Capacidad de SSD: conoce cuánto almacenamiento necesitas

Saber la capacidad que necesitamos para comprar un SSD es importante porque estas unidades tienen un precio importante, especialmente cuando subimos a 1 TB. Y es que hay una brecha de precio grande entre las unidades de 512 GB y de 1 TB, ¡te damos los consejos qué necesitas!

Una cosa es segura: nadie quiere comprar un nuevo SSD porque se ha quedado sin espacio en la otra unidad. No solo por la inversión económica, sino porque puede que el equipo no permita la instalación de un segundo SSD (portátiles, por ejemplo). Por ello, vamos a darte las claves que necesitas saber de cara a la compra de un SSD y su capacidad.

Índice de contenidos

Capacidades de SSD comunes

Antes de empezar con los consejos, veo útil abordar qué capacidades encontramos en el mercado, entre las cuales vamos a elegir lo que más nos interesa. Son las siguientes:

128 GB. Poco, y no sale a cuenta con el paso del tiempo.
256 GB. Se ha vuelto la capacidad mínima en portátiles, así que aconsejo partir de aquí.
512 GB. Tras su bajada de precio, se ha vuelto una opción muy interesante que se consolida como la «estándar».
1 TB. La capacidad óptima en relación con el precio, pudiendo encontrar unidades alrededor de los 100€.
2 TB. Para profesionales que requieren mucha capacidad y alta velocidad, teniendo un precio demasiado alto.
4 TB. Excesivo y solo encuentra sentido en el ámbito empresarial por su precio excesivo.

Uso o fin del SSD

Estoy al 90% seguro de que la mayoría vais a instalar el sistema operativo en el SSD, así que hay que restarle unos 4-6 GB iniciales a su capacidad. Y digo esto porque el S.O va muchísimo más rápido cuando lo instalamos en un SSD debido a sus velocidades de lectura/escritura.

Después, querréis instalar programas (Chrome, Office, Photoshop, etc.), algo que va consumiendo GB rápidamente. Por tanto, tenemos que definir desde el primer momento qué es lo que vamos hacer con este SSD que vamos a comprar.

Almacenar documentos y proyectos.
Instalar muchos programas o videojuegos.
Guardar vídeos, fotografías, etc.

Rápidamente os contesto:

Los proyectos y documentos no suelen ocupar muchísimo espacio, así que por esto no os preocupéis.
Cuidado con los programas y videojuegos, especialmente con los últimos. Hoy en día, un videojuego puede ocupar 60 GB sin despeinarse; más aún si se trata de juegos de última generación y con mundo abierto. En este caso, un SSD gaming con capacidad de 128 GB y 256 GB es insuficiente.
Guardar vídeos y fotografías. Para este fin, es mejor un HDD, aunque todo depende de cuánta capacidad compréis y cuánta necesitéis.

Por último, y como consejo de compra, cuando compramos un disco duro o unidad SSD, no obtendremos 1 TB, sino 953 GB; tampoco obtendremos 2 TB, sino 1,81 TB; 128 GB serán 111 GB. Esto es porque los fabricantes de discos duros expresan las unidades en decimales: 1.000.000 bytes = 1 GB. Sin embargo, los sistemas operativos utilizan el sistema binario: 1 GB = 1.073.741 824 bytes.

Te recomendamos la lectura de nuestra guía sobre portátiles SSD.

¿Es el único disco duro que tendrás?

Esta pregunta es muy importante hacérnosla porque 512 GB para todo el PC pueden quedarse cortos con el paso del tiempo. Estamos yendo hacia un futuro donde se consumen más y más GB, llegando a partir de 1 TB en SSD porque necesitamos velocidad y capacidad.

Personalmente, aconsejaría 1 TB como almacenamiento general en tan solo una unidad porque hay que pensar a largo plazo y 512 GB se pueden quedar cortos rápidamente. Si cuentas con poco presupuesto, puedes optar por combinar un HDD y un SSD: 512 GB para SSD y 1 TB en HDD.

Lo bueno que tienen los HDD es que es más fácil recuperar archivos borrados o perdidos que en un SSD. Además, cuentan con una vida útil bastante alta, por lo que no te dejarán tirado (a menos que lo trates mal).

¿Sueles hacer limpieza?

