La 14ª generación de procesadores de la marca azul es una realidad, y el primero que probaremos será su Intel Core i9-14900K, el modelo tope de gama que se lanza en esta primera oleada para ordenadores de sobremesa. Se trata en definitiva de un refresh respecto a Raptor Lake, manteniendo su arquitectura híbrida con 16 E-core a 4,4 GHz y 8 P-core, cuyas frecuencias de reloj suben hasta 6,0 GHz en Thermal Velocity Boost con hasta 280W en PL2 ya en la configuración de serie.
Estamos ante un paquete revisado con rendimiento optimizado donde Intel llevará a su máximo la arquitectura Intel 7.
Agradecemos a Intel su confianza en nosotros por enviarnos estas CPU para su análisis.
Por el momento desconocemos los cambios que llevará el Intel Core i9-14900K en su empaquetado, posiblemente sean pocos con respecto a la 13ª Gen. En cualquier caso estaremos ante una caja de cartón duro con dimensiones generosas para almacenar únicamente la CPU junto a su documentación de garantía.
Una vez más se prevé que Intel lance una larga lista de procesadores para esta nueva iteración de su arquitectura Intel 7 (sabemos ya que son 26 modelos), sumando modelos desbloqueados, normales y la serie T. Todos ellos seguirán manteniendo esta nomenclatura de i-14000, en cambio la marca la actualizará a “Ultra” a partir de Meteor Lake.
Como siempre, los modelos clave de esta generación serán el Intel Core i9-14900K / KF como opción tope de gama para gaming y entusiastas, i7-14700K / KF como versión de gama alta equilibrada y el i5-14600K / KF como opción de gama media para los que buscan rendimiento en juegos al mejor precio.
En el apartado de diseño tenemos un chip de 238 x 108 mm con un IHS metálico, el cual pasó a ser un poco más grueso que en Alder Lake debido al adelgazamiento del die. En algunos modelos Raptor Lake se han reportado deformaciones en la zona central debido a las temperaturas de trabajo, de hecho nuestro 13600K ha empeorado su rendimiento térmico respecto al inicial. Confiamos en que no se reproduzcan en estos modelos.
Intel mantiene la compatibilidad con el socket LGA 1700, el que tenemos disponible para las últimas dos generaciones, aunque esta será la última arquitectura que soportará esta plataforma. Se trata de un socket rectangular con pletina superior ejerciendo presión sobre el grid de contactos con hueco central para los condensadores de filtrado. Todos los disipadores de LGA 1200 son en principio compatibles con este socket con los adaptadores correspondientes.
Intel recomienda instalar un sistema de refrigeración líquida de 360 mm para esta CPU al ser la que, según sus pruebas, muestra un mejor desempeño a la hora de conseguir llegar a Thermal Velocity Boost. Esta CPU no solo iguala en exigencia térmica al 13900K, sino que la supera, pues en la configuración de stock con PL2 a 280W hará thermal throttling con prácticamente cualquier solución térmica convencional, así que será normal ver que, tras un tiempo a máximo rendimiento, baja las frecuencias y voltajes.
Intel Core i9-14900K da vida a la tercera generación de procesadores con la arquitectura híbrida de Intel, la cual trajo profundos cambios al concepto de procesador de escritorio adoptando núcleos eficientes (E-core) y núcleos de rendimiento (P-core), los de toda la vida por así decirlo. Esta 14ª generación sigue adoptando el proceso de fabricación Intel 7 el cual utiliza transistores de 10 nm SuperFin.
Las mejoras de esta nueva generación respecto a los Raptor Lake podemos decir que son discretas, los primeros test hablan de menos de un 5% respecto del i9-13900KS, la versión potenciada, aunque todo dependerá del silicio, solución térmica y configuración. Actualmente, AMD tiene la CPU más potente para juegos gracias a las memorias V-Cache. ¿Volverá a ser el 14900K referente en gaming?
