La pantalla táctil es la interfaz del presente. Hace unas décadas parecía algo futurista, pero con los dispositivos móviles se ha vuelto una interfaz de usuario bastante convencional. Es más, ha dado el salto también a otros ámbitos, como los portátiles convertibles o 2 en 1, etc. Pero…¿cómo funciona esta interesante tecnología?
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Una pantalla táctil, también llamada touchscreen, es un dispositivo de entrada que posibilita la interacción con un ordenador, teléfono móvil u otro aparato electrónico mediante el contacto directo con la superficie de la pantalla. En lugar de emplear un teclado o un ratón, el usuario puede manipular, deslizar, pellizcar o realizar gestos en la pantalla para llevar a cabo diferentes acciones y comandos.
Estas pantallas están constituidas por una capa táctil que se coloca sobre la pantalla principal del dispositivo. Dicha capa utiliza diferentes tecnologías, como resistiva, capacitiva, infrarroja o de ondas acústicas, para detectar la posición y los movimientos de los dedos o de un stylus sobre la superficie táctil. Estos movimientos se transforman en señales eléctricas o digitales que son interpretadas por el dispositivo y se traducen en acciones en la interfaz de usuario.
Ofrecen una manera intuitiva y cómoda de interactuar con los dispositivos, ya que suprimen la necesidad de periféricos adicionales y permiten una mayor flexibilidad en la entrada de datos. Se utilizan en una amplia gama de dispositivos, como smartphones, tablets, cajeros automáticos, paneles de control de automóviles, quioscos interactivos y muchas otras aplicaciones.
Sin embargo, también presentan algunas desventajas, como la posibilidad de errores de entrada debido a toques accidentales, huellas dactilares en la pantalla y limitaciones en la precisión para tareas detalladas específicas.
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No solo existe una tecnología de pantalla táctil, sino varias. Y para entender cómo funciona, que es el objetivo de este artículo, primero hay que saber los tipos y cómo funciona cada uno de ellos:
Las pantallas táctiles más básicas y frecuentes, como las de muchas máquinas expendedoras, incluidos los cajeros automáticos, así como otras similares, son de tipo resistivo. Estas pantallas funcionan mediante la interacción de dos capas conductoras de electricidad que se flexionan al ser tocadas. Una de las capas es resistiva y la otra es conductora, separadas por pequeños separadores que las mantienen apartadas hasta el contacto. Un flujo eléctrico atraviesa constantemente estas capas, pero al tocar la pantalla, las capas se presionan y se modifica la corriente eléctrica en el punto de contacto. El software detecta esta alteración en la corriente en coordenadas específicas y ejecuta la función correspondiente.
Las pantallas táctiles resistivas son duraderas y consistentes, pero pueden ser más difíciles de visualizar debido a que las múltiples capas reflejan mayor cantidad de luz ambiental. Además, estas pantallas solo pueden detectar un toque a la vez, lo que significa que no son compatibles con funciones como el zoom con dos dedos en un dispositivo como el iPhone. Por estas razones, es más común hallar pantallas táctiles capacitivas en dispositivos de gama alta, ya que estas pueden detectar cualquier objeto conductor de electricidad.
Las ventajas de una pantalla resistiva para un panel táctil son:
Como ocurre en multitud de dispositivos y sistemas, también tiene desventajas:
A diferencia de las pantallas táctiles resistivas, las pantallas tipo capacitivas no necesitan presionarse con el dedo para producir un cambio en el flujo eléctrico. En su lugar, son capaces de detectar cualquier objeto con carga eléctrica, incluyendo la piel humana, ya que está compuesta por átomos con cargas positivas y negativas. Las pantallas capacitivas se construyen utilizando materiales como el cobre o el óxido de indio y estaño, que almacenan cargas eléctricas en una rejilla electrostática compuesta por diminutos cables, cada uno más delgado que un cabello humano.
Existen dos tipos principales de pantallas táctiles capacitivas:
En ambos casos, cuando se toca la pantalla con el dedo, se transfiere una pequeña carga eléctrica al dedo para cerrar el circuito, lo que genera una caída de voltaje en ese punto específico de la pantalla. Por esta razón, las pantallas capacitivas no funcionan cuando se utilizan guantes, ya que la tela no conduce electricidad a menos que esté fabricada con hilos conductores. El software procesa la ubicación de esta caída de voltaje y ejecuta la acción correspondiente.
Una pantalla táctil capacitiva también tiene sus ventajas respecto a la resistiva:
Por otro lado, también tenemos algunas desventajas:
Como vemos, implementar una pantalla táctil resistiva o capacitiva dependerá en cada caso de las necesidades y aplicaciones del dispositivo al que vaya destinada. Por ejemplo, en un cajero automático la fiabilidad es importante, y no tanto la calidad de imagen, por lo que resistiva puede ser una buena tecnología.
Surface Acoustic Wave (SAW) es una opción rentable en comparación con la tecnología táctil capacitiva proyectada (PCAP). Ofrece una mayor claridad óptica con bordes significativamente más pequeños y es adecuado para aplicaciones con biseles.
Aunque no son tan conocidas como las tecnologías mencionadas anteriormente, las pantallas SAW presentan algunas ventajas, pero también tienen desventajas. Su funcionamiento se basa en transductores de emisión y recepción de sonido para determinar la ubicación exacta del toque, lo que puede resultar en una menor precisión en comparación con las tecnologías internas. Además, pueden presentar imperfecciones debido a la necesidad de elementos adicionales como reflectores.
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Se están llevando a cabo investigaciones y desarrollos en nuevas tecnologías de pantalla táctil, aunque actualmente el toque capacitivo sigue siendo el estándar predominante en la industria. Uno de los desafíos principales en el desarrollo de pantallas táctiles es adaptarlas para superficies más grandes, ya que los campos eléctricos en pantallas de mayor tamaño suelen interferir con su capacidad de detección.
Los ingenieros de software en Perceived Pixel, una empresa especializada en el diseño de pantallas multitáctiles, están utilizando una tecnología conocida como reflexión interna total frustrada (FTRI) en sus pantallas de mayor tamaño, que pueden llegar a alcanzar las 82 pulgadas. Cuando se realiza un toque en una pantalla FTRI, se dispersa la luz, y múltiples cámaras ubicadas en la parte trasera de la pantalla detectan este cambio óptico, de manera similar a cómo una pantalla táctil capacitiva detecta un cambio en la corriente eléctrica.
A nivel de software, el funcionamiento de una pantalla táctil implica varios pasos:
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