Usar Hackintosh es la manera de conseguir instalar macOS en casi cualquier ordenador, de forma que podemos hacer que un PC normal se «convierta» en un Mac de manera totalmente gratuita. Pero, ¿es tan fácil como parece? En este artículo, repasaremos qué es Hackintosh, por qué se usa, y cuáles son sus principales pros y contras. Así que, tanto si te gusta el sistema operativo de Apple como si no, este artículo te interesa. ¡Vamos allá!
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Hackintosh te permite ejecutar el sistema operativo macOS usando un núcleo completamente nativo (salvo excepciones) en un PC normal y corriente. Es decir, lleva el sistema operativo de los Mac a cualquier PC, con tan solo unas ciertas restricciones de compatibilidad. Y no, no hablamos de algo que se ejecute sobre Windows, o de un «sucedáneo»: es macOS, con todas sus funciones.
Entonces, ya sabemos qué tiene Hackintosh de especial, pero es más importante responder a qué tiene macOS de especial, y qué lleva a muchos usuarios de PC a instalarlo mediante Hackintosh.
Estamos ante el SO usado en los ordenadores Mac, y alguno podría pensar que eso es lo único que lo hace especial, pero no. La experiencia de usuario de macOS es totalmente distinta a la de Windows, donde no solo cambia totalmente el diseño, sino toda la filosofía que hay alrededor del sistema.
En concreto, los usuarios le atribuyen a macOS ventajas como su consistente y atractivo diseño, enfoque en la simplicidad de uso, integración abrumadora con el ecosistema Apple, y en general un sistema operativo agradable y cómodo. Otros, en cambio, critican que el sistema omita cuestiones tan fundamentales como una gestión adecuada de ventanas, donde Windows y cualquier escritorio Linux lo hacen mucho mejor.
Vamos a ver cuáles son las principales ventajas de usar Hackintosh, partiendo de la base de que el usuario que va a instalarlo está interesado en macOS, así que obviaremos ese punto, que ya hemos comentado de sobra al principio del artículo.
La primera ventana que planteamos es quizás la más evidente: comprar un equipo normal y hacerle Hackintosh te permite disfrutar de macOS sin pagar el sobreprecio al que habitualmente se someten los Mac y los iMac. En cambio, puedes tener un equipo bastante barato y usar Hackintosh, consiguiendo toda la experiencia del sistema operativo de Apple sin necesidad de pagar mucho, o sin necesidad de comprar un Mac de segunda mano.
Por ejemplo, los Mac no suelen ser buenos equipos para jugar, pero tú puedes tener un PC con una buena tarjeta gráfica, e instalar Hackintosh (preferiblemente junto con Windows) para tareas de productividad.
Evidentemente, el uso de Hackintosh también supone un gran número de inconvenientes, pues hemos de recordar constantemente que macOS no es un sistema pensado para usarse en un PC normal, aunque nos beneficiemos de las similitudes que hay en componentes.
Este es un punto clave, puesto que desde hace varias versiones de macOS ninguna tarjeta gráfica NVIDIA está soportada. Por lo que, si tienes una de estas GPU, entonces no hay manera de instalar Hackintosh en el equipo, ya que desde hace años faltan los necesarios «webdrivers» de la compañía.
En cuanto a los procesadores, sorprendentemente los AMD Ryzen son compatibles, aunque no sus gráficos integrados. Así que estas son las combinaciones que se suelen soportar en la actualidad:
Ya con la incompatibilidad de NVIDIA impedimos a una gran cantidad de usuarios tener macOS en su PC, restándole utilidad a Hackintosh.
Este punto es obvio. Si estás instalando un sistema operativo en un equipo para el que no está pensado, es previsible que tengas problemas de inestabilidad. Por ejemplo, te puedes encontrar «sin más» con que al iniciar el equipo haya un kernel panic y la instalación de Hackintosh no vuelva a funcionar.
Así que, si usas Hackintosh, debes tener esto siempre presente. La solución está en tener todo que necesites siempre en la nube, y no guardar de forma local nada que no te puedas permitir perder.
Entonces, nos estamos perdiendo mucho en un Hackintosh con una CPU x86 «normal y corriente». Podríamos estar disfrutando del inmenso rendimiento del M1, pero no será así.
Está claro que instalar un sistema que «no le corresponde» a tu ordenador es algo que puede llevar mucho tiempo. La cuestión es que la compatibilidad de tu equipo con Hackintosh depende mayormente de los kexts. Un kext, abreviatura de Kernel Extension, se podría considerar como un «driver» de macOS. Entonces, debemos encontrar la combinación adecuada de kext y configurar la partición EFI correctamente (nuestro pendrive con el instalador, en un principio) para asegurar la compatibilidad.
