El cambio climático está llegando a un punto de no retorno, y no parece que los gobiernos estén haciendo demasiado. Todo lo contrario, por la crisis del gas se ha aumentado la quema de combustibles fósiles. Pero también los usuarios de dispositivos informáticos están afectando sin saberlo, ya que la informática también tiene una huella de carbono que deberías conocer…
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¿Qué es la huella de carbono?
La huella de carbono es la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero causadas, directa o indirectamente, por una persona, organización, evento o producto. La huella de carbono de un producto a lo largo de su vida útil mide las emisiones totales de gases de efecto invernadero producidas por un producto, desde la extracción de las materias primas hasta el final de su vida útil.
Según la OMS, la huella de carbono es una medida del efecto que tienen las actividades de uno en la cantidad de dióxido de carbono (CO2) producida por la quema de combustibles fósiles, y se expresa en términos de la masa de las emisiones de CO2 producidas, expresada en toneladas. La huella de carbono es una medida importante del impacto en el medio ambiente de que el CO2 y el metano son factores que contribuyen al cambio climático causado por el hombre como gases de efecto invernadero, también conocido como calentamiento global.
La huella de carbono es una medida de las unidades de emisión de dióxido de carbono (CO2) y metano (CH4) de una persona, producto, práctica u organización específica, aplicada a los impactos ambientales. La huella de carbono de una persona, nación u organización puede medirse mediante la realización de una evaluación de las emisiones de gases de efecto invernadero, una evaluación del ciclo de vida u otro ejercicio de cálculo, denominado contabilidad del carbono.
Entre las metodologías más utilizadas para calcular la huella de carbono de las organizaciones se encuentran el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero, del Instituto de Recursos Mundiales y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, y la norma ISO 14064, desarrollada por la Organización Internacional de Normalización, que se centra específicamente en las emisiones de GEI. Al introducir información sobre, por ejemplo, el uso de la energía en el hogar, el consumo de alimentos y los hábitos de viaje, las calculadoras de la huella de carbono personal están diseñadas para dar una estimación aproximada de la cantidad de gases de efecto invernadero que se liberan en apoyo de su estilo de vida.
Además, el concepto de huella de carbono suele incluir las emisiones de otros gases de efecto invernadero, como el metano, el óxido nitroso o los clorofluorocarbonos (CFC). Cuando se conduce un coche, se compran unas zapatillas de deporte o se hacen filetes en la barbacoa, se está aportando dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero sería necesario que todo el mundo, desde los individuos hasta las industrias y los países, redujera drásticamente su huella de carbono de forma individual. Y esto también puede influir un uso más sostenible y respetuoso de los dispositivos tecnológicos.
Cambio climático y computación
El mundo se está calentando. Los efectos del cambio climático se dejan sentir en todo el planeta, y la informática supone un peligro único para nuestro planeta. El cambio climático influirá cada vez más en la forma de diseñar el software y los centros de datos en el futuro, pero a corto plazo ya ha empezado a afectar a la forma de construirlos. Por ejemplo, la disponibilidad de fuentes de energía renovable baratas ha dado lugar a más centros de datos ecológicos, que reducen los costes de refrigeración aprovechando el clima natural y la geografía. Sin embargo, esto es sólo la punta del iceberg cuando se trata de los efectos del cambio climático en la informática. En este artículo profundizaremos en algunos de los peligros que el clima informático supone para nosotros y nuestro planeta.
Desde la década de 1950, el mundo ha experimentado un aumento significativo de la temperatura, lo que ha provocado muchos cambios duraderos en el entorno natural. Estos cambios, denominados cambio climático, no son sólo anomalías meteorológicas temporales, sino una transformación del clima general del planeta.
Debido al cambio climático, la temperatura media mundial ha aumentado varios grados desde la Revolución Industrial. Aunque este cambio pueda parecer poco significativo, en realidad es el mayor aumento registrado en la historia. Además, los últimos 16 años han sido los más cálidos de la historia, y cada vez se alcanzan nuevos récords. Se ha demostrado que el cambio climático tiene un impacto drástico en una amplia gama de ecosistemas y sociedades humanas. Por ejemplo, el aumento del nivel del mar amenaza a las comunidades costeras, las sequías y las inundaciones causan grandes daños a los cultivos, y el aumento de las temperaturas provoca un incremento de los fenómenos meteorológicos extremos, como los huracanes y los incendios forestales.
