El nuevo Razer Book 13 se presentó a finales de 2020 de la mano de Razer. Un portátil ultra delgado de 13,4 pulgadas con una de las pantallas más finas y pensado sobre todo para la productividad y quienes se desplacen con asiduidad. Al contar con una gráfica integrada, su uso se mantiene en el entorno laboral o estudiantil más que para juegos. Para esto último, Razer dispone de algunos otros modelos con mayor potencia y que conservan su reconocido estilo.
Este Razer Book 13, además de su fina pantalla UHD, destaca por su cuerpo de aluminio con acabado en blanco mercurio de una sola pieza. Nada más tenerlo a la vista se nota que es un producto premium y de calidad como el resto de producto de la compañía. Sin embargo, como todo en la vida, lo mejor es ponerlo a prueba y ver las conclusiones tras su uso.
Agradecemos a Razer, una de las compañías líderes en el sector, la cesión del portátil Razer Book 13 para hacer posible este análisis.
El Razer Book 13 nos llega con una gran protección al venir contenido en dos cajas. La exterior, de mayor tamaño y fabricada en cartón reciclado de color negro no cuenta con florituras ni datos sobre la marca o el modelo.
Una vez abierta, encontramos otra caja menor, esta vez si con el logo de la marca ocupando todo el frontal en un color claro en contraste con el fondo negro. Junto a esta caja y protegidos por embalajes rellenos de aire, se encuentran el adaptador de corriente de 65W y el cable de conexión al pc para la carga con conector microUSB de tipo C.
Al abrir la pequeña caja, el Razer Book 13 nos saluda. En la tapa superior de cartón se nos informa de los esfuerzos y el compromiso de la compañía para lograr el mínimo impacto posible en el planeta. Se reduce el pegamento en la caja, se usan plástico biodegradables y en general se ha intentado que el packaging sea lo más sostenible posible.
El Razer Book 13 viene bien encajado en un inserto que le sienta como un guante. Al retirarlo, hallamos un cajetín que contiene una guía rápida, un folleto de agradecimiento, unas pegatinas y una gamuza para la pantalla.
El portátil en sí viene envuelto en plástico y cuenta en interior con una tela para evitar que se dañe la pantalla al cerrarlo. Aunque está diseñado para, incluso sin ella, cerrarse sin causar desperfectos.
El cuerpo del Razer Book 13, de una sola pieza, está fabricado en aluminio anodizado que, además de darle un aspecto elegante, lo hace ligero y resistentes a arañazos. El color del aluminio del chasis ha sido bautizado como blanco mercurio por el tono tan claro con el que cuenta. Un aspecto importante es que este material consigue que prácticamente no se marque ninguna huella. Algo que ayuda a que siempre parezca recién comprado.
Junto a los materiales, lo mejor es el diseño, de líneas recta que se funden con las suaves curvas de la parte inferior. Es un diseño que recuerda a los MacBook, pero tomando su propia personalidad al contar con unas líneas algo más transgresoras y un diseño de pantalla imbatible.
Este diseño cuenta con unas medidas realmente ajustadas de 198,50 x 295,60 mm, dejando un grosor máximo de 15,15 mm. Un grosor que va desde las patas inferiores a la tapa superior. Algo increíble en ese aspecto. El peso de 1,34 kg es también bastante contenido, aunque es cierto que no sorprende tanto como el grosor.
La tapa superior tiene un grosor de entre 5 y 6 mm y en su parte central solo destaca el logo de Razer serigrafiado en color plateado.
El borde frontal cuenta con una ranura para levantar la tapa y al igual que otros modelos, su pequeño tamaño hace que sea necesario introducir la uña para abrirla. Es difícil abrirla solo usando la yema de los dedos. A la derecha del todo, un pequeño orificio con luz LED indica el estado de funcionamiento y carga.
El borde derecho dispone, de izquierda a derecha de un slot para tarjetas microSD, un puerto HDMI 2.0 y un puerto microUSB de tipo C. La tarjetas microSD son cada vez más usuales, pero se queda fuera la posibilidad de usar tarjetas SD normales como las que llevan muchas cámaras réflex. Esta versión de HDMI viene bien y no se necesita la más actual 2.1 porque la pantalla soporta una mayor tasa de refresco ni es necesario para las tareas para las que está pensado este Razer Book 13.
