El ordenador portátil gaming es un producto muy vendido a día de hoy, por lo que hacemos un pequeño flashback con el objetivo de conocer toda su historia y evolución. Antes, eran ladrillos, pero hoy son productos muy refinados y con mucha ingeniería detrás que permiten a los gamers jugar allá donde vayan.
En un principio, los ordenadores portátiles gaming eran productos demasiado grandes para cumplir la función de «portátil», algo que cambiaría con el paso de los años. Al final, la evolución es posible no solo gracias a los fabricantes de portátiles, sino a Intel, NVIDIA y AMD, empresas que se han esforzado en traer al mercado chips y componentes más delgados que nunca.
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¡Portátil por decir algo! Pesaba 24 KG e IBM se atrevía a denominarlo como «Portable Computer» en 1975. Equipaba un procesador IBM PALM con una frecuencia de 1.9 MHz, junto con varias posibilidades de configuración en la RAM y en el ROM:
Incorporaba una pequeña pantalla CRT de 5 pulgadas con 60 Hz y la unidad que usaba era de cinta, quedando lejos los HDD IDE y, mucho más, los SATA. Bromas aparte, era un avance para la época y esto se pagaba con un precio que oscilaba entre los $8.975 y los $19.975. Si os parece mucho dinero, pensad en el nivel de vida de los 70 en Estados Unidos, ¡eran mucho más caros!
¿No te logras situar? Calculando la diferencia de inflación de 1975 en comparación con 2021, esos $8.975 equivalen a $45.043 de hoy; el IBM 5100 más caro costaría $100.249,87 hoy, ¡qué barbaridad!
Este ordenador portátil no era gaming, pero sentó las bases del concepto y no fue para nada un fracaso: estuvo en el mercado hasta 1981, siendo sustituido por el IBM 5150.
Te recomendamos la lectura de la siguiente guía rápida:
Alienware ya era una empresa fundada en 1996 que se dedicaba a crear sobremesas, y lo cierto es que, dependiendo de la fuente que consultéis, veréis que dan a un modelo u otro como «el primer ordenador portátil gaming de la historia«. Unos indican que fue MSI, otros Razer, pero según mi investigación sería Alienware con su Area 51-M.
Fue el primer ordenador portátil gaming de Alienware cuyas especificaciones principales eran su panel de 15 pulgadas potenciado por un Intel Pentium 4 a 2.4 GHz y una GPU ATI Radeon 7500 (entonces ATI no pertenecía a AMD).
Solía venir con 512 MB de memoria RAM y 40 GB de disco duro, integrando una disquetera y una unidad DVD-ROM. Ante el auge de Internet, decidieron incorporarle un módem para hacerlo un completo sustituto de un PC sobremesa.
Su precio partía desde los $2.700, que serían unos 3.980 dólares en 2021, pero lo que tenía que mejorar mucho era el concepto principal del ordenador portátil gaming, superando 3 barreras:
Ahí donde la veis, Alienware fue una empresa muy visionaria porque estuvo trabajando en un sistema de realidad virtual llamado Area 51 VR hace más de 15 años.
No era un ordenador portátil gaming tan ambicioso como el de Alienware, pero ojo con este Dell Inspiron 5100 porque equipaba un Intel Pentium 4 a 2.6 GHz (versión escritorio) acompañado de una ATI Mobility Radeon 7500 de 32 MB que hacía uso de la interfaz AGP y 4 raíles (podía venir con 16 MB) y 758 MB DDR a 333 MHz.
Su pantalla era de 15 pulgadas, montaba un panel SXGA+ y su resolución era 1400×1050, ¡no está nada mal para 2003! Se podía jugar en títulos de aquella época en ajustes medios y bajos, aunque los títulos de los 90 eran fáciles de ejecutar.
Un dato curioso es que nunca soportó Windows 98 oficialmente porque causaba conflictos en equipos que usaban más de 512 MB de memoria RAM. Algunos os habréis preguntado, ¿cómo es posible que funcionase con un chip de escritorio? ¿Cuánto consumía? Lo cierto es que su bloque de alimentación era de 90 W y se calentaba una barbaridad.
Luego, vimos Pentium 4 para portátiles, pero su frecuencia era más baja, así como su bus de memoria. También os diré una cosa: para aquella época tampoco se requería muchísimos MHz. Al contrario que Alienware, los diseños de Dell serían sobrios o «sosos», aunque se tratase de un portátil gaming.
Después, vimos los Inspiron 5150 que venían con GPUs ATI Moblity Radeon 9000 o la NVIDIA GeForce FX Go 5200. Os aconsejo que echéis un vistazo a la historia de NVIDIA y a la historia de ATI para más información.
