Los Hz de un monitor definen su tasa de refresco, y es una de las características en la que más se fijan los gamers a la hora de elegir una buena pantalla para su PC. Pero, ¿realmente es algo de importante? ¿Qué se puede conseguir con los monitores de 144 Hz y más allá, como los de 360 Hz? En este artículo lo desgranaremos a fondo. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
Qué es la tasa de refresco de un monitor
La tasa de refresco de un monitor mide la frecuencia con la que la imagen de la pantalla se actualiza. La unidad con la que se mide son los hercios (Hz), que nos indican básicamente cuántas veces
Con «actualizar» la pantalla nos estamos refiriendo básicamente a dibujar un nuevo fotograma en ella. Por eso, no podemos decir que los Hz sean exactamente lo mismo que los FPS (fotogramas por segundo), ya que si estamos jugando a 100 FPS en un monitor a 60 Hz no veremos más de 60 fotogramas en la pantalla a cada segundo, si bien aquí entran otros aspectos a tener en cuenta.
Pues bien, aumentar la tasa de refresco de un monitor tiene un gran impacto en la fluidez del movimiento, ya que el tiempo transcurrido entre cada imagen mostrada será inferior, por lo que podremos ver con bastante más claridad y detalle el camino seguido por los objetos que se mueven en la pantalla.
Al fin y al cabo, con cada ciclo de refresco se nos estará mostrando un fotograma nuevo siempre y cuando el equipo sea capaz de enviarlo a un ritmo adecuado. Por esto último, se hablará siempre de querer tener FPS iguales o superiores a los Hz del monitor para la mayor fluidez, aunque no es imprescindible.
Una forma muy sencilla de demostrar esto es con la prueba del OVNI, que es básicamente una página web en la que se nos pondrá una imagen de un OVNI moviéndose muy rápidamente, pero se nos mostrará a varias tasas de FPS a la vez, empezando por una que iguale a la tasa de refresco de nuestro monitor y otras que vayan más por debajo.
Esta es una prueba que podéis hacer vosotros mismos, pero os dejamos fotografías sacadas por nosotros, que explican muy bien cómo es esa diferencia visual.
Sacar una foto en un punto concreto, aunque no sea con una cámara especializada, está muy bien. Podemos ver claramente que a 100 FPS en una pantalla de 100 Hz o más tenemos una información mucho más precisa de la posición del objeto.
¿Cuántos Hz podemos tener en un monitor?
Vamos a ver ahora los tipos de tasa de refresco más comunes en el mercado actualmente, dónde y para qué solemos encontrarlos, y también os dejaremos algunas recomendaciones de los mejores monitores en estas gamas, para lo que nos hemos aliado con ASUS, uno de los fabricantes más importantes de la escena de los monitores gaming, no en vano uno de sus modelos llevó el premio a mejor monitor de 2019.
60 Hz
A día de hoy, es básicamente la tasa de refresco estándar que encontraremos en cualquier monitor LED-LCD del mercado. Y por ello también será la que tengan la mayoría de los gamers.
75 Hz
Esta tasa es también muy común, ya que la mayoría de monitores que denominamos «de 60 Hz» son capaces de alcanzarla. Esta sensible mejora del 25% en tasa de refresco es suficiente para dar una experiencia más fluida, y desde luego siempre deberíamos irnos por esta tasa como mínimo en monitores gaming, incluso si vamos a por lo más barato, ya que hay una inmensa oferta de monitores asequibles que los ofrecen, por ejemplo os dejamos un modelo de ASUS barato bastante interesante:
Última actualización el 2024-11-23
144 Hz y otros
Ahora vamos con lo que actualmente es la gran estrella del gaming. La mayoría de la gente que abandona los 60/75Hz lo hace para pasarse a los 144Hz, que se están democratizando de una manera muy importante, ya que podemos encontrar paneles de 24″ Full HD IPS/VA a más o menos 200€, esto es, un precio parecido al que nos costarían unas 27 pulgadas que a esta resolución no tienen una densidad de píxeles buena.
Última actualización el 2024-11-23
Y por la banda de la resolución 1440p (que todos solemos llamar 2K erróneamente) las opciones pueden llegar a partir de los 300 euros.