El borde izquierdo cuenta con otro puerto microUSB C, un puerto USB A 3.2 Gen 2 y un conector de audio Jack de 3,5 mm. Tanto este puerto microUSB como el otro, soportan Thunderbolt 4 y permiten cargar el portátil. El Razer Book 13 se puede cargar con el cargador incluido o con los cargadores de smartphones que cuenten con la potencia suficiente. Hemos probado con los de 33W y carga aunque obviamente más lentamente. Lo óptimo es usar el original o uno de 65W para una carga más rápida.
Uno de los pocos inconvenientes es disponer solo de un puerto USB. Si por ejemplo se desea conectar un ratón con cable, no queda otro puerto para conectar un pendrive u otro periférico.
El borde trasero solo cuenta con una tira de goma en color gris claro que posee dos patas sobresalidas en los extremos. Todo ello pensado para que la pantalla también cuente con un apoyo, este protegida y no se deslice.
La parte inferior del Razer Book 13 cuenta en los laterales con dos rejillas microperforadas de ventilación justo en la ubicación de los dos ventiladores interiores que expulsan el aire caliente. Entre ellos se encuentran serigrafiados los datos del modelo y los diferentes símbolos de seguridad y certificación.
Dos largas pastas antideslizantes de goma recorren horizontalmente esta parte. Una sobre las rejillas de ventilación y otra cerca del borde inferior. Además de ayudar a que no se deslice el portátil, le da la altura necesaria para que el aire pueda fluir por debajo. El borde superior, donde se conecta la pantalla posee un alojamiento donde también encontramos algunas rejillas de disipación. Por último, 10 tornillos torx son los encargados de mantener todo en su sitio.
Al abrir finalmente la tapa, el Razer Book 13 nos sorprende con una pantalla de 13,4 pulgadas que ocupa casi toda la superficie. Los marcos laterales son de solo 4 mm, el frontal de 6 mm y el marco inferior entre 7 y 10 mm.
En el borde superior encontramos la webcam con resolución 720p, el sensor de proximidad para la tapa y una matriz de 4 micrófonos dispuestos en todo el marco horizontal. Todo ello pensado para comunicarse sin problema. El marco inferior solo dispone del nombre de Razer serigrafiado.
Volviendo a la pantalla en sí, nos encontramos con un panel con tecnología IPS con una gran resolución UHD+ de 3.840 x 2.400 píxeles con formato 16:10 y con una tasa de refresco máxima de 60 Hz. Como dijimos anteriormente, para trabajar o estudiar no es necesario mayor refresco.
Los ángulos de visión son bastante amplios, de 178º para ser exacto y cuenta con soporte táctil con 10 puntos táctiles. Pese a ser IPS y contar con retroiluminación, no hemos percibido fugas de luz o artefactos relacionados con esta tecnología. También hemos encontrado que tanto los colores como el nivel de negro son bastante buenos. Siempre teniendo en cuenta que no llega al nivel de un panel AMOLED.
El brillo máximo, por otra parte, nos ha sorprendido y nos parece más que suficiente. A un 75% de potencia, la pantalla se ve bien y con brillo máximo no tendremos problemas en general. Comprobaremos los diferentes niveles en la prueba con colorímetro.
En la parte inferior del Razer Book 13 encontramos el teclado con distribución en español y un formato del 65%. Toda esta zona se encuentra 1 mm por debajo de esta superficie así que no llega a hacer contacto con la pantalla.
Las teclas son de tipo chiclet o isla, separadas unas de otras, y poseen un color blanco mate. Cuentan con un buen tamaño y una disposición bastante clásica a la hora de teclear. La única tecla que puede dar algún problema es la de encendido y apagado, que está muy cerca de la tecla de borrado o retroceso. Por otro lado, se agradece el mayor tamaño de la tecla Enter.
El tecleo es bueno y las teclas responden de manera efectiva, aunque en este tipo de teclas suele pecar de no tener tanta respuesta táctil y contar con un corto recorrido. Ello hace que al principio se pueda fallar en algunas pulsaciones, pero cuando uno se va acostumbrando, se coge más soltura.
Las teclas tienen una topografía de palo fino y cuentan con retroiluminación LED RGB de tipo individual. Con el software Razer Synapse 3 podremos configurar la iluminación de cada tecla por separado, si deseamos distinguirlas de un rápido vistazo.
La iluminación cuenta con un gran nivel de brillo y tanto con luz externa como a oscuras, se puede distinguir perfectamente. El único problema de usar el del Razer Book 13 a oscuras, es el hecho de que la topografía de los signos de puntuación y los iconos de función no cuentan con retroiluminación y se hace difícil verlos. Es algo que agradecimos del futuro modelo Razer Blade 15.
