Comprar un monitor de 360 Hz puede ser una gran idea, independientemente de la resolución que tenga. Está enfocado para eSports, pero puede ser muy interesante para jugadores casual que no compitan profesionalmente. Detallaremos el por qué puede ser importante comprar uno con esta tasa de refresco.
Hay muchos juegos que se pueden jugar a 360 FPS sin ningún problema, y da la casualidad que la mayoría son competitivos: Counter Strike, LoL, Dota, Fortnite, etc. Además, son juegos con una configuración gráfica que no suele ajustarse en Ultra, ya que pueden haber tramos en los que la caída de FPS afecten a la sincronización GPU-monitor. Por ello, vamos a explicaros por qué comprar monitores con 360 Hz.
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Para aprovechar esos 360 Hz, habría que tener un PC que pudiese entregar 300 FPS de forma constante; de lo contrario, estaríamos desaprovechando esta característica distintiva. Jugar a 360 FPS es posible en determinados videojuegos, especialmente cuando son más antiguos o no tienen una carga gráfica relevante.
Una de las razones por las que se enfoca este tipo de monitor a los eSports es porque los profesionales no suelen jugar siempre con todo ultra: priorizan el rendimiento. Por no hablar de que hay ajustes gráficos que deshabilitan para tener más visibilidad sobre el enemigo, como puede ser las sombras en Counter Strike.
Al final, si tenemos un PC potente y no jugamos con todo ULTRA… no es descabellado llegar a 360 FPS constantes. Entendemos PC potente aquel que viene con una CPU y GPU de última generación y de gama alta (i9-12900K y RTX 3080, por ejemplo).
Decimos esto porque, según nuestras pruebas, la RTX 3070 es una gran opción para 240 Hz, pero cuando se trata de subir a los 300 FPS… la cosa se complica bastante en juegos AAA. Nos obliga a tener un hardware súper potente
Si no tenemos un PC súper potente o de última generación, la última opción que nos queda es ajustar las opciones gráficas para tener más FPS dentro de la partida. Sin embargo, no recomiendo bajar la resolución para jugar a 300 FPS, ya que la experiencia cambia drásticamente. Solo es aconsejable en caso de que prioricemos el rendimiento al máximo.
El primer monitor de 360 Hz fue presentado por ASUS (ROG Swift 360 Hz) en el CES de 2020, así que no lleva tanto tiempo en el mercado. Antes de llegar a los 360 Hz, encontramos opciones de 144 y 240 Hz que están igualmente enfocadas para gaming.
La pregunta es, ¿qué diferencia existe a esos niveles? En primer lugar, la fluidez en el juego, especialmente si nos referimos a shooters, simuladores de carreras o aquellos en los que la imagen se mueve muy rápido. En un monitor de 360 Hz la imagen se actualiza cada 2.78 milisegundos, lo que se traduce en mayor capacidad de reacción ante lo que ocurre en la pantalla.
Para un jugador de eSports, 1 milisegundo es la diferencia entre morir o vivir en la partida, por lo que podéis imaginaros lo rápido que pasa todo en la élite. El salto cualitativo es similar al de 144 Hz a 240 Hz, así que no impactará mucho a quienes vengan de un monitor con alta tasa de refresco.
Acer, MSI y ASUS son las marcas que más han apostado por los monitores de 360 Hz, y vemos un patrón en común: unos tiempos de respuesta absurdamente bajos. Lo más alto que veréis será 1 ms GtG (un baremo mucho más real que MPRT), pero lo cierto es que hay opciones con 0.6 ms.
No solo eso, sino que muchos fabricantes ofrecen e informan sobre la gran herramienta de NVIDIA Reflex Latency Analyzer para medir la latencia desde que hacemos un clic hasta que la acción se desarrolla en la pantalla. Esto lo veréis, especialmente, en los monitores que vengan con G-SYNC, adelantándoos de que la mayoría vienen con este VRR y no con FreeSync.
Parece que FreeSync es dejado para otras gamas o porque las GPUs AMD no pueden ofrecer tantos FPS, algo que no es cierto. De hecho, en nuestras bases de datos, las GPUs más rápidas en 1080p son las RTX 3080 Ti, RX 6900 XT y RX 6800 XT.
Y no creo que la razón justificable por los fabricantes sea la del Ray Tracing porque los juegos competitivos no hacen uso de esta tecnología; y si está disponible, es muy raro que los jugadores la activen para competir.
Cuando hablamos de FPS y tasas de refresco altas, es importante tener en cuenta las tecnologías NVIDIA G-SYNC y AMD FreeSync a la hora de elegir un monitor. Lo que se evita con estas tecnologías es que surja tearing o stuttering, 2 anomalías que tienen que ver con la desincronización entre GPU y monitor por la caída de FPS.
Nos queda claro que para aprovechar estas tecnologías, lo ideal es tener G-SYNC si tenemos GPU NVIDIA, como FreeSync si tenemos GPU AMD Radeon. Igualmente, FreeSync también es compatible con GPUs NVIDIA, pero G-SYNC no con GPUs AMD.