La informática produce una cantidad importante de gases de efecto invernadero, y las emisiones no hacen más que aumentar a medida que las tecnologías se vuelven más eficientes. Por tanto, el cambio climático no sólo supone una amenaza medioambiental, sino también financiera para el sector. Los gases de efecto invernadero atrapan el calor en la atmósfera, lo que provoca un aumento de la temperatura media mundial.
La mayoría de estos gases proceden de actividades humanas como la quema de combustibles fósiles para obtener electricidad, la minería para crear nuevos equipos de computación, el transporte, etc. Los gases de efecto invernadero en la atmósfera provocan el cambio climático. La informática, sin embargo, es responsable de una cantidad significativa de estos gases.
Como se ha mencionado anteriormente, el cambio climático supone una amenaza para la industria informática por su efecto nocivo sobre el medio ambiente. Uno de los principales peligros del cambio climático para la informática es el aumento del uso de energía. El aumento de las temperaturas requiere una mayor refrigeración, lo que conlleva un mayor consumo de energía.
Además, las redes eléctricas suelen ser menos eficientes en climas más cálidos, lo que puede suponer un coste energético aún mayor. Uno de los peligros más directos del cambio climático para la informática es que los océanos se están calentando, lo que puede aumentar la cantidad de daños infligidos a los centros de datos costeros. A medida que los océanos se calientan, se expanden y el nivel del mar sube. Esto puede ser perjudicial para los centros de datos costeros porque puede aumentar la cantidad de daños infligidos a los edificios durante eventos climáticos extremos como los huracanes.
El problema de los centros de datos y el consumo energético
Los centros de datos como amenaza para el cambio climático
Los centros de datos, la llamada nube, así como la supercomputación o HPC están creciendo cada vez más, y cada uno de estos equipos consume una inmensa cantidad de electricidad. Hablamos de decenas de MW (megavatios).
Quizás pienses que los centros de datos no son un problema tuyo, pero ten en cuenta que esos servidores los usas a diario para enviar o recibir correo, para tus redes sociales, para tus apps de comunicación, y otros muchos servicios de la nube…
Y a esto hay que agregarle el consumo tan elevado que también tienen los sistemas de climatización o refrigeración de estos centros para mantenerlos a temperaturas adecuadas, que también se cuentan en MW. Y, por si fuese poco, los motores diésel que usan los centros de datos para suministrar energía en caso de apagón tampoco son precisamente beneficiosos para el medioambiente.
Para hacerte una idea, los centros de datos están consumiendo ya más del 1% de la energía eléctrica mundial, que es una cifra realmente preocupante y que no deja de crecer. Se estima que se consumen alrededor de 190,8 TWh (teravatios por hora) en todo el mundo, y 86 de esos TWh pertenecen solo a tres empresas de la nube: Microsoft, Google y AWS (Amazon Web Services). Facebook (Meta) es otra de las que más consume y preocupan.
El cambio climático como amenaza de los centros de datos
El cambio climático también puede afectar a la migración, construcción y destrucción de los centros de datos. Como se ha comentado anteriormente, los centros de datos situados en zonas costeras pueden resultar dañados por la subida del nivel del mar, lo que dificulta a las empresas el mantenimiento y funcionamiento de los centros de datos en esas zonas.
Los nuevos centros de datos, sin embargo, pueden construirse en zonas menos susceptibles a los efectos del cambio climático. Aunque la construcción de un nuevo centro de datos puede ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, también puede aumentar las emisiones si se alimenta de fuentes de energía no renovables. Por ejemplo, un centro de datos alimentado con carbón emite más gases de efecto invernadero por megavatio-hora de electricidad que un centro de datos alimentado con gas natural, que se considera una fuente de combustible más limpia.
