Tenemos en nuestras manos el nuevo mouse inalámbrico compacto Corsair M55 Wireless, el cual viene para darle a la serie M55 una segunda opción con un diseño más sencillo, pero mayores prestaciones que el modelo M55 RGB PRO.
Estamos ante un mouse con sensor óptico PixArt PAW3311 de 24.000 DPI con conectividad RF 2,4 GHz gracias al dongle SLIPSTREAM WIRELESS y Bluetooth. Cuenta con un diseño simétrico y grandes botones, además de pila AA como batería.
Antes de seguir, agradecemos a Corsair su confianza en nosotros al enviarnos este ratón para su análisis.
La presentación de este Corsair M55 Wireless se ha simplificado bastante en lo que a uso de materiales se refiere, pues la caja es sorprendentemente compacta frente a otras opciones de Corsair.
La skin sigue manteniendo los colores corporativos y diseño a color, y dentro, se utiliza un molde de cartón para sujetar el ratón, dentro de una bolsa de papel.
El contenido es el siguiente:
Comenzamos con el apartado estético y sensaciones en cuanto al agarre de este Corsair M55 Wireless, que se considera un ratón compacto, con diseño simétrico, para adaptarse a cualquier tipo de agarre.
Para ello utiliza una fabricación íntegramente en ABS, incluidos los botones principales, muy amplios y separados del chasis, con un peso base de 60 g según nuestra báscula, pero que sube a 83 g cuando sumamos la pila, siendo éste su peso operativo.
Es, por tanto, un ratón de agilidad media, obviamente inferior a las opciones inalámbricas con chasis agujereado o de diseño eSport, pero adecuado para cualquier usuario de exigencias no muy elevadas.
La fuerte curvatura y caída de la zona trasera, con su terminación estrecha, hace contraste con la suave inclinación de la zona delantera, buscando así adaptarse a cualquier agarre, y para cualquier mano.
Su lo utilizamos en modo palm grip, se puede adaptar muy bien a cualquier tamaño de mano, sin desbordar la palma gracias a esa zona trasera estrecha, pero admitiendo dedos amplios en sus botones.
Si optamos por claw grip, la zona trasera quedará casi sin contacto con la palma, al menos en mi caso, así que de forma natural tenderemos a utilizarlo en modo fingertip grip. Los agarres laterales ligeramente cóncavos e inclinados hacia dentro, aportarán un buen agarre a los dedos gracias a su superficie texturizada.
La zona inferior consta de dos amplios deslizadores de PTFE blanco, delante y detrás, con una zona circular protegiendo el sensor ante la entrada de suciedad. El botón de conexión lo tenemos en esta zona, y en el lado contrario el hueco para almacenar el dongle inalámbrico.
Seguimos con el análisis externo, centrándonos en la configuración de botones del Corsair M55 Wireless, partiendo de los dos principales, que destacan por su gran amplitud.
Están separados del resto del chasis para aumentar su velocidad, contando con una superficie microtexturizada en estilo ligeramente cóncavo, o esa es nuestra sensación, para que los dedos no se deslicen demasiado.
Estos botones utilizan switches mecánicos que aseguran unos 60 millones de clics, sin gap con el actuador, aunque sí que notamos una pequeña holgura en los botones, que irremediablemente irá aumentando con el tiempo de uso.
El desempeño de los interruptores es bastante correcto, clic de corto recorrido, cierta sensación táctil y un sonido agudo muy discreto.
Tras ella tenemos el botón de selección de DPI, el cual soporta 5 saltos DPI, integrando un pequeño LED que con su color nos indica el perfil en cuestión. Además, también marca si está en modo emparejamiento 2,4 GHz (verde) o Bluetooth (azul). Está casi a ras de los botones principales, y, por tanto, no hay peligro de pulsaciones accidentales.
Nos dirigimos hacia el lateral izquierdo, donde encontramos los dos botones de navegación en posición longitudinal, siguiendo la curvatura del ratón. Tiene un diseño redondeado para hacer más agradable la interacción.
Los actuadores aportan una sensación táctil sin gap, con recorrido extremadamente corto y fuerza de actuación prácticamente igual a la que tienen los botones principales.
Dado que es un ratón bajito, un dedo pulgar muy grande tiene peligro de pulsarlos accidentalmente, y por este motivo recomiendo usar claw grip.
Nos centramos ahora en el apartado técnico del Corsair M55 Wireless, el cual equipa un sensor óptico PixArt PAW 3311 de 24.000 DPI, el cual soporta una velocidad de seguimiento de 300 IPS.
Recordemos, el sensor del modelo M55 RGB PRO era un PAW 3327, aunque estaba limitado a su capacidad nativa de 12.700 DPI. El 3311 tiene una capacidad nativa de 12.000 DPI, por tanto, es un sensor técnicamente inferior sobre el papel.
Dispone de 5 saltos DPI configurables por software, los cuales permiten saltos de 100 en 100 DPI, siendo una cifra bastante elevada para los que buscan el mayor ajuste posible.
