El evento de Apple no nos ha dejado únicamente con nuevos dispositivos, sino que la firma ha hecho también oficial el Apple M1 Ultra. Este es un nuevo procesador de gama alta de la marca, que llega con un diseño multichip. La marca ha unido dos silicios Apple M1 Max mediante la tecnología de interconexión bautizada como UltraFusion con un ancho de banda de 2,5 Tbps.
Apple M1 Ultra: un procesador de 20 núcleos
La marca sorprende de este modo al haber conseguido unir estos dos chips sin ningún tipo de cuello de botella. Se espera así un rendimiento líder en la industria.
Nuevo procesador
Este desarrollo de la empresa nos deja con un chip con 114.000 millones de transistores donde tenemos un total de 20 núcleos, que se dividen en 16 núcleos de alto rendimiento y 4 de bajo consumo energético. A ello hay que sumarle una tarjeta gráfica con 64 unidades de 64 núcleos (lo que se traduce en 8192 núcleos), que ofrece una potencia de 21 TFLOPs. Además, hay que unirle un máximo de 128 GB de memoria RAM, que se ha integrado dentro del silicio con un ancho de banda de 800 GB/s.
Este nuevo Apple M1 Ultra es ocho veces más potente que el Apple M1, al menos esto es lo que la propia empresa ha afirmado en su presentación. Además, es un 380% más rápido que el Intel Core i9 de 10 núcleos presente en su iMac de 27 pulgadas y es un 90% más rápido que el Mac Pro con un Intel Xeon de 16 núcleos. Por lo que la firma presume de potencia en este caso. A nivel de GPU, esta nueva GPU de la firma es un 450% más rápida que la AMD Radeon Pro 5700 XT, e incluso hasta un 80% más rápida que la AMD Radeon PRO W6900X que está incluida en el Mac Pro más potente.
Apple Studio Display: un monitor 5K de 27 pulgadas
Según ha dicho la empresa, este Apple M1 Ultra es un 90% más rápido que el Intel Core i9-12900K. Además, consume 00W menos de energía, mientras que a nivel de GPU, se da la posibilidad de configurarlo para que vaya a rendir como una Nvidia GeForce RTX 3060 Ti consumiendo una tercera parte de su energía. Apple saca así músculo con este procesador, que muestra una vez más el poderío de la firma.
