Windows 10 October Update no es capaz de arrancar el vuelo, lleva entre nosotros cerca de dos meses y a día de hoy, es la actualización para el sistema de Microsoft que peores estadísticas de acogida ha tenido entre los usuarios. Menos del 10% de equipos con el sistema Windows 10, se han actualizado a esta nueva versión.
El precio a pagar por no hacer las cosas bien
Estamos a final de año y es hora de hacer recuento para todas las compañías, y Microsoft no es la excepción. La última gran actualización de la compañía para su Sistema operativo estrella, y posiblemente el último que veremos de su propia creación, no ha tenido precisamente una acogida buena entre los usuarios.
Gracias a las estadísticas realizadas por AdPuplex, sabemos que esta versión 1809, está teniendo serios problemas de aceptación por parte de los usuarios y empresas que cuentan o no con una licencia para el sistema. Y es que solamente el 2,8% de equipos se actualizaron el pasado mes de noviembre y en torno al 6,6% lo hicieron este mes de diciembre. Esto desde luego no es comparable a las cifras que se registraron con la actualización 1803, en la que cerca del 84% de dispositivos fueron actualizados.
Sin duda una de las razones que han deteriorado la fiabilidad de la compañía en cuanto a grandes actualizaciones, ha sido la controversial salida de este paquete hace ya un par de meses. Tras la primera oleada de actualizaciones, multitud de usuarios notificaron graves problemas de fiabilidad, ya que se producían perdidas de archivos personales e incluso la imposibilidad de recuperar éstos. Si algo es importante para los usuarios, y mucho más para las compañías, es el tener sus datos seguros y a salvo en las unidades de almacenamiento. Y por supuesto sacar una actualización con este tipo de problemas es un gravísimo error para una compañía que lleva ya más de tres años de recorrido con este sistema.
La subsanación de errores fue demasiado lenta
A esto, debemos unirle que la compañía no fue capaz de subsanar los errores hasta casi un mes de después de su gran salida, esto nos hace pensar que realmente había fallos importantes en esta nueva actualización del sistema. Tras esto, los errores fueron subsanados, y a día de hoy, la actualización es perfectamente fiable (garantía Microsoft) de que no vamos a sufrir inconvenientes a la hora de actualizar nuestro equipo.
Esto lo dice Microsoft, no los usuarios. Todavía existen una enorme cantidad de ellos que no se atreven a dar el paso para actualizar el sistema a la última versión y es por este motivo por el que la tasa de aceptación es tan tremendamente baja. Lo que no podemos aceptar, y Microsoft lo sabe, es el hecho de contar con una actualización que pone en serio peligro a integridad de la información personal.
El agresivo impulso de la actualización podría recuperar la confianza de los usuarios
Por su parte Microsoft se ha puesto las pilas para impulsar de cualquier forma, que los usuarios actualicen sus equipos a la última versión. Para ello, pretenden instalar esta actualización sin necesidad de que los usuarios tengan que hacer lo de forma manual mediante la herramienta de Microsoft o desde el apartado de Windows Update.
Por supuesto, haciéndolo de esta forma, se asegurarán de que a finales de enero este nivel de aceptación suba considerablemente, en definitiva, están actualizando ellos mismos, no nosotros, así cualquiera.
En todo caso, lo que Microsoft pretende, es balancear un poco las pobres estadísticas de una versión 1809 frente al record histórico de acogida que tuvo la versión 1803. No obstante, esta última actualización trae interesantes novedades como la utilidad del portapapeles en la nube, implementación del tema oscuro de Windows, nuevas mejoras en el buscador, etc. Algo que los usuarios aún no consideran importante frente a la enorme cantidad de noticias negativas que ha provocado este paquete.
Nosotros, por nuestra parte, debemos decir que hemos actualizado a esta última versión de Microsoft hace ya algunas semanas y no hemos notado ningún tipo de problemas, por lo que, en nuestros tutoriales sobre la instalación de Windows, aconsejamos instalar directamente a esta última versión. Microsoft asegura que los problemas no se volverán repetir, y así lo esperamos, porque, tengamos o no nuestro sistema activado, es responsabilidad de la compañía el facilitarnos una actualización lo suficientemente estable como para seguir utilizando su producto, especialmente si se trata de grandes compañías clientes de este sistema.