Encontrar un buen portátil para trabajar no es una tare sencilla. Elegir el correcto es fundanmental, porque es tu herramienta para trabajar. Puede tener ciertas ventajas con respecto a un sobremesa, aunque también tiene sus desventajas. En esta guía te ayudaremos a elegir el correcto, tanto para trabajos ofimáticos como para cargas de trabajo más pesadas.
Índice de contenidos
Primero: ¿Qué sistema operativo es tu preferido?
Una de las primeras cosas que deberías elegir para tu portátil para trabajar es el sistema operativo, la plataforma de software con la que vas a trabajar. Esto es tan importante como el propio hardware. Y es que de él dependerá el software nativo que tendrás a tu disposición, además de otras características como la estabilidad, robustez y seguridad.
En el ámbito de los portátiles te puedes encontrar cuatro sistemas operativos esenciales:
Windows
Se trata del sistema operativo de Microsoft. Un sistema operativo muy usado en las empresas dada la compatibilidad con la suite ofimática Microsoft Office, entre otros programas empresariales disponibles para esta plataforma. También puede ser la mejor plataforma para gaming, si también te apetece algo de ocio con tu portátil. Sin embargo, no es el sistema operativo más seguro, ni el más robusto y mucho menos el más estable. Esto quizás lo deja algo cojo para algunos trabajos donde estos aspectos son importantes o en tareas críticas. Hay que decir que aunque la versión Home está muy extendida en el trabajo, Windows cuenta con ediciones empresariales como la Windows 11 Pro o Enterprise que tiene extras como la virtualización, soporte para mayor cantidad de memoria, tecnologías de seguridad adicionales, etc., que pueden ser oportunas para los portátiles de trabajo.
Es el más usado con diferencia en las empresas, suele ser barato y su compatibilidad es máxima. Es el que vas a encontrar en cualquier portátil para trabajar.
MacOS
El sistema operativo de Apple es de tipo Unix, y posee una interfaz muy amigable y sencilla. Además, la compañía vende hardware y software, por lo que estará muy optimizado, obteniendo siempre un magnífico rendimiento y eficiencia. Por supuesto, también es una plataforma estable, robusta y segura. Y encontrarás gran cantidad de software para trabajar, desde multitud e programas de Adobe para creativos, hasta la propia suite Microsoft Office, etc. Por tanto, puede ser una grandiosa plataforma para trabajar.
Chrome OS
Aunque no lo parezca, el sistema operativo de Google basado en el kernel Linux también puede ser un gran sistema para trabajadores. Y es que vas a encontrar todas las apps nativas para Android disponibles también para este sistema operativo, y eso incluye multitud de apps de Adobe para creativos, Office, etc. Y lo mejor de todo es que es un sistema operativo muy estable, robusto y seguro. Y si eso te parece poco, tiene la nube de Google muy bien integrada, por lo que usando GDrive no perderás jamás tus trabajos y los tendrás disponibles en cualquier dispositivo. Eso sí, dado el hardware de los Chromebooks, no son equipos para tareas que impliquen un gran rendimiento, solo para cargas ligeras.
Linux
Otra fantástica alternativa para trabajar es una distro Linux. Las distribuciones son estables, robustas y seguras, además de ser totalmente gratuitas, por lo que no tendrás que pagar licencia. Y no solo eso, cada vez tienes mayor cantidad de software disponible para esta plataforma. Aunque bien es cierto que no encontrarás Microsoft Office o Adobe Creative Suite de forma nativa. Pero existen alternativas como LibreOffice, GIMP, Darktable, Blender, etc. Por tanto, si buscas una grandiosa plataforma para trabajar y cuentas con un conocimiento técnico elevado, Linux es la mejor opción.