¿Cuál es mejor? Cada una tiene sus niveles, teniendo G-SYNC 2 que obligan a los fabricantes de monitores a instalar un chip en la PCB del monitor con el objetivo de sincronizar al máximo GPU-Monitor. En cambio, todos los niveles de AMD son soluciones software gratuitas.
La mejor será la que mejor se adapte a la GPU que tengamos, ya que FreeSync ha mejorado muchísimo y no es la tecnología inicial de aquellos años. Eso sí, tened en cuenta que G-SYNC encarecerá bastante el monitor, pero es algo que tendréis que pagar si queréis la máxima sincronización.
Encuadrados en el monitor de 360 Hz, hay cierto mito que queremos desmentir: más tasa de refresco no significa una peor calidad de imagen. De hecho, todo el catálogo de monitores de 360 Hz disponible está lleno de paneles IPS, que ofrecen unos buenos ángulos de visión y unas características muy interesantes.
Hemos visto varios modelos que vienen con compatibilidad HDR10 o HDR400, 400 nits de brillo, contraste dinámico, incluso con certificación TÜV Rheinland para la luz azul. Lo que sí que no veremos son espacios de colores con grandes coberturas, como DCI-P3.
No obstante, es necesario recalcar que tendremos una experiencia visual más que decente y que poco tiene que ver con los paneles TN que antes se usaban para este mismo fin.
Estamos hablando todo el rato de jugar a más de 300 FPS, y lo cierto es que es un escenario muy complejo de vivir en 4K. Por tanto, las resoluciones más indicadas para un monitor de 360 Hz son las Full HD y QHD.
Ahora bien, si vamos al mercado solo encontraremos modelos con resolución Full HD por lo que hemos comentado en el primer punto: es muy difícil llegar a 300 FPS constantes, aunque los videojuegos sean más antiguos.
A esto tenemos que añadirle el precio final: estos monitores no son baratos, y si fueran QHD serían mucho más caros. Además de ser más caros, tendrían una funcionalidad más limitada o, al menos, más aprovechable en el futuro cuando el hardware y software haya evolucionado tanto que sea fácil jugar a 300 FPS en títulos de 2020-2022.
En conclusión, carece de sentido optar por una resolución mayor, al menos de momento. Puede que dentro de 5 años desaparezca tal barrera, y podamos jugar a 300 FPS en QHD sin ningún problema, especialmente con aquellas GPUs que sean de gama alta.
Pasamos a hacer nuestras propias recomendaciones sobre lo que hay en el mercado de periféricos, y es que tampoco os creáis que hay mucho donde elegir porque es una característica vigente desde 2020.
Nos parece un monitor a un precio imbatible y que pasó por nuestra mesa de pruebas, como podéis ver en la review Ozone DSP25 Ultra. Se trata de la opción más potente de la marca, como también la más ambiciosa por ser un monitor con panel IPS de 24.5 pulgadas, 360 Hz, resolución Full HD y 0.6 ms de tiempo de respuesta.
La latencia final E2E fue de 17 ms, y sí que es cierto que no tendremos la mejor calibración de color del mercado, pero con ciertos ajustes para sRGB la calidad es realmente buena. Tenemos Overdrive, pero no NVIDIA Reflex, pero… cuesta solo 399.90€ y nos parece un precio espectacular para lo que encontramos en las áreas rivales.
Decir que tenemos G-SYNC Compatible y AMD FreeSync, HDR Ready, 400 nits de brillo y puertos HDMI 2.0 o DisplayPort 1.4a.
Seguimos en las 24 pulgadas, y no necesitamos más si es que vamos a jugar en 1080p. Se trata del MSI Oculus NXG253R que viene con la tecnología Rapid IPS, 360 Hz, 1 ms GtG y 400 nits de brillo. Mencionar que el rango de frecuencia de actualización va de 1 a 360 Hz, y también viene con chip NVIDIA G-SYNC integrado.
Esto significa que sí tendremos NVIDIA Reflex disponible para eliminar la latencia al máximo, pero tengo que hacer un inciso y hablar de sus espacios de color: DCI-P3 84.09% y sRGB 109.63%. Pocos monitores de esta gama vienen con estos espacios de color, por lo que es muy interesante encontrar esta calibración.
Su precio asciende ligeramente más, pero tampoco nos parece una locura: 548.99€. La misma MSI advierte de que es un monitor diseñado y fabricado para profesionales de eSports.
Ideado para Counter-Strike: Global Offensive, Rainbow Six: Siege, Valorant, Overwatch y Fortinte, el ASUS ROG Swift PG259QN viene con la tecnología Fast IPS que ofrece sus 360 Hz, 1 ms GtG, NVIDIA G-SYNC, HDR10 y una resolución Full HD.
A este ASUS ROG Swift PG259QN le hicimos una review y del que nuestro compañero José Antonio destacaba su input lag, una fluidez de la imagen brutal y una calidad de imagen sorprendente. Medimos a través de nuestro colorímetro y verificamos que la calibración era un Delta E<2, ¡brutal!
Otra cosa destacable fue las opciones de peana y la compatibilidad con VESA para ajustar nuestro setup al máximo. Le otorgamos nuestra medalla de platino, y eso que no se la damos a muchos monitores.
Su precio roza los 700€ puesto en casa.
Última actualización el 2024-11-21
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