundido en la actualidad y más polivalente. Este modelo es el que hemos usado en el ejemplo para explicar cómo se convierte la electricidad en sonido. Se les llama dinámicos debido a que el sonido se genera mediante el movimiento de la bobina. Se suelen fabricar con estructura de cúpula para los tweeters y cono para los woofers. En el caso de los altavoces dinámicos, el sonido cambia no sólo por los materiales sino por su estructura, que puede ser de cono o de cúpula.
Tambien llamado altavoz de condensador. Funcionan mediante tres placas metálicas con cargas eléctricas opuestas. La placa central es móvil y cambia de posición según el magnetismo generado por el voltaje que recibe, haciendo vibrar el diafragma. Es un modelo de altavoz bastante caro y de gran tamaño.
Son altavoces que funcionan mediante la fricción de cristales, generalmente de cuarzo, poliéster o cerámica, que se deforman al recibir una corriente eléctrica y generan sonido. Son extremadamente baratos y buenos para generar sonidos agudos, aunque nefastos para reproducir graves de baja frecuencia. Podemos encontrarlos en la fabricación de drivers de tweeters (altavoces de alta frecuencia).
Este punto lo incluimos en la sección de tipos de altavoces no por so funcionamiento, sino por su fuente de energía:
Por norma general, lo común es utilizar altavoces dinámicos activos dado que restan carga a la fuente de alimentación de nuestro ordenador. Los pasivos por otra parte pueden estar más indicados a equipos de música dado que se conectan a un amplificador.
El sonido en un altavoz se clasifica por frecuencias y éstas se emiten mediante los drivers (no, no tenéis que descargaros nada). Si retiramos la tela que cubre muchos de nuestros altavoces de sobremesa podremos ver dos o más piezas circulares (o una sola en los más pequeños) con forma de cono invertido. Este cono es el diafragma, y es lo que vemos vibrar con el sonido. Se suele considerar que hay tres frecuencias principales: altas (agudas), medias y bajas (graves) y es en función de ellas que se catalogan los tipos de drivers.
Básicamente son las estructuras que por su forma generan un sonido de frecuencia más o menos baja.
Son los más pequeños y nunca jamás faltan en un altavoz. Reproducen las frecuencias agudas y a pesar de su intensidad son el driver más susceptible a «cascarse» dado las frecuencias tan altas con las que vibra (entre 2.000 y 20.000 hercios dependiendo del modelo). Los altavoces dinámicos de tweeters suelen tener una estructura de cúpula y podemos encontrarlos de cúpula blanda o cúpula rígida:
El segundo más común y a menudo encargado de simular los sonidos más graves a falta de un woofer dedicado. Su tamaño es intermedio y trabaja en frecuencias de 1.000 u 4.000 Hz. Podemos encontrarlos en forma de cono o de cúpula según el fabricante.
Los drivers de mayor tamaño y generalmente también los más pesados de los tres. Se mueven en frecuencias menores a 4.000Hz, es común que ronden entre 40 y 1.000Hz. Un equipo con un driver dedicado a los tonos de frecuencia profunda enriquece mucho más el sonido, aunque por su amplio registro se considera que puede abarcar frecuencias de bajas a medias según el modelo.
Los graves siempre tienen una especial relevancia dado que son los que aportan «cuerpo» al sonido. A diferencia de los tweeters, woofers y subwoofers se fabrican en forma de cono.
Generalmente confundido con el woofer, el subwoofer es lo que tradicionalmente reconocemos como una caja de bajos cuando viene por separado. Este driver se mueve en frecuencias de 20 a 200 Hz y es el más profundo de toda la escala. Generalmente en el ámbito comercial se suele generar confusión dado que hay woofers con frecuencias muy bajas que pueden pasar por subwoofer al ojo inexperto. Podemos encontrarlo en dos modalidades:
Para el uso doméstico es común encontrar cajas de graves que parecen un híbrido entre woofer y subwoofer. Las frecuencias más bajas tienden a no escucharse pero son las responsables de esa vibración que sentimos en el sonido.
En unos altavoces para PC corriente podemos encontrar una combinación de tweeter y medios con un woofer o verlos acompañados de una caja de bajos que se mueve en frecuencias mixtas entre woofer y subwoofer.
Antes de cerrar esta sección, cabe resaltar el detalle de que podemos encontrar tanto subwoofer pasivos como activos.
Son muchos los elementos internos que conforman un altavoz, así como los materiales de los que están fabricados. Su estructura varía según el tipo de drivers, pero el funcionamiento sigue siendo el mismo.
La calidad de los materiales debe importarnos sobre todo en los controladores dado que afecta enormemente a la calidad del sonido generado.
El diafragma o membrana que cubre la estructura del altavoz dinámico afecta al sonido según el material del que esté formado. Las características que estos materiales deben presentar son rigidez y ligereza. Podemos agruparlos en tres grupos diferentes:
Papel: el menos resistente, pero con un rendimiento bueno en un espectro de frecuencias amplio. Es también el más barato y más utilizado. Se utiliza para altavoces de todos los formatos.