La migración de los centros de datos existentes a zonas menos vulnerables al clima y la construcción de nuevos centros de datos en zonas menos susceptibles al cambio climático pueden ser un paso en la dirección correcta para reducir los efectos que podría causar el cambio climático en la industria. Sin embargo, estas acciones por sí solas no podrán combatir eficazmente los peligros del cambio climático para la informática. Del mismo modo, un centro de datos que dependa exclusivamente de fuentes de energía renovables no es del todo útil si sigue emitiendo una cantidad significativa de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, para combatir eficazmente los peligros del cambio climático para la informática, la industria debe reducir con éxito su impacto a través de una combinación de estos métodos.
La minería de criptomonedas
Una de las amenazas más recientes del cambio climático para la informática es el aumento de la minería de criptomonedas. Las criptomonedas, como el Bitcoin, se han hecho cada vez más populares en los últimos años, y la minería de criptomonedas es una parte integral de su sistema.
La minería es el proceso de confirmar las transacciones en una red de criptodivisas y añadirlas al libro de contabilidad público. Para confirmar estas transacciones, los mineros utilizan ordenadores para resolver complejos rompecabezas matemáticos. Estos equipos consumen ingentes cantidades de energía dadas sus capacidades (p.e.: uso de multitud de tarjetas gráficas de alta gama). Dado que las criptomonedas están descentralizadas, no hay una autoridad central que verifique las transacciones. En su lugar, la confirmación de las transacciones se distribuye entre los mineros que resuelven los rompecabezas matemáticos.
Según algunos estudios, solo la minería del Bitcoin, sin contar el resto de criptomonedas, ya consumen más del 0.5% de la energía eléctrica mundial. Y lo peor es que no deja de crecer esta práctica, lo que es altamente preocupante.
Mucho por hacer
Ya hay algunas propuestas para paliar algunos de estos efectos, como los de los centros de datos. Pero no basta con simplemente crear equipos cada vez más eficientes como los Green500 de la lista Top500.
También hay que actuar en otros frentes, como reducir el consumo de los sistemas de refrigeración con propuestas como las de llevar los centros de datos a los mares para su refrigeración. Y, por supuesto, hacer que cada vez mayor porcentaje de la energía consumida por estas colosales máquinas sea de energías renovables sin emisiones de CO2 tales como la eólica, la solar, la hidráulica, e incluso de centrales nucleares…
Green Computing
La informática verde, green computing, se refiere a la reducción del consumo de energía y de las emisiones, así como al uso de fuentes de energía renovables. Así, para combatir los peligros del cambio climático en la industria, la informática debe transformarse de una industria que depende en gran medida del consumo de energía a una más respetuosa con el medio ambiente.
La informática verde no se limita a reducir la cantidad de gases de efecto invernadero producidos por la industria tecnológica, sino que evita activamente su emisión. La industria debe seguir siendo rentable e innovadora, pero debe hacerlo al mismo tiempo que reduce su impacto en el medio ambiente. Aunque puede llevar tiempo, ya que el mundo sigue calentándose, es crucial que la industria realice los cambios necesarios.
La huella de carbono de tu uso diario
Para hacerte una idea y que seas realmente consciente de tu huella de carbono en el uso normal de tu computadora, aquí tienes algunas cifras:
- Cada búsqueda de un término en Google supone 0.2 gramos de emisiones de CO2.
- Visualizar 10 min de vídeo en YouTube se eleva a 1 gramos de CO2 liberado.
- El almacenamiento de 1 correo electrónico puede generar hasta 10 gramos de CO2 por año.
- Las TIC consumen ya el 6-9% de la energía eléctrica mundial y será del 20% para 2030 según estimaciones.
- Cada ordenador personal suele consumir entorno a 200 o 300W (mucho más si es un PC gaming), dependiendo del modelo y la marca, lo que se traduce en un consumo de 2.2 kWh si se usa 8 horas al día.
Estas cifras te pueden parecer ínfimas, pero lo cierto es que tienes que tener en cuenta que existen millones de dispositivos tecnológicos funcionando en todo el mundo, se envían 190 millones de correos por minuto en todo el mundo, se realizan más de 4 millones de de búsquedas en Google, y selllegan a ver casi 5 millones de vídeos en YouTube… ¡Unas cifras realmente preocupantes!
