El formato de almacenamiento SSD M.2 se han convertido en una solución muy recurrente entre los aficionados a los videojuegos. Nos ofrecen estas unidades un gran rendimiento, pero al mismo tiempo presentan algunos problemas. Veremos las fortalezas y debilidades de las unidades SSD M.2 PCIe.
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Son un tipo de unidades de almacenamiento basando en chips de memoria persistentes, eliminando así las partes móviles. Los SSD nos ofrecen más eficiencia, mejor rendimiento y mayor durabilidad que las unidades de almacenamiento HDD convencionales. Aunque las unidades SSD ofrecen menos capacidad que los HDD, son más las ventajas técnicas que ofrecen las unidades de almacenamiento de estado sólido.
Las unidades SSD llegaron en formato de 2.5 pulgadas y 3.5 pulgadas con interfaz SATA. Estas unidades han evolucionado y ahora se basan en el formato M.2 y la interfaz PCIe en sus diferentes versiones. Pero su popularidad ha crecido gracias a que ha ido aumentando su capacidad y los precios han ido bajando de manera considerable con el tiempo.
Podemos encontrar dos tipos de unidades SSD que hace uso de la interfaz PCIe. Tenemos por un lado los SSD M.2 con interfaz PCIe y por otro lado los SSD PCIe tipo tarjeta. Aunque ambos comparten el mismo tipo de bus de comunicación con el procesador, su formato y su instalación es diferente. Las unidades SSD M.2 PCIe se montan sobre la placa base mediante un conector específico. Por otro lado, los SSD PCIe de tipo tarjeta se instalan en los puertos PCIe de expansión y se anclan al chasis.
Vamos a ver un poco estos formatos y sus principales características.
Es un formato estandarizado para unidades de almacenamiento, tarjetas de red inalámbricas y otros elementos. Realmente el formato M.2 es conocido por su uso para unidades de almacenamiento de estado sólido. El puerto M.2 puede hacer uso de la interfaz PCIe, aumentando notablemente el rendimiento de las unidades de almacenamiento. Adicionalmente las unidades de almacenamiento de formato M.2 ocupan hasta cuatro veces menos espacio físico que las unidades SSD de 2.5 pulgadas.
Formato M.2 además tiene la característica de no requerir de cables de alimentación y de transferencia de datos. La alimentación y la transferencia de datos se realiza mediante el conector M.2 de la propia placa base. Al mismo tiempo reducen la cantidad de cables que tendremos en el sistema, facilitando así la gestión del resto del cableado.
Debemos tener cuidado, porque no todas las unidades SSD de formato M.2 hacen uso de la interfaz PCIe. Algunas unidades se basan en el estándar SATA 6Gbps, algo que se puede ver mediante el diseño del conector. Tampoco existen dimensiones únicas, aunque estás sí que están estandarizadas.
El formato M.2 está estandarizado, pero existen diferentes tamaños dentro de este formato. Por un lado tenemos unos anchos estándar y por otro lado tenemos unas longitudes estándar. Estos son:
Siempre las unidades de formato M.2 especificarán el ancho y la longitud de la unidad. Habitualmente se identifica como: tipo 2280; formato 2280. Las dos primeras cifras nos indican la anchura de la unidad y el resto de cifras nos indican la longitud.
Podemos dividir las unidades SSD M.2 según la interfaz que usan:
Este tipo de unidades SSD recuerda bastante a las tarjetas gráficas, tanto por su conexión a la placa base como por su diseño. Las unidades SSD de tipo tarjeta están sobre todo pensadas para quienes trabajan con archivos pesados, como pueda ser los que se dedican a retoque fotográfico o editores de vídeo.
Dentro de este tipo de formato podemos encontrar SSD PCIe con las memorias soldadas sobre la PCB o bien un PCB con conectores M.2 para instalar unidades SSD M.2. Ambos modelos comparten más o menos diseño y suelen incorporar un disipador con un ventilador.
Vamos a ver ahora cuáles son sus puntos fuertes y las principales debilidades de los SSD PCIe, centrándonos en los de formato M.2. Nos vamos a enfocar en estas unidades, ya que son las más adquiridas por los aficionados a los videojuegos.
Como cualquier tecnología existente, tiene sus fortalezas y debilidades. Las unidades SSD PCIe de formato M.2 tienen el gran problema de la temperatura, no tan acuciante en los SSD de formato de 2.5 pulgadas. El motivo por el cual esta problemática no está tan presente de las unidades de 2.5 pulgadas es que la carcasa exterior actúa como disipador. Aunque bien es cierto que algunas unidades SSD de 2.5 pulgadas pueden sufrir problemas térmicos.
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Los SSD PCIe por los problemas térmicos que tienen se están convirtiendo en una mala elección para el gaming. Pero el problema se hace más importante debido a que los fabricantes ponen pegatinas de producto sobre los chips de memoria y la controladora. Instalar un disipador sobre esta pegatina es absurdo, porque reduce notablemente la transferencia de calor. El problema es que retirar la pegatina supone terminar con la garantía del producto.
¿Qué opinas al respecto de las unidades SSD de formato M.2 con interfaz PCIe?
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