El Variable Overdrive es una de las tecnologías más interesantes que encontramos en monitores gaming, ya que nos permite acabar con el ghosting en cualquier situación. Casi cualquier monitor gaming actual tiene un ajuste denominado overdrive, pero su efecto es limitado y tiene muchas limitaciones. En este artículo, te explicaremos los conceptos principales (ghosting y overdrive) para luego aclarar por qué el Variable Overdrive es realmente interesante.
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El overdrive es una característica de los monitores destinada a solucionar el problema del ghosting.
Entendemos por ghosting al desagradable efecto que se da cuando un objeto en movimiento deja una «estela» o una «sombra», de ahí esta denominación, pues estamos hablando de unas sombras fantasmas que pueden ser muy molestas, sobre todo si jugamos a shooters, donde el movimiento es muy rápido.
Como vemos en la imagen de arriba, cuando aparece este efecto de ghosting notaremos un rendimiento mucho menos fluido. No solo es que sea molesto, sino que además puede suponernos una menor competitividad en juegos al posicionar incorrectamente un objeto en movimiento (debido a este efecto).
El ghosting se agrava cuando hay un tiempo de respuesta demasiado alto, y es un problema de muchos monitores gaming actuales, sobre todo si su tasa de refresco es de 60 Hz.
Una vez explicado el fenómeno de ghosting, la pregunta del millón es, ¿cómo lo solucionamos? Una de las formas más fáciles y usadas es el llamado overdrive, que como ya te adelantamos es una característica de los monitores destinada a reducir el efecto del ghosting.
¿Y cuál es el problema del overdrive? Pues básicamente que no es un efecto 100% infalible, porque podemos aplicarlo de forma más o menos severa, y no vamos a tener siempre el mismo efecto.
En concreto, los monitores nos permiten ajustar varias configuraciones de overdrive, y según la situación unas serán más idóneas que las otras. Si el overdrive es demasiado laxo, seguirá habiendo ghosting. Pero si nos pasamos con el overdrive habrá un efecto de «inverse ghosting» y otros artifacts, donde podemos decir que el remedio es peor que la enfermedad.
El overdrive no solo tiene el problema de que sea difícil encontrar el «punto óptimo» que elimine el ghosting. Otro de sus problemas es que no se puede usar en monitores con tasa de refresco variable. En concreto, cuando tenemos un monitor con una configuración «estática» de overdrive, esta se inhabilita cuando activamos NVIDIA G-SYNC o AMD Freesync. El motivo es que los algoritmos de overdrive están pensados para una tasa de refresco concreta.
En un monitor con Variable Overdrive, no solo tenemos una relación 1:1 entre FPS y tasa de refresco, sino también estaremos usando el ajuste de overdrive más correcto en cada momento.
En el caso de los monitores con G-SYNC Compatible o AMD FreeSync, que son mucho más baratos, no hay implementaciones de Variable Overdrive, pero sí de overdrive dinámico.
Básicamente, el overdrive dinámico consiste en conseguir activar el overdrive estático en monitores que usan estas tecnologías. Ya hemos explicado que no se podía usar una tecnología de overdrive «normal» en un monitor con tasa de refresco variable, pero esta es una excepción. El problema es que no soluciona los problemas del overdrive estático que sí se solucionan con Variable Overdrive.
Al fin y al cabo, a la gente le interesa más tener un buen monitor calidad-precio que contar con tecnologías como esta, y tiene todo el sentido del mundo. En un monitor con una tasa de refresco elevada (144 Hz, por ejemplo), el impacto del ghosting suele ser limitado, y solo los jugadores más competitivos y con un ojo muy entrenado se verán afectados por este problema.
Uno de los efectos más odiados por los gamers es el ghosting. Los fabricantes de monitores lo saben perfectamente, y por eso han desarrollado tecnologías como el overdrive para conseguir mitigarlo. Lo que se hace con el overdrive es aumentar el voltaje de ciertos píxeles para acelerar su transición de un color a otro, intentando igualar las velocidades de transición de todos los píxeles, cuya asimetría causa el ghosting.
Sin embargo, el overdrive tiene dos problemas muy importantes:
La solución a todos estos problemas es el Variable Overdrive. Lo que consigue es ajustar el algoritmo dinámicamente para obtener el mejor nivel de overdrive posible en cada momento, en función de la tasa de refresco que esté usando el monitor. Es una excelente manera de solucionar este problema.
Te recomendamos la lectura de nuestra guía de mejores monitores del mercado.
Sin embargo, el Variable Overdrive no está exento de inconvenientes. Y es que solo está disponible en monitores con chip G-SYNC (no incluye los «G-SYNC Compatible»), y estos son monitores bastante más caros de lo normal.
La conclusión a la que podemos llegar es que el Variable Overdrive es el complemento perfecto de un monitor caro, pero no es imprescindible para la mayoría de gamers. De hecho, ya solo con tener un monitor con una tasa de refresco elevada conseguimos reducir muchísimo el ghosting, de forma que a nadie le moleste.
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