Cómo reducir la huella de carbono de la informática
Por último, y no menos importante, existen algunos consejos que puedes seguir para reducir tu huella de carbono en el aspecto tecnológico, tanto en con la informática para el hogar o para la empresa:
- Aprovecha tus dispositivos al máximo: cambiar de dispositivos de forma frecuente no ayuda, ya que eso significa malgastar recursos, aumentar la huella de carbono en la producción de esos nuevos equipos, y estás generando también más cantidad de e-waste o basura tecnológica.
- Configuración de energía: es aconsejable que siempre intentes configurar la demanda de energía según tus necesidades. Por ejemplo, si tu equipo no va a ser usado para cargas pesadas, es mejor que esté en modo ahorro o bajo consumo. De este modo evitarás derroche de energía. Otra cosa que puedes hacer es reducir el brillo de la pantalla, para consumir menos. O apagar todos los periféricos y gadgets que no vayas a usar.
- Stand-by es el enemigo: cuando apagues un dispositivo para dejarlo apagado durante un prolongado tiempo, no lo pongas en stand-by, ya que seguirá consumiendo algo de energía que sumada puede suponer una gran cantidad al cabo del año. Tampoco es una buena idea usar el modo de hibernación o suspensión para prolongadas pausas en el uso de los equipos, mejor apaga.
- Compra siempre equipos eficientes: es importante fijarte en el consumo y la eficiencia de tus equipos. Mientras menos consuman, más contribuirás a reducir la huella de carbono por consumo eléctrico. Por ejemplo, en caso de un PC, puedes elegir fuentes de alimentación 80+.
- Descarga en vez de ver en streaming: si descargas la música o los vídeos que vayas a ver frecuentemente, entonces estarás contribuyendo a reducir la huella de carbono también. Y es que cada vez que escuches o veas ese archivo no tendrá que estar trabajando la red ni un servidor remoto.
- Evita las búsquedas innecesarias: si vas a realizar búsquedas en el motor de búsqueda de Internet, reduce su número tanto como sea posible. También puedes hacer uso de servicios verdes como Ecosia.
- Gestiona tu email: no envíes correos innecesarios, ni almacenes emails que no necesites. Pasa un tiempo eliminando todo eso de la nube y estarás contribuyendo. También puedes eliminar el Spam, ya que llegan gran cantidad de estos mensajes y no sirven para nada. Envíalos a la papelera y vacía ésta.
- Evita el multitasking: a veces tenemos puesta la TV, el PC y la música de fondo. No es bueno la multitarea, es mejor estar centrados en una cosa. Además, todos esos aparatos están consumiendo de forma innecesaria. Apaga.
- No almacenes basura en la nube: si tienes un servicio de almacenamiento, evita guardar archivos innecesarios, ya que eso supone que el centro de datos que soporta ese servicio tenga que almacenar más información y escalar sus unidades de almacenamiento si todos hacen lo mismo.
- LEDs RGB innecesarios: muchos equipos y periféricos incluyen ahora iluminación RGB. Aunque es LED y de bajo consumo, muchas veces es totalmente innecesario que esta luz esté encendida. Si tienes software de control, puedes desactivarla.
- Evita las configuraciones multimonitor: si necesitas un gran espacio de trabajo, es mejor usar una gran pantalla que varios monitores más pequeños. Eso resulta más eficiente, ya que algunos sistemas auxiliares de las distintas pantallas necesitan alimentación por duplicado, mientras que si solo tienes una sola pantalla solo habrá que alimentar una unidad de dichos sistemas auxiliares que necesita la pantalla para funcionar.
- Mantenimiento: recuerda limpiar los disipadores y los ventiladores, además de hacer que la refrigeración y el flujo de aire de tus equipos sea lo más eficiente posible. Esto ahorrará energía al no tener que funcionar a máxima potencia debido a las dificultades y las altas temperaturas que se generan por un mal mantenimiento.
Ahora ya conoce sel impacto de la informática en el medioambiente y cómo ser más eco-friendly, ahora está en tus manos…