El touchpad de este Razer Book 13 cuenta con un tamaño estándar, que es más que suficiente, y se encuentra centrado justo en medio. Su uso es realmente bueno y realiza el seguimiento de los dedos de manera muy precisa. Se puede usar toda la superficie para el clic izquierdo o doble clic. Si realizamos los movimientos con dos dedos, podremos desplazarnos por la página o documento en curso. En las esquinas inferiores encontramos bajo la cubierta los botones izquierdo y derecho.
En el resto de esta superficie del portátil, encontramos solo unos pequeños detalles a destacar. En la esquina superior izquierda sobre el teclado, una pegatina muestra las características más importantes de este Razer Book 13. Por suerte, se puede retirar si se desea. Es más, viene con una parte sobresalida para facilitar eso mismo.
Por último, en la esquina inferior derecha, dos pegatinas certifican tanto sonido espacial THX como la plataforma Intel EVO, que indica que este portátil posee la calidad y rapidez adecuada.
En los laterales del teclado, una rejilla microperforada vertical esconde los altavoces para el sonido. Estos altavoces cuentan con un sonido que suena con potencia y claridad. La espacialidad dada por la tecnología THX es notable, aunque obviamente no puede hacer milagros.
Las frecuencias alcanzadas son bastante aceptables en general. Los graves se realzan a través del chasis del Razer Book 13 hasta cierto punto, y quizás las notas agudas son las que se quedan más cortas.
El sonido no suena plano y su desempeño es bueno pero le falta una mayor riqueza de matices. Teniendo en cuenta que estamos ante un ultrabook, nos ha sorprendido la calidad y potencia dada por este pequeñín.
La pequeña cámara incluida en este Razer Book 13 tiene una resolución HD de 720p y es compatible con Windows Hello. El desbloqueo facial es bastante bueno y rápido, sobre todo si hay buena iluminación. Si la iluminación es baja, le cuesta o directamente no es capaz.
Al realizar videollamadas, la webcam tiene la resolución suficiente y justa para que la otra persona nos vea. Con buena luz el resultado es decente, pero con poca luz la imagen tiene bastante grano y se presenta borrosa. Es necesario disponer de alguna pequeña fuente de luz al menos.
Obviamente no estamos ante una cámara de gran calidad o resolución y se nota en la imagen final. El uso de una cámara 720p se puede entender por necesidad de reducir espacio y grosor, pero estoy en duda en cuanto a si una webcam 1080p hubiera supuesto mucho más espacio.
El sonido, por otra parte, si se capta bastante bien a través de los micrófonos. La voz se escucha perfectamente y con claridad. Algo que en realidad es casi más importante que ver nítidamente a la otra persona.
Al iniciar el sistema, nos recibe Windows 10 Home Edition de 64 bits en su versión 20H2 de marzo. No hay mucho más que decir del sistema base, ya que en lo que destacan los portátiles de la marca es en la implementación de su software Razer Synapse 3.
En su pantalla principal, podremos acceder a los ajustes del Razer Book 13 en sí y de cualquier dispositivo de la marca conectado. Además, es posible acceder a los módulos de la compañía con Chroma Studio y Macro o descargar nuevos módulos como Alexa o Nanoleaf.
En los ajustes del sistema tendremos tres pestañas principales: Personalizar, Iluminación y Rendimiento.
Al desatornillar los tornillos torx T5 y abrir la tapa trasera encontramos en la parte inferior la batería con un factor de forma aplanado para minimizar el grosor. Esta batería cuenta a siempre vista con tres espacios o celdas. Posee 4.762 mAh de capacidad, un consumo de 55 Wh y un voltaje nominal de 11,55V. Esta batería ocupa prácticamente toda la mitad inferior de esta superficie.
Justo encima de la batería, se encuentra la unidad de estado sólido Nvme M.2 PCIe de Samsung. Esta unidad cuyo modelo es MZ-VLB512B viene con 512 GB de almacenamiento y unos datos teóricos de 3.500 MB/s de lectura y 3.000 MB/s de escritura caché.
Encima de esta unidad de memoria, se sitúa un monobloque de cobre bajo el que se encuentra la CPU Intel Core i7-1165G7 de undécima generación. Este bloque térmico se encarga de reconducir el calor a los disipadores de los extremos. Es ahí donde las turbinas expulsan el aire hacia afuera, tanto a la parte inferior como a la posterior.
Al estar la gráfica integrada en la CPU no hay obviamente ningún chip de GPU, ello propicia un menor calentamiento y consumo. Para quienes deseen usar este Razer Book 13 para videojuegos exigentes, siempre tienen la posibilidad de usar los puertos Thunderbolt 4 para conectarlos por ejemplo a un dispositivo como el Razer Core y usar una gráfica externa.
