Una impresora de etiquetas es algo típicamente usado en entornos profesionales, pero realmente tienen una increíble cantidad de usos que llega incluso hasta los usuarios domésticos. En este artículo, te contaremos qué es una impresora de etiquetas, cómo funciona, cuáles son sus usos más comunes, sus ventajas e inconvenientes, etc. Finalmente, analizaremos si deberías comprar una y te plantearemos los modelos más recomendables. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
La tecnología que está detrás de la mayoría de impresoras de etiquetas, y en la que nos vamos a centrar en este artículo, es la impresión térmica.
Entonces, la gran característica diferencial de esta tecnología es que no necesitamos ningún tipo de tinta o tóner para imprimir, como sí ocurre con las impresoras convencionales.
Lo que sí necesitamos es un tipo de papel especial, denominado papel térmico, que está cubierto con un químico que cambia de color cuando se calienta.
¿Y cómo funciona exactamente la impresora? Es muy simple: cuentan con una pieza que funciona como un mecanismo de alimentación de papel, que se encarga de cogerlo (ya sea de un rodillo o de una pila de papeles térmicos plegados).
Luego, para imprimir no se utiliza un cabezal como en la impresión a tinta, sino que la pieza que se encarga de calentar el papel cubre toda la longitud de impresión, y en cada instante calienta solo las posiciones que correspondan a los píxeles que se van a imprimir. Es así como se evita totalmente el uso de un cabezal mecánico.
Veamos ahora dónde es más probable que veamos una impresora térmica de etiquetas en uso. Si no conocías la impresión térmica, entonces te sorprenderá cómo están por todos lados.
Realmente, aquí estaríamos hablando de un uso de la impresión térmica en general, y no de una impresora de etiquetas, ya que el papel resultante no sería adhesivo.
En todo caso, se podría decir que este es el uso más común en nuestras vidas. Casi cualquier caja registradora o máquina de pagos de un comercio aprovechará la versátil impresión térmica para darnos cualquier tique de pago, sea el que sea.
En este caso, hablamos de pulseras usadas en lugares como hospitales, o en eventos, donde se tenga que realizar una impresión personalizada de algún código o de nuestros datos identificativos. En esos casos, veremos cómo la tecnología de impresión térmica de etiquetas viene fenomenal.
Somos muchos los que estamos imprimiendo etiquetas de paquetes constantemente, valiéndonos de papel A4 y una impresora totalmente normal, y esto puede resultar inefectivo, incómodo, caro… Todos estos y muchos problemas más se pueden solucionar con una impresora de etiquetas, así que por eso analizamos su idoneidad en este artículo.
Dicho esto, veamos qué ventajas supone usar una de estas impresoras especiales, poniendo el foco en su uso para paquetería, pues nos parece el más interesante y diferencial.
Lo mejor de las impresoras de etiquetas es que todas las ventajas que vamos a mencionar son importantísimas, pues suponen un gran incremento en la comodidad y la calidad de nuestro trabajo.
Una impresora de tinta normal puede imprimir unas 5-8 páginas por minuto (en negro, A4). Las impresoras de etiquetas suelen rondar las 60 páginas por minuto.
Es una tecnología capaz de producir un resultado en el papel de forma casi instantánea, limitada prácticamente a la velocidad con la que mueva el rollo de papel.
Precisamente, a diferencia de una impresora de tinta habitual no cuenta con ningún cabezal ni nada parecido para producir el efecto, tal y como explicamos al principio del artículo. Por lo tanto, no solo se gana rapidez, sino también silencio. Apenas suenan.
Además, la mayoría de impresoras de etiquetas soportan muchos tamaños distintos de manera sencilla, así que podemos darle diversos usos de la manera más cómoda.
El hecho de no depender de la compra de tinta nos libra de uno de los dos consumibles de una impresora habitual. Es decir, que pasamos a depender de tener papel suficiente, y nada más. No tenemos que dejar el dinero en tinta o tóner ni preocuparnos por ello en ningún momento: la máquina y el papel, y nada más.
