En muchas ocasiones nos encontramos que modelos iguales de tarjetas gráficas de portátiles no rinden igual en un equipo u otro, incluso con la misma CPU o memoria. ¿Por qué ocurre esto? Son preguntas que aparecen cuando se analizan o prueban muchos equipos similares, y que a su vez los usuarios ven en las pruebas.
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En este artículo intentaremos explicar de la forma más completa posible a qué se deben estas diferencias, a veces muy importantes. Que sin duda determinarán cuál es el mejor portátil en igualdad de condiciones, así que será información útil a la hora de invertir nuestro dinero.
La constante búsqueda de rendimiento en portátiles hace romper los límites generación tras generación. Si echamos la vista atrás solo unos cuantos años, veremos que un portátil tope de gama por ejemplo de 2016 muy poco tiene que ver con otro de 2021. A lo mejor un simple equipo actual de 700 euros rinde más que otro antiguo de 2000.
La clave siempre está en la reducción de tamaño de los componentes, más concretamente de los transistores que componen los microprocesadores, procesadores gráficos o memorias. Menos tamaño significa menos consumo, menos calor generado y mayor densidad en el mismo espacio. Esto junto a las mejoras en la arquitectura interna hacen que hoy en día tengamos increíbles máquinas a la altura de equipos de escritorio en muchos sentidos en diminutos equipos de 15 mm de grosor.
Un componente que cada vez tiene mayor importancia en los portátiles es la GPU o chip gráfico. En forma de tarjeta de expansión en escritorio, e integrada en placa base en portátiles, es el elemento encargado de procesar imagen y gráficos 3D. Por lo que es un elemento fundamental a la hora de jugar o trabajar en tareas relacionadas con la creación. Existen GPU integradas en el propio procesador, que se denominan APU (AMD) iGPU (Intel) y GPU dedicadas o dGPU. Serán estos últimos los de mayor potencia, capaces de mover juegos AAA y elevar el precio de equipos hasta superar los 3000 euros.
Cada uno puede gastarse su dinero como mejor crea conveniente, pero a veces tener lo mejor no significa tener más rendimiento. Esto ocurre mucho en la informática y en gráficas portátiles hay unos cuantos factores que sobre todo es tarea de los medios y “reviewers” como nosotros dejarlas claras para el usuario.
Empezamos con algo tan simple como es la nomenclatura que reciben las tarjetas gráficas portátiles por parte del fabricante, especialmente Nvidia que es la marca más utilizada en laptop.
Hasta el año pasado con la arquitectura Nvidia Turing, las GPU se podían clasificar en tres tipos: Normales, Max-P y Max-Q, siendo un factor que en la nueva generación RTX 30 Ampere deja de tener sentido. Pero para aquellos que aún busquen un equipo menos actual será importante conocer la diferencia:
Existen no obstante versiones de portátiles muy concretas y exclusivas que equipan directamente GPU de escritorio, y pueden confundirse con las Max-P. En este caso la diferencia la descubriremos mirando sus especificaciones directamente con un software estilo GPU-Z, descripción del fabricante o comprobando que también equipan un procesador de escritorio, por ejemplo la serie Titan de MSI.
En la generación actual todo es más simple, pues ahora las tarjetas portátiles simplemente se denominarán “Laptop GPU”, y será el valor TGP el que determine la potencia de la gráfica dedicada de cada modelo.
De esta forma llegamos al siguiente apartado que ganará mucha importancia en las gráficas para portátiles actuales, concretamente en las de Nvidia, al menos hasta la espera de lo que AMD haga con su RX 6800M.
TGP significa Total Graphics Power, y es un valor en Vatios (W) que hace referencia al consumo de la tarjeta gráfica. Según definición de Nvidia será “la cantidad máxima de potencia [del PCB de la gráfica] que la fuente de alimentación del sistema debería ser capaz de proveer a la tarjeta gráfica”. Es decir, el consumo máximo del chip, memoria VRAM y VRM de la gráfica.
Es crucial diferenciar TGP de TDP (Thermal Design Power), un valor que define la cantidad de calor que un chip genera cuando está bajo máxima carga. El calor también se mide en Vatios como ya se sabe, pero no tiene nada que ver con el consumo, y sí con el tamaño del disipador.
