Mejorar el rendimiento de Windows es una necesidad para todos aquellos que quieren que su equipo funcione de manera más rápida y eficiente. Según va pasando el tiempo, es normal que el sistema operativo experimente cierta lentitud debido a la acumulación de procesos, configuraciones predeterminadas o incluso aplicaciones que consumen demasiado. Si realizamos algunas configuraciones estratégicas, vamos a transformar nuestra experiencia, para que todo esté más optimizado y funcione mejor.
El rendimiento de un ordenador no solo va a depender del hardware, sino también de cómo se gestiona y utiliza el sistema operativo. Afortunadamente, Windows ofrece diversas configuraciones que nos van a permitir maximizar su capacidad. Estos cambios van a lograr que el equipo realice tareas con mayor fluidez, responda más rápido y haga que todo resulte más fácil.
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En Windows vas a tener dos formas de administrar los efectos visuales. Es decir, podrás optar por tener un mejor rendimiento o por dar más prioridad a la apariencia.
Evidentemente, si eliges la apariencia, las animaciones, efectos, sombras y transparencias, harán que el atractivo visual de tu sistema sea mayor. Sin embargo, esto puede afectar al rendimiento de tu PC, sobre todo si tu ordenador no tiene un hardware potente.
Como lo que queremos es que el rendimiento del ordenador sea mejor, debemos optimizar o incluso desactivar los efectos visuales del sistema. Seguramente se pierda un poco de dinamismo visual, pero a cambio se logrará que el ordenador vaya más fluido en las tareas que le vayamos asignando. Para ello, deberías realizar lo siguiente:
Con esto conseguirás desactivar los efectos, reduciendo el atractivo visual de la pantalla, pero, a cambio, vas a lograr que haya una mayor fluidez. Si quieres tener equilibrio entre la apariencia y el rendimiento, selecciona Personalizado y activa o desactiva de manera manual los efectos que quieras.
Existen aplicaciones que tenemos en Windows que se ejecutan en segundo plano en todo momento, aunque el ordenador simplemente esté encendido y no se utilice, como puede ser un antivirus.
Esto es algo que puede ser favorable en ciertas ocasiones y con cierto tipo de programas, pero tener demasiado software ejecutándose en segundo plano puede agotar los recursos del sistema y ralentizar el rendimiento del ordenador.
Para que puedas gestionarlo de mejor manera y así logres un mejor rendimiento de tu PC, puedes desactivar las aplicaciones innecesarias en segundo plano y así mejorar el rendimiento de Windows. Esta es la forma de lograrlo:
También hay programas que, según los instalamos, ya se inician de manera automática cada vez que encendemos el ordenador, quedándose en segundo plano o apareciendo en pantalla directamente.
Cuando todos esos programas van aumentando, los tiempos de arranque se vuelven más lentos, lo que hace que Windows tarde más en estar listo para usarse. Además, también puede llegar un momento en que haya muchas aplicaciones que, por arrancar al iniciar el sistema, se ejecuten en segundo plano ocupando muchos recursos.
Para impedir que estas aplicaciones se activen cuando enciendes el ordenador y así mejorar el rendimiento de Windows, puedes realizar los siguientes pasos:
Con todas estas configuraciones, tu ordenador Windows se va a comportar de mejor manera, consiguiendo que su rendimiento se incremente, para que tengas una mejor experiencia, recuperando la sensación de potencia que tenías en tu ordenador antes y que ahora se había perdido. Es muy aconsejable para dispositivos que no tienen un hardware que ofrezca una experiencia sumamente fluida.
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