¿Quieres mejorar el flujo de aire de tu PC? En este artículo daremos un repaso rápido por las claves más importantes para conseguirlo, de forma que puedas conseguir una reducción de las temperaturas del ordenador y un funcionamiento más silencioso.
En general, nuestra prioridad va a ser conseguir que el flujo sea lo más limpio y directo posible. Además, lo que intentaremos en la mayoría de consejos es evitar compras adicionales innecesarias, si bien en algunos casos no quedará otra opción. Finalmente, también te explicaremos hasta qué punto el flujo de aire de tu PC debería ser una preocupación. Una pista: no hay que obsesionarse demasiado. Dicho esto, ¡vamos con los consejos!
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Empezamos por el punto más claro y evidente: debes evitar en la mayor medida posible todos los obstáculos físicos que pueda haber dentro de la caja del PC. Estamos hablando de:
Es decir, lo que buscamos es que el espacio interno de la caja sea lo más limpio posible. Daos cuenta de que cuando buscamos un buen flujo de aire lo que queremos es que el aire entre por un lado y salga por el otro de manera clara, rápida y directa. En la mayoría de cajas, esto significará que entre por la parte frontal y salga por la trasera. Si hay muchos obstáculos de por medio, reduciremos la velocidad del aire y causaremos turbulencias que desviarán el flujo de manera muy perjudicial.
De nada sirve tener el flujo de aire perfectamente controlado si los ventiladores están mal instalados. La prioridad suele ser tener una presión relativamente equilibrada, de forma que la cantidad de aire que entra en la caja sea similar a la que sale. Pero esta cuestión no es excesivamente relevante, podemos tener una presión puramente positiva o negativa, y por muy criticable que pueda ser el nivel de flujo de aire será decente. Lo que no se pueden hacer es aberraciones con el sistema de ventilación.
¿Qué podemos entender por una “aberración”? Pues básicamente que la forma de instalarlos y su orientación escape de toda lógica, de tal forma que tengas un flujo de aire interno que cause turbulencias o bolsas de aire en “bucle”. El aire no puede quedarse retenido dentro de la caja, pues se calentará continuamente, sino que debe estar renovándose constantemente.
Por ejemplo, mezclar ventiladores que entran y salen de manera ilógica: imagina tener instalado el ventilador de la CPU de manera opuesta al trasero: no habría entrada ni salida de aire. Revisa nuestro artículo sobre cómo instalar ventiladores de PC.
Donde también podemos cometer aberraciones, y de hecho es bastante común que se haga por error, es en la refrigeración líquida.
Otra cuestión que está muy clara es que la cantidad de ventiladores influye claramente en cómo es el flujo de aire interno del ordenador. No se trata de llenar la caja de ventiladores ni de tenerlos a la máxima velocidad constantemente.
Lo que estamos buscando es tener un flujo de aire razonablemente óptimo que nos permita mantener temperaturas adecuadas en el PC. En ningún caso buscamos acercarnos a la temperatura ambiente lo máximo posible de forma obsesiva. Este es un auténtico error que comete mucha gente, y carece de beneficios más allá de la estéril tranquilidad mental de ver un valor de temperatura bajo, y que tiene desventajas como una mayor generación de polvo o un mayor ruido. Lo que nos interesa es preservar la durabilidad de los componentes, ¿no? Pues para ello no hace falta tenerlos a 20 o a 30 grados en reposo, ni a 50 grados en carga.
Si queremos durabilidad, lo único que nos debe importar es tener unos valores de temperatura lo suficientemente lejos del máximo que indica el fabricante. Por ejemplo, si tenemos una tarjeta gráfica o una CPU con una temperatura máxima anunciada de 90 grados, que estén a 75 en carga se puede considerar un éxito y no hace falta obsesionarse en exceso, gastar dinero de más o sacrificar sonoridad a cambio de reducir las temperaturas. Si te da igual el ruido y sigues queriendo que la temperatura baje más, tampoco es un problema, simplemente será irrelevante a nivel práctico.
Dejando de lado esta reflexión, que era fundamental mencionar en algún punto del artículo, volvamos a lo que estábamos: la cantidad de ventiladores. Lo cierto es que si no tenemos ninguno o apenas usamos uno el flujo de aire no va a ser especialmente bueno. Es ideal que tengamos cubierta al menos la parte frontal y la trasera, si hablamos de una caja que tenga una configuración de flujo tradicional.
Además, han de ser ventiladores mínimamente decentes, que sean de 3 o 4 pines para permitir su regulación desde la BIOS de la placa base, y así crear una curva decente para poder controlarlos.
