La arquitectura gráfica AMD RDNA 2 destaca especialmente por su sistema de memoria y caché, gracias a la inclusión de una capa adicional de la nueva Infinity Cache. Por ello resulta interesante ver si AMD RDNA 2 arroja unos buenos resultados de latencia de memoria frente a NVIDIA Ampere. Ahora lo veremos, con los resultados de rendimiento publicados por blog Chips and Cheese.
AMD RDNA 2 destaca positivamente en su latencia de memoria frente a NVIDIA Ampere
La latencia de memoria está fuertemente influenciada por la memoria caché empleada. Esta se divide en distintos niveles (como podrían ser los L1, L2, L3), de forma que el sistema de memorias tiene una distribución jerárquica en la que se pasa de la gran capacidad de la VRAM a la caché y los registros de la GPU, que son memorias de capacidad mucho menor pero con una velocidad tremendamente superior.
En este contexto, interesa ver cómo evoluciona la latencia de acceso a memoria según avanza el tamaño del conjunto de datos accedido. Esta es la prueba que han realizado desde Chips and Cheese, para comparar el rendimiento de AMD RDNA 2 (RX 6000) en latencia de memoria frente a NVIDIA Ampere (RTX 30), poniendo cara a cara a la última generación de GPUs.
Los resultados son muy interesantes, pues salvo en los accesos a regiones más limitadas (donde hay muy pocas diferencias) AMD RDNA 2 saca una ventaja en latencia frente a NVIDIA bastante importante. Esto se debe, como vemos, a un gran aumento en latencias al pasar de los 64 a los 128KB y sobre todo de los 4MB a los 8MB. En estos puntos, la RTX 3090 testada se distancia totalmente de la RX 6800 XT hasta llegar a juntarse en el punto final, de 1GB, donde lo que tenemos es la influencia de la propia VRAM, que deja resultados casi iguales en ambos casos.
Lo que esto muestra es la fortaleza del sistema de memoria de RDNA 2 frente al de Ampere, algo que probablemente se deba a que NVIDIA haya optado por dos niveles de caché (L1 y L2) frente a la solución de AMD que también incluye una L0, y además un cuarto nivel adicional con Infinity Cache, que es básicamente una caché L3.
Está claro que todo esto se debe al avance de diseño de AMD: desde Chips and Cheese también han hecho una comparación con generaciones pasadas, en concreto las arquitecturas Terascale 2, 3 y GCN, donde en todos los casos se ve una gran mejora de RDNA 2 en todos los sentidos. Esto nos permite entender uno de los motivos más importantes de la gran evolución que ha tenido la compañía en esta última generación, donde por fin pudo luchar cara a cara con NVIDIA hasta en las gamas más altas.
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En definitiva, los resultados de latencia nos vuelven a demostrar que tanto NVIDIA como AMD están haciendo muy bien las cosas, por lo que cada una de las dos arquitecturas de última generación obtienen una importante ventaja técnica en aspectos concretos, lo que al fin y al cabo nos deja unos productos realmente interesantes.