NAS vs Cloud es una de las dudas más habituales en los usuarios que pretenden de alguna forma centralizar sus archivos personales, ahorrando a su vez espacio en el disco duro local o Smartphone. Dos soluciones las cuales requieren de una inversión de dinero, especialmente si optamos por NAS, capaces de brindarnos muchas ventajas, pero también se deben tener en cuenta cosas importantes.
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En este artículo analizaremos qué opción es mejor en función de las preferencias de cada usuario, volumen de información y accesibilidad que queramos obtener. Además, realizaremos una integración de Qsync + QuMagie y Plex en un NAS QNAP TS-251D para mostrar una mínima parte de lo que un NAS es capaz de hacer.
Cuando hablamos de almacenamiento en la nube nos referimos a aquellos servicios los cuales permiten almacenar archivos personales en una ubicación remota y ajena a nosotros a través de una suscripción. Esta puede ser gratuita o de pago, obteniendo distintos niveles de capacidad y funciones según lo que contratemos.
Sistemas cloud storage pueden ser por ejemplo Microsoft One Drive, Google Drive o Apple iCloud entre otras muchas orientadas a contenido multimedia, datos generales, etc. La ventaja de algunos de estos servicios es que ofrecen una suscripción gratuita por el hecho de tener un correo o software de ellos. Por ejemplo, un correo de Gmail, una licencia de Windows o Office 365.
Entre otras muchas, la principal diferencia entre NAS vs Cloud es que serán dos sistemas de almacenamiento con enfoques distintos. Y la razón está en la capacidad de almacenamiento.
Cuando planeamos utilizar un almacenamiento fuera de nuestro equipo, lo que más demandamos es capacidad, la posibilidad de almacenar todo lo que podamos para liberar espacio en nuestro disco duro. Aquí es donde más limitaciones tenemos con los sistemas cloud, pues las suscripciones gratuitas apenas nos darán 10 o 20GB de espacio.
Disponiendo de una cuenta en Microsoft con un producto Office 365 por ejemplo, sí que obtendremos una capacidad decente de 1 TB. Pero si no es nuestro caso, 2 TB nos va a costar 100 euros al año en Google, o 11,99$ al mes en Apple iCLoud. Teniendo en cuenta esto, un sistema NAS con 10 o más TB estará amortizándose en tres o cuatro años. Tan solo llevando a cabo una inversión fuerte al principio y olvidándolos de cuotas mensuales o anuales.
Por este motivo, un servicio de almacenamiento en la nube está orientado a usuarios que necesiten una escasa capacidad. Siendo buena opción para almacenar ficheros importantes, fotos o configuración de nuestros dispositivos. Pero debemos olvidarnos de poder subir películas, series, o archivos pesados, pues estaremos ocupando rápidamente el espacio disponible, y tampoco obtendremos demasiadas ventajas al ser necesaria una descarga para poder utilizarlos.
Con muy poco esfuerzo podremos hacer uso de este almacén en la nube incluso de forma gratuita, en cualquier lugar y de forma segura al no depender de nosotros los servidores de alojamiento.
Esta es una de las ventajas más destacadas de NAS vs Cloud, pues nosotros los usuarios solamente necesitamos un equipo físico y un navegador para utilizarlo en plenitud de capacidades. Normalmente son compatibles con todos los sistemas operativos y no necesitamos una aplicación asociada para su manejo. En los NAS este proceso es un poco más complejo al requerir aplicaciones y una configuración previa.
El sistema que normalmente utilizan los usuarios para cargar ficheros a la nube es simplemente el navegador, seleccionando carpetas o ficheros individuales. Además, aplicaciones de sincronización como OneDrive permiten copiar ficheros de forma automática a la nube desde nuestro propio explorador de archivos.
Otra de las ventajas que obtenemos con la nube es la seguridad, pues detrás de estos sistemas de almacenamiento hay potentes compañías con complejos sistemas de seguridad frente a ataques.
Hoy en día los NAS también cuentan con sistemas operativos muy seguros, y nosotros podemos poner nuestro granito de arena mejorando ésta con aplicaciones e incluso implementando nuestros propios cortafuegos. Pero está claro que en Cloud todo este proceso ya lo hacen por nosotros, y solo debemos preocuparnos de tener una clave segura y cuidado de no dejarla expuesta.
La tercera ventaja o más bien facilidad es la de disponer de otras funciones además de la que almacenamiento. Tanto en las típicas nubes de Google o Microsoft (que casi todo el mundo tiene), dispondremos de opciones de creación y edición de ficheros de texto, diapositivas o presentaciones.
Obviamente se puede integrar con otras extensiones de la compañía, como por ejemplo servicios de correo web, redes sociales, o incluso copias de seguridad del sistema operativo Android, Windows o Mac en cada uno de los casos. De esta forma, funciona como una especie de backup online, integrándose con el sistema en cuestión para no perder nuestra configuración y datos tras fallos graves.
