Saber la capacidad del SSD para gaming que necesitamos en nuestro PC es algo importante para saber que unidad comprar. Vamos a ver cuál es la capacidad, aproximadamente, que podemos necesitar para tener el mejor SSD para gaming.
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Actualmente las dos principales soluciones para almacenamiento primario en un ordenador gaming son los SSD y los HDD. La diferencia entre estas unidades no es solo el factor de forma, también está en las tecnologías en las que se basan y que determinan una serie de parámetros dependientes de las tecnologías de construcción. Los SSD tienen beneficios realmente importantes que debemos tener en cuenta.
Los HDD se basan en discos magnéticos giratorios y un cabezal de lectura y escritura, y ambos elementos son móviles. Que este tipo de unidades de almacenamiento tenga partes móviles mecánicas es un problema. Pasamos a estar limitados por la velocidad de movimiento de estas partes, lo cual supone una gran caída de rendimiento. Estas partes mecánicas móviles ralentizan el rendimiento de la unidad y al mismo tiempo generan otros inconvenientes. Los HDD son muy delicados (un golpe los puede romper irremediablemente), son muy pesados, son muy ineficientes y ruidosos.
Tenemos como alternativa las unidades SSD, que se basan en chips de memoria y que carecen de partes móviles. Al no contar con partes móviles y basarse en chips de memoria, las velocidades de lectura y escritura aumentan considerablemente. Un SSD SATA, por ejemplo, es entre 6-8 veces más rápido que un HDD SATA. Los SSD además son más resistentes a los golpes, son más eficientes y no generan el más mínimo ruido. Tienen algo negativo los SSD y es que pueden sufrir problemas de temperatura (sobre todo en los M.2 NVMe PCIe) que genera una caída en el rendimiento.
El motivo por el cual se eligen los SSD para PC Gaming es simple: los tiempos de carga de los juegos se reducen. Como ofrecen velocidades de lectura y escritura más grandes, esto permite reducir los tiempos de carga. Se puede ver en los juegos, en la ejecución de programas e incluso cuando arrancamos el ordenador y carga el sistema operativo.
Al comprar discos duros para juegos, debemos pensar en las ventajas de los SSD y sus beneficios, de forma que podamos comparar HDD vs SSD para juegos.
Un disco duro de estado sólido tiene como ventajas principales la gran rapidez, menor latencia y mejores capacidades para acceder a datos aleatorios. En otras palabras, como decíamos los juegos cargan antes y esto es realmente beneficioso.
Pero esto no responde a nuestra pregunta, hay muchos juegos en los que un disco duro normal puede ser perfecto, por mucho que tengamos un SSD más rápido su capacidad no es infinita y no tiene por qué ser beneficioso para nosotros. Así que volvamos a la pregunta: ¿Dónde instalar juegos, SSD o HDD y por qué?
Hay una ventaja que hemos pasado por alto al hablar de rapidez: la carga de los juegos con mundos abiertos. En ellos, el uso de un disco duro tradicional puede provocar problemas graves de rendimiento. Al no poder cargar los mapas, que cada vez son más grandes, tendremos tirones molestos y será realmente problemático.
Por eso debemos buscar el mejor SSD para PC gaming posible, que sea barato y de capacidad suficiente, para «salvarnos» de estos problemas de rendimiento.
La capacidad más habituales de los SSD actualmente van desde los 128GB hasta los 4TB. Una unidad SSD de 128GB podríamos decir que es la capacidad más básica para un ordenador gaming. Habitualmente se suele optar por SSD de capacidades de 256GB, 512GB y 1TB para un PC Gaming.
Para elegir una unidad SSD debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
El usuario medio normalmente optará por Windows 10 para su ordenador gaming, ya que cuenta con soporte para juegos más extendido. Windows 10 requiere entre 16-20GB de capacidad para su instalación. Debemos contar un 20-30% adicional por el tema de drivers, actualizaciones y archivos temporales.
Las actualizaciones de Windows 10 suponen un aumento en las necesidades de espacio. Esto también pasa con los drivers, los cuales con nuevas actualizaciones suelen ocupar más espacio. Adicionalmente tenemos que tener en cuenta que las actualizaciones de Windows 10 generan archivos temporales. Normalmente estos temporales son para «desinstalar» una actualización, si esta actualización no funciona correctamente.
Si vamos a jugar con nuestro ordenador, necesitaremos una serie de software adicional. Aunque lo utilicemos para otras tareas, como pueda ser estudiar o teletrabajar, también necesitaremos aplicaciones adicionales. El paquete Office, Zoom o los navegadores ocupan espacio adicional. Office puede ocupar unos 5-7GB, según la cantidad de elementos que instalemos, pero software como Zoom o el navegador suele ocupar algunos MB.
Luego debemos tener en cuenta el software que instalemos para juegos. Aplicaciones como Steam, Epic Games Store, Uplay y otras tiendas de juegos ocupan también espacio. Adicionalmente podemos instalar aplicaciones como Discord, que también ocupa unos MB.