La memoria RAM 16 GB LPDDR4X se encuentra dividida entre 4 chips soldados a la placa y que se ubican también bajo el monobloque de cobre y alcanzan los 4.266 MHz. Su latencia CAS de 36 es bastante elevada en comparación a otras memorias, sin embargo se compensa con su enorme frecuencia y velocidad que ayuda bastante a modelos de este tipo.
El último componente que se puede ver sobre la placa base Razer MA310 es el módulo de red Intel AX201D2W con soporte para Wi-Fi 6, capacidad de transferencia de hasta 2.4 Gbps y Bluetooth 5.1.
El procesador, como ya adelantamos en el apartado anterior es un Intel Core i7-1165G7 basado en la generación Tiger Lake-U con 4 núcleos, 8 hilos y arquitectura de 10 nanómetros SuperFin. Este puede alcanzar una frecuencia de reloj de hasta 2.8 GHz y una frecuencia de turbo máxima de 4.70 GHz de un solo núcleo.
El chip gráfico es un Intel Iris Xe Graphics G7 basada en la nueva arquitectura de 12ª generación con 96 EUs o unidades de ejecución y una frecuencia de reloj de entre 400 y 1.300 MHz. Los 12 MB de caché L3 son compartidos entre esta GPY y la CPU.
En principio antes de calibrar la pantalla, podremos ver que este panel fabricado por Sharp. Cuenta con una gama de 2,57, un nivel de brillo en negro de 0,2995 nits y de 483,28 nits en blanco. El ratio de contraste alcanzado es de 1.613:1 y la temperatura nativa en torno a 6.700K.
Para las pruebas de calibración de este panel IPS hemos usado el colorímetro XRITE i1Display Studio y el programa DisplayCAL.
Una vez pasado el colorímetro, comprobamos que la cobertura de color es muy buena en términos generales. Prácticamente todas las gamas rondan o superan el 80%. El espacio de color sRGB es el que mejore cobertura posee y con su 99,6% casi lo cubre totalmente. La gama Adobe RGB alcanza el 77,5% y la DCI P3 un 83%.
Son resultados esperados en una pantalla que, pese a no estar dedicado a su uso con software exigente de diseño, si son bienvenidos para algunas tareas y aplicaciones como Photoshop.
Tras la calibración la mayoría de los valores se mantienen similares a excepción de la gama, que pasa de 2,57 a 2,21.
La uniformidad de los parámetros en las diferentes partes de la pantalla es bastante homogénea, a excepción quizás de la esquina superior izquierda y derecha. El brillo máximo que se mide es de 488,65 nits en la parte central de la pantalla. Unos números que demuestran el gran brillo de esta pantalla.
Por otro, los valores delta arrojan unos resultados buenos con un valor medio de 0,56 y máximo de 2,18. Lo que implica un buen seguimiento y color de escala de grises óptimo.
Toca la hora de comprobar que tal se desenvuelven componentes como la CPU y el SSD, además de conocer los niveles de temperaturas que alcanzan en los test de estrés. Para ello hemos usado los siguientes programas:
Tras la prueba de escritura y lectura realizada al SDD podemos comprobar como los resultados son bastante buenos. El índice de lectura llega a un máximo de 3.546,93 MB/s, algo dentro de la media, mientras que la escritura alcanza unas velocidades de 2.988,56 MB/s.
Esta última tasa de lectura es alta y sobre pasa la media de otros SSD. La temperatura al realizar estas pruebas alcanzó los 57ºC, aunque su temperatura media en condiciones normales está en torno a los 45ºC. Ambos son resultados dentro de lo normal.
El rendimiento dado por el i7-1165G7 en las pruebas de estrés lo posicionan en la parte baja de la tabla junto a otros portátiles de gama media. Como se ha ido repitiendo durante la review, este procesador de bajo consumo con 4 núcleos y 16 GB de RAM está pensado para su uso laboral o estudiantes y los programas que ello conlleva.
Tanto los programas de ofimática como los de edición que no requiera mucha potencia, podrán correr sin problema. También funciona muy bien la navegación web, reproducción multimedia o el uso de aplicaciones de videollamadas. Los juegos poco exigentes también podrán ejecutarse con sus limitaciones.
