Como todos sabéis, Microsoft actualiza Windows de forma constante y lanzan con cierta frecuencia parches de seguridad. Con estos parches se busca mantener el sistema siempre seguro y protegerlo de amenazas y vulnerabilidades. Windows 10 y Windows 7 reciben parches, aunque suelen ser distintos, ya que los peligros no son los mismos.
Los parches de Windows 10 suponen un peligro para Windows 7
Pero recientemente Microsoft ha realizado un fallo de identificación CVE-2017-8680 que afectaba a Windows 7 y Windows 8.1, pero no a Windows 10. El mes de mayo fue cuando se reportó este fallo y en septiembre se lanzaba el parche de seguridad para Windows 10. Pero, no para Windows 7 y 8.1.
Fallo de seguridad
El problema de esto, además de que las versiones afectadas no han recibido el parche correspondiente, es que es una oportunidad para hackers. Pueden utilizar una técnica llamada diffing con la que comparan un código para analizar fallos que han sido parcheados en nuevas versiones del software, pero no en versiones anteriores. Por lo que así localizan vulnerabilidades que no han sido parcheadas.
Este fallo hace que los usuarios de Windows 7 y Windows 8 sean vulnerables a que se detecten cambios en el código de las diferentes versiones. Por lo que los atacantes podrán ver con facilidad dónde se localizan los puntos débiles. Además, el diffing es un proceso muy simple de ejecutar según varios expertos en seguridad.
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Estos problemas pueden volverse aún más grandes cuando Windows 7 deje de recibir parches de seguridad en 2020. Por lo que a partir de entonces puede que los problemas con el diffing aumenten. Veremos si Microsoft ofrece alguna solución, al menos para el problema con este parche de septiembre.