Aquí, hemos de mencionar también algunas tasas más como son los 120Hz, 165Hz, 170Hz… Y es que no hay unas cantidades estandarizadas, será común ver algunas variaciones. Por ejemplo, una opción ASUS TUF de 165 Hz 1440p 27″:
Última actualización el 2024-11-23
240 Hz y 280Hz
El último escalón dentro de lo que podemos ver habitualmente está en los 240Hz, el doble que los 120Hz y 2/3 más que los 144Hz, o los muy similares 280Hz. Esta tasa de refresco se popularizó mucho para eSports, pero ahora veréis que está totalmente eclipsada por los nuevos 360Hz.
En todo caso, os dejamos una opción de 280Hz de Asus, que disfruta de un panel Fast IPS y no TN.
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360 Hz, la última revolución en monitores
Hasta ahora os hemos estado dando los tipos de tasa de refresco más comunes, pero sin duda hay uno que destaca especialmente: los 360 Hz. Empezamos a verla por primera vez en este año 2020, por lo que es una tecnología realmente nueva cuya adopción se va haciendo cada vez mayor.
Los 360 Hz son una tasa un 50% superior que 240Hz, un 250% más que 144Hz y un 600% más que 60Hz. Por lo tanto, ¡tendremos una nueva imagen cada 2.7 milisegundos!
Los monitores ASUS que integran esto por primera vez son el PG259QN y PG259QNR, esta última versión trae el interesante NVIDIA Reflex Analyzer, que nos permite medir la latencia del monitor.
Pues bien, ambas opciones integran paneles de 24.5″ con resolución 1080p, una concesión inevitable cuando se habla de unos Hz tan altos y tan novedosos, y no usan paneles TN sino Fast IPS, que también alcanzan latencias ultrabajas.
Estos asombrosos monitores son claramente el futuro en cuanto a lo que será el gaming de eSports, permitiendo una fluidez nunca vista antes.
¿Hasta qué punto es importante la tasa de refresco?
Hoy en día nadie duda de que la tasa de refresco es uno de los aspectos más importantes a la hora de comprar un monitor.
Ya te enseñamos arriba con el UFO-Test y más cómo cambia la impresión del movimiento con tasas de refresco mayores. Y tal y como explicamos en nuestro artículo sobre cuántos FPS vemos, la gran diferencia de fluidez la notaremos en juegos, pero una forma muy sencilla de ilustrar esta cuestión es ver cómo cambia un vídeo de 60 fps a 30 fps. Os mandamos esto simplemente porque todos podréis apreciarlo en vuestro monitor:
La diferencia en fluidez es gigantesca, ¿no? Pues tan solo estamos hablando de un vídeo, donde no tenemos ningún tipo de involucración, y además El paso desde los 60 FPS a 60 Hz hasta los 144 FPS a 144 Hz, y luego los 240 Hz/FPS o 360 Hz/FPS es simplemente impresionante, este es el criterio general que se suele sostener.
Personalmente, compré un monitor de 144 Hz por primera vez en verano (después de meses renegando de ello, porque sabía que no había «vuelta atrás») y la diferencia fue impresionante desde el primer momento, teniendo en cuenta que justo al lado me quedaba un secundario de 75 Hz.
El propio hecho de mover una ventana en el escritorio ya se veía muchísimo más fluido, prácticamente se puede leer su contenido mientras se mueve a gran velocidad, algo impensable a 60Hz. Pero la gran diferencia vino en los juegos: la primera partida de CS:GO con 144 Hz fue brutal en cuanto a la manera que percibía el movimiento: la inmersión en partida, la puntería y la comodidad en general mejoraron de forma notable.
De hecho, antes de tener ese monitor probé uno de 144 Hz expuesto en una tienda, y apenas noté diferencias. Resulta que en realidad lo tenían configurado a 60 Hz, que es como queda muchas veces por defecto.
La realidad es que la mayoría de la gente que cambia a un monitor de 144Hz o más y no lo nota al instante es porque en realidad está funcionando a 60 y no lo sabe. ¡Comprobad siempre esto!