La configuración de núcleos y microarquitectura en principio no se ha cambiado respecto a Raptor Lake, así que el Intel Core i9-14900K cuenta con un total de 8 P-core, que a su vez suman 16 hilos al tener tecnología multihilo, y 16 E-core que suman otros 16 hilos sin HyperThreading, conformados en 4 complejos de 4 núcleos cada uno.
Por el momento, esta es la máxima configuración disponible en la arquitectura de Intel. La configuración de memoria caché se mantiene exactamente igual, con 36 MB en L3 SmartCache compartida para todos los núcleos, 32 MB en L2 con 4MB para cada grupo E-core y 2 MB por cada P-core, y finalmente caché L1 con 32 KB L1I y 48 KB L1D para P-core y 64 KB L1I y 32 KB L1D en los E-core.
Donde sí tenemos un apretón de tuercas será en la configuración de frecuencias del Intel Core i9-14900K, la principal razón para superar a su antecesor. Tengamos en cuenta que estas CPU tienen un sistema de funcionamiento sostenido a máxima potencia turbo en lugar de la duración limitada que se encuentra en productos anteriores. En este modelo partimos de una frecuencia base de 2,4 GHz en E-core y 3,2 GHz en P-core. Esto significa que en configuración mínima de stock, los núcleos serán capaces de funcionar a esta frecuencia sostenida.
El modo Max Turbo Frequency es la frecuencia máxima a la que el procesador es capaz de funcionar en un solo núcleo utilizando la tecnología Intel Turbo Boost. En este caso será de 4,4 GHz en E-core y 5,6 GHz en P-core. El modo Max Turbo es la frecuencia boost mínima o de referencia que puede desarrollar la CPU, sería como el primer step a nivel de rendimiento máximo de la CPU. A continuación tenemos el segundo escalón de rendimiento que corresponde al modo Turbo Boost Max Technology 3.0, el cual sube únicamente las frecuencias de P-core hasta 5,8 GHz, siendo efectiva en modo ráfaga para un solo núcleo.
En el último escalón entra en juego el modo Intel Thermal Velocity Boost (Intel TVB), que es una característica exclusiva del i9 que aumenta de manera puntual y automática la frecuencia de reloj de un solo núcleo por encima de su límite normal, y frecuencias de la tecnología Intel Turbo Boost de múltiples núcleos. Este modo se activa calculando cuánto está funcionando el procesador por debajo de su temperatura máxima y si aún tiene presupuesto de energía turbo disponible. Por tanto, dependerá de la carga de trabajo, capacidad y temperaturas, siendo como un overclocking automático controlado.
Intel agregó un perfil de entrega de energía extrema en las CPU Raptor Lake que potencia el rendimiento multinúcleo si existe espacio térmico y la placa base puede suministrar la energía y corriente necesarias (plataforma Z690 y Z790). En el Intel Core i9-14900K los niveles PL1/PL2 e ICCMax son más altos que en el i9-13900K con el nuevo perfil extremo, el cual ya está implementado de serie en las placas.
Perfil de Energía Rendimiento | Perfil de Energía Extremo |
PL1 = 253W | PL1 = 253W |
PL2 = 253W | PL2 = 253W |
ICCMax = 307A | ICCMax = 400A |
PL1 es el Power Limit 1 (larga duración), una configuración de energía donde la CPU opera de forma estable a máximo rendimiento. PL2 es el Power Limit 2 (corta duración) especifica la potencia máxima que podrá alcanzar la CPU en modo Thermal Velocity Boost, que por defecto en este 14900K está configurada a 280W según la placa. ICCMax especifica la corriente máxima que el procesador puede consumir. Estos parámetros junto a otros tantos como Tau (tiempo de duración del estado PL2), podremos configurarlos, bien desde la BIOS o mediante la aplicación Intel XTU desde Windows.
