Una fuente de alimentación 1000W puede resultar tentadora, ya que siempre buscamos comprar fuentes con una potencia más que suficiente. En este artículo, vamos a analizar si una fuente de 1000W es excesiva o no, y compararla con los 850W, 600W y 500W, para ver en qué tipo de equipo se debería usar cada una. Con nuestros consejos, ahorrarás y conseguirás una fuente de alimentación mejor. ¡Vamos allá!
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Los «W» son una unidad de medida de una magnitud eléctrica denominada potencia eléctrica. La potencia mide básicamente la cantidad de energía que fluye por un circuito eléctrico en un determinado instante o, dicho de manera más formal, la potencia eléctrica es la proporción o ritmo de transferencia de la energía eléctrica por unidad de tiempo.
La potencia (W) mide cuánta energía eléctrica fluye por un circuito en un instante de tiempo determinado. En cambio, la energía (Wh) se mide en un período determinado, por ejemplo Wh son vatios-hora.
Entonces, una mayor potencia en un circuito eléctrico implica más energía eléctrica, lo que para el aparato eléctrico puede suponer un mejor funcionamiento (precisamente, un funcionamiento más potente), si pensamos (por ejemplo) en un motor eléctrico. A la vez, una mayor potencia implica un mayor gasto energético en nuestro hogar, y una factura de la luz más cara.
Normalmente, tenemos la tendencia a juzgar distintos electrodomésticos por su potencia. Por ejemplo, pensaremos que un secador de pelo de 2200W moverá más aire que uno de 1200W. No vamos a entrar en si es cierto o no (suele serlo, pero no tiene por qué), sino que damos este ejemplo para enseñaros que la potencia de una fuente de alimentación para PC es un concepto muy distinto.
Así, una fuente de alimentación 1000W no significa que consuma 1000W, ni que vaya a dar 1000W al PC sí o sí. El consumo energético depende del ordenador, de las piezas que tenga y de lo que hagamos con ellas. La fuente simplemente se encarga de dar al PC la potencia que necesite, sea esta mucha o muy poca. La cuestión es que, si el PC consume más de lo que la fuente puede dar (por ejemplo, un PC jugando necesita de media 600W y la fuente es de 500W) la fuente se apagará con toda probabilidad. A veces, incluso puede estropearse, pero esto no pasa con fuentes decentes.
Con esto, queda claro que hay que elegir una fuente con potencia suficiente para alimentar nuestro ordenador en los momentos de máxima demanda energética (cuando jugamos, renderizamos, realizamos pruebas de estrés, etc). Pero, ¿hay que dejar un margen? ¿Qué ocurre si nos pasamos con la potencia?
Si has entendido el punto anterior, entenderás que escoger potencia de más no va a incrementar tu factura eléctrica. Aunque, en realidad, la potencia de la fuente influye un poquito en el consumo energético que se hace en la pared.
Aquí entra en juego el concepto de eficiencia. Como dijimos, la fuente proporciona al equipo exactamente la potencia que necesita. Pero claro, para ello debe hacer una serie de transformaciones de la corriente eléctrica que viene del enchufe. Durante ese proceso, hay algunas pérdidas de energía que hacen que el consumo de la pared sea algo mayor al que realmente se entrega al equipo.
Entonces, ¿cuál es el problema? Muy sencillo. El % de eficiencia de una fuente no es siempre igual, varía en función de la potencia consumida. Normalmente, la mayor eficiencia se centra entre el 30% y el 60% de carga, y es muy baja cuando la carga es baja. Por eso depende de la potencia de la fuente. Veamos un ejemplo.
En base a lo que acabamos de contar sobre la eficiencia y la potencia, hay mucha gente que considera que hay que comprar una fuente de alimentación de (por ejemplo) 1000W para un equipo que solo consume 500W, ya que estará en su pico de eficiencia. Esto es una mala idea y un mito, por tres razones:
Una vez hemos analizado a fondo el concepto de potencia de una fuente, y todo lo que implica, ya podemos analizar si una fuente de alimentación de 1000W es razonable o no.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que los datos de arriba se refieren a un consumo medio, no tienen en cuenta los picos de consumo que pueden ocurrir. Estos son especialmente preocupantes en tarjetas gráficas de gama alta o que tienen un overclocking manual, ya que están pensadas para dar el mayor rendimiento posible, incluso a costa de un consumo alto.
Esto justifica la compra de fuentes de alimentación de al menos 850W, es decir, 850W o 1000W, si se da el caso de que vamos a montar una tarjeta gráfica de alta gama (RTX 3080 Ti, RTX 3090, RTX 3090 Ti), con un procesador de alta gama (AMD Threadripper, AMD 5950X, Intel i9-12900K). Si vamos a hacer overclocking, una fuente de 1000W está más que justificada.
Última actualización el 2024-11-21
No obstante, primero que la «cantidad» siempre debe estar la «calidad». Si compramos una fuente de 1000W, esta tiene que ser de máxima calidad, o si no estaremos tirando el dinero. En general, salvo ciertas ofertas, una fuente de 1000W de menos de 100 euros será una porquería. Es un criterio orientativo. También puedes fijarte en la cantidad de conectores que trae:
Ya hemos visto que una fuente de alimentación 1000W puede ser ideal en un equipo con una tarjeta gráfica de alta gama, pero en general con 750W u 850W es más que suficiente. Tengamos en cuenta que la propia NVIDIA recomienda una fuente de 750W para su 3080 Ti y 3090, y 850W para su 3090 Ti, y suelen ser muy cautos con sus recomendaciones.
Última actualización el 2024-11-21
En cuanto a las fuentes de alimentación de menor potencia, de 650W, 600W, 550W o 500W, sin duda son la elección correcta para cualquier PC de gama media, esto es, de la RTX 3070 para abajo. Ten en cuenta que lo normal es que las tarjetas gráficas consuman menos año a año. Esto se ha incumplido en las últimas generaciones, pero sobre todo es problema de la gama alta, por eso ahí recomendamos 750W, 850W o 1000W.
Nunca olvides que la clave está en la calidad de la fuente, no solo es cuestión de que tenga más o menos W. Para eso, puedes consultar nuestra guía de fuentes o nuestro artículo sobre cómo elegir una fuente de alimentación para ordenador en 5 consejos.
Te recomendamos la lectura de las mejores fuentes de alimentación del mercado.
Esperamos que este artículo te haya resultado útil a la hora de elegir tu fuente de alimentación, el concepto clave que hemos querido transmitir es que 1000W no es demasiado si montas componentes de gama alta, pero lo más importante es que la fuente sea de calidad. Recuerda que puedes dejarnos tus comentarios si tienes cualquier duda al respecto, estaremos encantados de ayudarte.
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