Nos referimos a si soléis borrar archivos que no utilizáis frecuentemente o que ya no os sirven. En dicho caso, no hace falta que os vayáis a capacidades tan altas, pueden bastar 512 GB o, incluso, 256 GB si utilizamos poco el PC o portátil.

No es lo mismo tener 512 GB e ir desinstalando los juegos que ya nos hemos pasado, que tenerlos ahí instalados «muertos de risa». En dicho caso, los GB se van a ir acumulando y lo que sí será «de risa» son esos 512 GB.

Basta con hacer unos cálculos rápidos:

Si cada juego ocupa 35 GB de media: con más de 12 juegos nuestro SSD de 512 GB va a tener un espacio libre demasiado reducido.

De hecho, es posible que algunos no podáis instalar esos 12 juegos porque tendréis varios programas pesados instalados, así como vuestros datos.

¿Valoras mucho la velocidad de transferencia?

Esto es un tema que poco tiene que ver con la capacidad, pero sí con el presupuesto, el cual se verá mermado si buscamos una unidad con una velocidad de transferencia alta. Para que os hagáis una idea, un SSD promedio ofrece unos 480 MB/s de lectura y unos 430 MB/s de escritura.

¿Existen SSDs que den más velocidad? Por supuesto:

En unidades de 2.5«, podemos llegar a sobrepasar los 500 MB/s secuenciales.
En SSD M.2, con protocolo PCIe 4.0, podemos llegar a los 7.000 MB/s.

Pero, ¿necesitas tanta velocidad? Como es de esperar, tener un SSD con mayor velocidad de transferencia implica un precio más alto. Entonces, tenemos que encontrar el equilibrio perfecto entre capacidad-rendimiento para no pagar más si no lo vamos a aprovechar.

Un usuario normal no va a notar una grandísima diferencia entre unas y otras; de hecho, se han hecho muchas pruebas en videojuegos comparando un SSD M.2 con otro de 2.5 pulgadas, ¡la diferencia en las pantallas de carga es mínima!

Por tanto, si no sois profesionales y no trabajáis con proyectos grandes, os aconsejo un SSD M.2 o un SSD de 2.5″ que se ponga a un buen precio y que no tenga necesariamente una velocidad de transferencia brutal: entre 450 y 3.000 MB/s es más que suficiente para el usuario medio.

Yo en vuestro lugar priorizaría en la capacidad; además, conforme subáis de capacidad, el rendimiento de los SSDs aumenta.

Te explicamos las partes internas de una unidad SSD

M.2 vs SATA

Os habréis dado cuenta de que hay unidades SSD M.2 SATA o NVMe que se conectan a la interfaz PCI-Express, como la opción convencional del SSD de 2.5 pulgadas y SATA. La duda surge cuando vemos los precios, y como ejemplos ponemos estos dos:

Crucial MX500 de 500 GB: 62,93€.

No products found.

Crucial P2 CT500 M.2 de 500 GB: 53,25€.

Crucial MX500 500GB CT500MX500SSD1(Z) Unidad interna de estado sólido-hasta 560 MB/s (3D NAND, SATA, 2.5 Pulgadas)

Acelerado por tecnología NAND Micron 3D

56,00 EUR

Última actualización el 2024-11-21

¿Cuál es mejor opción? Si tu placa base (sea portátil o sobremesa) tiene un slot m.2, opta por la unidad M.2 por las siguientes razones:

Es más barata.
La capacidad es la misma.
Su velocidad de transferencia es muchísimo mayor.
No tenemos que usar cables de alimentación, ni de conexión a la placa base, ¡más fácil!

El uso de la interfaz PCI-Express y el protocolo NVMe son las claves por las que estas unidades consiguen superar los 1.000 MB/s sin despeinarse, y sin una refrigeración externa.

Sin embargo, atended al caso concreto porque puede haber otras capacidades en las que sean más caras, así como vuestro PC no tenga un slot M.2. Por otro lado, tenéis que observar el factor de forma del SSD M.2. En el ejemplo anterior, el factor de forma es 2280, que es el estándar para PC.

No obstante, hay factores de forma que son incompatibles con ciertos portátiles, así que estudiad eso antes de elegir uno.

¿Y si necesito más de 1 TB?

Prueba a instalar SSD y HDD para obtener el espacio que necesitas, ya que el SSD encuentra su justificación para acelerar arranques. Si nuestro único problema es que necesitamos espacio para almacenar información, basta con configurar 2 unidades. Por ejemplo: