Los tipos de cable de una fuente de alimentación para PC, refiriéndonos al material usado, pueden ser realmente variados, partiendo de lo más básico hasta llegar a opciones como el sleeving, preferido por los modders y los usuarios más ambiciosos. En este artículo daremos un repaso completo a todos estos tipos, con sus características principales y particularidades, además de hablaros del grosor de los cables y de cómo pueden influir en tu equipo.
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Veamos ahora cuáles son los tipos de cable más comunes que se pueden encontrar en una PSU.
Los cables de dentro de la malla pueden ser de colores o negros, y realmente aquí se vuelve a aplicar la idea de que lo más probable es que una fuente de buena calidad los traiga negros, sobre todo si hablamos de modelos recientes. No pretendemos que el tipo de cable se considere un criterio para analizar la calidad de una fuente, sobre todo con esos ejemplos en los que ocurre lo contrario, pero realmente no podemos negar que “estadísticamente” se cumple, en cierta medida.
La gran desventaja que tienen es su especial rigidez, que para algunos resulta un impedimento a la hora de montar un equipo y direccionar el cable por los sitios deseados. Como veréis ahora, es algo que depende mucho de cada caso y tiene múltiples argumentaciones.
Seguimos con el tipo de cables que ahora mismo está superando en popularidad a los mallados, el cableado plano.
Nosotros no nos posicionamos, pero lo que sí es cierto es que en el cable ATX es preferible que sea mallado a plano, ya que los planos se suelen dividir en múltiples tiras pequeñas cuyo manejo no es para nada cómodo.
Este es el estilo de cable que sin duda más salta a la vista, sobre todo por el hecho de que está orientado a la personalización (en la mayoría de casos veremos combinaciones de colores muy interesantes), además del propio acabado “premium” que deja ese tipo de mallado, tal y como vemos en cables de periféricos, cargadores, etc.
El sleeving consiste básicamente en encerrar un cable normal en una funda adicional, así que aquí entra muy en juego el tipo de material concreto. Te indicamos los más comunes.
El PET es un tipo de plástico muy conocido por su uso (entre otros) en botellas, y se caracteriza por tener un acabado brillante. Se suele considerar el favorito de la gente por su durabilidad, ya que es muy fácil de mantener perfectamente limpio, pero el gran problema es que es el estilo más caro. Como consiste en un entrelazado de muchos hilos de plástico, también nos da la ventaja de que si no nos cabe del todo el cable se puede expandir sin problemas.
Además de su precio, es también muy beneficioso el hecho de que con el paracord conseguimos muchas más combinaciones de colores al ser más sencillo del fabricar. Este importante detalle es clave ya que es común que la gente busque combinaciones especiales y extravagantes para sus equipos.
A la hora de conseguir el sleeving en una fuente de alimentación con cables de otro tipo, tenemos básicamente dos vías: podemos hacer el enfundado nosotros mismos o comprar un kit de cables completo. Desde luego, esto último solo lo podemos hacer si nuestra fuente es totalmente modular, aunque para la primera opción también es lo ideal.
Aquí entramos en una dicotomía interesante, pues tenemos que elegir entre aquello que nos lleva más tiempo o aquello que nos cuesta más dinero. Un kit de cableado con sleeving puede partir de los 60 euros e incluso superar los 100, mientras que conseguir materiales para enfundar los cables que ya tiene nuestra fuente es bastante sencillo.
En ambos casos, tenemos que asegurar la compatibilidad del cableado con nuestra fuente de alimentación, básicamente porque los pines de la parte modular siguen una distribución que no es estándar. Si nos equivocamos, tanto en la compra de un kit ya hecho como en la opción DIY, podemos causar un cortocircuito.
Lo bueno del cableado con sleeving es que no solo hay disponibles kits de cables en el mercado ni tenemos por qué construirlos nosotros mismos, sino que podemos optar por extensiones de cables que permitan que el sleeving esté en la parte visible de nuestro ordenador mientras que en el lado trasero quedará todo el cableado original.
Históricamente, las extensiones de cables de una fuente de alimentación se han considerado malas y peligrosas, algo que todavía se aplica en muchos casos, como en adaptadores PCIe que permiten conexiones realmente erróneas. Sin embargo, las extensiones con sleeving suelen ser buenas, adecuadas para equipos potentes y millones de usuarios confían ampliamente en ellas.