Comprender los nombres de los procesadores (CPU)
La siguiente parte más importante a elegir tras el sistema operativo es la CPU o microprocesador. Ésta también definirá la plataforma de hardware con la que podemos trabajar. Principalmente tenemos dos tipos de procesadores:
Procesadores Intel
Intel es uno de los principales competidores en este mercado, con sus procesadores Intel Core i3, i5, i7 e i9, entre otros. Como sabes, el i3 es el nivel de entrada, es decir, para los usuarios que necesitan menor rendimiento, como puede ser para ofimática, consultar el correo electrónico, navegar por la red, etc. El i5 es la versión pensada para la mayoría de usuarios, dado que tiene un buen rendimiento/precio. Mientras que el i7 es para los más exigentes y el i9 es el de mayor rendimiento.
Los podrás encontrar en varias generaciones, mientras más nueva sea la generación, mejor será su rendimiento y prestaciones. Por ejemplo, una generación 12ª es peor que la 13ª y así sucesivamente. Esta generación la puedes ver en los dos primeros números tras el modelo. Por ejemplo, un Intel Core i5-12510U es un 12ª Gen.
Por otro lado, al final del SKU también podrás encontrar varias letras. Para equipos portátiles generalmente serán U, H, e Y. Los chips Y están optimizados para que la batería tenga mayor autonomía, pero sacrifican algo de rendimiento. Los U son eficientes, aunque no tanto como los Y, y los H son los de mayor rendimiento. Dependiendo de las exigencias de tu trabajo deberás elegir uno u otro…
Procesadores AMD
El nombre del chip de AMD es tan difícil de descifrar como el de Intel. Los procesadores Ryzen 3, Ryzen 5, Ryzen 7 y Ryzen 9 también van dedicados a diferentes segmentos del mercado y los números coinciden con los de Intel. Por otro lado, también encontrarás la generación justo detrás de estos números. Por ejemplo, un AMD Ryzen 5 7600X es de 7ª Gen.
Por supuesto, también tienen letras finales que indican el nivel de rendimiento o si se trata de una CPU o una APU. Puedes encontrar letras como H de alto rendimiento para portátiles, U para la versión eficiente, y M para los de menor consumo, pero también tendrán menor potencia.
En todo caso, la GPU integrada de estos chips será mejor que la integrada en los chips de Intel, que tiene menos experiencia en gráficos.
Otros
Aunque Intel y AMD sean los reyes en cuanto a procesadores para portátiles, también existen otros tipos y familias. Por ejemplo, tenemos equipos con chips ARM, especialmente algunos Chromebooks. Por ejemplo, como el Qualcomm Snapdragon 850, entre otros de Mediatek, Rockchip, Samsung,… Estos chips ofrecen un buen rendimiento/vatio, pero no llegan a ser tan potentes como los de Intel y AMD.
Por otro lado, Apple también se ha lanzado a crear sus propios chips basados en ARM, como son los M1 y M2. Estos chips tienen un buen rendimiento y eficiencia, por lo que darán buenas prestaciones y un consumo de la batería bajo. Sin embargo, comparados con los modelos más poderosos de AMD e Intel, se quedan atrás, pero no por mucho.
También hay que decir que los próximos SOC de Snapdragon para portátil para trabajar serán una revolución: gran autonomía,
¿Cuánta potencia de procesamiento necesitas?
Ahora que ya conoces cuáles son los procesadores, deberías pensar en el rendimiento que necesitas y determinar cuál es la mejor CPU para ti. Por ejemplo:
- Ofimática y navegación: Intel Core i3, AMD Ryzen 3, ARM (cualquiera), o un M1/M2.
- Cargas de trabajo intermedias (la mayoría de los casos): Intel Core i5, AMD Ryzen 5, M1/M2 Pro.
- Cargas pesadas (codificación, compilación, virtualización…): Intel Core i7/i9, AMD Ryzen 7/9, M1 Max o Ultra (o los futuros M2 Max o Ultra).
En el caso de los Chromebooks y otros ultrabooks, no vas a encontrar modelos de CPU para cargas pesadas, dado que el espacio de estos es muy limitado y no pueden integrar sistemas de procesamiento suficientes para los chips de mayor rendimiento.
