El gobierno británico añadió el miércoles 63 entidades rusas a su lista de sanciones, de las cuales Baikal Electronics y MCST serían las más importantes. La sanción implica que las empresas rusas no puedan acceder a la arquitectura ARM para poder crear y vender sus chips.
Reino Unido sanciona a los fabricantes de CPUs ARM rusos
Aunque son unas 63 las entidades rusas afectadas por la sanción, las más importantes son las últimas dos mencionadas, que fabrican chips para el país ruso, en el afán del gobierno de aquel país para tener independencia tecnológica de Estados Unidos. Sin embargo, esta sanción repercute gravemente en este objetivo.
A partir de ahora, las dos entidades sancionadas no podrán acceder a la arquitectura ARM, ya que Arm Ltd., el licenciatario, tiene su sede en Cambridge (Inglaterra) y deberá cumplir las sanciones.
«El objetivo de esta disposición es animar a Rusia a dejar de realizar acciones que desestabilicen a Ucrania o que socaven o amenacen su integridad territorial, su soberanía o su independencia».
Los procesadores más avanzados de fabrican Baikal Electronics y MCST son:
- Baikal BE-M1000 (28nm) de 35 W: que utiliza ocho núcleos ARM Cortex A57 a 1,5 GHz y una GPU ARM Mali-T628 a 750 MHz.
- Baikal BE-S1000 (16nm): un procesador de 120 W con 48 núcleos ARM a 2,0 GHz.
- MCST Elbrus-8C (28nm): un procesador de 70 W con ocho núcleos a 1,3 GHz
- MCST Elbrus-16S (28nm): un procesador de 16 núcleos a 2,0 GHz, capaz de realizar 1,5 TFLOP, que es una décima parte de lo que puede lograr una Xbox Series X.
Ambas empresas se consideran importantes para la independencia tecnológica del país. Las empresas y organizaciones rusas que han probado estos chips en aplicaciones exigentes afirman que no pueden competir con las ofertas estándar de la industria. Sin embargo, podrían haber sido útiles para evitar la escasez de CPUs.
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Estas licencias son solo para el diseño, pero la fabricación de los chips no se puede hacer en Rusia, ya que el país no está preparado para poder fabricar chips con unos nodos tan avanzados, para ello dependen de fabricantes como Samsung y TSMC, los cuales tampoco pueden desobedecer las sanciones impuestas por occidente.
El gobierno ruso aprobó una inversión de 38.200 millones de dólares para impulsar la producción local de chips. En los escenarios más optimistas, las fábricas rusas podrán producir chips de 28nm para 2030. Os mantendremos informados.