El tamaño de los juegos puede variar bastante, por lo que es muy difícil indicar la cantidad de espacio libre que necesitamos para instalar juegos y cómo elegir la capacidad de nuestro SSD para gaming. Debemos tener en cuenta que los juegos Triple A cada vez ocupan más espacio, debido a las mejores texturas que utilizan, principalmente. Para que te hagas una idea, te dejamos algunas muestras:
Tenemos que tener en cuenta que adicionalmente los juegos van actualizándose. Estas actualizaciones pueden aumentar el espacio que ocupa el juego, sobre todo si se incluyen nuevos mapas.
Podemos optar por instalar dos unidades. Muchos usuarios apuestan por un SSD 128GB o bien de 256GB para el sistema operativo y las aplicaciones. Luego instalan un HDD secundario de gran capacidad para instalar los juegos. El SSD actuará como una especie de caché, lo cual permite obtener un rendimiento mejor al ofrecido por los HDD.
La capacidad no es el único factor a tener en cuenta de los SSD para gaming, el factor de forma es otro aspecto importante. Actualmente los principales factores de forma que nos encontramos son: SSD de formato de 2.5 pulgadas y SSD de formato M.2. Pero es que además debemos distinguir entre dos interfaces de conexión: SATA y PCIe.
Este tipo de unidades son bastante comunes y suelen ser las más asequibles. Nos ofrecen estas unidades versatilidad y buen rendimiento. Se caracterizan por ofrecer unos 500MB/s de lectura y escritura, y capacidades entre los 128GB y los 4TB. Este tipo de unidades además puede servir para dar una segunda vida a portátiles viejos con unidades HDD de 2.5 pulgadas.
Las unidades SSD de 2.5 pulgadas suelen requerir de cabe de datos y cables de alimentación. En equipos portátiles sé unifica en un sistema de conexión rígido. Este tipo de unidades habitualmente solo hacen uso de la interfaz SATA.
Pasamos a un tipo de unidades más compactas que se caracterizan por montarse directamente sobre la placa base. Este tipo de unidades no requiere de cables de datos y alimentación, ya que se unifica en un puerto específico en la placa base. Las unidades M.2 cada vez son más comunes en ordenadores portátiles, ya que permiten hacerlos más ligeros.
Las unidades M.2 pueden hacer uso de la interfaz SATA y de la interfaz PCIe. Físicamente la ranura de conexión es igual lo que cambia es el tipo de configuración de pines de la unidad. Debemos destacar que las unidades SSD M.2 tienen problemas de temperatura. Suelen calentarse bastante cuando existe carga intensa y su rendimiento decae notablemente para proteger la unidad. Podemos instalar disipadores pasivos para evitar este problema.
Podemos encontrar tanto unidades de 2.5 pulgadas como M.2 que hagan uso de esta interfaz SATA. Las unidades SSD de 2.5 pulgadas tienen un formato que recuerda bastante a las tarjetas de débito. Por otro lado, las unidades de formato M.2 son alargadas con una longitud variable.
La interfaz SATA no tiene que ver con la capacidad, tiene que ver con el tipo de conexión y la velocidad que nos ofrecerá. Normalmente se mueve entre los 450-550MB/s de lectura y escritura, pudiendo variar entre fabricantes y formatos.
Interfaz mucho más rápida que la interfaz SATA y que solo está disponible para unidades de formato M.2. Las unidades M.2 con interfaz PCIe hace uso de chips de memoria de tipo NVMe, que son más rápidas que las NAND Flash usadas en los SSD.
Gracias a las velocidades NVMe y el tipo de interfaz PCIe se pueden conseguir grandes velocidades de lectura y escritura. Una unidad NVMe PCIe 3.0 puede ofrecer entre 2500-3000MB/s de lectura y escritura (unas 6 veces más que la interfaz SATA). Las unidades NVMe PCIe 4.0 pueden ofrecer entre 5500-7000MB/s de lectura y escritura (entre 11 y 14 veces más que la interfaz SATA)
Nota: físicamente las unidades NVMe PCIe 3.0 y NVMe PCIe 4.0 no tienen diferencias, por lo que debemos prestar atención a las especificaciones del fabricante.
El tipo de interfaz que usemos permitirá mejorar el rendimiento a la hora de ejecutar los juegos. Lo que realmente nos importa en este texto es la capacidad de los SSD para un sistema gaming. Lo normal, entre sistema operativo, archivos caché y otro software es consumir hasta 100GB de espacio de la unidad de almacenamiento. Teniendo en cuenta que cada vez los juegos ocupan más, lo recomendable es optar por SSD de al menos 512GB.
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Los precios de los SSD, sobre todo los de interfaz SATA, han caído notablemente al mismo tiempo que las capacidades aumentan. Si lo que buscamos es el mejor rendimiento posible, las mejores unidades son las de interfaz PCIe. Debemos tener en cuenta que estas últimas tienen problemas de temperatura importante y si no queremos una caída de rendimiento debemos adquirir una unidad que ya integre disipador o comprarlo de manera independiente.
¿De qué capacidad has elegido tu SSD para gaming y qué tipo de interfaz usa?
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