¿Qué pasa con la tarjeta gráfica?
Otra de las unidades de procesamiento importantes de los portátiles es la GPU, es decir, la unidad de procesamiento gráfico. Ésta no es importante para todos los trabajos. La mayoría pueden usar una GPU integrada o iGPU. Sin embargo, para ciertos trabajos como el renderizado, simulación gráfica, etc., sí que será importante contar con una buena GPU dedicada o dGPU de AMD o NVIDIA.
Por ejemplo, para ver algunos ejemplos de qué GPU necesitamos, veamos algunos ejemplos:
- Sin trabajo gráfico importante: cualquier iGPU integrada puede valer, como las de los chips Intel Core o las APUs AMD Ryzen. También las integradas en SoCs ARM como los Qualcomm, Mediatek, Samsung, Apple, etc.
- Visualizar vídeos: si el trabajo gráfico se reduce a visualizar vídeos, entonces vale lo dicho en el anterior punto.
- Renderizado, simulación gráfica, trabajo con vídeo, gaming, etc: en estos casos, deberías pensar en un portátil con una GPU dedicada de mayor rendimiento. Para ello, lo mejor es contar con una AMD Radeon RX o una NVIDIA GeForce RTX. En el caso de la GPU integrada en los chips M1 y M2 de Apple, lo cierto es que no rinden a la altura de las de AMD y NVIDIA.
En definitiva, dependerá de las tareas que hagas, una tarjeta gráfica para gaming no es necesaria para un portátil para trabajar. Las integradas que vienen con el procesador son suficientes para trabajar, hacer tareas pesadas de la mayoría de trabajos e incluso echarte unas partidillas.
¿Cuánta RAM necesitas para un portátil para trabajar?
¡Cuantos más, mejor! Esa es la premisa, pero no siempre necesitas invertir en una cantidad de memoria RAM enorme. Todo depende otra vez del trabajo que vas a realizar. Por ejemplo, veamos algunos casos frecuentes:
- Ofimática y navegación: con 4-8 GB de RAM serán más que suficientes.
- Vídeo, streaming, cargas de trabajo medias: 16 GB puede ser un buen punto de partida.
- Cargas pesadas como virtualización: deberías pensar en 32 GB o más.
Piensa algo importante y es que los equipos Chromebooks no suelen tener más de 8GB, pero tampoco lo necesitan, ya que las apps son más livianas y rinden bien con esa cantidad. En cambio, para equipos de Intel o AMD sí que es importante tener al menos 16 GB en la actualidad.
También es importante destacar que muchos portátiles admiten ampliar la memoria RAM que tienen. Por ejemplo, añadiendo otro módulo SO-DIMM en una ranura vacía que tengan, o sustituyendo el que ya tienen por otro de mayor capacidad. Pero otros equipos, como el caso de los Apple o los que incluyen memoria tipo LPDDR de bajo consumo, la suelen tener soldada en la placa base y no podrás ampliarlos.
¿Almacenamiento SSD o disco duro?
El disco duro es donde almacenarás todos tus datos y donde está instalado el sistema operativo y el software. Este no afecta tanto al rendimiento como la memoria RAM, pero sí que es importante contar con una unidad rápida y que tengan la capacidad que necesitas. Ten en cuenta que esto es algo muy personal, ya que no todos acumulan tantos datos. Por ejemplo:
- Documentos ofimáticos: con 128 o 256 GB podría ser más que suficiente.
- Archivos de audio o vídeo: deberías tener más de 256 GB en la mayoría de casos.
- Bases de datos y otros archivos pesados como imágenes ISO, etc.: deberías optar por una unidad de 1TB o más.
- Si necesitas redundancia: entonces deberías elegir un portátil con posibilidad de instalar una segunda unidad y configurar RAID 0 o RAID 1.