Ahora toca ver las ventajas y contras que obtenemos utilizando NAS vs Cloud para nuestro almacenamiento. Un NAS o Network Attached Storage es un dispositivo que permite crear en nuestra red local un sistema de almacenamiento masivo de alta disponibilidad y alta velocidad. Permite almacenar todo tipo de datos bajo un sistema operativo con gran cantidad de funciones multimedia, de copias de seguridad y datos compartidos.
Los dos fabricantes por excelencia de este tipo de sistemas serán QNAP y Synology, aunque también existen otras como Western Digital o TerraMaster. De entre ellos, el que ofrece una mayor variedad de funciones es QNAP, y gracias a su sistema operativo QTS dispone de una gran seguridad e infinidad de opciones. Si bien es cierto que, a nivel de uso, el sistema Synology es más sencillo, pero no llega tan lejos como QTS en potencia.
En un NAS, el límite lo ponen el propio hardware del dispositivo y nuestro presupuesto, existiendo modelos de tan solo una bahía de disco duro, hasta otros de 5 e incluso mucho más y ampliable por DAS. Así que la capacidad máxima del NAS más barato podrá ser de 16 TB con un solo HDD, hasta varios cientos de TB.
Como comprenderéis, la ventaja frente a Cloud es innegable, y aunque requerirá hacer una inversión inicial de más de 300 euros en la mayoría de casos, estaremos pagando por un sistema solo de nuestra propiedad. Nosotros seremos su administrador, lo tendremos en nuestra propia red LAN y con plena accesibilidad 24/7.
De esta forma será el sistema ideal para almacenar backups de nuestros equipos, instantáneas y todo tipo de copias de seguridad. No solo esto, porque un NAS está muy enfocado a entusiastas del contenido multimedia, y será perfecto para crear un repositorio con películas, imágenes, música o cualquier archivo de nuestro equipo.
Con la potencia actual de las redes LAN y Wi-Fi, podremos darnos el lujo de reproducir contenido directamente desde el NAS en nuestro ordenador o televisor inteligente y en resolución 4K. Esto no será posible hacerlo desde un almacenamiento en la nube, y además no consumiremos datos de descarga al ser un repositorio local casi ilimitado. Nos podremos dar el lujo de almacenar películas en alta definición, series completas e incluso todo lo que tenga nuestro equipo.
Este punto puede considerarse tanto como ventaja y desventaja, ya que un NAS está orientado a usuarios que no se conformen con simplemente una ingente cantidad de Gigabytes, sino que vayan más lejos.
El hecho de tener un completo sistema operativo a nuestra disposición hace que el abanico de opciones se multipliquen muchísimo, especialmente en los NAS QNAP. Incluso un dispositivo tan económico como el TS-251D que utilizamos para este artículo, disponga de las mismas opciones que otros modelos de 500 o 600 euros:
Todo esto hace que un NAS sea un dispositivo mucho más avanzado que una simple nube, y será opción recomendada para entornos de trabajo como oficinas o Pymes.
El hecho de ser simples usuarios a nivel doméstico no es un impedimento para utilizar un NAS, pues existen soluciones muy sencillas como los TerraMaster o los Western Digital que incluso traen los discos y instalados. Pero la verdadera esencia de optar por este sistema es pensar cada vez más a lo grande y ampliar poco a poco sus posibilidades y nuestros conocimientos.
Al igual que cuando aprendimos a utilizar Windows o Android, un NAS cuenta con un sistema operativo complejo y que requerirá un tiempo de adaptación. Solamente se necesita interés por aprender, ya que los fabricantes disponen de completas guías de uso y plataforma de soporte.
Obviamente se necesitan ciertos conocimientos de redes, uso de archivos compartidos o gestión de usuarios. Estos sistemas ya de por sí son bastante seguros al estar basado en Linux y tener continuamente actualizaciones. Pero es cierto que para una configuración remota manual o para implementar servidores más avanzados se necesita cierta base y saber qué y cómo podemos hacerlo. De nuevo es vital la información que nos aporta el fabricante sobre sus App, ya que para todas hay tutoriales y guías completas.
Este tipo de acceso nos permitirá acceder a prácticamente todos los servicios que puede ofrecer nuestro NAS, pero siempre proporcionando un acceso privado para el o los usuarios que estén dados de alta en el NAS. Plex, QuMagie, Qsync, administración del sistema, sistema de instantáneas y backup, virtualización, etc. todo ello será integrable y accesible con myQNAPCloud.
En un NAS vs Cloud un apartado crítico será el coste del producto. En un NAS sí o sí estamos obligados a invertir en un equipo y discos duros, mientras que, en una nube, no necesariamente tenemos que hacerlo, aceptando sus limitaciones.
Un equipo como el QNAP TS-251D que ponemos de ejemplo, cuesta unos 351 euros, y a esto le debemos sumar el coste de los discos duros, por ejemplo 55 euros de un disco duro de 2 TB. En un servicio como Google Drive tenemos esos 2 TB por 100 € al año, así que estaríamos tardando 4 años amortizar el NAS. ¿Merece la pena?