Claro, también hay que tener en cuenta que el papel nos saldrá más caro, no es lo mismo comprar un paquete de folios A4 que unas etiquetas adhesivas más específicas. En este caso, todos los demás puntos juegan a favor de su uso, por lo que insistimos en que llega a ser más rentable.
Por fortuna, también reducimos la cantidad de residuos que generamos, gracias a esa falta de tinta, y ya no nos tendremos que preocupar de su reciclaje en absoluto.
Hay un gran cambio de tener un mísero folio con una etiqueta de envío o una clasificación de un producto, a una etiqueta del tamaño concreto, y sin necesidad de usar cinta adhesiva, sino que el adhesivo estará en la propia etiqueta.
Hasta ahora te hemos hablado de todo lo bueno que puede traer una impresora de etiquetas a tu casa o negocio, pero es obvio que también hay puntos negativos, que comentaremos a continuación.
Evidentemente, del método de funcionamiento de estas impresoras se deriva el hecho de que, salvo caras excepciones, su funcionamiento sea plenamente monocolor.
Esto no será un problema en ninguno de los usos que hemos descrito, ya que lo normal es que una etiqueta no requiera más colores que el negro, pero puede ser un problema en algunos casos.
La simplicidad de la forma en que se concibe una impresora de etiquetas tiene un precio, y es el de la facilidad de borrado de las mismas.
En concreto, ocurren dos problemas a este respecto:
Estos inconvenientes no suelen resultar muy importantes para la mayoría de gente, así que no deben preocuparnos en exceso.
En el caso de que no se busque una forma de impresión temporal, hay métodos de impresión con rayos ultravioleta muy similares a la impresión térmica, solo que de una manera mucho más durable. El problema es que son más costosos, y realmente se salen de los propósitos de este artículo.
Este es uno de los puntos más claros y evidentes: si una impresora de etiquetas vale más que una normal, y a la vez sirve un propósito mucho más específico, entonces para mucha gente simplemente no resulta rentable su uso. Esto es lo que vamos a analizar en el siguiente punto, y recuerda que también dejaremos una lista de las impresoras de etiquetas que más recomendamos.
A veces, usar una impresora de etiquetas es algo totalmente innecesario, «overkill» como se diría en inglés. Nos referimos a un uso doméstico para paquetería.
En ese caso, sería algo innecesario usar una impresora de etiquetas. Mantendría todas sus ventajas, pero simplemente no justificaría tanto la inversión inicial.
Ahora, la pregunta del millón es si merece la pena o no comprar una impresora de etiquetas. En concreto, analicemos si es recomendable para su uso en paquetería o en organización del hogar, dejando aparte los demás usos posibles.
Esto va a depender de muchos factores, aunque podemos partir diciendo que cualquier profesional debería usar una o varias de estas impresoras. Por ejemplo, un pequeño negocio de eCommerce o alguien que realice una venta de productos en eBay de manera «más o menos profesional» se beneficiará de ello, tanto para clasificar y organizar productos como para enviarlos.
¿Y si eres un usuario particular? Como en muchas otras cosas, la clave está en el volumen. Si apenas haces un par de envíos al mes, por muy incómoda que sea la impresión normal no tiene mucho sentido que compres una impresora de etiquetas.
La otra clave es el presupuesto. Aunque el volumen sea bajo, si tú consideras que te beneficias enormemente de usar una impresora de etiquetas y tienes presupuesto para ello entonces cómprala. Personalmente, si no me hiciese falta invertir en otros recursos a lo mejor me compraría una.
Después de ver todo lo bueno y lo malo de una impresora de etiquetas, llega la hora de ponerse manos a la obra y concretar qué modelos son recomendables, y a qué precios aproximados suelen moverse. Además, en cada caso dejaremos consumibles compatibles y recomendados, es decir, etiquetas térmicas.
