La relación de aspecto tiene menos importancia que la resolución, para los compradores. Esta característica ha ido evolucionando en los últimos 20 años, surgiendo nuevos tipos de relación de aspecto en los monitores.
Desde la aparición de los monitores ultrapanorámicos, hemos visto nuevas relaciones de aspecto en estos periféricos que nos han hecho cuestionarnos varias cosas, ¿podré jugar a videojuegos sin barras negras? Pues bien, se ha evolucionado mucho al respecto, pero parece que este concepto no queda claro a alguno de los lectores por lo que vamos a repasarlo un poco.
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Podemos definir relación de aspecto (también llamada aspect ratio) como el atributo que describe la relación entre el ancho y alto de una imagen. Lo vemos expresado por 2 números (X e Y) que son separados por «:», como por ejemplo 16:9 o 4:3, que son las relaciones convencionales.
Una imagen cuadrada tiene una relación de aspecto de 1:1 porque la altura y el ancho es el mismo, así que esa proporción se mantendrá aunque la resolución de la imagen sea enorme: desde 100 x 100 hasta 3000 x 3000, por ejemplo.
¿Qué pasa cuando no son cuadradas? Pues que el ancho y el alto no es el mismo, por lo que la relación cambia a los famosos monitores 16:9 (pantallas panorámicas), monitores 4:3 (antigua relación), monitores 21:9 (pantalla ultrapanorámica) o, incluso, monitores 32:9 que son menos habituales.
Esto no quiere decir que «X» sea el ancho e «Y» el alto, simplemente describen la relación entre ellos. Es importante atender a la relación de aspecto porque está más presente de lo que creéis:
Encontramos una clasificación de relaciones de aspecto, especialmente en los entornos profesionales dedicados al multimedia (foto, vídeo, interfaces, etc.). Concretamente, hay 3 tipos de relación de aspecto principales:
Dependiendo de lo que vayamos a hacer, las consecuencias pueden ser unas u otras. Por poner un ejemplo, la relación de aspecto de una página web va a condicionar la forma en la que se va a mostrar ésta. Antes todo era más fácil porque habían 2 relaciones de aspecto: 4:3 o 16:9.
Sin embargo, los tiempos cambian y vemos muchos dispositivos con distintas relaciones de aspecto, por lo que el contenido se debe adaptar a cada dispositivo. Por poneros un ejemplo rápido:
De hecho, podemos decir que el mismo contenido se vería descuadrado, ¿verdad? Pues bien, para esto se optimiza «la web móvil» porque los smartphones de hoy en día tienen una relación de aspecto distinta, así que el contenido se muestra distinto.
¿Qué ocurre con los videojuegos? Ahora está mejor adaptado, pero comprar hace 5 años un monitor ultrawide tenía sus consecuencias: jugar con barras negras horizontales, ¡cómo en las películas! Las desarrolladoras de videojuegos se adaptaron a los cambios y ahora se puede jugar sin problemas de resoluciones y relaciones de aspecto.
Rápidamente nos viene Adobe Photoshop a la cabeza como la primera herramienta o editor que nos permite conocer el aspect ratio de una imagen. No solo eso, cuando creamos un proyecto, podemos ajustar manualmente la relación de aspecto que queremos en él.
Lógicamente, podremos averiguarlo en otro tipo de herramienta de este tipo, como puede ser GIMP o alguna otra. Nosotros destacamos Photoshop porque es la más utilizada en este sentido, al igual que Lightroom en el entorno fotográfico.
Respecto al vídeo, podemos encontrar Sony Vegas como otro programa que nos permite conocer cada detalle del vídeo, por lo que basta con usar programas especializados en vídeo, imagen o fotografía para conocer esta información.
Estoy seguro de que todos tenéis por casa algún dispositivo que tenga una relación de aspecto de 16:9, pero no uno de 21:9 (salvo que sea el móvil o tablet). Dentro del mundo de los videojuegos, quedan dudas sobre si comprar un monitor ultrapanorámico o no, así que vamos a despejarlas.
En primer lugar, donde en 16:9 caben 2 hojas de Word, en 21:9 caben 3, por lo que en un 32:9 cabrían 4 hojas. Dentro de los videojuegos, tener más superficie nos ofrece más campo de visión (FOV), algo que nos beneficia en ciertos juegos (shooters, por ejemplo).
Esto se traduce en una visión más periférica de nuestros lados, un aspecto que aprovecharemos en los juegos multijugador en campo abierto. Dicho esto, podemos encontrar juegos multijugador competitivos que deshabilitan este soporte para que otros jugadores no se aprovechen de esta «virtud».
Los nuevos no creo que ofrezcan problema, pero los antiguos que han sido «abandonados» se quedaron como están. Esto significa que, en su salida, no existían los monitores ultrawide, por lo que no soportan la resolución o relación de aspecto de éstos.
La consecuencia es que tengamos que jugar con barras horizontales arriba y abajo, ¡cómo en las películas! Esto no ocurre en 16:9, pero ya os decimos que todos los juegos recientes no ofrecen problema.
No encontramos monitores ultrawide por debajo de las 25 pulgadas, por lo que una relación de aspecto de 21:9 o más implica un monitor de más de 29 pulgadas. A quien le sobre espacio no le va a preocupar esto, pero no todos tenemos un escritorio que pueda albergar monitores de 29, 34, 38 o más de 40 pulgadas.
Entendemos que es un producto específico, pero solo encontramos relaciones de aspecto superiores a 16:9 en smartphones o tablets en lo que a una pantalla pequeña se refiere.
Esto es algo con lo que tenemos que contar, así que no podemos tener cualquier GPU a la hora de jugar. Conforme subimos la resolución, se necesita más potencia gráfica, a pesar de que existe NVIDIA DLSS o FidelityFX Super Resolution en las RTX 3000 y RX 6000.
Nos enfocamos en monitores gaming, por lo que no se trata de tener una pantalla para tener más productividad. En dicho caso, no importará mucho la GPU (salvo que utilicemos programas profesionales de renderizado), bastando los gráficos integrados de la CPU.
La relación de aspecto alta se paga, y no es barata, a pesar de que su estandarización haya permitido una bajada de precios. El punto de partida de los ultrapanorámicos son las 29 pulgadas que ha puesto de moda LG, unos monitores que se aproximan a los 200€.
Su uso es puramente ofimática y productividad, ya que no hay una tasa de refresco alta, ni ninguna preocupación por obtener un tiempo de respuesta bajo. Si nos vamos a las opciones ultrawide más interesantes para gaming, partimos de las 34 pulgadas con 144 Hz y 1 ms de tiempo de respuesta, independientemente de la tecnología del panel.
Aquí nos vamos por encima de los 300€, incluso cercanos a los 400€, lo que es un presupuesto que no todos pueden asumir. Por no hablar de que nos metemos en tamaños que exigen una resolución QHD como mínimo, debido a que estamos muy cerca del monitor.
Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, comentad abajo y la responderemos en seguida.
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