Su historia comienza en los 70 y la primera impresora matricial es la LA30, siendo un dispositivo revolucionario por su funcionamiento. Vamos a repasar cómo surgió, la utilidad que ofreció y su viabilidad en el presente.
Nos encontramos en un contexto de 1970, y es que dicha década acogió los primeros avances en los ordenadores personales protagonizados por IBM y, posteriormente, por Apple. Era el «boom» tecnológico, especialmente a partir de 1975, que marcaba una era para la historia. Las impresoras empezaban a asomar y entre ellas estaba la matricial.
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En inglés «dot matrix printing«, es una impresora que usa un método de impresión de impacto por el cual crea una imagen golpeando una serie de alfileres contra una cinta. De este modo, transfiere la tinta al sustrato formando pequeños puntos, los cuales representan la imagen imprimida como un patrón de matriz de puntos (dot matrix).
Usa la idea de la impresión de impacto, como si de una máquina de escribir se tratase, utilizando un cabezal de impresión compuesto por varias varillas de metal (alambres/clavijas), una cinta con tinta y una guía para dirigir las varillas al sustrato.
En un principio, este tipo de impresoras contaban con pocos pines, pero evolucionaron y tenían más pines: pasaron de tener 7 pines a 24. Todo el patrón de puntos se crea en el sustrato después de que las varillas de metal golpeen en el cabezal de impresión contra la cinta.
De esta manera, la representación visual del texto que imprimen las matriciales está basado en puntos (de ahí la palabra «dot», que significa punto en inglés), como si de píxeles se tratase. En las actuales la calidad de impresión se ha mejorado mucho y no se ve una burda «e» con 16 puntos diferenciales.
Las impresoras matriciales suelen imprimir una línea simultáneamente, dando igual si es como matriz de puntos en serie o matriz de puntos de líneas.
El modo de matriz de puntos en serie se caracteriza porque el cabezal se mueve horizontalmente a través del sustrato. El cabezal de impresión tiene una columna vertical de pines, teniendo ésta la máxima altura posible para los caracteres que se puedan introducir. La práctica dice que los fabricantes unas 4 columnas verticales de piones en el cabezal con el fin de intercalar puntos durante la impresión.
De esta manera, se aumenta la velocidad de impresión y la densidad de los puntos para mejorar la impresión sin que se atasquen los pines.
En cambio, en la matriz de puntos de línea, el cabezal es igual de ancho que el sustrato, permaneciendo estático o fijo. Lo que se persigue en este método es contar con una línea horizontal de miles de pines, que imprimen una línea completa a la vez, según el sustrato se mueve por debajo del cabezal.
Estas impresoras se usan para imprimir texto en negro, pero pueden imprimir en color. El consumible que utiliza es una cinta de color, normalmente dividida en negro o en los 3 colores RGB. Cuando se imprime en color, el cabezal de impresión se mueve para elegir la sección de color correcta, o es la cinta la que se mueve para alinearse con la sección de color adecuada.
El problema de las impresoras matriciales y la impresión a color es la calidad de la misma: es baja y la cinta presenta problemas de deterioro por culpa de que la sección negra se filtre en las de color. En este sentido, se suelen utilizar:
Según las fuentes investigadas, la primera impresora matricial de la historia fue presentada en 1970 por Digital Equipment Corporation, cuya protagonista sería la LA30. Podía imprimir 30 caracteres por segundo, pero su ruido era abismal y tenía errores de alineación en muchas ocasiones. Otros medios apuntan a que fue la empresa Centronics quién creó la impresora matricial, incluso a IBM, por lo que no nos queda del todo claro.
Además, era bastante grande, por lo que creaba un problema en oficinas y, mucho menos, para casa (aunque se fabricó para usarla en oficinas). Como toda invención de 1970, presentaba muchos fallos como el ruido molesto y generaba dudas sobre su viabilidad, aunque era el pleno fervor de las invenciones
Empezaron a ser populares en 1980 porque tenían ventajas respecto otros métodos de impresión (copias carbón), además de poder procesar el papel continuo usando tintas de cinta y costes bajos por página. Por ello, era el método de impresión más popular, cosa que sigue siéndolo en ciertos ámbitos:
Es fácil que surja la duda, o la comparación, sobre si es mejor la impresora matricial que la impresora láser o que, incluso, la de inyección de tinta. Para empezar, hay que conocer las limitaciones de la impresora matricial:
De este modo, en ciertos usos profesionales puede ser interesante una impresora matricial, pero el láser y la inyección de tinta se han impuesto como métodos mucho más solventes, versátiles y fáciles de usar de forma continua para imprimir en negro y en color.
Sí que es cierto que la tinta es bastante cara y el láser funciona con el tóner, ofreciendo peor calidad en impresión a color, por no hablar del coste de una impresora láser de gran calidad.
Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, comentad abajo y os responderemos en breve.
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