Tened en cuenta que la memoria RAM DDR2 todavía no había llegado al mercado, pero lo cierto es que este ordenador portátil gaming fue «de época» porque era una auténtica bestia. Para empezar, su pantalla era de 17 pulgadas y su resolución era de 1920 x 1200 píxeles.
Flojeaba un poco en el procesador portátil Intel M 725 que funcionaba a 1.6 GHz, pero se compensaba con un 1 GB DDR a 333 MHz y con la ATI Radeon 9700 Pro con 128 MB (que hacía uso de APG 4x). Las especificaciones las completaba un HDD de 100 GB a 5.400 RPM, que ofrecía una estabilidad secuencial, pero peor rendimiento que los de 7.200 RPM.
Ya veíamos los códecs de audio AC’97 por estos lares para dotar a los equipos con un buen audio. No se exigía más de sus 60 Hz en la pantalla por aquel momento (tenían poco sentido), pero se mejoraba lo más importante:
A partir de 2005 se empezaron a hacer mucho más populares los ordenadores portátiles gaming debido a los avances de la época. Nosotros os traemos este ejemplo curioso de la marca Sager, un PC equipado con el Intel Pentium M 750, 1 GB DDR2 a 533 MHz de memoria RAM Dual Channel y una ATI Moblity Radeon x700 de 256 MB GDDR2.
Además, su pantalla traía la novedad principal en monitores de inicios del siglo XXI: el panel TFT. Este panel TFT WSXGA+ era de 15.4 pulgadas y traía una resolución de 1680 x 1050. Entonces, la única resolución estándar era la de 1024 x 768 píxeles, mientras que subir de ahí era «un cajón de sastre».
Era un equipo muy interesante porque ofrecía su unidad de CD-ROM, su webcam, su lector de tarjetas 4 en 1, conexión Wireless a través de Intel PRO y su instalación con Windows XP. Este portátil competía con los ASUS Z70VA o Z71V, como otros dentro de la misma marca.
Entonces, era mejor opción el Z70VA de ASUS, pero costaba 250 dólares más, mientras que este Sager tenía un precio de $1621 en 2005 (menos de 2500 dólares de hoy). Su peso era de de 3,4 KG, lo que dejaba clara cuál era la tendencia: bajar de los 3 KG.
Os habréis fijado que el mercado de portátiles gaming en la primera década estaba dominado por ATI, mientras que NVIDIA lanzó GeForce Go como una alternativa que no termino de convencer por su relación calidad-precio.
Alienware fue comprada por Dell y tenía claro cuál era su objetivo: sacar el ordenador portátil gaming más potente posible por aquel entonces. Con esta idea surgió el Aurora mALX: el primer portátil gaming en usa 1 GB VRAM. Era un portátil cuidado con mucho mimo:
Alienware fue de las pocas empresas que apostó por AMD en procesadores cuando se trataba de portátiles en gama alta. Sin embargo, el precio siempre fue el problema: desde $4.499. Por otro lado, cabe destacar que tenía un peso de 6.8 KG.
Aquí no teníamos 2 tarjetas gráficas, pero sí un gran avance en distintos puntos. Nos da nostalgia ver el logo inicial de MSI, el cual no era nada estiloso, pero detrás había un equipo con ganas de hacer grandes cosas. El MSI GX600 es considerado por muchos el primer ordenador portátil gaming de la historia, ¿por qué? Por lo siguiente:
Era lo que había en aquel momento y fue considerado un gran portátil gaming porque se adaptaba al último hardware del mercado.
Poco a poco, se iban consiguiendo nuevos hitos en el sector, y Alienware era una de esas empresas que apostaba por innovar mucho más allá. Nos tenemos que remontar a 2010, momento en el que el Alienware m11x vio la luz de la mano de Intel y NVIDIA.
No era tan absurdo construir un ordenador portátil gaming tan pequeño y compacto porque Razer, en pleno 2020, lanzaba su Book de 13 pulgadas. El Alienware m11x montaba un panel LED TN WXGA de 11.6 pulgadas y una resolución de 1366 x 768, estando potenciado por un Intel Core i7 640UM y una NVIDIA GT 335M de 1 GB.
Entonces, podíamos elegir entre almacenamiento HDD o SSD (500 GB y 256 GB respectivamente), aunque la unidad SSD era de poca capacidad. A partir de esta década, los SSD protagonizarían un gran ascenso para quitar a los HDDs de la palestra en portátiles.
También es necesario decir que existía una variante con una GPU AMD Radeon R5 M335 con 2 GB DDR3. De todos modos, la noticia era que un pequeño ordenador portátil gaming era capaz de llegar a los 30 FPS en títulos como Batman: Arkham Asylum y Crysis (si poníamos las texturas en medio).
