Los nuevos procesadores AMD Ryzen 8000G de escritorio sufren un problema que lastra su rendimiento mediante un throttling completamente innecesario, causado por la función STAPM. Vamos a explicarte en qué consiste dicha función, y por qué a AMD se le ha «olvidado» desactivarla.
Los procesadores AMD Ryzen 8000G cuentan accidentalmente con la función STAPM de portátiles, lastrando su rendimiento
AMD STAPM son las siglas de Skin temperature-aware power management, o en español Gestión de energía en función de la temperatura de la piel. Esta característica está presente en los procesadores AMD para portátiles desde 2014, y pretende permitir a los usuarios una experiencia de uso confortable.
Básicamente, a la gestión de las frecuencias en función de la temperatura de la CPU se le suman unos sensores del chasis del portátil que detectan cuándo está demasiado caliente, y aplican thermal throttling para que el usuario no tenga problemas.
Y te preguntarás, ¿qué pinta esto en una APU de escritorio? Básicamente, este tipo de producto lleva años siendo simplemente un procesador de portátil readaptado, y Ryzen 8000G no es una excepción. A estas APU se le deben eliminar características que tienen que ver con la gestión de la batería, memorias LPDDR, ciertos sensores, etc. Entre todas esas cosas, se encuentra STAPM, y parece que se les ha «olvidado» desactivarlo bien.
Fue Gamers Nexus quien detectó este problema, para todos los demás medios (incluso nosotros) pasó desapercibido, lo que muestra que sus efectos no son demasiado exagerados.
En cualquier caso, el impacto en el comportamiento de las frecuencias turbo y en el rendimiento de ciertas aplicaciones está claro. Generalmente apenas hay diferencia, pero es muy importante que AMD solucione el problema pronto.
Actualizaciones de BIOS en camino
Efectivamente, AMD ha reconocido el fallo y ha indicado que trabajará con todos los fabricantes de placas base para lanzar muy pronto una actualización de BIOS que desactive por completo esta característica de sus APU Ryzen 8000G.
La buena noticia es que una simple actualización de la BIOS lo soluciona, porque si hubiese que reemplazar los procesadores sería un auténtico caos para AMD y para los usuarios.
Recordemos que a las APU se les suele achacar una pérdida de rendimiento notable respecto a sus versiones de escritorio, tal y como nosotros mismos hemos visto en nuestras pruebas del AMD Ryzen 7 8700G y del 8600G. Todo esto debido a múltiples factores (menos frecuencias, distinto comportamiento de la memoria por la iGPU, etc)… el factor que no esperábamos era este STAPM.
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¿Qué te parece este pequeño fallo de AMD? ¿Esperabas una característica así en las APU de portátiles?