En el lado del ahorro de energía y eficiencia también tenemos la opción de hacer undervolting, de hecho es seguramente la práctica más recomendable en esta CPU para mejorar muchísimo las temperaturas sin perder apenas rendimiento bruto. 125W es la potencia PL1 y PL2 que podemos establecer como “configuración ECO” o incluso 65W, pero tiene poco sentido para un 14900K. Ya veremos en las pruebas que es un ajuste sumamente interesante de cara al equilibrio entre potencia y rendimiento con disipadores de gama media/baja.
Todo lo que hemos visto hasta el momento puede ser modificado cómodamente desde la aplicación Intel XTU, la cual ya es compatible con estas CPU de 14ª generación. Se ha añadido la función AI Assist la cual ejecuta una serie de pruebas para determinar el rendimiento básico y el potencial de overclocking de la CPU.
El modelo AI toma una lista de configuraciones de overclocking estimadas y únicas para la configuración actual del sistema, a partir de una base de conocimiento de Intel donde se han probado multitud de especificaciones diferentes. La configuración resultante será la que se considera óptima en cuanto a rendimiento bruto para nuestro equipo, la que lleve al límite la CPU.
Se añade la nueva función Intel Application Optimization, una política de software junto a Intel Dynamic Tuning Technology (DTT) que optimiza la programación de subprocesos y asignación de recursos de aplicaciones en tiempo real. Esta función debemos activarla en la BIOS desde el apartado de opciones avanzadas de CPU, y se conecta con XTU a una serie de perfiles de CPU descargables optimizados para aplicaciones y juegos.
En este apartado el Intel Core i9-14900K y resto de CPU Raptor Lake Refresh tienen pocas diferencias respecto a la anterior arquitectura. Contamos con una interfaz I/O compuesta por 20 LANES PCIe 5.0 todas ellas, así como soporte de memoria RAM DDR5 a frecuencia nativa de 5600 MHz y DDR4 a 3600 MHz, hasta 192 GB compatible con perfiles Intel XMP 3.0.
Como solución de gráficos integrados meramente anecdóticos, tenemos los Intel UHD Graphics 770 con 32 unidades de ejecución y 256 shaders, a 1,65 MHz. Soportarán DirectX 12, HDCP 2.2 y tres conexiones de vídeo 4K60.
Llega el momento probar el Intel Core i9-14900K con el siguiente banco de pruebas:
BANCO DE PRUEBAS | |
Procesador: | Intel Core i9-14900K |
Placa Base: | AORUS Z790 MASTER X |
Memoria RAM: | 32 GB Kingston Fury Beast RGB DDR5 5600MHz |
Disipador | MSI Coreliquid S360 |
Disco Duro | Corsair MP600 |
Tarjeta Gráfica | Nvidia RTX 4080 |
Fuente de Alimentación | Corsair RM1000 |
Los test que hemos utilizado son:
No hay sorpresas en lo que a rendimiento en RAM se refiere, así que vamos directamente a las pruebas de Cinebench donde tenemos un ligero aumento respecto a la anterior generación. Será un 2% en R20, 2,4% en R23 y 3% en R24 en multi core, mientras que en single core las mejoras son del 5,2% en R20, 2,8% en R23 y 3,7% en R24.
En los test combinados con gráficos, la puntuación y físicas mejora con DirectX 12, haciendo lo propio en los test de uso general con PCMark. Las mejoras en rendimiento bruto en general son pequeñas, tal y como mencionaban las pruebas iniciales.
A continuación evaluamos el rendimiento del Intel Core i9-14900K en juegos con resoluciones 1080p, 1440p y 2160p. Recordemos que a menor resolución de juego, mayor será la influencia de la CPU.
El rendimiento en juegos está bastante disputado con las CPU X3D de AMD, en algunos títulos como Metro Exodus el 14900K consigue imponerse testimonialmente con diferencias de apenas 1 FPS, pero por lo general las CPU de AMD consiguen sacar diferencias mayores allí donde son superiores, así que el 14900K no es la mejor CPU gaming.