Vamos con otro punto evidente, y es revisar constantemente que no hay una acumulación indeseada de polvo excesiva en el ordenador. Revisa y limpia los filtros, además de los propios ventiladores y tus componentes. Un mantenimiento profundo periódicamente es lo mejor que puedes hacer, si bien para definir la periodicidad no hay una regla fija: todo depende del entorno de cada uno.
No te olvides tampoco de la fuente de alimentación, pues aunque si está en la parte inferior de la caja y con el ventilador mirando hacia abajo entonces no tendrá nada que ver con el flujo de aire del resto del ordenador, pero tendrá su propio flujo de aire interno y es importante mantenerlo para asegurar su durabilidad. No tienes por qué abrirla, y de hecho NO es recomendable y anula la garantía, simplemente limpia el filtro de polvo de la caja.
Vamos a finalizar con lo que en muchas ocasiones es la mejor decisión que se puede tomar: simplemente cambiar de caja de ordenador. Algunas tienen unos diseños especialmente restrictivos en cuanto a refrigeración, y que provocan que el flujo de aire sea obligatoriamente malo por muchos esfuerzos que hagamos.
En concreto, estamos hablando de cajas que lleven el frontal total o parcialmente tapado, si bien algunas tienen huecos de ventilación adecuados, o también que lleven la parte superior tapada. Si combinamos ambas cosas entonces lo que tendremos no será una caja de ordenador, sino más bien un horno en el que nuestras piezas pueden estar ganando 10 o 20 grados de más solo por ese motivo.
Probablemente, la mejor forma de verificar si tu caja está siendo un problema para el flujo de aire de tu PC es retirar su tapa lateral mientras el equipo está en carga y ver si hay una gran variación de temperaturas. En caso de que veas cambios de más de 10 o 15 grados, después de haber tomado todas las medidas posibles para mejorar el flujo de aire, entonces la caja estará siendo un gran limitante en la refrigeración y reemplazarla por otra es una excelente decisión.
¿Y por cuál la reemplazo? La prioridad, sin lugar a dudas, debe estar en conseguir una caja poco restrictiva con el airflow. Estas serán predominantemente aquellas que tengan un frontal de malla o ‘mesh’, es decir, que en vez de estar tapado esté lleno de agujeros por los que dejar pasar el aire. También deberá tener buenos huecos superiores, y en general contar con una calidad de construcción decente.
Mejorar el flujo de aire (airflow) de tu PC es una aspiración más que legítima, y afortunadamente hay maneras muy sencillas de conseguirlo. El simple hecho de mejorar la organización de los cables puede conseguirlo, o cambiar la colocación de los ventiladores.
Sin embargo, también es cierto que en algunos casos no hay mejor alternativa que gastar algo de dinero. Estamos hablando de aquellos PCs donde se usen cajas extremadamente restrictivas para el airflow, comúnmente conocidas con el nombre irónico de “hornos”, y que se caracterizan por tener la parte frontal y/o superior tapada casi al completo, con aperturas para refrigeración mínimas o inexistentes. En esos casos lo mejor es comprar una caja nueva, y no es cuestión de que sea más cara, sino mejor pensada y enfocada en el flujo de aire (‘mesh’).
Te recomendamos la lectura de nuestros artículos sobre hardware:
Y por supuesto nuestra guía completa de mejores disipadores, ventiladores y refrigeración líquida para PC.
En la otra cara de la moneda tenemos a aquellos casos en los que la mejora del flujo de aire no es ni siquiera necesaria. Mucha gente se obsesiona en exceso con las temperaturas, buscando incansablemente que se acerquen lo máximo posible a la temperatura ambiente, algo que no da ningún beneficio real más allá de una especie de “paz mental” para la persona. Está más que claro que lo que es realmente importante es mantener las temperaturas razonablemente por debajo de los máximos cuando el equipo está bajo carga. Casi todo lo demás es obsesionarse sin motivo.
En todo caso, recurrir a los consejos más elementales del artículo es algo que recomendamos hacer a cualquiera, ya que no pasa nada por mejorar el flujo de aire del PC de forma fácil y gratuita. Todo lo relacionado con cambiar de caja o adquirir más ventiladores ya está más bien enfocado a los PC donde es realmente necesario: consumos elevados, overclocking, altas temperaturas operativas…
¿Y tú qué opinas? ¿Hasta qué punto crees que es importante mejorar el flujo de aire de tu PC? ¡Te invitamos a dejar comentarios!
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