Tratándose de un ratón inalámbrico, debemos hablar de su conectividad, que será en este caso de dos vías. Por un lado, tenemos radiofrecuencia de 2,4 GHz compatible con tecnología SLIPSTREAM, y por otro tenemos Bluetooth para dispositivos móviles versión 4.0 o superior.
La tasa de sondeo puede despistar a algunos, ya que en el software se habla de 2000 Hz para el ratón, pero el dongle soporta como máximo 1000 Hz. A efectos prácticos, serán 1000 Hz sobre los que opera este mouse tal y como vemos en las pruebas de comportamiento.
También se requiere una batería, que en este caso será mediante pilla AA, pues el mouse no dispone de ningún puerto para conexión cableada.
El fabricante informa sobre una autonomía de hasta 185 h en modo 2,4 GHz SLIPSTREAM, y hasta 400 h en modo Bluetooth. Es una cifra un poco justa considerando que no tenemos RGB integrado, pues haciendo los cálculos, tendríamos para 23 días usándolo 8 h consecutivas.
Podremos jugar con la entrada del modo suspensión para así ahorrar recursos, o bien disminuir el polling rate para que la CPU interna consuma menos recursos,
Si un aspecto positivo tiene este Corsair M55 Wireless es que soporta gestión mediante Corsair iCUE 5.17 o superior, además con bastantes elementos de ajuste.
Accedemos al apartado relativo al ratón, donde tenemos toda la gestión de perfiles, soportando el almacenamiento de un solo perfil en la memoria propia del dispositivo.
Básicamente, soporta personalización para 5 de sus 6 botones, excluyendo el botón izquierdo y ajuste de saltos DPI. Dicho ajuste consta de 5 saltos, configurables de 100 en 100 DPI, y modo Sniper, aunque aquí no lo utilizamos.
En la rueda de opciones del dispositivo encontramos la selección de polling rate, monitor de batería, comportamiento del modo suspensión, asistente de ajuste de ángulo y mejora de respuesta del botón. No tenemos calibración de superficie ni ajuste de distancia lift-off.
Por su parte, el dongle SLIPSTREAM soporta la conexión de más de un dispositivo, por ejemplo, un teclado Corsair. Aquí vemos que se indica la frecuencia máxima de 2000 Hz, aunque en la casilla del receptor USB se admite como máximo 1000 Hz. Es un poco confuso, la verdad.
A modo de referencia, llevaremos a cabo algunas pruebas de comportamiento con el software Mouse Test, cuyos resultados serán orientativos.
Terminamos con este análisis donde hemos probado el último ratón inalámbrico de la marca, el cual no busca un lugar destacado en cuanto a prestaciones, sino ofrecer una experiencia equilibrada y versatilidad a su usuario.
En lo que respecta a prestaciones, tenemos un sensor PAW 3311 a priori ligeramente inferior al 3327 del M55 RGB PRO, pero sobrealimentado con 24.000 DPI. Su comportamiento es bastante bueno para uso normal y juegos, aunque la precisión y suavidad son inferiores a un gama alta.
Ofrece conectividad inalámbrica de buena calidad y distancia en 2,4 GHz y Bluetooth para uso en dispositivos móviles, así que tenemos gran versatilidad en este aspecto.
Funciona a 1000 Hz de polling rate, pero nos despista ver en iCUE esos 2000 Hz, ya que el dongle incluido no admite tal velocidad. Esto es un poco contradictorio y no nos parece adecuado.
Aprovecha para visitar nuestra guía de los mejores ratones del mercado
Ha faltado tener un modo cableado, pero claro, tenemos alimentación mediante pila AA, con autonomía media/baja, pero añadiendo peso al conjunto para elevarse a 83 g. El acceso es sencillo y no disponemos de RGB para mejorar el consumo.
Admite gestión por software bastante completa; saltos DPI, comportamiento del modo suspensión, polling rate, ajuste de ángulos o personalización de botones. Nada mal en este caso.
El apartado de diseño asegura compatibilidad con cualquier tipo de agarre y tamaño de mano, buen desplazamiento, switches principales duraderos y bien calibrados, y botones secundarios poco salientes para evitar pulsaciones accidentales.
Corsair M55 Wireless está disponible por un precio de 55€, mientras que la versión RGB PRO cableada está actualmente a 40€.
Consideramos que es una cifra un poco elevada para no tener batería recargable y sensor de gama media, aunque sigue siendo una opción más económica que el Logitech G305, o el Orochi V2 de Razer, dos posibles rivales, aunque con mejor sensor.
| VENTAJAS | INCONVENIENTES |
| DISEÑO COMPACTO SIMÉTRICO APTO PARA CUALQUIER AGARRE | EL PRECIO PODRÍA AJUSTARSE MÁS |
| CONECTIVIDAD 2,4 GHZ Y BLUETOOTH | AUTONOMÍA NO MUY ELEVADA PARA NO TENER RGB |
| GESTIÓN MEDIANTE ICUE | SENSOR INFERIOR AL 3327 DEL M55 RGB PRO |
| BOTONES DE BUENA CALIDAD Y TACTO | |
| DONGLE INALÁMBRICO SLIPSTREAM INCLUIDO |
El equipo de Profesional Review le otorga la medalla de oro:
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