Sabiendo que AORUS cuenta con varias unidades M.2, era cuestión de tiempo que se lanzara alguna unidad SSD externa. El resultado es esta Gigabyte VISION DRIVE 1TB, capaz de ofrecernos velocidades de transferencia de 2000 MB/s gracias a utilizar una interfaz USB Gen2x2 con conexión USB-C.
Para ella se ha utilizado un precioso encapsulado con certificación militar de resistencia y de fácil apertura por si quisiéramos cambiar la unidad SSD M.2 de 1 TB que trae. El rendimiento está asegurado, pero también la durabilidad, gracias a 5 años de garantía y disipadores pasivos que refrigeran la unidad en todo momento. ¿Quieres conocerlo? Pues allá vamos.
Antes de seguir, agradecemos la confianza de Gigabyte en nosotros por cedernos esta unidad para su análisis.
La presentación del Gigabyte VISION DRIVE 1TB ya deja claro que el fabricante ha puesto todo su empeño en darnos uno de los mejores SSD externos del mercado. Para él se ha utilizado una gran caja de cartón rígido y con apertura tipo estuche, en color blanco sumamente elegante y con fotos y especificaciones detalladas del producto en la parte de atrás. No tardamos en abrirla para encontrarnos un contundente molde de espuma de polietileno en dos niveles que mantiene a buen recaudo todos los elementos.
El bundle consistirá en los siguientes elementos:
Gigabyte ha pensado en todo, y ha incluido en su producto un bonito estuche para transportar el Gigabyte VISION DRIVE 1TB. Este elemento cuenta con unas medidas de 150 mm de largo, 110 mm de ancho y unos 40 mm de grosor. Consiste en un estuche con cremallera, fabricando en tela y una carcasa interna rígida de plástico con bastante resistencia y dureza. Resistirá golpes y caídas casi de todo tipo.
El recubrimiento exterior tiene un excelente tacto, y el diseño tampoco está nada mal combinando hilo negro y blanco de forma elegante y discreta. La zona inferior contará con dos bolsas de sujeción para introducir la unidad y el cable. Como se ve en las imágenes, la unidad entra bastante ajustada, así que no se moverá demasiado. Quizás para un bolsillo quede grande, pero es ideal para llevarlo dentro de una mochila, bolso o la maleta de un portátil.
Pasamos a ahora a ver detalladamente el diseño del SSD externo. Este utiliza una bonita caja construida íntegramente en plástico en color negro para la base y blanco mate para toda la zona superior y laterales. Las medidas son las propias de una unidad de almacenamiento de 2,5”, con 115 mm de largo, 72 mm de anchura y solo 20 m de grosor. No debemos caer en el error de albergar esperanzas en meter una unidad de este tipo, pues solamente es compatible con SSD M.2 en formato 2280.
Para dotar a este estuche de una buena refrigeración tenemos aberturas en forma de rejilla en los laterales y gran parte de la zona inferior. Contará con certificación militar MIL-STD-810G 516.6, que asegura una resistencia a caídas desde una altura de 1,22 m. La unión de las dos partes se realiza mediante cuatro tornillos de cabeza philips ubicados discretamente bajos las tapas de goma de la base.
Respecto a los cables incluidos, tenemos asegurada la compatibilidad al disponer de cabecera Type-C y Type-A. Serán cables de 50 cm de largo y con una gruesa cobertura de plástico para obtener el máximo aislamiento y resistencia.
La característica más importante que debemos tener clara de este Gigabyte VISION DRIVE 1TB, es que funcionará a través de una interfaz USB 3.2 Gen2x2, es decir, aquella capaz de darnos un ancho de banda máximo teórico de 20 Gbps. El fabricante especifica transferencias máximas de 2000 MB/s tanto en lectura como escritura secuencial. Esto no será impedimento para que la unidad sea compatible con interfaces anteriores como USB 3.0 o incluso 2.0, siempre limitadas a la máxima transferencia de cada una.
El controlador encargado de convertir la señal NVMe de la unidad PCIe interna en USB será un ASMedia ASM2364. Esto ofrece compatibilidad con las tecnologías UASP, TRIM y USB On-The-Go, pudiendo perfectamente instalar un sistema operativo en él como Windows To Go en vistas a las capacidades de transferencia que tenemos.
Si abrimos el estuche, podremos ver el trabajado sistema de disipación de calor que se ha instalado en él. Sobre la PCB con ranura M.2 tenemos un grueso disipador de aluminio con recubrimiento de nanocarbono, con un discreto aleteado que permitirá incrementar la efectividad. Para recoger todo el calor generado por la unidad de almacenamiento, se utiliza un thermal pad de silicona de alta conductividad. Justo a su lado tendremos otro disipador de la misma construcción que se encargará del controlador y de incrementar aún más la transferencia de calor.