Nuestros compañeros Miguel Ángel y José Antonio han ido mucho más allá, teniendo la oportunidad de probar el monitor de 360 Hz de Asus, y lo cierto es que se puede notar muchísimo en shooters, y es que las mejoras no paran en los 144Hz. El cambio en percepción de muchos movimientos es impresionante: usar un rifle de francotirador será mucho más fácil por la manera en que se mueve el jugador, por ejemplo. Podremos apuntar mejor gracias a que veremos con más detalle la secuencia de movimientos del enemigo.
Al fin y al cabo, la búsqueda de los mayores Hz ha alcanzado incluso el segmento de los teléfonos móviles, donde ya es una exigencia común en los nuevos gama alta que se apueste por pantallas de 90Hz o incluso 120Hz, simplemente por la fluidez que da en el uso normal. Si aquí es importante, ¿acaso no lo va a ser en el gaming?
Entonces, ¿Puedo ser mejor en juegos gracias a los Hz del monitor?
Vamos a dar otro enfoque a este asunto, para el que hay muchas interpretaciones posibles, viendo lo que dice un estudio de NVIDIA que toma datos anonimizados de K/D (tasa de bajas frente a muertes) en PUBG y Fortnite de miles de jugadores.
Lo que vemos en el gráfico de arriba es que, tomando como referencia distintas series de tarjetas gráficas, usar un monitor de 144 Hz implica tener entre un 44% y un 51% más de K/D, y pasar a los 240 Hz lo incrementa entre un 8% y un 34% más. Vamos, que básicamente nos están contando que hay una relación directa entre tener más Hz y jugar mejor, ¿es así?
Bueno, realmente hay que tener en cuenta que estas mediciones se ven distorsionadas por el hecho de que es más probable que aquellos que jueguen más y mejor acaben comprando un monitor de 144 Hz o más, mientras que la mayoría de los peores jugadores se mantendrá con su monitor de 60 Hz. Pero, por otra banda, lo cierto es que sí tiene sentido pensar que habrá una mejora en nuestras capacidades de juego: como explicamos antes, tendremos más información del movimiento de los jugadores. También gozaremos de menos tearing y menos input lag.
Una mayor tasa de refresco puede marcar la diferencia en shooters, mientras que en otros juegos mejorará mucho la experiencia de uso, ¡incluso lo podemos notar moviendo ventanas en el escritorio!
Evidentemente, un monitor con más Hz no hará milagros. Alguien que juegue mal seguirá jugando mal, y tener un monitor de 60 Hz es perfectamente compatible con ser un excelente jugador. Igual que no podemos echarle la culpa de todo a la raqueta en un deporte, usar 60 Hz no será un lastre que convierta a un buen jugador en uno pésimo. ¡Pero no deja de ser cierto que puede ayudar a jugar mejor!
Seguimos con más pruebas de la propia NVIDIA, en esta ocasión un vídeo en el que graban la imagen de una pantalla a 60Hz, 144Hz y 240Hz jugando en CS:GO con una cámara Phantom VEO que funciona a 1000fps, así que va a una cámara muy lenta que nos permite ver las inmensas diferencias en la suavidad del movimiento.
¿Es «obligatorio» comprar un monitor de 144 Hz? ¿Quién debería pensar en los 360 Hz?
A estas alturas, parece que está más que demostrado que la frecuencia en Hz de un monitor puede marcar realmente la diferencia. ¿Pero realmente deberíamos comprar un monitor con más Hz o no? Vamos a fijar y comentar unos cuantos puntos para evaluarlo:
- ¿A qué vas a jugar? Si tu objetivo es obtener la mejor experiencia en gaming, y sobre todo si vas a por juegos de tipo shooter o que requieran una acción rápida, plantéate bien la tasa de refresco, los 144Hz serán en casi todos los casos una apuesta muy inteligente. Si lo tuyo son únicamente los shooters y tienes objetivos competitivos, entonces empieza a pensar más allá de los 144.
- ¿Cuánto estás dispuesto a gastar? Un monitor con más Hz es más caro, y necesitarás un mejor PC para alcanzar el objetivo de FPS en juegos. Por poner un ejemplo, si estás haciendo un presupuesto de PC de 900, 1000 o 1100 euros (por poner un ejemplo, podría ser menos o mucho más) entonces tiene sentido que empieces a mirar en los 144Hz. Ganarás mucho más si te compras un 24 pulgadas 1080p a 144Hz, que un 27″ 1080p a 60Hz, por poner un ejemplo.
