La noticia viene por una afirmación de Goldman Sachs: Intel planea que TSMC fabrique más CPU. No podría satisfacer la demanda por sí misma.
Como varios desencadenantes de esta situación, tenemos el aumento de demanda, las tasas de rendimiento de 10 nm y la capacidad de producción. Intel tiene que alinear este triángulo si quiere seguir siendo competitiva frente a AMD, así que TSMC se abre como una posibilidad. Además, no creo que le pidan chips de 5 nm, que es donde hay cuello de botella, sino más bien 7 nm.
Intel se atraganta con sus CPU de 10 nm y llama a TSMC
Todo viene por Goldman Sachs y TrendForce, que apuntan a las dificultades de Intel para fabricar por sí misma los procesadores. No solo hay problemas de capacidad de producción, sino que el grave problema son las tasas de rendimiento: los 10 nm podrían haber llegado a su máxima potencia.
Ya sabéis que no hay nadie como Intel en sacar el máximo partido a una litografía más antigua, y es que estuvieron hasta 2021 con los 14 nm. A pesar de las críticas (mía incluida), Intel ha logrado lucharle a AMD de tú a tú con una litografía claramente inferior, a pesar de que el consumo se disparase.
Pat Gelsinger, el CEO de Intel, dijo hace poco que la marca estaba «en plazo» para lanzar su nodo 18A (1.8 nm), siendo esperado en 2025. Me parece inverosímil que tengan problemas con un nodo de 10 nm y en 2 años se planten en 1.8 nm, ¡perdonadme por ser agorero!
Dicha hoja de ruta me parece acorde para TSMC porque en 2022 ya producían el nodo de 3 nm. Sin embargo, Intel tiene problemas para aumentar las tasas de rendimiento de 10 nm, así que habría decidido contactar con TSMC para subcontratar pedidos de CPU.
Todo esto no lo ha confirmado Intel, pero los rumores apuntan a que aumentaría los pedidos actuales con TSMC en 2025, ya que los Intel Meteor Lake que se anunciarán este final de 2023 ya tienen nodos hechos por los taiwaneses.
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