Hemos ejecutado algunos juegos como Fornite o Age of Empire 2 y la tasa de fps se ha mantenido entorno a los 25 fps en el caso del primero y 30 en el caso del segundo con gráficos en alto. Bajando los ajustes gráficos se puede conseguir rascar algunos fps más. Es importante tener en cuenta el ajuste de Synapse que da prioridad a la batería o al rendimiento. Ya que, si deseamos ejecutar algún programa de edición o juego, es necesario activar el modo rendimiento y así no ver lastrada la experiencia.
La temperatura media de la CPU está en torno a 58ºC, una temperatura que llega a los 87ºC en los momentos de mayor carga de procesamiento o gráficos.
Esta temperatura se nota sobre todo en la parte central superior del teclado que llega a alcanzar los 46,3ºC. Quedando la parte inferior de touchpad bastante atemperada, en torno a los 36,5ºC.
El aluminio del chasis no se nota igual de frio que al momento de encender el Razer Book 13 pero tampoco caliente. El ruido de los ventiladores en estos casos con más carga se nota bastante y llega a estar entre 40 y 43 decibelios.
Durante el uso normal con ofimática o navegación web, la temperatura de la parte superior del teclado ronda los 32,1ºC y la parte del touchpad los 29,7ºC. El ruido en estos casos apenas se aprecia. Por debajo de los 35 decibelios.
Gracias al bajo consumo del procesador junto a los 4.762 mAh de capacidad de la batería y su consumo de 55 Wh, podemos lograr un alto índice de autonomía. Razer anunciaba una autonomía máxima de 13 horas, pero es una cantidad a la que hemos logrado llegar con el nivel de brillo al mínimo y haciendo un uso básico del sistema a la vez que usábamos el Modo de ahorro de batería.
Realizando labores de ofimática y con el brillo a la mitad, que es el uso más común, la batería nos ha durado algo menos de 9 horas. En este caso también mantuvimos el Modo de ahorro de batería. Si en vez de usar software de ofimática o diseño, se opta por la reproducción de contenido multimedia, la autonomía se sitúa entre las 4 y las 6 horas y media.
Por último, si a jugar nos referimos, y dejamos el Modo balanceado por defecto, la batería del Razer Book 13 se agota en un tiempo alrededor de las 2 o 3 horas.
Razer suele diseñar buenos productos y en esta ocasión no es diferente. El Razer Book 13 es un gran portátil si vas buscando uno para el día a día, el trabajo o los estudios y no quieras pedirle mucho más. Está claro que no es un portátil para juegos ni lo pretende.
Tras nuestras pruebas nos ha quedado claro que, nos encontramos ante un gran diseño, elegante y muy fácilmente transportable gracias a sus medidas. Pero la cosa no se queda solo en el exterior y en el interior esconde una gran pantalla 4K que responde muy bien al tacto. Aspectos como el rendimiento que da su SoC, la buena autonomía o el excelente touchpad que siempre montan son aspectos a tener en cuenta.
Entre los aspectos que no están tan a la altura, se encuentra el teclado. La iluminación si que es buena y potente, pero las teclas, pese a su buen tamaño, necesitan algo más de recorrido y respuesta táctil.
El software es otro apartado que sigue siendo bastante completo. Sobre todo en cuanto a aspectos de iluminación y personalización, pero no tanto con respecto a opciones específicas que que le saquen mayor partido al Razer Book 13. También se echa en falta otro puerto USB A, es fácil ocupar uno y no todo cuenta con microUSB C.
Echa un vistazo a los mejores portátiles del mercado
Sin embargo, lo que puede echar más para atrás a algunas personas, es el precio de este Razer Book 13 que cuesta 1.999,99€ desde la página oficial de Razer. Es un precio que pagarán sin duda los entusiastas de la marca y aquellos que busquen calidad sin importar el precio. Es cierto, que una vez que lo tienes, no te arrepientes de lo que ofrece.
Hay que recordar que, además de este modelo con pantalla UHD, existe otro con idéntico hardware pero que monta un panel FHD. En este caso, el precio desciende hasta los 1.799,99€. A menos que se busque si o si una pantalla 4k por motivos específicos, el modelo FHD es muy atractivo para la mayoría de personas y usos.
VENTAJAS | INCONVENIENTES |
+ Buen diseño y Touchpad. | – Solo un USB A. |
+ Gran calidad de pantalla. | – Hay que hacerse al teclado. |
+ Buen rendimiento del SoC. | – Webcam a 720p. |
+ Autonomía considerable. | – Precio elevado. |
El equipo de Profesional Review le otorga la medalla oro:
El Razer Book 13 es un ultrabook pensado para llevarlos a cualquier parte y realizar tanto tareas cotidianas como laborales. Todo ello con una gran pantalla y rendimiento.
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