¿Gráficos bajos vs altos? ¿Cuál debo elegir si me PC está limitado o es un mega PC? Lo primero que debes saber es que cuando los desarrolladores de videojuegos nos hablan de requisitos mínimos o requisitos recomendados, solo nos informan de qué recursos debemos tener para que el videojuego funcione.
Pero una cosa es que funcione con gráficos bajos y otra que lo haga de forma fluida con gráficas altos vs ultra. Sin embargo, deberías conocer cuál es la diferencia de estas configuraciones gráficas y decidir si realmente merece la pena la caída de FPS o no.
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Cuando hablamos de una configuración de gráficos Ultra, no estamos refiriendo a una configuración de muy alta calidad, al máximo de lo que los videojuegos modernos permiten ajustar sus gráficos. Por tanto, con este preajuste conseguirás el nivel más alto de calidad gráfica, pero también consumirás más recursos, especialmente de GPU. Esto puede ser una opción cuando cuentas con un hardware potente y una GPU de última generación.
Además, esta configuración Ultra para juegos no solo es exigente con los recursos de hardware, también implica que tu CPU y GPU puedan elevar su temperatura de forma considerable debido a que trabajarán más forzadas. Esto podría generar throttling, lo cual afectaría a la experiencia de juego. Por ese motivo, este tipo de configuración gráfica se debería evitar siempre que no cuentes con un hadware potente.
Sin embargo, si tienes las posibilidades de subir al preajuste Ultra, entonces disfrutarás de la mejor experiencia en gaming, con iluminación muy real, texturas y sombras con gran detalle, etc.
La configuración gráfica alta también es un preajuste de los videojuegos en los que los gráficos tendrán una buena calidad, pero no serán tan extremos como en la Ultra. Esto también tiene una implicación sobre tu hardware, y es que, aunque trabaje a bastante rendimiento, no lo forzará tanto como la Ultra, y esto te permitirá jugar con un hardware menos potente y también a menor temperatura.
Como puedes imaginar, la configuración gráfica baja es un preajuste de los videojuegos para que el motor gráfico muestre unos gráficos más modestos, es decir, de peor calidad. Pero esto implicará que no necesitarás un hardware tan potente para jugar o que tu hardware estará trabajando de una forma más desahogada, y a menor temperatura.
Es importante destacar también que en los puntos de referencia, o benchmarks, es complicado conseguir que un título AAA de última generación pueda trabajar con gráficos Ultra y obtener más de 60 FPS a altas resoluciones. Y es que, como ya dije antes, para que esto sea posible, se necesita un hardware de gama alta.
A pesar de eso, esta configuración gráfica máxima está muy de moda entre los gamers profesionales. Sin embargo, usuarios con equipos modestos verán que con ese preajuste máximo la velocidad de fotogramas por segundo será demasiado baja como para que compense la mejora de la calidad visual como se puede comprobar en muchas pruebas de benchmarking. Y esto nos lleva a la siguiente pregunta…
La respuesta a esta pregunta no es sencilla, pero intentaré dar algunas ideas con los siguientes subapartados:
Una velocidad de fotogramas por segundo o FPS puede ser algo completamente subjetivo. Mientras a algunos jugadores les puede parecer adecuada una tasa de 30-60 FPS, a otros eso les parecería insuficiente, y querrían tasas de 100 FPS o más para aprovechar al máximo las frecuencias de refresco de los monitores de alta frecuencia.
Si eres un gamer que no juega a demasiados títulos AAA o que compite de forma profesional, una tasa de 60 FPS puede ser ideal. Por tanto, deberías ajustar la configuración gráfica para que tu equipo sea capaz de entregar esta velocidad de refresco. Dependiendo de la potencia de tu hardware, podrás llegar a un preajuste bajo, alto o ultra.
Si la configuración gráfica no es la deseada, entonces deberías tratar de hacer una actualización de tu hardware. Especialmente de la CPU si juegas a resoluciones de 1080p donde ésta unidad se nota más, o la GPU si juegas a resoluciones superiores, ya que es donde tener una GPU de gama alta se nota más. Aunque la RAM también afecta a los FPS, lo hace en menor medida que estas unidades de procesamiento, al igual que un SSD rápido, que solo te ayudará a ganar FPS en algunos títulos de mundo abierto donde se necesita acceder de forma muy intensiva a archivos.
Además, hay que destacar que muchos jugadores que desean conseguir una buena competitividad en títulos como Counter-Strike: Global Offensive (CS:GS), Valorant, Apex Legends, Overwatch 2 o similares, prefieren bajar la configuración gráfica lo más baja posible para conseguir altas tasas de FPS, ya que la capacidad de respuesta será superior.
En muchos juegos AAA modernos que están bien diseñados, las configuraciones más bajas son casi indistinguibles de las configuraciones más altas. Por tanto, a veces no merece tanto la pena subir las configuraciones gráficas.
Sí es cierto que con configuraciones gráficas altas verás las sombras más nítidas, notarás mejoras en la iluminación de las escenas, en las texturas, etc. Pero lo cierto es que cuando estás jugando de forma intensa en la mayoría de los casos no tienes tiempo para fijarte en esos detalles…
Cuando se trata de escenas lentas, muchos juegos AAA (incluso otros juegos) usan tecnologías de renderizado dinámico. Estas tecnologías reducen la resolución de renderización o la calidad de la textura cuando te mueves y aumentan gradualmente los detalles cuando los miras durante unos segundos. De esa forma, se consigue mejorar la calidad cuando estás parado y mejorar la tasa de refresco o FPS cuando te mueves. Esto es lo perfecto.
Si quieres ver la diferencia entre una configuración baja y una ultra en un ejemplo visual, aquí tienes este vídeo donde puedes ver los resultados y si, para ti, merecen la pena a costa de perder FPS o no. Como he dicho, es algo más personal.
No depende de nosotros decidir qué configuración de gráficos debes usar para jugar. Sin embargo, ante la duda, lo ideal es elegir una configuración gráfica intermedia. De ese modo tendrás un buen compromiso entre la velocidad de FPS y la calidad gráfica.
No olvides pasarte por nuestra guía de las mejores configuraciones gaming.
Pero si ves que tu hardware es algo limitado, opta por la configuración más baja y así te aseguras más FPS para que las escenas sean más fluidas y no produzcan esos cortes o tirones que tanto molestan y que pueden ser la diferencia entre ganar o perder.
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