Vamos a darte las herramientas para saber cómo elegir un micrófono que se adapte a tus necesidades, sean de oficina, gaming, streaming o podcast. Entramos en tipos, patrones y todo detalle para comprar micrófono con cabeza.
Hay que tener muchas nociones en la cabeza si queremos elegir un micrófono que cumpla nuestras expectativas. Desde saber si necesitamos un micrófono dinámico o de condensador, tarjeta de sonido dedicada, hasta qué patrón polar debemos contemplar. Si te suena todo a chino, estás en el sitio idóneo, por lo que coge papel y boli.
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Entre especificaciones, tipos, patrones y complejidades… puedes morir en el intento. En Profesional Review ya hemos explicado aspectos detallados de los micrófonos, por lo que iré pasando por encima para que tengáis una idea general. Si tienes más curiosidad sobre alguna información, enlazaré a lo largo del post mucho contenido, y si no lo encuentras, ¡comenta abajo!
Cuando vamos a comprar un micrófono, encontraremos estos 3 tipos de micrófono, así que voy a explicar brevemente cada uno. Deciros que existen más tipos de micrófonos, los cuales quedan todos recogidos y explicados en el artículo enlazado.
El micrófono de condensador está compuesto por 2 placas de metal: una es móvil y la otra fija. La móvil se comporta como un diafragma fabricado en un material ligero y suele estar bañada de algún metal, por lo que tiene una conductividad eléctrica. La placa móvil vibra cuando es golpeada por las ondas sonoras.
Ambas placas están casi pegadas la una de la otra, componiendo un circuito electrónico: cuanto más cerca estén, más capacidad. El micrófono de condensador convencional viene con un transistor o válvula para la carga de electricidad, y aquí es donde entra la gran diferencia con el electret. Uno convencional necesita un voltaje externo para recargar el diafragma con el fin de hacerlo operativo.
El micrófono electret no deja de ser de condensador, solo que hace uso de una carga de electricidad permanente: no necesita alimentación externa. También tiene 2 placas metálicas cercanas, pero la clave está en el electret: es un material dieléctrico que simplifica el condensador porque no requiere voltaje de polarización y viene preamplificado.
En la práctica, ¿cuáles son las diferencias del micrófono de condensador y electret?
A su vez, el micrófono de condensador y electret tienen varios tipos:
¿Para qué se usa un micrófono de condensador? Grabaciones o captar el sonido al mínimo detalle, por lo que es muy interesante para estudios o grabar ASMR, por ejemplo. No lo recomendaría para streamings o podcasts donde haya cambios de decibelios radicales (gritar) porque no es dinámico y no soporta muy bien la presión sonora alta.
Cambiando de tercio, el micrófono dinámico se compone por un diafragma, una bobina de voz y un imán. Las ondas sonoras impactan con el diafragma, generando una vibración en éste y en la bobina simultáneamente. Alrededor de la bobina hay un campo magnético cuyo protagonista es el imán, lugar donde se crea la señal eléctrica: el sonido.
Podemos resumir sus características a:
Para que os hagáis una idea, un micrófono de condensador se usa para grabar en un estudio porque se busca capturar cada detalle de sonido, hasta el más ínfimo. Al contrario, los micrófonos dinámicos son más de «batalla» porque aguantan los cambios de decibelios radicales, de ahí que se usen en conciertos o en streamings y podcasts donde la persona puede gritar o hablar más alto de lo normal.
Esencial a la hora de saber cómo elegir un micrófono, encontramos los patrones. Los patrones polares definen la direccionalidad del micrófono: en que parte de éste debemos hablar para que capte todo correctamente. Los patrones polares en micrófonos más importantes son el cardioide, supercardioide, hipercardioide, subcardioide, omnidireccional, bidireccional (Figure 8) y unidireccional.
De forma rápida y resumida, se diferencia en lo siguiente:
Ahora os preguntaréis, ¿qué patrón polar me interesa? Apliquemos la teoría a la práctica.
Esto es alto que se pasa por alto y que todos debéis contemplar: hay micrófonos dinámicos y de condensador que vienen con interfaz XLR. Esto significa que necesitaréis una tarjeta de sonido dedicada, algo que debéis añadir al presupuesto.
El cable XLR es interesante porque cancela cualquier interferencia externa, protegiendo el sonido de irregularidades. Puede que os dé igual, pero esto es clave en sonido profesional, así que la conexión XLR se caracteriza por ofrecer una señal equilibrada de alta calidad.
Por el contrario, la interfaz USB es más universal, no precisa de interfaz y ofrece mayor compatibilidad. Sin embargo, no es idónea para sonido profesional porque no protege de interferencias.
Como última alternativa tenemos TRS, que es similar al jack 3.5 mm pero mucho más grande. Aquí podemos encontrar algo de ruido en la señal, pero he de decir que se usa en señales mono no balanceadas: instrumentos musicales, mesas de mezclas, etc.
Si te preguntas cómo elegir un micrófono, debes pensar entre USB o XLR para evitarte quebraderos de cabeza.
Empezando por la respuesta de frecuencia, esto nos dice el rango completo de ondas al que responde el micro. Se ve representado por los Hz (hercios) o kHz (kilohercio) en la ficha técnica del micrófono, y la mayoría suele ir de 20 o 50 Hz a 20.000 Hz normalmente. Es más difícil encontrar micrófonos que operen por debajo de los 50 Hz, que serán más caros y más profesionales.
Otro detalle que podemos ver en la ficha técnica es la sensibilidad, que es medida por dB (decibelios). La sensibilidad está relacionada con el nivel de presión sonora (SPL), de ahí que lo veáis en la ficha técnica. Se trata de la medida del nivel de la señal de salida del micrófono en una entrada acústica; dicho de otra manera, mide lo efectivo que el micrófono es como transductor de energía.
Cuando grabamos audio con el micrófono puede verse en el audio más o menos ganancia, ¿verdad? Los menos sensibles requieren más ganancia, mientras que los menos sensibles todo lo contrario. Solo queda saber qué se considera alta sensibilidad, y para ello partir de 8 mV/Pa o más. Tened en cuenta que los micrósofonos USB no tienen sensibilidad porque emiten señales digitales, no analógicas.
SPL o nivel de presión de sonido, es el nivel de presión en el que la señal del micro empieza a distorsionarse. Todas las clasificaciones se ven medidas en una distorsión armónica total (THD) del 0.5% en un tono de una sola frecuencia. Aquí nos interesa que si hablamos fuerte en el micro, no distorsione:
Simulando la película de Oppenheimer, hemos arrojado mucha información que debe ser digerida y asimilada para entender qué debemos tener en cuenta en la compra de un micrófono. Por tanto, voy a haceros una serie de sugerencias como conclusiones.
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Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, podéis comentar abajo y os responderemos en breve.
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