La cuestión es que conseguir todo eso lleva muchísimo tiempo y requiere grandes conocimientos. Para mucha gente, es algo «placentero» y reconfortante, mientras que para otros es un incordio absoluto. La cuestión es que la mayoría de gente no tiene por qué hacer estos ajustes, ya que suele haber particiones EFI listas para usar en muchos equipos modernos.
Pero, desde luego, si no consigues que tu equipo sea compatible desde el minuto 1 vas a tener que enfrentarte a horas de investigación para acabar dando compatibilidad a Hackintosh. ¿Realmente merece la pena?
Precisamente, la selección de estos kext no solo es vital para que arranque la máquina, sino también para el soporte de muchas partes de nuestro equipo. Entonces, necesitaremos los kext adecuados para tener compatibilidad en cuestiones como el audio, Ethernet, WiFi, tarjeta gráfica, USB, y un larguísimo etcétera.
Vamos, que tenemos exactamente las mismas necesidades de drivers que con Windows, con la diferencia fundamental de que aquí no los preinstala el sistema operativo, ni tenemos a nuestra disposición unos drivers oficiales fáciles de descargar.
Además, hay piezas de nuestro equipo «no vitales» que pueden ser totalmente incompatibles con macOS, y que no podremos usar con Hackintosh. Por ejemplo, muchas tarjetas WiFi o Bluetooth son imposibles de usar con este sistema, causando un perjuicio importante a sus usuarios.
Analicemos de forma rápida cuál suele ser el proceso de instalación de Hackintosh en un equipo. Decir, antes de nada, que desde la llegada de Opencore (el gestor de arranque que ha sucedido a Clover) el proceso de instalación se ha simplificado enormemente.
Primero, lo que se hace es conseguir una imagen de recuperación de macOS, ya sea usando un ordenador Mac real, o una de las muchas herramientas disponibles en Internet. El propósito de esta imagen es «reinstalar» (en realidad lo estamos haciendo por primera vez) el sistema operativo en nuestro disco duro.
Una vez ahí, aprovechamos la Utilidad de discos para crear una partición APFS, que es el tipo usado por macOS, y seleccionar la instalación del sistema operativo ahí.
A partir de ese momento, se instala el sistema y ya se debería poder ejecutar con normalidad. Faltaría, simplemente:
Parece fácil, pero es que precisamente lo es porque en esta explicación estamos omitiendo la parte difícil, que es preparar la partición EFI para su correcto funcionamiento, eligiendo los kext y modificando la configuración, a veces incluso mediante la manipulación de códigos hexadecimales (ID de dispositivos para soportar una CPU o GPU, por ejemplo).
¿Y cómo se consigue omitir esa «parte difícil»? Ahí es donde entra todo el trabajo realizado por miles de usuarios, que de forma altruista publican sus EFI preparadas para distintos equipos, de forma que podemos encontrarlos preparados para una CPU AMD Ryzen y una GPU RX 580, para un modelo concreto de portátil, etc.
De esta forma, pasamos de tener una gran responsabilidad a simplemente dedicarnos a probar distintas versiones de los usuarios, hasta dar con una que funcione correctamente. Queda claro, por cierto, que tener otro equipo a mano es muy recomendable para instalar Hackintosh.
Decir que la guía de Opencore es excelente para realizar esta instalación.
Estamos ante la pregunta del millón: ¿hasta qué punto merece la pena instalar macOS en nuestro PC? Como hemos visto, el proceso puede ser fácil, pero también se puede complicar mucho. Queremos condensar la respuesta a esta pregunta en varias reflexiones:
Una vez analizadas estas cuestiones, vamos a recapitular sobre lo que hemos visto en este artículo.
Sin embargo, comprar un Mac no siempre es viable, generalmente por su altísimo sobreprecio. Es ahí de donde nace Hackintosh, que es como se le conoce a cualquier PC «normal y corriente» que ejecuta el sistema operativo de Apple.
En este artículo, hemos analizado todos los pros y contras de Hackintosh, donde esencialmente destacan las inmensas posibilidades que trae, al poder tener un equipo totalmente personalizado y a nuestra medida con el sistema de los Mac. Sin embargo, las desventajas son importantes: restricciones de compatibilidad, dificultad de instalación, posible inestabilidad y falta de optimización.
Resumiendo, hay tres opciones si quieres entrar en el caro ecosistema de Apple con Mac:
Personalmente, siempre he terminado optando por la tercera opción, más aún cuando Windows 11 está por llegar con una importante modernización estética que lo convierte en un sistema más agradable. ¿Cuál es tu opinión? ¡Dínoslo en los comentarios!
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