Para muchos usuarios, el teléfono móvil se ha convertido en una herramienta indispensable en su vida diaria, llegando a no tener muy claro qué harían si no pudieran tenerlo. Debido a su constante uso, es importante considerar la protección para asegurar que se mantenga en buen estado durante más tiempo. Sin embargo, a pesar de su importancia, todavía hay personas que optan por no utilizar funda, lo que pone en riesgo la integridad del equipo
En el mercado hay una amplia variedad de fundas, diseñadas para adaptarse a diferentes estilos y necesidades, y aunque a veces puede parecer no excesivamente importante, elegir la funda adecuada para un teléfono móvil puede marcar una diferencia significativa en su durabilidad. La funda no solo ayuda a evitar daños visibles, sino que también puede contribuir a mantener el rendimiento del dispositivo, protegiéndolo de factores externos.
A pesar de que muchos usuarios consideran que una funda es un accesorio opcional, lo cierto es que, al no usarla, se corre el riesgo de enfrentar problemas que podrían haberse evitado con una simple medida de protección. Por eso es conveniente conocer razones convincentes y no tan obvias por las que debemos utilizar este añadido en el móvil.
Afortunadamente, los sistemas por daños accidentales, como AppleCare u otros similares, protegen tu dispositivo contra incidentes inesperados, como caídas, derrames o pantallas rotas. Sin embargo, no cubren daños estéticos, como rayones menores, raspaduras o el propio desgaste por el uso tanto en el exterior como en el interior (degradación de la batería, por ejemplo).
Este tipo de coberturas son útiles, no decimos lo contrario, pero no son efectivas si, por ejemplo, se raya la pantalla por culpa de tus llaves o si el teléfono tiene alguna marca de desgaste. Por eso, hay que protegerlo todo lo que se pueda y ahí es donde tiene cabida una buena funda e incluso un protector de pantalla, algo que tampoco vendría mal.
Ya sabemos que no es normal cambiar el móvil cada año, pero con el tiempo seguro que vas a querer uno nuevo y una buena ayuda para conseguir que salga más barato es vender el que se tiene.
Para el funcionamiento, los rayones o las marcas no afectan, pero a la hora de revenderlo hacen que el valor del teléfono baje, lo que marca una consecuencia clara en el abaratamiento del nuevo. Los compradores generalmente esperan que los dispositivos estén en perfectas condiciones, por lo que un daño estético menor o incluso el hecho de que se haya reparado un teléfono, podrían afectar potencialmente su valor de reventa.
Si tienes un iPhone, ya sabes que no desvaloriza tanto como un Android, pero si vas a usar el sistema de intercambio que tiene Apple, el valor de la rebaja del nuevo dependerá mucho de cómo esté el modelo antiguo. Ten en cuenta de que uno, en condiciones impecables, valdrá el máximo y podrás ahorrar un buen dinero en el dispositivo que vas a adquirir.
Si bien Apple puede aceptar tu dispositivo si lo reparaste en una tienda oficial, es evidente que los daños estéticos pueden afectar potencialmente la posibilidad de canjearlo.
En el caso de que tenga muchas marcas, de que el cuerpo no esté en condiciones y de que haya problemas con la pantalla, por ejemplo, harán que incluso se pueda dar el caso de que la propia Apple marque tu terminal como para reciclar, lo que podría significar que el valor será de cero euros.
Una de las principales causas de daños en los terrenales es por problemas de agarre, ya que muchos están fabricados en cristal o aluminio, dos materiales que no son precisamente los mejores para que el teléfono móvil se mantenga pegado a la mano.
La forma de que sobrevivan a caídas por culpa de este hecho es que la funda consiga amortiguar el golpe y sea ella la que se lo lleve. Es decir, es preferible romper una funda a que se rompa el teléfono móvil. Nadie quiere ver cómo su terminal se rompe por culpa de no tener protección.
Las fundas proporcionan mejor agarre en prácticamente todas las situaciones. Con una buena funda, el agarre será más firme, haciendo que sea mucho menos probable que se te resbale de la mano y proporcionando que te sientas más seguro durante el uso diario.
Situaciones como cuando estás enviando mensajes de texto mientras caminas o tomándote una selfie con una mano son algunas en las que tener una funda es fundamental para conseguir que no haya ningún tipo de incidencia si el terminal se cae.
Por muchos materiales «duros» que quieran «vendernos» las marcas de teléfonos, tanto en el cuerpo como en la pantalla, no va a ser posible que ningún dispositivo aguante cierto tipo de caídas, a no ser que esté protegido por una funda.
Da igual cuál sea la que quieras utilizar, puesto que las hay de múltiples formas, colores o diseños, pero lo importante es que el teléfono tenga una de calidad, puesto que también en este ámbito hay ciertas marcas que dejan bastante que desear en este sentido.
En definitiva, usar un teléfono móvil sin funda es una decisión arriesgada que puede traer consecuencias costosas. Sin una funda, el dispositivo queda expuesto a caídas, golpes y arañazos que pueden dañar la pantalla o la carcasa, afectando su funcionamiento y reduciendo su vida útil.
Pero también puede afectar a otro tipo de parámetros en los que se piensa menos, como puede ser el seguro que has contratado para los daños accidentales, el valor de reventa que puedes conseguir cuando quieras uno nuevo o el agarre del propio dispositivo, algo de lo que carecen muchos modelos de la actualidad por los materiales en los que han sido fabricados
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