Aunque cada vez menos portátiles tienen unidades de disco duro HDD, que son más lentas, aunque también más baratas y de mayor capacidad, lo recomendable es elegir unidades SSD, que son mucho más rápidas. Especialmente las de tipo NVMe PCIe, que superan en mucho a las unidades SSD SATA3.
Si optas por un SSD verás que el equipo portátil arranca más rápido y también los programas se cargarán más rápidamente, lo que significará una mejor productividad en tu trabajo.
Por último, también me gustaría destacar que algunos equipos ultrabooks, especialmente los Chromebooks, suelen tener unidades de almacenamiento flash tipo eMMC. El problema de estas unidades es que suelen tener capacidades inferiores a los HDD y SSD, además de que son chips de memoria soldados en la placa base, por lo que no podrás ampliarlos o sustituirlos en caso de fallo. Es importante tenerlo en cuenta.
No obstante, en cualquier caso, siempre puedes usar el almacenamiento en la nube o un disco duro externo para almacenar tus datos o realizar copias de seguridad…
Pantalla, cada vez más importante
Si está buscando un portátil para trabajar, una de las cosas que debe considerar es el tipo de pantalla que utiliza. No todas ofrecen lo mismo y pueden ser un factor determinante para elegir el adecuado:
Tamaño de pantalla
Lo primero que querrás considerar cuando se trata de una pantalla de un portátil es qué tan grande quieres que sea. Las pantallas de los portátiles se miden en diagonal de esquina a esquina. Puedes encontrar algunos tamaños típicos como:
- Pantalla entre 11 y 14″: para los que buscan un tamaño reducido y un peso bajo, primando la movilidad para llevarlo de un lugar para otro cómodamente, o para trabajar mientras se viaja, etc. No apto para diseño, lectura, y otras tareas donde se necesiten ver bien los detalles.
- Pantalla de 15.6″: son la mayoría de los portátiles, y pueden ser la mejor opción si no sabes bien cuál elegir, ya que te ofrecen un tamaño compacto y un buen tamaño de pantalla con la que hacer todo tipo de tareas.
- Pantalla de 17.3″: suelen ser los más grandes, para tareas como diseño, edición de vídeo, o para tener una mayor superficie de trabajo para tener varias ventanas abiertas. Por supuesto, estos serán los más pesados y voluminosos.
Resolución de la pantalla
Todas las pantallas de los portátiles están hechas de píxeles. Los píxeles son esencialmente pequeños puntos individuales que muestran diferentes elementos de la pantalla de tu portátil. Trabajando al unísono, estos píxeles pueden mostrar la imagen que ve en la pantalla. Cuantos más píxeles tenga, mayor será la resolución de la pantalla. Una pantalla de mayor resolución significa una imagen más nítida y clara. Además, mientras mayor sea el tamaño de la pantalla, mayor debería ser la resolución para que la densidad de píxeles no sea baja y se vea mal cuando la miras de cerca.
Por lo general, puedes optar por una Full HD o 1920×1080 o superiores. Con esa resolución para un portátil está bien. Aunque si quieres mayor calidad para edición o vídeo, puedes optar por equipos que incluyen pantallas 2K (1440p) o UHD/4K (3840×2160).
Tipos de paneles para un portátil para trabajar
Cuando se trata de pantallas, hay una variedad de paneles entre los que un fabricante puede elegir, y todos tienen diferentes precios y prestaciones. Por ejemplo, podrías optar por:
- TN (Twisted Nematic): esta tecnología es una de las más antiguas y económicas. En algunos casos se encuentra en portátiles de gama baja. Por lo general, tendrá unos ángulos de visión pobres, un color menos preciso, aunque es cierto que son muy rápidos en cuanto a las tasas de refresco y tiempo de respuesta, por lo que podrían ser buenos para gaming o vídeo.