Parece que la opción más interesante para la mayoría de gente es apostar por las extensiones, pero con la única pega de que al final habrá más espacio de cables que ordenar. Pero si lo haces bien te quedará una opción muy barata y versátil.
Como decimos, son cables seguros en su gran mayoría. Aunque si quieres tener más confianza entonces lo recomendable es apostar por el 16AWG. Enseguida descubrirás qué es y por qué es importante.
También tenemos una cuarta alternativa, y es comprar directamente una fuente que traiga sleeving. Por desgracia hay muy pocas opciones en el mercado, y está claro que suponen un desembolso adicional de dinero que no tiene por qué parecerle razonable a todo el mundo. Aún así, te las vamos a indicar.
Generalmente, lo que encontraremos será fuentes con cables blancos preparadas para esta estética. Estamos hablando, por ejemplo, de la ASUS ROG Strix White. También podríamos dar una mención especial a la Corsair RMx White, que antes llevaba cable blanco con sleeving, pero ahora han apostado simplemente por un mallado tradicional pintado de blanco.
Finalizamos este artículo explicando un concepto bastante importante a la hora de hablar de cómo es cada cable de una fuente de alimentación, y es su calibre AWG.
AWG son las siglas de American Wire Gauge, o calibre de cable americano, y básicamente es un estándar que define varias medidas para la sección de los cables eléctricos. Podemos encontrar 40 tipos distintos donde básicamente cuanto mayor sea el número más finos serán los cables. Así, por ejemplo un 10AWG tiene un diámetro de 2.59mm y un 30AWG lo tendrá de 0.255mm.
En una fuente de alimentación, el calibre más común es el 18AWG, con un grosor de 1.024mm. Igual que muchas fuentes baratas usan 20AWG o incluso 22AWG en algunos cables, también vemos muchas PSU que usan 16AWG en los cables de CPU y GPU. Este calibre tiene un diámetro de 1.291mm.
El calibre define la corriente que soporta el cableado, de ahí su importancia de cara a cables por los que se alimentan componentes muy importantes, como es efectivamente la tarjeta gráfica o el procesador. Con un 18AWG aguantaremos unos 6-8 amperios por pin, según las indicaciones del estándar ATX de Intel, así que como ahora confirmaréis no es una cuestión fundamental.
Debéis tener en cuenta que el grosor de un cable no lo es todo, no es el factor decisivo para saber cuánta corriente va a aguantar, por el simple hecho de que no hay que ignorar lo que aguantan los propios terminales de los conectores, es decir, los pines metálicos que se conectan.
Lo normal sería que el uso de 16AWG asegure mejoras en el soporte de corriente de los terminales, pero no se puede asegurar categóricamente, así que la clave está en balancear bien la cantidad de corriente que pasa por cada conector. Hay reglas muy sencillas para conseguirlo:
Este último punto se basa en las recomendaciones de fabricantes como Seasonic.
En una fuente de alimentación actual, podemos encontrarnos con varios tipos de cables según el material utilizado. Hasta hace ya bastantes años, la norma era encontrar una molesta maraña de cables de colores fijados en la fuente de alimentación. Esto mejoró mucho con la llegada de las fuentes modulares y de los cables mallados, que son quizás los más usados, y ofrecen una robustez e incluso una estética superior.
Luego, tenemos los cables planos, que sin duda son los que más se están incluyendo en los nuevos lanzamientos de fuentes de alimentación, que básicamente buscan aumentar la flexibilidad y ocupar un menor espacio.
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Pero la joya de la corona es el sleeving. Estos son los cables favoritos de los entusiastas gracias a su interesante estética y posibilidades de personalización, con un coste habitualmente grande que se puede compensar fácilmente comprando extensiones en vez de kits de cables completos, o tomándose el tiempo de hacer los cables de forma manual, con métodos DIY.
¡Esperamos que os haya gustado este resumen por los distintos tipos de cable de una fuente de PC! ¿Son mejores los cables mallados o planos? ¿Es el sleeving una obligación en configuraciones caras? ¡Dejadnos vuestros comentarios!
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