Por desgracia no todos los fabricantes están dando información sobre el TGP en sus equipos con GPU dedicada, siendo un verdadero inconveniente para el usuario. En este caso, la opción más accesible será buscar en la red el análisis de este portátil en cuestión con la suerte de que indiquen el TGP (nosotros lo hacemos en nuestros análisis).
Y la forma de hacerlo uno mismo será mediante el controlador grafico Nvidia Control Panel, el cual se instala junto a los drivers de la tarjeta. Siempre y cuando sea una versión actualizada, sobre todo para los nuevos modelos disponibles.
Para ello abriremos el panel de control desde la bandeja de la barra de tareas o simplemente desde el menú que abrimos haciendo clic derecho sobre el escritorio.
Una vez dentro, buscamos en la esquina inferior derecha Información del sistema. Se nos abrirá una segunda ventana que muestra las especificaciones de la GPU instalada. Podremos ver el TGP en la línea de Máxima potencia gráfica.
Nota: Esta información estará presente con las tarjetas gráficas Nvidia RTX 30 Ampere Laptop GPU
Relacionado con el TGP de la tarjeta gráfica estarán estas dos funciones de gestión de energía, aunque no estarán presentes en todos los equipos. Puede ser uno de los motivos por el cual dos tarjetas gráficas portátiles iguales muestran un rendimiento diferente incluso con el mismo hardware. La activación de alguna o ambas opciones influye en el rendimiento final del conjunto, especialmente con Dynamic Boost.
Dynamic Boost 2.0 es básicamente la respuesta de Nvidia al SmartShift de AMD, siendo un sistema capaz de distribuir la energía entre la CPU y GPU de forma dinámica. Será algo así como destinar mayor o menor energía en estos componentes uno en detrimento del otro, para mejorar el rendimiento de forma puntual si es posible. Es un sistema que mejora el control del TDP de GPU y CPU para ganar eficacia en el sistema de refrigeración, normalmente común en ambos chips en portátiles.
Esta tecnología aumentará significativamente el consumo del portátil en hasta 40W cuando se incrementa la potencia en la GPU. En consecuencia, la CPU pasará a rendir menos, siendo algo claramente enfocado en juegos para recibir algún FPS extra. El incremento es bastante bajo la mayoría de ocasiones, bien porque el disipador ya va al límite, o bien porque el juego no lo traduce mejoras palpables. Mediante Dyamic Boost se puede aumentar la frecuencia de una GPU hasta unos 100 MHz, algo que podremos ver en las especificaciones de GPU-Z por ejemplo.
En cuanto al Whisper Mode, será otro mecanismo compatible con GPU a partir de la GTX 1060 que hacer funcionar los ventiladores de forma más silenciosa. Para ello sincroniza de forma inteligente la frecuencia de fotogramas en la configuración gráfica más eficiente del juego. De esta forma se genera menos calor, y en consecuencia es posible bajar el régimen de los ventiladores. Como podemos suponer, dicha función pertenece a GeForce Experience junto a detección y configuración gráfica automática del juego.
Dynamic Boost lo encontraremos ya activado en su versión 2.0 en el Panel de Control de Nvidia. En caso de tener controladores antiguos, nos deberíamos dirigir al apartado “Controlar la configuración 3D”, y dentro de la tabla buscaremos y activaremos “Dynamic Boost”. Luego aplicaremos la configuración.
En el caso de Whisper Mode, necesitamos tener instalada GeForce Experience, y que previamente dicha función esté activada en la BIOS. Abriremos la aplicación y pulsamos sobre la rueda de configuración para descubrir dicha opción en el panel lateral derecho. La función debería aparecer como “lista”, para luego irnos al apartado de Juegos y Apps donde encontraremos la opción. Simplemente activaremos la pestaña para dejar habilitada la opción.
Esta es otra consecuencia directa del TGP de la GPU, siendo crucial de cara a obtener más o menos rendimiento. La frecuencia de reloj en las tarjetas gráficas se configura conforme a la capacidad del disipador y a la potencia que queramos extraer para conseguir un compromiso entre rendimiento y temperaturas.
