Cómo comparar procesadores AMD e Intel y no morir en el intento
Comparar procesadores Intel y AMD no es un proceso inmediato, ya que las diferencias en la arquitectura interna nos impiden fiarnos de características técnicas como la frecuencia o la memoria caché. En este artículo, analizaremos de qué manera se pueden comparar procesadores de distinta arquitectura y conocer su rendimiento.
Índice de contenidos
Por qué no se puede comparar procesadores Intel y AMD directamente
Los procesadores cuentan con una serie de características técnicas que son fáciles de cuantificar y entender. Estas son algunas de ellas:
- Frecuencia de reloj. Define la rapidez del procesador en cuanto a la cantidad de ciclos de reloj que ejecuta por segundo. Se mide en GHz.
- Número de núcleos e hilos. El núcleo de un procesador consiste en una “multiplicación” de los componentes de cálculo del procesador. Tener varios núcleos permite que se hagan varias cosas a la vez, de forma paralela. Además, los hilos consisten en doblar el número de núcleos pero solo de manera lógica, no añade paralelismo pero sí concurrencia ya que aprovechamos el tiempo en el que el núcleo no está haciendo nada. En otras palabras, cuantos más núcleos, más potencia y más que hacer a la vez.
- Memoria caché. La caché es un tipo de memoria que se coloca en el procesador y que es extremadamente rápida. Como las memorias más rápidas son también más caras, hay 3 niveles (L1, L2, L3): la caché L1 tiene muy poca capacidad (unos cuantos KB) pero está justo en los núcleos y es la más rápida de todas. En la caché se guarda información a la que se va a acceder múltiples veces, por lo que aumenta muchísimo el rendimiento.
- TDP. El Thermal Design Power es una forma de aproximar el consumo energético medio del procesador cuando está en carga, aunque no representa el consumo máximo de la CPU.
Por desgracia, estas características no se pueden comparar directamente entre procesadores de distintas compañías. Los procesadores de AMD e Intel comparten muchas cosas, ambos funcionan con el set de instrucciones x86-64, pero internamente están construidos con microarquitecturas totalmente distintas.
Las diferencias en microarquitectura son abismales, y hay dos motivos principales que hacen distinta la comparación:
- Diferencias de rapidez de cada parte interna de la CPU. En cada ciclo, una arquitectura de procesador Intel puede ser más rápida que AMD al realizar cierta operación concreta, o al revés. O incluso una puede ser más rápida que otra en todo. Entonces, comparar la frecuencia o el número de núcleos deja de tener sentido.
- En concreto, hablamos de IPC de un procesador cuando nos referimos a las instrucciones que puede ejecutar en un solo ciclo de reloj. Esto varía también según el tipo de instrucción.
- Complejidad interna de operaciones soportadas. Cada CPU tiene por dentro distintas partes dedicadas a tipos de cálculos concretos (escalar, vectorial, etc), y no son 100% iguales en procesadores Intel y AMD.
Cada arquitectura de procesador debe entenderse como un todo, y no nos es posible afirmar que una CPU es mejor que otra en base a sus especificaciones técnicas. Ni siquiera con el número de núcleos o la memoria caché.
En estos momentos, Intel y AMD están en una situación bastante igualada, porque ambas producen CPU excelentes. No obstante, hay diferencias de peso. Por ejemplo, actualmente las CPU Intel de última generación tienen núcleos híbridos, es decir, las CPU tienen un grupo de núcleos muy potentes y otro destinado a la eficiencia energética. En cambio, los núcleos de AMD son iguales.
Hace unos años (antes de 2017), Intel estaba por delante de AMD en la mayoría de los casos. Esto nos lleva a un ejemplo muy bueno de por qué comparar procesadores Intel y AMD no es tan sencillo: AMD tenía el FX-9590, con 8 núcleos y hasta 5GHz de frecuencia, e Intel tenía el i7-4790K, de 4 núcleos y hasta 4.4GHz. La CPU de Intel era claramente superior en rendimiento en cualquier situación, a pesar de que las especificaciones indicaban lo contrario.
Tampoco podemos hacerlo con CPU de la misma compañía, ¿o sí?
Ya hemos visto que no podemos comparar directamente las especificaciones de un procesador Intel y AMD pero, ¿qué ocurre cuando es una CPU de la misma compañía?
En este caso, todo también depende de la arquitectura del procesador. Sin embargo, los procesadores de la misma generación (por ejemplo, AMD Ryzen 7000 o Intel de 12ª generación) suelen usar exactamente la misma arquitectura. En ese caso, la comparación de especificaciones es posible y nos ayuda a entender el rendimiento de cada CPU.
También hay que tener en cuenta que algunas microarquitecturas son muy similares entre sí, ya que simplemente son evoluciones de una arquitectura común. Por ejemplo, las CPU Ryzen son ligeramente comparables porque usan distintas versiones de la arquitectura Zen.
Rendimiento mononúcleo vs multinúcleo
Antes de enseñarte cómo comparar procesadores Intel y AMD de manera efectiva, debemos tener en cuenta que hay dos maneras principales de medir su rendimiento.
Por una parte, tenemos las pruebas de rendimiento mononúcleo. Aquí, estaremos analizando qué capacidades tiene la CPU usando tan solo uno de sus núcleos. Esto es útil porque nos permite saber de forma aproximada si el IPC es bueno, y porque hay aplicaciones que solo aprovechan un núcleo, así que no se verán beneficiadas por el rendimiento multinúcleo.
Análogamente, el rendimiento multinúcleo se testea con varios núcleos de la CPU trabajando en paralelo (generalmente, todos los que tenga el procesador). Es también muy importante, ya que el escalado del rendimiento de 1 a varios núcleos no es el mismo en todos los procesadores.