- IPS (In-Plane Switching): estos son los preferidos de muchos fabricantes, ya que están muy bien compensados, ofreciendo muy buenos resultados casi en todo. Por tanto, si dudas, esta puede ser una buen elección, Cuenta con unos excelentes ángulos de visión, mejor precisión de color que los TN, y tiempos de refresco y respuesta buenos. Por ejemplo, pueden ser buenos para creativos, donde el color debe ser el mejor posible.
- OLED (Organic Light Emitting Diode): todas las pantallas están formadas por píxeles con una luz de fondo que permite al usuario ver la pantalla. Con las pantallas LED tradicionales, la luz de fondo ilumina todos los píxeles. Esto puede dar como resultado que algunos colores se vean desteñidos y que los negros se vean más grises incandescentes. Los OLED, por otro lado, pueden encender y apagar la retroiluminación de cada píxel individual, consiguiendo una mejora en el consumo de batería y unos colores negros totalmente puros. Sin embargo, serán pantallas más caras y solo presentes en algunos portátiles de gama alta.
¿Cuá es mejor para mi? TN: si es trabajo de ofimática ya te va bien, si es IPS ideal para editar fotografía y vídeos. Mientras que el OLED es el más brillante y normalmente llevan certificaciones Pantone. Esto significa, que también es ideal para foto y video. Al final depende de las tareas que vayas hacer y así elegir el portátil para trabajar perfecto.
Brillo
El brillo de la pantalla tiene un impacto significativo en la usabilidad. Por ejemplo, cuando se trata de un equipo que vas a usar en ambientes muy iluminados o en el exterior, bajo la luz del sol, será importante que tenga un brillo muy elevado, o no podrás ver la pantalla con tanta luz ambiental. Ya sabes que ese brillo se mide en nits, y debería tener al menos 250 o 300 nits, o más en estos casos.
En cambio, para usarlos en interiores donde la luz no es tan intensa, puedes elegir equipos con una menor tasa de nits y los podrás ver de forma adecuada. Además, menor brillo también significará menor consumo de batería, es decir, más autonomía.
En todo caso, recuerda que puedes configurar el brillo en todo momento, bajando o subiendo éste según sea la iluminación ambiental.
Frecuencia de refresco y tiempo de respuesta para un portátil para trabajar
La frecuencia de refresco determina lo suave que se emitirán las imágenes en pantalla. Para vídeos con escenas rápidas o videojuegos, es importante que cuentes con una alta frecuencia, lo que influye en mayor rapidez a la hora de redibujar las escenas. Es decir, una pantalla de 60 Hz mostrará 60 fotogramas en un segundo, mientras una de 90 Hz mostrará 90 por segundo, por lo que la imagen se verá más fluida.
Ya sabes que puedes encontrar pantallas en portátiles de diversas frecuencias, desde las de 60Hz, hasta las de 120, 144, 240 o 360Hz. Por lo general, con 60-120 Hz podría estar bien para la mayoría de usos, si no los vas a usar para gaming.
Un buen portátil para trabajar y editar vídeos recomendamos usar pantallas de +60 Hz, se nota la mejora y fluidez mientras editamos.
Por otro lado, está el tiempo de respuesta, que no hay que confundirlo con lo anterior. Este tiempo de respuesta determina lo que tarda un píxel en cambiar de color. Es importante que sean rápidos para vídeos o videojuegos con escenas rápidas, o generará estelas indeseables en la imagen. En cambio, para otras tareas de trabajo no es tan importante.
En este caso se mide en milisegundos (ms). Por ejemplo, puedes encontrar paneles con 5 ms de tiempo de respuesta, lo que quiere decir que el píxel puede conmutar de un color a otro en solo ese tiempo. Mientras menor sea, mejor.
Conexiones USB, HDMI, Thunderbolt…
Otro importante apartado a la hora de elegir un portátil para trabajar es la cantidad de puertos con los que cuenta. Si te has fijado, los portátiles tipo estación de trabajo o workstation, o los notebooks suelen tener mayor cantidad de puertos dado su tamaño, como los USB-A, USB-C, HDMI, RJ-45 (este solo será necesario en caso de quererte conectar por cable a Internet y no por WiFi), lectores de tarjetas SD, etc.
