Las fuentes de alimentación Corsair RMx llevan ya más de 6 años siendo una de las series de gama media-alta más vendidas y valoradas por los usuarios. Estas tuvieron una actualización interna importante en 2018, que las hizo más compactas y modernas. Ahora, Corsair nos trae su propuesta para este 2021 con esta nueva RM850x, que hoy tenemos el placer de analizar.
Manteniendo características que la catapultaron a la fama como un largo período de garantía de 10 años o una certificación de eficiencia Gold, la nueva revisión busca conquistar a los usuarios ofreciendo lo último en fuentes de alimentación. ¡Vamos allá!
La fuente se nos presenta en una estilosa caja que sigue el diseño característico de la compañía, con un exterior fundamentalmente amarillo y con relieve. En ella se nos informa de las características fundamentales de la fuente, como su período de garantía de 10 años.
Además de la fuente y el cableado, se nos incluyen unas pocas bridas para organizar los cables, los tornillos y el cable de alimentación.
Al mismo tiempo, tenemos tres conectores CPU de 8 pines, frente a los dos que cabría esperar. ¿Por qué Corsair pone conectores de CPU de más y PCIe de menos en esta fuente de 850W? No entendemos el motivo, teniendo en cuenta que la mayoría de usuarios solo necesita 1 EPS de 8 pines. También es verdad que lo normal es no necesitar más de 2 o 3 PCIe porque las configuraciones multiGPU (salvo mineros, claro) no son comunes. Aún así, debería haber venido o 1 cable PCIe doble más o al menos haber usado cables individuales y no dobles.
¿Y qué tal es la distribución en las versiones de 550, 650, 750 y 1000W? En todos casos se ajusta a lo esperado, así que entonces la única variante sorprendente es la de 850W, donde sí debería haber 6 conectores PCIe. En la de 750 también habrían podido hacerlo así, pero no nos parece algo exigible, a diferencia de los 850W.
Finalmente, los cables Molex y SATA tienen cantidades adecuadas, y están bien distribuidos puesto que no se cae en el error de mezclarlos (casi no se usan Molex de 4 pines actualmente), y las longitudes también son decentes.
Como siempre, nuestra recomendación es que no abráis ninguna fuente de alimentación ya que acarrea riesgos y anula la garantía.
Corsair ha vuelto a elegir a su fabricante de fuentes favorito como compañero de viaje, la taiwanesa CWT. Esta empresa es capaz de fabricar productos de todas las calidades, desde PSU ultra-básicas hasta algunos de los modelos más avanzados del mercado. Así que no se puede determinar directamente la calidad del producto viendo que CWT es el fabricante.
En esta ocasión, vemos una nueva plataforma de CWT que no habíamos visto anteriormente, y por tanto desconocemos cuál es exactamente su nombre el clave, aunque viendo la información impresa en el propio circuito podría tratarse de la «MB».
Lo que vemos, además de contar con una topología más que moderna y eficiente, es que se apuesta por un interior especialmente limpio, más de lo normal, donde los cables están optimizados como pocas veces hemos visto para ocultarse lo máximo posible. Además de esa limpieza, tenemos también aplicado el concepto de mover la mayoría de componentes que se situaban en la zona inferior de soldaduras, para situarlas en espacios libres del PCB principal. Esto hace que se sitúen allá donde está la refrigeración activa.
En general, esta plataforma interna nos recuerda a la GPU de la generación por la disposición y la GPR por la mencionada colocación característica de los chips, pero parece de fabricación personalizada para Corsair. Sea como sea, deja buenas sensaciones.
Corsair promete un 100% de condensadores japoneses en esta gama de fuentes de alimentación, algo que vamos a comprobar, aunque importa bastante más cómo son los condensadores concretos y no tanto su procedencia.
También es importante mencionar el uso del Microchip Technology PIC16F1503. Este es básicamente un microcontrolador (MCU) digital que funciona como un pequeño microprocesador, y se usa para controlar el perfil del ventilador. Así Corsair consigue un modo semi-pasivo abrumadoramente mejor que el de casi toda la competencia, algo en lo que profundizaremos más a lo largo del análisis.
Por una parte, está más que claro que los ventiladores ML son una maravilla en cuanto a sonoridad y también rendimiento, por lo que no tienen por qué venirle mal a una fuente así. El gran problema está en su inmenso coste de fabricación, algo que hasta ahora era todo un «deal breaker» para su uso en PSU. Es posible que por su masiva adopción se haya abarato mucho su coste.
