En esta guía te propongo algunos de los mejores trucos para el administrador de tareas. Esta es una de las herramientas más útiles de Windows 11, pues te permite conocer el consumo de recursos, las tareas que se están ejecutando y mucho más. Si quieres conocerla más a fondo, te recomiendo leer la guía que publicamos sobre cómo funciona el administrador de tareas en Windows 11. También te conviene conocer todas las formas de abrir el administrador de tareas. ¡No te lo pierdas!
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Aunque para muchos es una utilidad muy conocida, hay trucos para el administrador de tareas que poca gente conoce. ¿Quieres saber cuáles son?
Si vas a los ajustes del administrador de tareas y marcas la casilla Siempre en primer plano, en el apartado Administración de ventanas, la herramienta siempre se mantendrá a la vista. Eso significa que, incluso cuando seleccionas otra aplicación, seguirás viendo por encima el administrador de tareas. Es un truco genial para monitorizar tu PC de forma continuada, incluso cuando estás trabajando con otros programas.
Si acudes a la sección de Rendimiento, que es donde están los gráficos de cada componente clave, vas a poder activar la Vista de resumen. Está en el menú contextual que aparece al hacer clic sobre CPU, Memoria y el resto de apartados. Lo que consigues así es tener ver los gráficos en un formato más compacto y siempre por encima del resto de las aplicaciones.
La vista de resumen también está disponible para cada gráfico. Solo tienes que hacer clic sobre cualquiera de ellos y presionar en Vista de resumen. Luego, cuando hayas activado el modo compacto, podrás cambiar de gráfico haciendo clic con el botón derecho nuevamente.
También abriendo el menú contextual de cada gráfico, dispones de la opción Copiar. Es un comando que lo que hace es enviar al portapapeles un resumen del estado actualizado del recurso seleccionado. En la imagen superior puedes ver los resultados tras usar esta opción en el apartado Memoria.
Uno de los trucos para el administrador de tareas que más uso es el que me permite desactivar aplicaciones de arranque. De hecho, la herramienta dispone de un apartado exclusivo para esta función. También te informa del tiempo de BIOS, que es lo que tarda el ordenador en empezar a cargar Windows desde que pulsas el botón de apagado. Un lapso de tiempo durante el cual, generalmente, aparece en pantalla el nombre del fabricante y poco más.
Desde el administrador de tareas vas a poder abrir cualquier programa. Puedes hacerlo desde el apartado Aplicaciones de arranque o desde Procesos. En ambos verás un botón donde dice Ejecutar nueva tarea. Lo que aparece en pantalla justo después de clicar en él es un diálogo muy parecido al de Ejecutar (Windows + R). Además, la tarea que ejecutes la vas a poder abrir con permisos de administrador, si marcas la casilla inferior.
Otra cosa que puedes hacer con el administrador de tareas es forzar el cierre de un programa. Esto es conveniente cuando alguna aplicación se congela y deja de responder. Solo tienes que seleccionar el proceso y hacer clic en Finalizar tarea. Ten en cuenta que haciéndolo de esta manera, la aplicación se detendrá sin tener tiempo de guardar los cambios. El trabajo que hayas hecho se perderá, si no lo guardaste antes.
Algo curioso que no todo el mundo sabe es que si seleccionas la tarea Explorador de archivos, en vez de finalizar la tarea, solo vas a poder reiniciarla. Esto se debe a que explorer.exe es un proceso básico del sistema y el encargado de administrar la interfaz más primaria del sistema. Ahora bien, si tienes problemas con el explorador de archivos, esta es una solución muy buena que, además, te evita tener que apagar el ordenador por completo.
No pienses que los datos que ofrece el administrador de tareas en la pestaña de Procesos son los únicos que puede mostrar. De hecho, si haces un clic derecho sobre cualquier columna, vas a poder agregar métricas adicionales. Sin ir más lejos, así puedes saber el consumo de GPU o el consumo energético de un proceso.
El apartado Historial de aplicaciones te va a decir cuánto tiempo de CPU ha empleado cada uno de los procesos que has ejecutado. Además, te permite conocer la cantidad de datos de red que ha consumido cada aplicación. Incluso te ayuda a determinar cuáles fueron los programas ejecutados en el equipo.
Algunos procesos pueden entrar en un modo de eficiencia. Eso significa que Windows 11 les otorga menos recursos de la CPU, por lo que terminan consumiendo menos energía. Ahora bien, es posible que se vuelvan inestables o su rendimiento empeore.
Si abres mucho el administrador de tareas, este truco te interesa. Puedes elegir con qué apartado debe abrirse siempre la herramienta en los ajustes, en la sección Página de inicio predeterminada.
Finalmente, uno de los trucos para el administrador de tareas que más me gustan. Si vas a la configuración de la utilidad, vas a poder cambiar la Velocidad de actualización en tiempo real. Eso quiere decir que los gráficos y las métricas del apartado Rendimiento se actualizarán más rápido o más lento, dependiendo de la opción que elijas.
Y a ti, ¿qué trucos para el administrador de tareas te han parecido más interesantes? Déjame tu opinión en los comentarios. ¡Nos leemos!
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