¿Tarjeta gráfica interna o externa? Es la gran duda que tienen los usuarios de portátiles gaming o, simples portátiles. Dentro, la respuesta.
No siempre podemos tener un ordenador de escritorio porque nuestro estilo de vida está en continuo movimiento. Por este motivo, muchos gamers recurren a portátiles gaming o a tarjetas gráficas externas para poder disfrutar de los videojuegos allá donde van. Hoy, hemos decidido enfrentar a las tarjetas gráficas externas y a las internas para que ver las diferencias.
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¿Qué son las tarjetas gráficas externas?
Se trata de una tarjeta gráfica externa que va insertada en una especie de «dock» o base que guarda un puerto PCIe para conectarla. Para conectarla a nuestro PC lo hacemos con un cable Thunderbolt o USB-C. Eso sí, para usar el dock necesitamos instalar la tarjeta, los drivers, reiniciar e instalar el software dedicado.
Desventajas
Con todo instalado, el PC redirigirá los gráficos a la GPU externa en vez de la que tiene instalada. Esta es una alternativa que pocos utilizan para tener mejores gráficos en nuestro PC, especialmente en portátiles. Hasta aquí, todos estaríais comprando un portátil gaming barato y una tarjeta gráfica externa ¿Verdad?
Sin embargo, esto tiene sus desventajas, los cuales os detallamos a continuación.
El rendimiento que recibimos es menor
El primero que encontramos es que esta tipo de GPU no nos va a dar el mismo rendimiento como si la tuviéramos instalada dentro. Concretamente, perderemos hasta un 15% de rendimiento en comparación con las internas. Esto no gusta nada, lo que no incita a muchos a comprar este tipo de GPUs.
De este modo, una gráfica externa no conseguirá que podamos jugar a «Ultra» en los últimos títulos, lo cual no quiere decir que no incremente el rendimiento gráfico de nuestro portátil. Simplemente, queremos decir que no vamos a recibir el cambio de rendimiento que esperamos en teoría.
El problema que causa esto es la nula preparación que tienen los portátiles para gestionar toda esa potencia. Cuando no es así, el portátil en cuestión tendrá equipada ya una tarjeta gráfica interna potente, lo que rehusará de buscar una externa.
Además, hay que tener en cuenta la transferencia de datos directa a un puerto PCIe que a un puerto USB-C o Thunderbolt. Por tanto, vuestro portátiles no estaban preparados para toda esa potencia, pero… notaréis la diferencia.
Los precios y compatibilidad de los docks
No estamos hablando de poco dinero, precisamente. Pensad que un dock es una pequeña parte de una placa base la cual incorpora un puerto PCIe y un conector. Si nos vamos a la Razer Core X, nos iremos a los 322€ sólo por una carcasa sin tarjeta gráfica.
Luego, nos encontramos otras carcasas o docks que se van a los 500€ o, incluso, a los 800€. Eso sí, traen una GTX 1080 o una tarjeta gráfica de nivel. Por otro lado, todos los docks no son compatibles con todas las marcas de portátiles, lo que puede que no podamos conectarla al portátil. Por no hablar de que muchos portátiles no están certificados oficialmente para funcionar con un dock externo.
Hay que tener muchas cosas en cuenta
Ojalá todo se redujese a la compatibilidad, precios o pérdida de rendimiento. Hay que tener más cosas en cuenta, lo que hace más complejo una compra de un dispositivo de este tipo. En concreto, lo siguiente:
- Medidas de tarjetas gráficas. No todos los docks pueden albergar tarjetas gráficas normales, por lo que hay que ver la medida de éstas antes de comprarnos el dock.
- Puertos. Hay que observar que el dock traiga Thunderbolt o USB-C para no morir al conector propio del fabricante. Otros sólo funcionan con Thunderbolt 3.
- Tarjetas Mini-ITX. Muchos docks sólo soportan este tipo de gráficas por sus medidas.
Así que, deberéis investigar varios detalles antes de comprar uno de estos «aparatos».
Tamaño no portable y poca oferta
Este producto está hecho para no dejar «tirados» a los usuarios que quieren un turbo al rendimiento gráfico de su portátil ¿Verdad? Bien, estos docks no son nada portables. Suelen ser pesados y, si le añadimos el peso de la GPU… cuidado porque nos dejaremos nuestra espalda/hombros.
Por otro lado, accedemos al mercado y hay muy poca oferta de estos productos porque, al parecer, no tienen prácticamente demanda. Esto pone las cosas más difíciles exponiendo todo lo que hemos dicho anteriormente. Poca variedad para elegir cierra mucho nuestro rango de búsqueda.
Conclusiones acerca de las tarjetas gráficas internas y externas
En primer lugar, vamos al mercado de portátiles gaming y podemos obtener configuraciones realmente buenas por un precio que no está mal. Podemos ver portátiles gaming con la RTX 2060 por menos de 1000€. Esto ya nos hace descartar la idea de una gráfica externa frente a una interna.
Te recomendamos los mejores portátiles y tarjetas gráficas externas del mercado
Por otro lado, no nos gusta lo siguiente:
- Compatibilidad. Hay docks que no son compatibles con todos los portátiles.
- Precio. Un dock sin tarjeta ya cuesta 300€… al final sale más barato comprar un portátil gaming bueno.
- Puertos. No todos tienen los mismos puertos y no hay mil docks entre los que elegir.
- Rendimiento. Después de elegir el dock y gastarte un dineral, vas a tener un rendimiento que puede ser 15% inferior al que otorga una GPU interna. Si, por ejemplo, tenemos una GTX 1070 externa frente a una GTX 1060 interna, podemos ver a ésta última ofrecer más FPS.
- Portabilidad. No es un dispositivo que se pueda transportar por dónde queramos; de hecho, lo pondremos en riesgo si lo hacemos.
- Muchos portátiles no vienen preparados. Seguramente, tu portátil no funcione junto con una tarjeta gráfica externa.
Por lo tanto, nos parece que este producto presenta demasiadas desventajas frente a una gráfica interna. Por tanto, os recomendamos que compréis un buen portátil gaming antes que un dispositivo de este tipo.