Fue el ganador del «Performance Award» que daba el evento CES en 2010, y es que podíamos jugar al mítico Call of Duty 4: Modern Warfare 2, Left 4 Dead 2 o el famoso Crysis. Era realmente pequeño, pero eso no significaba que fuese lento o poco potente, ¡era pequeño, pero matón!
Traía la novedad de Windows 7 Professional, un sistema operativo que era un lujo después del calvario de Windows Vista. Jugar a más de 30 FPS era considerado un buen negocio, pero esto pasaría a la historia pocos años después.
A comienzos de la segunda década del siglo XXI, Razer hizo famosa su familia de portátiles gaming gracias al Razer Blade Pro que salió en 2013. Se trataba de un equipo potenciado por el Intel Core i7-4702MQ que tenía 4 núcleos y podía funcionar hasta 3.2 GHz.
Su acompañante era la NVIDIA GTX 765M con 2 GB GDDR5 y una pantalla TN de 17.3 pulgadas con resolución Full HD. Las opciones de almacenamiento y RAM eran variables, pero podíamos elegir hasta 512 GB en SSD y hasta 8 GB en memoria RAM DDR3.
Aunque el cuerpo era de aluminio, el peso llegaba hasta 2.98 KG, pero ya era un buen dato para lo que estábamos acostumbrados. Después de comentar sus especificaciones, la novedad más sonada fue su teclado y alfombrilla:
Muchos dijeron que estaba inspirado en el Macbook de Apple por la forma y diseño «slim». Mientras tanto, Razer hacía méritos con su teclado retroiluminado y montando procesadores Intel Haswell que daban ese plus de rendimiento.
Es cierto que fue criticado porque su tarjeta gráfica no era del todo potente, no pudiendo superar los 32 FPS en varios juegos AAA, como Battlefield 4. Era un equipo que sobrepasaba los 2.000€ y la gente pedía mucho a cambio, pero puso la primera piedra en el nuevo concepto: ordenador portátil gaming delgado.
Imagino a los ingenieros y diseñadores de producto de MSI en la mesa de trabajo, ¿qué podemos ofrecer para convencer? ¡Una pantalla 3K! Dejando las bromas a un lado, esta bestia tuvo mucha repercusión en los medios y en la comunidad gaming porque fue un portátil épico.
No había mucho avance en las CPUs, montando un Intel Core i7-4710HQ de 4 núcleos que era capaz de ir hasta 3.5 GHz. Sin embargo, la novedad estaba en la memoria RAM de 16 GB (DDR3L) a 1600 MHz y en la GPU NVIDIA GTX 970M de 3 GB GDDR5.
Sin embargo, la pantalla de 15.6 pulgadas del MSI GS60 Ghost Pro acaparó todas las miradas: panel IPS de Panasonic con resolución 3K (2880 x 1620). No solo era la resolución, sino que estábamos ante un panel IPS que no eran nada baratos por entonces.
Además, venía con un teclado SteelSeries retroiluminado que era impresionante, así como con 2 SSD de 256 GB. Dicho esto, había un «pero», y era la batería: todavía era una quimera obtener una autonomía decente jugando a videojuegos.
Y es que no podemos hablar de un ordenador portátil gaming sin una autonomía decente, ¡pierde el sentido!
MSI fue considerada como una de las mejores marcas (si no la mejor) de portátiles gaming del mercado, y es que la primera década se le dio de fábula. Pero, ¿por qué era la mejor? Pues bien, productos como el GS65 Stealth Thin o el GE63 Raider RGB conquistaron al público.
Por un lado, el GS65 era un portátil gaming bastante ligero y fino que era un espectáculo. Nosotros mismos dimos la medalla de platino en nuestra review del MSI GS65 Stealth Thin, un producto remarcable por su diseño y potencia. El modelo que probamos tenía estas especificaciones con tan solo 1.8 KG de peso.
Por otro lado, teníamos al GE63 Raider RGB cuyo peso era mayor, pero su potencia era superior, teniendo opciones más potentes y menos potentes.
Seguro que muchos habéis echado de menos a ASUS, y lo cierto es que es una marca que siempre ha estado ahí en lo que se refiere a portátiles gaming. Sin embargo, sus precios eran superiores y su plus de calidad no convencía a los usuarios a invertir más dinero y «pasar de MSI».
MSI era la marca calidad-precio en portátiles gaming por antonomasia, y lo cierto es que sigue plantando batalla a Razer, Alienware, Asus, HP y Lenovo. Así que, hemos querido reservarnos este último año para hacer hincapié en el «cambio de juego» y en las novedades que se han ido mejorando en la historia de los ordenadores portátiles gaming:
Ahora bien, ¿cómo podemos resumir la evolución del concepto de ordenador portátil gaming? Se me ocurre lo siguiente:
Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, comentad abajo y os responderemos en breve.
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