Reparar un SSD externo es una destreza cada vez más importante, debido a la proliferación de este tipo de unidades de almacenamiento frente a los discos duros mecánicos tradicionales. En este artículo, daremos un breve repaso a algunas de las causas de fallo que son novedosas en este tipo de unidades externas y que no se aplican en los HDD «de toda la vida». ¡Veámoslo!
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Vamos a ver los distintos puntos de fallo que podemos localizar generalmente a la hora de lidiar con problemas en un SSD externo, de cara a lograr su posible reparación.
Uno de los problemas más comunes, tanto en SSD como en discos mecánicos externos, es que su interfaz USB falle, de manera que el disco/SSD por dentro está perfectamente, pero hay un problema en la parte que lo comunica con el PC.
Un problema con el cable sería lo más inocuo: conseguimos otro y listo. El problema está cuando lo que falla es el puerto. Ahí, lo ideal sería extraer el SSD de dentro y conectarlo en otra carcasa… pero como te explicaremos en el artículo, no suele ser posible.
Los SSD tienen un importante problema respecto a los discos duros mecánicos de toda la vida: no retienen los datos para siempre mientras están apagados. Si transcurre un cierto tiempo y no se ponen a funcionar, se podría borrar su información.
Ahora bien, contextualicemos esto: habría que tener el SSD totalmente apagado y sin usar durante, probablemente, varios años. Además, es algo que depende de la temperatura ambiente, de manera que con un almacenado a temperatura «normal» la información debería durar años y años.
En el caso de los SSD industriales, suele haber medidas extra para ampliar esta retención de datos, además de que está mejorando mucho con las últimas memorias lanzadas. Es un problema improbable, salvo que te pases demasiados años sin usar tu SSD externo y de repente ves que la información está vacía.
Otro de los casos en los que reparar un SSD externo se vuelve complicado por sus propias limitaciones es el límite de escrituras NAND. Y es que estas memorias tienen una cantidad definida de TB de información que pueden escribirse a lo largo de su vida útil.
No me malinterpretéis, porque este es el mismo caso que el del borrado de datos. Es un problema teórico, muy improbable en la práctica, salvo en casos extremos que merece la pena detallar.
En este caso, el problema estaría ahí si el SSD ha tenido un uso abusivo de los datos. Tendrías que escribir el equivalente a toda la capacidad del SSD una vez por día para sufrir de un problema así. ¡Difícil!
Si te preocupa saber cuántas escrituras llevas en la unidad, además de tener información importante sobre su salud (lo que te ayudará en el proceso de reparar), utiliza CrystalDiskInfo.
Nuestro mayor enemigo en el mundo del almacenamiento es que los datos se nos corrompan. Este es uno de los mayores indicadores de fallo físico que hay, y por tanto debemos tomárnoslo muy en serio.
Lo primero que debemos intentar hacer es revisar el CrystalDiskInfo, ese programa que te enlazamos antes, y comprobar qué estado de salud indica para el SSD. Con toda probabilidad no será Bueno, sino que saldrá en rojo y será Malo, indicándonos la posibilidad de que el SSD ha dejado de funcionar de manera correcta sin muchas posibilidades de reparación.
Aquí nuestra esperanza sería recuperar los datos corruptos, un proceso para el que no hay un método concreto más allá de productos como SSD Repair Tool de EaseUS, o AOMEI Partition Assistant. Debes tener en cuenta que ese tipo de programas suelen tener funciones de pago y no siempre funcionan, por lo que piénsatelo dos veces antes de pasar por caja.
Otra alternativa más seria sería acudir a una firma de recuperación de datos especializada, sobre todo si concurren 3 factores: los datos eran realmente importantes, la reparación entra en tu presupuesto, y te garantizan resultados.
Como comentábamos antes, cuando el problema al reparar nuestro SSD externo está en la interfaz de comunicación USB, es lógico pensar que abrirlo puede ser su solución.
Y es que, como decíamos, lo normal en los discos duros mecánicos tradicionales (HDD) era que sus versiones externas integrasen un disco interno, y una carcasa con la comunicación USB. De esta forma, al abrir la carcasa podríamos extraer el disco y conectarlo a una carcasa sana.
No obstante, para las empresas que fabrican SSD externos hay una tentadora tendencia: vender productos más pequeños y cómodos de usar, y reducir su reparabilidad con esa excusa.
Por ello, en la mayoría de SSD externos no encontrarás uno interno extraíble. En cambio, los componentes del SSD estarán en una misma placa de circuito con la interfaz de comunicación.
Esto te obliga a optar por la soldadura como solución ante un puerto roto, por ejemplo. Requeriría un nivel de destrezas muy elevado, y realmente saber lo que estás haciendo, por lo que de nuevo tendríamos que recurrir a una empresa especializada.
Mi recomendación es que revises en internet tu modelo concreto de SSD externo, suele haber vídeos en los que se abre por dentro (en inglés «teardown«), y quizás tengas suerte y no esté soldado.
Última actualización el 2024-11-21
Si no está soldado, conseguir una carcasa para SSD es súper sencillo y solo debes saber qué formato utiliza, siendo los más comunes M.2 y SATA.
Para finalizar el artículo, queremos tratar un detalle muy importante de todos los SSD y que también afecta a los SSD externos, y es su período de garantía.
Básicamente, en muchísimas ocasiones te resultará más interesante y beneficioso mandar tu SSD a garantía si todavía está cubierto con el fabricante. Normalmente, los fabricantes ofrecen hasta 5 años de cobertura. Por ello, si está en garantía no lo abras, porque la anulará, y limítate a pedir su reparación oficial.
Te recomendamos la lectura de nuestra guía con los mejores SSD externos del mercado.
En cualquier caso, las garantías no cubren la recuperación de datos, salvo excepciones como el servicio Rescue de Seagate, que ofrecen únicamente en algunas unidades. En esas situaciones, seguimos insistiendo en las empresas de recuperación de datos profesional, siempre que la información sea altamente importante.
¿Qué métodos conoces para reparar un SSD externo? Te leemos en los comentarios.
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