En cambio, los Chromebooks, convertibles, 2 en 1, y ultrabooks, así como los equipos de Apple, cuentan con un número inferior de puertos, a veces solo USB-C o Thunderbolt. Por tanto, aunque luego puedas ampliarlos con un hub, siempre será mejor pensar en cuántos periféricos o unidades externas sueles usar para que tenga puertos para ellas.
También tienes que tener en cuenta algo. Si vas a usar puertos Thunderbolt 4, los equipos de AMD no los tendrán, ya que es una tecnología desarrollada por Intel y Apple. Sin embargo, sí que tendrás los USB-C o los USB4, que son compatibles con éstos.
Por supuesto, si cuenta con WiFi 6 o WiFi 6E puede ser una buena opción para obtener mejores resultados en las conexiones inalámbricas. Y también es importante que cuenten con Bluetooth de una versión avanzada para conectar dispositivos como altavoces inalámbricos, auriculares, ratones y teclados inalámbricos, etc.
Cada vez menos equipos portátiles incluyen lectores de tarjetas SD, y ya prácticamente ninguno incluye unidades ópticas, ya que han caído en desuso…
Cámaras web y multimedia
Por otro lado, es importante ver si los equipos portátiles para el trabajo integran una webcam HD que puede resultar muy práctica para realizar videollamadas o videoconferencias con tus compañeros de trabajo si trabajas a distancia o teletrabajas, con clientes, etc. Algunos equipos también incluyen un interruptor físico para desactivarla, lo que puede ser positivo para mejorar la privacidad.
En cuanto al resto de elementos multimedia, vigila que también cuenten con un micrófono de calidad y unos buenos altavoces, ya que de ellos dependerá el sonido reproducido y la grabación de audio o voz.
¿Cuál es mi mejor elección?
Una vez que ya conoces cuáles son los principales detalles importantes para elegir, entonces lo siguiente es ponerte manos a la obra con las opciones que satisfacen tus necesidades y que entran dentro de tu presupuesto. De esta forma, teniendo en cuenta qué necesitas para tu trabajo y cuánto dinero puedes pagar, entonces las opciones se reducirán mucho, y solo contarás con unos cuantos modelos entre los que podrás seleccionar el candidato final teniendo en cuenta todo lo dicho aquí o algunos extras que te puede aportar algún modelo específico.
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¿Dónde comprar un buen portátil para trabajar?
Por último, otra de las partes que tendrás que considerar es dónde comprar el portátil para el trabajo. Por ejemplo, tienes opciones en los principales sitios webs de los fabricantes como ASUS, HP, Lenovo, Microsoft, MSI, Gigabyte, Razer, Samsung, LG, Apple, Dell, etc., que suelen tener sus propias tiendas o enlaces para dirigirte a otros sitios online donde los venden.
Por otro lado, también tienes la opción de adquirirlo en una plataforma de venta online independiente, como puede ser Amazon, PCComponentes, etc. Sea cual sea el sitio, mira siempre el apartado de las opiniones para saber si otros usuarios están satisfechos con el producto. Esto te puede ayudar. Además, comprueba la garantía que tienen, y si se trata de un equipo nuevo, de segunda mano, o reacondicionado… Lo ideal para hacer una buena inversión para la empresa es un equipo nuevo. Además, en muchos casos lo podrás usar como bien de inversión para que Hacienda te devuelva algo en la declaración de la renta, o lo descuente del trimestre de IVA si es un gasto…
Nuestra pregunta ahora es, ¿Cuál es vuestro portátil para trabajar? Seguro que tu empresa te ha dejado un Lenovo Thinkpad, que se han vendido como rosquilla desde 2020. ¡Queremos saber vuestra opinión!