Como veremos, las impresoras de etiquetas tienen un precio que ronda entre 50 y 500 euros, y evidentemente tenemos que determinar cuáles son las mejores opciones para los distintos usos y presupuestos.
Los consumibles suelen ser más caros que el papel A4.
Es capaz de imprimir una por segundo, e incluye un soporte para aguantar los paquetes de etiquetas. Para conseguirlas, hay muchísimas opciones en Amazon, y podemos comprar paquetes plegables o rollos. Su precio ronda los 15-20 euros por 500 etiquetas, que se traduciría a aproximadamente 8 céntimos la unidad.
Última actualización el 2024-11-23
Hay que tener en cuenta que esta impresora no solo puede con etiquetas de 4×6, sino con prácticamente cualquier tamaño (más pequeño que 4×6, claro) que podamos encontrar en el mercado. Su versatilidad es un gran punto fuerte, por lo que podremos etiquetar sin ningún problema productos y objetos, no solo paquetes.
Última actualización el 2024-11-22
Entonces, si tienes que moverte mucho con un portátil de forma que no puedes tener un ordenador fijo conectado a la impresora, o si quieres imprimir rápidamente desde el móvil, esta es tu solución.
Última actualización el 2024-11-22
En cuanto a los consumibles, este es un gran punto en contra de esta y otras impresoras térmicas de Brother, y es que están preparadas para admitir sus propios rollos, algo muy malo teniendo en cuenta su precio. Entonces, para conseguir uno de 4×6 tenemos que pagar 33€ por 180 piezas, es decir, 0.19€ la etiqueta, que es más del doble de lo que vimos arriba.
Última actualización el 2024-11-22
Esta portabilidad se acompaña con una batería de ión de litio que dura de 3 a 5 horas, y compatibilidad con portátiles y ordenadores (Android o iOS, incluyendo conexión por NFC).
Última actualización el 2024-11-23
Idealmente, usaremos esta impresora siempre que necesitemos usar etiquetas relativamente pequeñas, y donde la agilidad sea lo principal. Los tamaños de etiqueta soportados llegan hasta los 58mm de ancho. Se deben usar rollos, y este es un ejemplo compatible:
Última actualización el 2024-11-23
Última actualización el 2024-11-22
En cuanto a sus consumibles, encontramos paquetes de papel térmico muy baratos, con varios lotes, como este:
Última actualización el 2024-11-22
Eso sí, esta impresora (al igual que casi todas las de arriba) ya viene con un rollo térmico en la caja.
Destacar finalmente que Dymo es una empresa líder en lo relativo a las impresoras de etiquetas, siendo la 4XL uno de sus mejores modelos:
Última actualización el 2024-11-23
Las impresoras de etiquetas son un elemento fundamental para muchas empresas, pero realmente también pueden ser una inversión excelente para muchos particulares que hacen muchos envíos mensualmente, o que tienen una gran necesidad de organizar mejor sus cosas en casa.
Y es que, como hemos visto, las impresoras térmicas nos dan una serie de ventajas muy importante:
Evidentemente, también hay inconvenientes a la hora de usar una impresora de etiquetas. Por una parte, solo haremos impresiones monocolor, y generalmente en negro (depende del papel). Además, no es una impresión idónea para necesidades a largo plazo, ya que el papel térmico es fácil de borrar y se puede desvanecer en unos años.
No nos olvidemos tampoco de la alta inversión inicial que supone, ya que una impresora de etiquetas suele costar más que una convencional, y sirve un propósito mucho más específico.
Sea como sea, si nos beneficiamos de las ventajas mencionadas, es muy probable que los inconvenientes no sean en absoluto preocupantes.
¿Crees que las impresoras de etiquetas son idóneas para ti? ¿Para qué usarías la tuya? ¡Déjanos tus comentarios!
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