Tanto Nvidia como AMD fijarán un rango de frecuencias de reloj para sus distintos modelos de graficas portátiles y escritorio, y será ahí donde cada marca ajuste la suya propia en función de sus posibilidades. Es normal que en portátiles ultra delgados inferiores a 20 mm las frecuencias de operación sean más bajas. Mientas que en portátiles con mayor grosor o mejor disipador se permitirán mayores cifras de rendimiento.
Sirva de ejemplo la captura de GPU-Z en dos portátiles con una RTX 3080 mostrando distintas frecuencias de reloj en la GPU. La GPU con más frecuencia llevará las de ganar, aunque dependerá mucho de la CPU usada y sus temperaturas.
Otro factor que influye en distinta medida según el juego y la tarea será la memoria VRAM dedicada de la tarjeta. Mientras más capacidad, obviamente mayor calidad gráfica podrá soportar o a mayor resolución podrá renderizar.
Nvidia tiene asignada una cantidad de memoria concreta en cada modelo de GPU, si bien en la RTX 3080 Laptop GPU se pueden encontrar variantes con 8 o 16 GB tal y como vemos en la misma captura de antes.
Y no solo esto, sino que a veces también se hace variar la frecuencia de reloj de los módulos entre 12 y 14 Gbps (1500 o 1750 MHz) según el TGP configurado. El mayor o menor rendimiento tendrá que ver de nuevo con el tipo de portátil y la capacidad de su disipador.
De forma indirecta, ya hemos visto la fuerte dependencia que hay entre el rendimiento final de un portátil y una buena refrigeración. Es tal que casi podemos dar por seguro que un portátil exactamente con el mismo hardware y mayor grosor va a darnos un mejor rendimiento que otro ultra delgado.
Mayor espacio interior hace que el bloque de disipación pueda ser más grueso, admitiendo un mayor flujo de aire en sus aletas y disipando así mas calor. Los ventiladores también serán mas grandes, seguramente más ruidosos, y generarán más caudal de aire. Para compensar la falta de espacio, fabricantes como Asus colocan pasta térmica de metal líquido en sus equipos de gama alta que hacen mejorar mucho las temperaturas. Mientras que otros como Razer optan por una cámara de vapor que captura y evacua de forma más rápida el calor en sus portátiles delgados.
Cuando un sistema no consigue evacuar bien el calor, las temperaturas alcanzarán el límite fijado para el chip. Será el momento en el que el thermal throttling actúa, bajando automáticamente la frecuencia para disminuir la temperatura y con ello empeorando el rendimiento. Un ejemplo claro lo obtuvimos con el Razer Blade 15 RTX 3080 y RTX 3070, obteniendo mejores resultados con el modelo menos potente. ¿Por qué? Pues por el simple hecho de tener mejores temperaturas en CPU + GPU y poder aprovechar mejor su frecuencia de reloj.
Esto es simple, mientras más actualizado tengamos el controlador de la GPU, más optimizado será el rendimiento. Los fabricantes suelen lanzar cada cierto tiempo versiones mejoradas de sus drivers, no solo para dar soporte a nuevos modelos, sino también para eliminar posibles errores y bugs.
Dichas versiones también introducen a veces mejoras en ciertos modelos de tarjeta, y funciones nuevas, por ejemplo, FidelityFX Super Resolution recientemente lanzado por AMD. Todo esto hace que sea indispensable tener los drivers siempre actualizados, sobre todo si vamos a jugar a títulos recién lanzados al mercado.
Cuando menor sea la resolución a la que juguemos, mayor la dependencia de la CPU en su rendimiento. En portátiles será esto muy importante al casi siempre trabajar en Full HD. Así que, a la hora de comprar un portátil, debemos prestar atención en qué CPU se está equipando.
El resto del hardware también influirá, aunque en menor medida. Obviamente una mayor capacidad de memoria RAM y mayor frecuencia mejorará el rendimiento en juegos exigentes. En ella será especialmente importante que trabaje en Dual Channel, es decir, tengamos dos módulos instalados. Será mucho más recomendable un portátil con 16 GB con doble módulo de 8 GB a otro con 16 GB en un solo módulo. En cuanto al almacenamiento, dado que casi el 100% de equipos ya tienen SSD NVMe en su interior no hay mucho que tener en cuenta.