- Respecto a lo anterior, si ya tienes tu PC entonces tienes que valorar si vas a aprovechar tasas de refresco altas. Si juegas a la mayoría de títulos a números similares a los 60fps (¡sin VSync!)
- ¿Qué exigencias y prioridades tienes? Si eres un jugador esporádico que está más centrado en aplicaciones de trabajo o diseño, entonces tiene mucho más sentido invertir en resolución, que te dará un mayor espacio en el escritorio y comodidad de uso, que en tasa de refresco.
Finalmente, respecto a los 360 Hz, evidentemente no es una tasa de refresco que esté dentro de las necesidades de cualquiera, y particularmente será de interés para jugadores competitivos de eSports.
Este tipo de jugadores antes sacrificaban la calidad de imagen comprando monitores con panel TN cuando las tasas de refresco altas no eran algo generalizado en IPS o VA, y los tiempos de respuesta de los TN eran muy inferiores. Ahora, ese mismo segmento de usuarios es al que se dirigen las opciones de 360 Hz: básicamente obtendrán la mayor rapidez posible, pero a cambio de sacrificar resolución (1080p) y por un precio muy elevado.
Así que si estás dentro de ese grupo, adelante, porque desde luego que notarás la diferencia. Pero para los usuarios normales, los 360 Hz son más bien el futuro. Justo igual que los 144 Hz, que ahora son el presente y lo que deberían priorizar la mayoría de gamers, pero que hace tan solo unos pocos años no eran una opción viable.
¡La tasa de refresco no tiene por qué ser fija!
Algo muy importante que tenemos que mencionar es que la tasa de refresco de un monitor no tiene por qué ser fija. A día de hoy existen las tecnologías de tasa de refresco variable (VRR) que permiten que haya una sincronía entre los FPS de la gráfica y los Hz del monitor, para conseguir reducir efectos molestos como el tearing y, ahora sí, dar la experiencia de juego más fluida posible.
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Todos los monitores de Asus que te pusimos arriba son compatibles con tecnologías de VRR, al menos AMD FreeSync.
Conclusiones acerca de la importancia de los Hz en un monitor
La tasa de refresco en Hz de un monitor define la cantidad de veces que se refresca, actualiza o dibuja (como queramos llamarlo) la imagen de la pantalla. Cuanto mayor sea, entonces se tardará menos tiempo en tener un nuevo fotograma en pantalla, algo que obviamente también tiene que ver con su tasa de FPS.
Por ejemplo, si estamos jugando a 120 FPS en una pantalla a 60Hz, tendremos un nuevo fotograma cada 16 milisegundos (1/60). Si el monitor es de 120 Hz, aprovecharemos totalmente esa cantidad de FPS al poder ver una imagen en pantalla cada 8 milisegundos.
A nivel práctico, esto nos permite disfrutar de una fluidez mucho mayor en el movimiento. Siempre y cuando los FPS sean suficientes, seremos capaces de ver más fotogramas distintos en el mismo tiempo.
Así, las tasas de refresco más comunes que podemos ver son los 60 Hz y 75 Hz, que ya se están quedando anticuados para jugar frente a los recomendadísimos 144 Hz y similares, además de los 240 Hz y la gran novedad: los 360 Hz.
Jugar a 144 Hz o más, sobre todo si se trata de shooters, mejora de forma muy notable la experiencia y la usabilidad.
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¿Y cuál es el punto negativo de todo esto? Comprar un monitor de 144 Hz o más te llevará a un nuevo nivel en juegos, eso está claro, pero debes tener en cuenta que una vez empieces a jugar a esta tasa de refresco lo notarás mucho cuando bajes a 60 Hz. Además, implica el gasto adicional del monitor y también tendrás mayores necesidades gráficas.
En resumen, si te preguntas si los Hz son importantes en un monitor, debes saber que lo son y mucho. Y si la pregunta es si merece la pena o no el desembolso adicional que implica, entonces todo dependerá de cada caso concreto, y sobre todo si juegas a títulos de tipo shooter o eSports te interesará llevar los Hz al máximo nivel.
No dudes dejarnos tu opinión en los comentarios: ¿consideras que los Hz de un monitor realmente marcan la diferencia? ¿Son los 360 Hz un exceso o una tecnología de interés con un gran futuro?