Hay aspectos que nunca cambian sea un equipo de sonido de estudio o de gaming de sobremesa. Saber qué son cada uno de ellos y qué hacen es el objetivo de esta sección.
La impedancia es la resistencia que presenta nuestro altavoz a la corriente eléctrica. Se expresa en Ohmios (Ω) y por norma general suele agruparse en múltiplos de dos (2Ω, 4Ω, 8Ω, 16Ω, 32Ω).
Cuando montamos nuestro equipo es muy importante que la impedancia del altavoz sea igual o mayor a la del amplificador. De ser menor, sobrecargaremos nuestro amplificador y acortaremos su vida útil.
Comúnmente la impedancia en dispositivos se mueve entre los 4 u 8 ohmios. Conocer su cantidad en ambos dispositivos nos permite gestionar aspectos como el de conectar más de un altavoz de forma eficiente. Éste es un punto delicado porque existen dos métodos por el cual hacerlo y en cada uno de ellos la impedancia se gestiona de forma diferente:
Después de esta clase de mates podéis quedaros tranquilos: Lo común en los altavoces que compremos es que todos los componentes del lote tengan la misma impedancia. Igualmente, en el entorno doméstico lo común es la conexión en serie por el simple hecho de ser más sencilla de controlar. Si decidimos reutilizar algunos altavoces viejos para nuestro equipo, deberemos asegurarnos de que trabajen con la misma potencia (watios) y estén bien conectados. Si no es así, toca hacer matemáticas.
Esto es la intensidad del sonido emitido. Se mide en watios (w) y según el dispositivo tiene una doble lectura posible:
A nosotros en este artículo evidentemente la que nos interesa es la potencia de altavoz. Esto se debe a que los altavoces que compremos por norma general están enchufados a la corriente de forma autónoma, por lo que no deberemos preocuparnos por su potencia de consumo. Ahora bien, sí que podemos encontrar dos especificaciones respecto a su potencia sonora.
La sensibilidad es un factor que se mide en decibelios (dB) y es el que determina el volumen máximo del altavoz. Este punto está intrínsecamente unido a la percepción del oído humano.
En los equipos de sonido u altavoces, lo ideal es que los porcentajes oscilen entre 0 y 100 dB.
Esto se debe a que 140 dB se considera el umbral del dolor por presión acústica y un porcentaje cercano o más alto de esta cantidad puede tener efectos adversos en nuestra salud.
El número de vías hace referencia a los drivers de que cada altavoz dispone para generar los sonidos. Distinguimos tres frecuencias:
Dependiendo del modelo de altavoz, encontraremos la distribución de estas frecuencias en los drivers. Los más comunes son los siguientes:
Un altavoz de calidad oscila entre una frecuencia mínima de 18Hz y máxima de 20.000Hz ya sea de dos o tres vías (drivers).
El número de canales de audio ha evolucionado con la tecnología. Atrás quedaron los años de la GameBoy y los juegos de 8Bits con sonido mono (mono-canal, 1.0) y en la actualidad el catálogo existente es mucho más amplio.
A partir de aquí, entramos en lo que actualmente conocemos como sonido envolvente o surround, una cantinela que se popularizó con el boom del Home Cinema en los 90’s y el 2000.
No obstante, aunque el 5.1 y 7.1 llevan ya un cierto tiempo con nosotros el sonido estéreo 2.0 y 2.1 aún subsiste y es para muchos el canal de sonido por excelencia. Lo que debéis tener en cuenta es que, por definición, un sonido surround o multicanal del 5.1 en adelante (o 4.0 si me apuras) perderá eficiencia si lo único que vais a tener conectado a vuestro ordenador son dos altavoces. Debido a su posición eminentemente frontal difícilmente podrán generar en nosotros una sensación de sonido envolvente. De modo que si no tenéis pensado utilizar vuestro ordenador a modo de Home Cinema ocasional con cuatro o más altavoces, probablemente el estéreo 2.1 sea vuestra mejor opción.
Llegamos a la sección del cableado. Dependiendo de los modelos de altavoces podemos encontrar conectores de diversos tipos, os enumeramos los más comunes:
Una tendencia habitual en tiempos más recientes dada la proliferación de equipos que no cuentan con puertos jack 3,5 o USB (como los ordenadores slim).
Si algo caracteriza a los factores que influyen en la calidad del sonido es que todos están estrechamente relacionados entre sí. A menudo puede resultar abrumador ponerse a rebuscar un altavoz de nuestro gusto en el maremágnum actual que oferta el mercado, sobre todo si no tienes claro qué debes rehuir y qué buscar.
Cada persona tiene prioridades diferentes. Para algunos es el espacio y para otros son bajos potentes. Unos quieren un equipo de cinco millones de altavoces y otros con dos van que chutan. Lo bueno que tiene vivir en el día de hoy es que hay productos para todos los gustos. Sea como sea el tipo de altavoz que andáis buscando, aquí tenéis nuestras conclusiones:
Con esto concluimos nuestro artículo sobre todo lo que debéis saber para elegir altavoces para PC. Esperamos que os haya sido útil. ¡Hasta la próxima!