Cuando hablamos de gráficos integrados, es menos habitual ver diferencias de rendimiento entre dos procesadores iguales en portátiles diferentes. En este caso, tanto Intel como AMD implementan exactamente la misma especificación de gráficos integrados en procesadores del mismo modelo, mismos núcleos y misma frecuencia de reloj. Claro que estos variarán en función del modelo de CPU, por ejemplo, los Iris Xe de un Intel Core i7-1165G7 trabajando a 1,30 GHz, mientras que en un 1185G7 lo hacen a 1,35 GHz.
Las diferencias de rendimiento en procesadores iguales entonces vendrán casi siempre asociadas a las temperaturas. Mientras mejor esté refrigerada la CPU, mejor rendimiento obtendremos. Hay equipos que por ser muy delgados o mas baratos, las frecuencias de trabajo variarán, así que será otro factor determinante. Esto lo podremos mirar con aplicaciones como HWiNFO, estresando la CPU y viendo cómo se comporta. Los fabricantes normalmente no informan sobre la configuración de frecuencias concretas fijada en la BIOS, mostrando la genérica de la CPU cuando realmente sí que la limitan internamente.
Antes de concluir con este post vamos a dar algunos consejos para tener más claro qué equipo debemos comprar para que se ajuste mejor a nuestras necesidades. Y lo más determinante será siempre el dinero, pero no siempre lo más caro será lo mejor para nosotros. Bien porque no vayamos a aprovechar la potencia del hardware o porque una mala refrigeración resulte contraproducente.
Si planeamos comprar un portátil que sea fácil de transportar, pequeño y que nos permita trabajar y hacer tareas del día a día como navegar y ver películas, lo mejor será optar por gráficos integrados. La potencia de las AMD Radeon Graphics y los Intel Iris Xe serán capaces de mover jugos 3D exigentes con gráficos al mínimo en resolución Full HD o 720p. Así que serán ideales para entretenimiento, y dentro de la categoría, recomendamos los Intel Core de 11ª generación y AMD Ryzen 4000U y 5000U.
Las tarjetas gráficas estilo Nvidia MX muy famosas en portátiles ultradelgados en el rango de los 1000-1300 euros no resultan ya demasiado atractivas. Excepto la MX450, el resto están al mismo nivel que los procesadores con gráficos integrados, siempre más baratos y aportando mejores autonomías.
Si pensamos jugar activamente en nuestro equipo y a juegos de nueva generación, entonces sí que necesitamos gráficos dedicados. En la gama baja podremos encontrar GPU Nvidia GTX 1650 y 1660 Ti por ejemplo, o las Radeon RX 5500M, que moverán juegos a más de 60 FPS en calidad media, pro no le pidamos más. En la gama media las RTX 3050 y 3050Ti se abren paso rozando los 1000 euros en algunos casos, siendo GPU muy competentes compatibles con Ray Tracing y ajustado consumo. Finalmente, la gama alta la ocupan las RTX 30 y pronto la Radeon RX 6800M teniendo en cuenta los factores antes comentados.
No somos nada fans de comprar portátiles con hardware anterior a dos años o más, con GPU GTX 1000 o Radeon RX 500. No solo porque la GPU es antigua, sino porque significa que tendremos procesadores de 7ª u 8ª generación bastante anticuados, baterías pequeñas y autonomías muy malas en modelos gaming.
A partir de ahora tenéis suficientes factores útiles para saber por qué algunas gráficas de portátiles no rinden igual a pesar de aparentar ser el mismo modelo. Elegir un equipo equilibrado, de una marca conocida y conociendo cada una de sus especificaciones será clave para no arrepentirnos de la compra
Para ello os dejamos algunas guías de portátiles que hemos seleccionado en baste a nuestra experiencia con marcas y review. Lo barato sale caro, es lo que se suele decir, pero a veces lo más caro tampoco es lo mejor.
Si tenéis dudas sobre qué modelo elegir y no sabéis muy bien lo que buscáis, estaremos agradecidos de poder ayudar a través de los comentarios, foro, guías o nuestras review.
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