MIL-STD 810H, a pesar de ser algo alejado de la electrónica de consumo, lo hemos visto en multitud de productos como un reclamo. Y es que, aunque no sean dispositivos para el ámbito militar, los fabricantes han hecho pasar las pruebas necesarias para obtener esta certificación a sus productos. Pero ¿realmente nos beneficia o es un gasto innecesario?
Electrónica de consumo
La durabilidad de un producto, en este caso de un dispositivo electrónico de consumo, depende de una serie de factores interrelacionados que abarcan desde el diseño y la selección de materiales hasta los procesos de fabricación y control de calidad.
Sin embargo, en muchos casos, los materiales empleados, el diseño, y la fabricación suele ser igual para multitud de marcas y productos, ya que se fabrican en las mismas factorías, en los mismos ODM. A pesar de eso, vemos que algunos equipos pueden durar más que otros, a pesar de estar fabricado por el mismo ODM.
Aquí es donde entra en juego el QA o control de calidad. Un riguroso análisis durante todo el proceso de producción es esencial para detectar y corregir defectos antes de que el producto llegue al cliente. Las pruebas exhaustivas y los estándares de inspección estrictos ayudan a garantizar la durabilidad del producto, descartando aquellos que no pasen estos controles.
Algunas empresas, como Apple, invierten más en QA que otras, y es por ello que sus productos son más duraderos que otros, ya que el ODM, por contrato, será más estricto en el QA, desechando más productos que, de lo contrario, terminarían llegando al mercado. Así es como se consigue mayor vida útil en estos productos premium, descartando más dispositivos que para otras marcas se considerarían aceptables para su venta.
Los ODM tienen estrategias para optimizar estos aspectos, como unos estándares de calidad establecidos, sistemas de control, auditorías, formación del personal, etc.
Por ejemplo, para la electrónica para uso civil, especialmente la de consumo, la que va dirigida a los hogares principalmente, pasa una serie de pruebas como:
- Pruebas a PCB: en estos casos se pueden hacer inspecciones ópticas por humanos, por rayos X, o automatizadas mediante sistemas de visión artificial para comprobar defectos evidentes como soldaduras mal hechas, componentes mal colocados, pistas dañadas, etc. También se realizan pruebas eléctricas para medir ciertos valores y poder identificar si hay cortocircuitos o circuitos abiertos, etc. Otras pruebas posibles son las lógicas, enviando señales digitales y obteniendo mediciones en las salidas para comprobar si es lo esperado. Las pruebas funcionales simulan un escenario real, para detectar posibles fallos. Algunos lotes o placas se retirarán al no pasar estas pruebas. Si el cliente del ODM necesita de QA superior, las pruebas serán aún más robustas, y se descartan más cantidad de dispositivos considerados no aptos para su venta. A pesar de todo, no siempre se garantiza un 100% de fiabilidad, podrían no pasar los años de garantía…
- Pruebas de chips: al igual que las placas de circuito impreso, los circuitos integrados también pasan por pruebas similares, como pruebas funcionales mediante sondas lógicas, mediciones de parámetros eléctricos, corrientes de fuga, ganancia, capacitancia, velocidad de conmutación, pruebas de estrés, etc. Todo para vender solo aquellos que sean funcionales.
Esto en cuanto a productos para uso civil, pero ¿qué pasa con los destinados a uso militar?
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MIL-STD 810H: certificado de grado militar
MIL-STD-810H es un estándar militar estadounidense que define un conjunto de pruebas ambientales rigurosas para evaluar la resistencia de los equipos militares a una amplia gama de condiciones extremas que podrían encontrar durante su vida útil. Este estándar fue publicado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos (DoD) y es utilizado por fabricantes de todo el mundo para probar y certificar la durabilidad de sus productos electrónicos.
En la actualidad, el MIL-STD 810H se usa también como un recurso de marketing, para llamar la atención de los consumidores en productos convencionales. Por ejemplo, existen placas base, relojes inteligentes, procesadores, etc., que se someten a estas mismas pruebas como si fuesen para uso militar, aunque vayan destinados al consumo civil. Esto garantiza a los compradores que obtienen un producto resistente y fiable, robusto y con una vida útil que debería ser superior a la media estándar.
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Hace décadas, AMD sometía a todos sus procesadores a este estándar, independientemente de si iban destinados a consumo o al ámbito militar. Algo que no hacían otros competidores. Una estrategia de Jerry Sanders para atraer a los clientes por su calidad.
Los dispositivos electrónicos que obtienen esta certificación, tanto los de grado militar como los que terminan en nuestras casas, deben soportar las siguientes pruebas:
- Temperaturas extremas: los dispositivos se exponen a temperaturas extremadamente altas y bajas para evaluar su capacidad de funcionar en climas cálidos y fríos, y bajo condiciones en las que se someterán en el campo de batalla.
- Humedad: se someten a altos niveles de humedad relativa (HR) para verificar su resistencia a la condensación, el moho y la corrosión.
- Vibraciones: se usan diferentes frecuencias e intensidades de vibración para evaluar su resistencia a los golpes y las vibraciones durante el transporte o el uso en entornos en los que el dispositivo no estará estático.
- Golpes: también se someten a golpes bruscos para evaluar su capacidad de resistir caídas y otros impactos a ciertas fuerzas G.
- Polvo y arena:se exponen a polvo y arena para verificar su resistencia a la penetración de partículas que podrían dañar los componentes internos.
- Presión atmosférica: se emplean simulaciones en laboratorios de cambios de presión atmosférica para evaluar su funcionamiento en altitudes elevadas o en condiciones de baja presión.
- Otras: pueden pasar pruebas de luz UV, resistencia a la salinicidad, etc.
Quizás esto te recuerde también a otras pruebas como las de las certificaciones IPxx, destinadas a productos de consumo, que también están protegidos contra partículas sólidas y líquidos, como es el caso de algunos dispositivos móviles IP68, altavoces inalámbricos IP68, etc.
Si un dispositivo supera con éxito las pruebas MIL-STD-810H, significa que ha demostrado ser resistente a las condiciones ambientales especificadas en el estándar. Esto no garantiza que el dispositivo sea indestructible, pero sí indica que ha sido diseñado y fabricado para soportar un uso en entornos hostiles.
Para el ejército esto es crítico, mientras que para el consumidor, no es algo que se tenga que tener como regla general para comprar un producto, pero sí que puede ser atractivo, ya que estamos comprando dispositivos móviles, altavoces inalámbricos, relojes inteligentes, portátiles, placas base, cámaras, GPS, y otros dispositivos que sabremos que van a aguantar condiciones más extremas, por lo que si los sometemos a mayor humedad, vibraciones, temperaturas extremas, o si los golpeamos, por poner algún ejemplo, es muy probable que sigan funcionando como si nada, mientras que un producto sin certificación MIL-STD 810H probablemente quedaría inservible bajo esas mismas condiciones.
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Ahora bien, cuando vemos que un dispositivo cumple con el estándar MIL-STD 810H, no significa que el DoD lo haya aprobado para su uso militar. Son los fabricantes los que garantizan que han pasado estas pruebas a través de laboratorios independientes acreditados.
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