Para hacer foco en la comparativa de rendimiento entre estas tres bestias en juegos, hemos aislado los resultados de las CPU y añadido varios juegos actuales más demandantes.
Las cifras nos dejan una mayor diferencia de rendimiento en 1080p por ser donde más peso tiene el rendimiento de la CPU. Hablamos de que el 14900K supera por un 9% al 13900K, mientras que en 1440p esta diferencia es tan solo del 4% y en 2160p los valores son prácticamente iguales.
La lucha por la supremacía en rendimiento gaming está poco disputada con el Ryzen 9 7950X3D, viéndose superada en la mayoría de títulos probados en 1080p y 1440p, mientras que en 2160p sencillamente es un empate al tener mucho más peso el rendimiento de la GPU. Teniendo esto en cuenta, podemos decir que no es la mejor CPU gaming del mundo, de hecho el 7800X3D también supera al propio 7950X.
Tomaremos la configuración de stock fijada por la placa base AORUS para evaluar voltajes, frecuencias y temperaturas del Intel Core i9-14900K sin tocar ningún parámetro, siendo el escenario de partida para cualquier usuario.
La CPU por defecto está configurada con PL1 a 280W y PL2 ilimitado, por lo que a máximo estrés obtenemos efectivamente un consumo de 280W. Con esta cifra se aplica un voltaje pico de 1,475V en modo Thermal boost alcanzado los 6,0 GHz.
Sin embargo la solución térmica de 360 mm no es suficiente para sobrellevar estas frecuencias durante mucho tiempo, así que el proceso se estabiliza en 5,0-5,1 GHz en P-core y 4,1 GHz en E-core a 1,1V a unos 89ºC de media. Solamente durante un tiempo determinado obtenemos 5,7 GHz en P-core hasta que se produce thermal throttling.
Las cifras son un tanto elevadas, y sin duda lo ideal será ajustar un poco estos valores especialmente si vamos a utilizar la CPU a máxima potencia habitualmente. En caso de tareas normales y juegos no llegaremos al límite de la CPU, por eso a fin de cuentas el modo automático es que casi siempre se deja por defecto.
Si nuestra solución térmica va justa o queremos ganar un poco más de eficiencia y temperaturas más controladas en la CPU, la forma fácil de hacerlo es ajustar los valores de potencia.
Podríamos ajustar voltajes, offsets y frecuencias, pero es tedioso por tener núcleos de dos tipos y no se consigue un resultado tan bueno salvo que estemos horas haciendo pruebas. Hoy día las placas y su gestión de energía en las VRM son tan buenas que encontrarán los voltajes óptimos en función de la potencia que fijemos.
Telemetría PL1=PL2=253W
Pues bien, ajustamos PL1 y PL2 a 253W, que es el valor recomendado por Intel (también podríamos establecer ICCMax), pudiendo hacerlo desde BIOS o Intel XTU. El resultado en este caso será un rendimiento máximo muy similar al anterior, voltajes y frecuencia prácticamente calcados. Pero gracias a esos 26W menos de consumo no tenemos thermal throttling relevante en la unidad, quedándose a 97ºC en temperatura pico. Si queremos alargar la vida de la CPU sin perder prestaciones, esta es la configuración recomendada.
Telemetría PL1=PL2=125W
Podemos ir un paso más lejos y ajustar PL1 y PL2 a 125W, algo así como la potencia base o modo Eco de esta CPU. En este escenario sí que se nota un poco más la pérdida de potencia bruta (más notoria cuanto más potente sea la CPU), hablamos de hasta un 22% menos en Cinebench R23. Pero es que estamos consumiendo un 55% menos de energía, así que los datos compensan, y mucho. Ojo, hablamos de potencia pura, pero si hacemos pruebas en gaming, a 1080p apenas estamos perdiendo 5 o 10 FPS, mientras que en 1440p y 2160p los valores son iguales.