A pesar de ello, lo que encontramos aquí se acerca más a un movimiento de marketing que a una necesidad real, en nuestra opinión. Efectivamente estamos obteniendo un ventilador mejor, pero:
En todo caso, estamos ante un ventilador fabricado por Sunon con su rodamiento MagLev, que en esos momentos en los que el modo semi-pasivo no esté en funcionamiento nos dará un excelente rendimiento sonoro.
Ahora es momento de que demos nuestro comentario sobre el modo semi-pasivo de esta Corsair RM850x 2021. Una de las grandes ventajas de la gama RMx ha estado siempre precisamente aquí, vamos a intentar explicártelo de una forma relativamente breve.
La mayoría de fuentes de alimentación semi-pasivas se controlan de manera analógica. Así, lo que se hace es simplemente establecer un umbral de temperatura que hará que se encienda el ventilador si se supera, y que se apague tan pronto baje de ese nivel. El problema es que eso provoca bucles de encendido/apagado. Pensadlo: encendemos el ventilador, la fuente se refrigera por debajo del umbral, entonces lo apagamos y vuelve a calentarse por encima del umbral… y así continuamente. Esto puede causar efectos de bucles cada pocos segundos que ya hemos visto en otras fuentes de alimentación. Así se deja sin efecto a casi todas las ventajas de un modo semi-pasivo.
El algoritmo digital de Corsair tiene en cuenta carga de la fuente, temperatura interna, y tiempo. Un semi-pasivo analógico sólo cuenta la temperatura, y sin histéresis.
Hay que destacar también que casi nadie programa bien estos modos. Ni los usuarios ni las reviews le prestan demasiada atención, así que no pasa nada. Pero Corsair es de las pocas compañías que verdaderamente se lo toma en serio, y entre todos los defectos que puedan tener es algo que hay que reconocerle.
En este caso, volvemos a ver el mismo comportamiento. El MCU usado por la compañía permite que veamos exactamente lo que pedimos: cuando abrimos una aplicación pesada, la PSU tarda en encender el ventilador. En cuanto se enciende, también va a tardar en apagarlo, hasta varios minutos después de cerrarla, para así asegurar que no entre en bucles.
Además del comportamiento del modo semi-pasivo, también cabe analizar cómo se comporta el perfil del ventilador, algo que de forma normal comprobaríamos usando nuestro tacómetro láser, pero solo funciona con ventiladores de color negro. Aún así, Corsair nos provee una curva de ventilación completa en la que podemos analizar cómo se debería comportar este perfil en condiciones normales.
Lo mejor de todo eso es que, a partir de los 340 vatios, el ventilador funciona a apenas 400 revoluciones por minuto, una cifra muy buena y que lo hace inaudible con unos Corsair ML en toda regla. No es hasta los 600W cuando ya alcanzamos las 800rpm, para terminar en unas respetables 1150rpm en los 850W.
Al igual que en las pasadas revisiones, estamos ante una fuente donde la calidad es una de las mayores prioridades, ofreciendo un nivel interno excelente que se acompaña de la tranquilidad de los 10 años de garantía y buenos valores de eficiencia. Tenemos un diseño interior totalmente renovado, pero que mantiene esa misma filosofía.
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El cambio a un ventilador ML supone que ahora tenemos una fuente en el «TOP» de PSU con mejores ventiladores, aunque realmente nos parece un movimiento algo innecesario debido al excelente modo semi-pasivo que apenas hará que el ventilador funcione, ya que está mucho mejor programado que el de las fuentes de otros fabricantes. Ni siquiera se consideró el uso de un ML cuando se lanzó la Corsair AX1600i, porque al fin y al cabo el encarecimiento de costes puede ser mayor a los beneficios que supone para el usuario.
Precisamente, esta fuente de alimentación tiene un precio de 160 euros, que en las variantes de 550W, 650W, 750W y 1000W se traduce en 110€, 130€, 145€ y 190€. Creemos que es bastante elevado respecto a otras propuestas del mercado, haciendo que la gama RM «a secas» de la propia marca tenga una relación calidad-precio mucho mejor. Esperamos que este PVP se reduzca en cuanto el mercado del hardware se recupere, pues también es cierto que en estos momentos no hay un gran stock de componentes.
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