Cómo comparar procesadores Intel y AMD
Es el momento de ver qué métodos tenemos para comparar procesadores Intel y AMD totalmente diferentes. La clave está en el uso de benchmarks.
Un benchmark es una prueba que se realiza en la máxima igualdad de condiciones posible, de forma que siempre que se hace ejecuta exactamente las mismas tareas. Así, se compara una variable como el tiempo de realización para poder clasificar CPU completamente diferentes.
Por supuesto, el problema de los benchmark está en que siempre tienen un sesgo. Aunque normalmente intentan ser lo más equilibrados, que una CPU supere a otra en un benchmark no es garantía automática de que sea mejor. Por eso, debemos comparar varios benchmarks distintos e interpretar los resultados.
¿Y de dónde sacamos los benchmarks? Fácil: de reviews de procesadores como las de nuestra web. Por ejemplo, un ejemplo es la Review del Intel Core i7-12700K. La usaremos de referencia en esta guía.
Ten en cuenta también que hay dos formas de presentar los puntos o resultados de un benchmark: Más es mejor y Menos es mejor. Por ejemplo, si se expresa el tiempo en segundos que tarda en hacer la prueba, querríamos el menor posible. Pero si es una “puntuación”, buscaríamos la máxima siempre.
Comparar procesadores con benchmark sintéticos
Los benchmarks sintéticos son pruebas en las que no se realiza ninguna tarea “útil”, sino que están pensadas exclusivamente para comparar CPUs de la manera más equilibrada posible. Lo bueno es que suelen ser muy buenas para hacer comparaciones, pero pueden estar algo desligadas del rendimiento en aplicaciones reales.
En nuestras pruebas, usamos los siguientes:
- Prueba de RAM de AIDA64. Con esto compararemos cómo de bueno es el controlador de memoria de los procesadores, al medir la latencia de acceso a memoria y la velocidad de lectura/escritura de la RAM.
- Cinebench. Este es uno de los benchmarks por excelencia para comparar el rendimiento mononúcleo y multinúcleo de procesadores. Se acerca bastante a un benchmark real, porque consiste básicamente en renderizar un modelo concreto del software Cinema 4D, que es uno de los más utilizados en diseño 3D. Hay que distinguir la versión R15, R20 y R23
- 3DMark. Esta prueba es de UL, una de las compañías líderes mundiales en certificaciones y estándares. 3DMark nos da una idea del rendimiento en juegos del procesador, siempre y cuando cada CPU se testee con la misma tarjeta gráfica.
- Otra prueba de UL, en este caso centrada en el rendimiento para jugar en realidad virtual.
- También de UL, es una prueba muy interesante para procesadores ya que intenta simular la realización de tareas reales en el ordenador como navegar en Internet, videoconferencias, etc.
- WPrime. Este es quizás el ejemplo más representativo de lo que es una prueba sintética. El programa simplemente realiza cálculos sobre el llamado método de Newton, y debemos comparar el tiempo que tarda.
También tenemos Blender, aunque quizás deberíamos caracterizarlo como prueba de rendimiento real.
Comparar procesadores con pruebas de rendimiento reales
Además de las pruebas sintéticas, también podemos utilizar programas reales como si fuesen pruebas de rendimiento. Aquí, corremos dos riesgos:
- El riesgo de cometer un error a la hora de hacer las pruebas y que no sean 100% iguales. Por ejemplo, si tenemos que realizar una secuencia de actividades manualmente.
- Además, los programas reales suelen tener algún limitante o sesgo que beneficiará a un fabricante de procesadores.
Estas pruebas son ideales si vas a usar el procesador para ese programa en concreto, y esto incluye los juegos. En Profesional Review, hacemos siempre el renderizado con Blender, de una figura de un robot, para comparar.
Además, tenemos como Benchmark real las pruebas a fondo en juegos, con los FPS Medios en varios juegos actuales.
Comparar procesadores “a ojo”
En base a los resultados de los benchmarks, y con un poco de experiencia, es posible llegar a ser capaz de comparar las características de los procesadores a ojo, especialmente si hablamos de comparar procesadores de la misma familia. Sin embargo, lo más fiable siempre será revisar a fondo los benchmarks.
Conclusiones
Ejemplos de benchmark para comparar procesadores y cómo elegir un procesador
Comparar procesadores sería una tarea increíblemente sencilla si simplemente pudiésemos revisar sus especificaciones técnicas, como la frecuencia de reloj, el número de núcleos o la memoria caché.
Sin embargo, esto no se puede hacer cuando estamos ante CPU con microarquitecturas distintas. Por tanto, no podemos comparar directamente procesadores AMD e Intel, y tampoco deberíamos hacerlo con CPU de la misma marca salvo que pertenezcan a la misma generación y arquitectura.
Te recomendamos la lectura de los mejores procesadores del mercado.
Sin embargo, como alternativa para comparar procesadores siempre nos quedan las pruebas de rendimiento o benchmarks, donde hay demasiadas cuestiones que influyen y muchos sesgos, por lo que no son un método infalible, pero sí suficiente para poder estimar qué CPU es mejor. Distinguimos dos tipos de pruebas:
- Benchmarks sintéticos. Programas pensados única y exclusivamente para medir el rendimiento de procesadores. Suelen ser equilibrados (o estresar solo una parte específica de la CPU) y son muy buenos para hacer comparaciones, aunque no se tiene por qué traducir a la vida real.
- Benchmarks “reales”. Se trata de probar programas que no están pensados para ser benchmarks pero con los que podemos medir el rendimiento, como por ejemplo los
Te recomendamos que aproveches nuestras reviews de los mejores procesadores del mercado para encontrar resultados de benchmark claros y fiables. ¡Esperamos que este artículo te haya resultado de ayuda!