El escenario de configuración para un uso diario con un disipador normalito es excelente, y en HWiNFO podemos ver que aún se mantiene el modo turbo a 6,0 GHz, rebajando el voltaje medio a tan solo 0,92V. En consecuencia, las temperaturas medias son de 53ºC, una maravilla.
Tras hacer un benchmark de prueba y monitorización del procesador obtenemos, por un lado, un rendimiento bruto ligeramente inferior, y por otro, temperaturas verdaderamente elevadas que se mantienen a 100ºC, consumiendo más de 310W. Resumen: este ajuste es para nada recomendable.
Telemetría Modo AI Assist
Podríamos hacer un reajuste con la opción Speed Optimizer, la cual rebaja algunos parámetros, pero de nuevo, estamos ante una configuración sumamente agresiva. Nos mantenemos firmes en que la mejor opción para mejorar las condiciones de trabajo es ajustar los parámetros de consumo a 253W o incluso menos.
Toca hacer balance final de este análisis, donde tenemos un refresco, de esos a los que acostumbran las marcas, pero de obligada decisión al no poder superarse los rendimientos un 15 o 20% cada año. A cambio, Intel nos da su mejor versión de la arquitectura Intel 7, y de paso nos obliga a meter una refrigeración casi titánica en nuestro PC para aguantar el ritmo del 14900K.
Ya podemos decir que sus mayores desventajas son el gran consumo y sus altísimas temperaturas, esto es así. Si no queremos un PC-estufa en nuestra habitación, la mejor decisión es ajustar su consumo PL1 y PL2 a 253W o incluso menos, y aun así recomendamos una RL de 360 mm o disipador de doble bloque, junto a una placa Z790 potente. La integración de perfiles Extreme Power Delivery en placas hará sacar lo máximo del procesador puntualmente, pero su uso masivo podría poner en problemas el hardware.
Las mejoras que ofrece esta CPU respecto a su antecesor son discretas en rendimiento puro, hablamos de un 2 a 3%. Sin embargo, su elevado boost de 6,0 GHz (al cual también puede llegar el 13900K) le hace superar a la opción de 13ª Gen en gaming, pero no a los procesadores Ryzen X3D de AMD (aunque su rival directo es bastante más caro). Esto hace que la combinación de rendimiento en tareas y juegos aún favorezca a la CPU de Intel.
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Otra cuestión a considerar si compramos esta CPU es el hardware que le rodea, es decir, placa y disipador, pues para sacar el máximo de capacidad necesitamos elementos de envergadura que aumentará el precio total. La gestión de voltajes es muy importante en esta CPU, y por lo general esto lo hacen placas de gama alta. Una mínima experiencia en BIOS o al menos en parámetros de CPU son recomendados para el usuario, pues ahorrará quebraderos de cabeza en un futuro por temperaturas o crasheos.
El precio recomendado de este Intel Core i9-14900K será de $589, una cifra que probablemente suba un poco viendo que en el momento de este análisis, el 13900K aún supera los 600€. Aun así, es 100€ más barato que su rival 7950X3D y similar al 7950X. Sobra decir que no es una opción para actualizar si ya tenemos un 13900K, pero si buscamos un PC nuevo de rendimiento top 1-2 en aplicaciones y juegos, esta CPU puede compensar el desembolso extra que supone la opción X3D de AMD.
VENTAJAS | INCONVENIENTES |
EL AUMENTO DE BOOST SE NOTA EN GAMING 1080P | POCAS MEJORAS RESPECTO AL 13900K |
MÁS RÁPIDO EN APLICACIONES PESE A TENER ARQUITECTURA HÍBRIDA | LOS RYZEN 7000X3D SON MEJORES EN GAMING |
COMPATIBLE CON PLACAS 600 Y 700, Y RAM DDR4 Y DDR5 | ALTO CONSUMO DE ENERGÍA |
MANTIENE PRECIOS RESPECTO A RAPTOR LAKE | MUY EXIGENTE TÉRMICAMENTE |
EXCELENTE RENDIMIENTO TAMBIÉN EN PL2=253W Y 125W |
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