Un elemento fundamental de este Gigabyte VISION DRIVE 1TB será la unidad de almacenamiento utilizada. Y se trata de una unidad M.2 PCIe 3.0 similar a la que instalan algunos portátiles del fabricante, aunque de menor potencia. Más concretamente hablamos de un modelo con controlador Phison PS5012-E12 provisto de una memoria caché DRAM DDR3L-1866 Kingston de 256 MB. No será una configuración tan potente como los SSD que vemos actualmente, pero de sebe a que está especialmente diseñada para este producto.
La capacidad de almacenamiento asciende a 1 TB, gracias a 4 chips de memoria NAND-3D TLC Kioxia BiCS4 de 96 capas. Con estas matrices de 256 GB se utilizan los cuatro canales disponibles en el controlador, aumentado con ello la capacidad. Son unas memorias de excelente calidad, que actualmente se utilizan en SSD de Gen3 e incluso Gen4. El producto cuenta con 5 años de garantía y nada menos que 1600 TBW, sin duda la cifra más elevada para un SSD externo. El tiempo medio entre fallos (MTBF) será de 1.700.000 horas.
En esta ocasión no se dispone de software de gestión ni monitorización para esta unidad. Para aquellos que no tengan interfaz USB Gen2x2 en su equipo, Gigabyte cuenta con una tarjeta de expansión PCIe 3.0 x4.
Para probar este Gigabyte VISION DRIVE 1TB, hemos utilizado un equipo de pruebas con interfaz USB 3.2 Gen2 y otro con USB 3.2 Gen2x2, para tener resultados de rendimiento en las dos interfaces. Con el objetivo de ver qué puede hacer bajo un USB 3.2 Gen2 a 10 Gbps, también hemos realizado pruebas de rendimiento.
Las pruebas a las que hemos sometido este SSD son las siguientes:
Recordad no abusar de estas pruebas en vuestras unidades, ya que el tiempo de vida se reducirá con cada test.
Todos los test realizados están mostrando exactamente la capacidad que el fabricante especifica, clavando prácticamente esos 2000 MB/s de transferencia en lectura y escritura secuencial. La capacidad de IOPS de este controlador en procedimiento secuenciales también es muy buena, estando claramente por encima de lo que podría ofrecernos un SSD SATA o PCIe 3.0 x2.
En cuanto a la capacidad de transferencia de ficheros bajo Windows 10, también encontramos unas elevadas cifras de transferencia, aunque obviamente son inferiores al rendimiento en los benchmarks que analizan la unidad, pero cumplen la velocidad especificada de 1000 MB/s. Recordemos que, para obtener la máxima capacidad de copia, la unidad de destino (u origen) también deber ser un SSD con potencia igual o superior a esta SSD externo.
Si optáramos por utilizar una conexión USB a 10 Gbps, la capacidad de lectura y escritura disminuiría a la mitad como es lógico. Una vez más se aprovecha el ancho de banda disponible con prácticamente 1050 MB/s. El rendimiento en copia será de 600 MB/s desde el equipo al SSD externo.
Hemos tenido la suerte de conocer de primera mano el SSD externo que nos trae Gigabyte, y lo cierto es que la experiencia no podría a ver sido mejor. Si buscamos algo más que prestaciones, este modelo nos lo da, pues cuenta con un bonito encapsulado bien construido y estéticamente superior a la mayoría de rivales. Además, con elevada resistencia y un precioso estuche de transporte.
Las dimensiones y el peso no jugarán a su favor, pues prácticamente es como si tuviéramos un disco duro de 2,5 pulgadas en lugar de un SSD. El motivo está bien justificado, pues el gran disipador que equipa aumenta bastante su peso. Es sencillo de abrir y de cambiar su unidad, que siempre deberá ser M.2 2280.
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Su rendimiento ha cumplido con creces, llegando a la capacidad máxima real de la interfaz con transferencias secuenciales de 2000 MB/s y reales de la interfaz a 1000 MB/s. La unidad incluida es de excelente calidad, con memorias Kioxia de actual generación y nada menos que 1600 TBW o 5 años de garantía. No se puede pedir mucho más en esto.
El precio del Gigabyte VISION DRIVE 1TB será de 226 euros, siendo un poco más caro que por ejemplo el SanDisk Extreme Pro. Por todo lo que nos ofrece, creemos que merece mucho la pena, y solo el hecho de poder cambiar la unidad ya es suficiente razón. Muy recomendable si el tamaño no nos importa demasiado y tenemos USB a 20 Gbps.
VENTAJAS | INCONVENIENTES |
+ DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN | -PESADO Y ALGO GRANDE |
+ TRANSFERENCIA REAL DE 1000 MB/S | |
+ EXTRACCIÓN SENCILLA DE LA UNIDAD | |
+ GRAN DISIPADOR PASIVO |
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