Pues sin lugar a dudas creemos que sí, siempre que nuestras previsiones vayan más lejos de esos 2TB que es una capacidad casi trivial a día de hoy. Mientras que en una Cloud pagamos solo por guardar datos, en un NAS pagamos un equipo de nuestra propiedad, nuestros discos duros, un sistema operativo seguro y su potencia de configuración y posibilidades. La única forma de tener todo esto, sería comprando un ordenador, y su coste será de como mínimo 400 o 500 euros.
Tras ver los principales puntos a favor de NAS vs Cloud, vamos a realizar un pequeño tutorial de lo que podría ser la configuración de vuestro servidor multimedia. Con estas aplicaciones podremos compartir y sincronizar archivos de distintos equipos a la vez, tener un álbum de fotos inteligente y una plataforma de televisión a la carta propia.
Como casi siempre hacemos en nuestras review sobre NAS, lo primero que deberíamos hacer es configurar un espacio y un volumen de almacenamiento, algo básico para empezar a guardar datos y aplicaciones en un NAS. Puede ser un sistema volumen fijo, RAID o un sistema de almacenamiento por niveles con Autotiering.
La primera aplicación que consideramos casi básica junto a Qfile para los que tengan un NAS. Básicamente es una aplicación en modo servidor y cliente que permite sincronizar archivos y directorios entre el NAS y nuestros equipos. Hay extensiones para Windows, Mac, Linux, Android e iOS.
En el lado del NAS, lo que necesitaremos hacer tras instalar la aplicación Qsync Central desde el App Center es habilitar la carpeta de inicio, sin ella nada funcionará. Este paso se encuentra en el Panel de control > Privilegios > Carpeta de inicio. Obviamente necesitaremos un espacio y volumen de almacenamiento. Tras esto será opción del usuario crear las correspondientes carpetas compartidas en el volumen para emparejarlas con los datos en los clientes.
La extensión de Windows deberá de autenticarse con el NAS mediante cualquier usuario activo en él (mejor con HTTPS). Será recomendable activar la opción habilitar sincronización LAN en la configuración, y tras esto podremos comenzar a emparejar carpetas. Es un proceso bastante sencillo, con solo tener en cuenta el pequeño truco de activar la opción mencionada antes y la autenticación segura. El equipo creará un directorio Qsync en donde encontraremos las distintas carpetas sincronizadas y las de otros dispositivos.
Uno de ellos puede ser un Smartphone, cuyo procedimiento será incluso más sencillo que en PC, pues se trata solamente de instalar y emparejar carpetas. Por defecto, el directorio de sincronización será el de Qsync, aunque podremos utilizar otro distinto si tenemos más carpetas compartidas. Lo único a tener en cuenta aquí será asegurarnos de solo usar Wi-Fi para sincronizar los datos.
Sobra decir que en todos los dispositivos que instalemos Qsync tendremos la posibilidad de emparejar contenido de forma local o remota mediante myQNAPCloud. De esta forma estaremos prácticamente igualando lo que puede ofrecernos un servicio de nube. Y si eso lo combinamos con Qfile, tendremos prácticamente todas las opciones posibles. En este caso sí que se debería hacer uso de datos o Wi-Fi externa.
La siguiente aplicación que integraremos será QuMagie, un álbum online con acceso local o remoto dotado de Inteligencia Artificial. De esta aplicación ya hicimos un artículo bastante completo en el que probábamos en profundidad todas sus posibilidades. Podéis ver más información en este análisis.
Igual que si se tratase de un almacenamiento en la nube, nuestro NAS se convierte en un repositorio multimedia capaz de categorizar todas nuestras fotos de forma inteligente. Es uno de los sistemas más completos del mercado, y además accesible desde nuestro navegador web, con gestión de usuarios y permisos, y personalización completa.
Su configuración en la parte del servidor solamente consistirá en instalar la aplicación. Desde el navegador o la extensión cliente podremos cargar carpetas o fotografías de forma individual en el NAS. Si ya disponemos de carpetas sincronizadas en un PC o Smartphone con Qsync, solamente debemos de seleccionarlas en QuMagie para que se carguen en el álbum. Instalando QuMagie mobile, desactivando la opción de solo utilizar Wi-Fi y colocando nuestra cuenta QNAPcloud obtendremos acceso remoto al álbum y las fotos de cargarán nada más hacerlas.
La guinda al pastel será la integración del servidor de medios Plex para distanciarse en calidad y cantidad de funciones a lo que podría ofrecer una nube. Como buen servidor multimedia, se puede utilizar tanto de forma local como remota, necesitando solo una cuenta en la plataforma y la instalación del server en nuestro NAS.
Tras un asistente de configuración, podremos añadir contenido en las carpetas que hayamos emparejado con el servidor para disponer de un reproductor de películas y programas. Existen aplicaciones cliente para SmartTV, PC y móviles, así que las posibilidades son prácticamente ilimitadas.
Esta plataforma además nos brinda televisión por streaming o a la carta a través de una suscripción premium (de pago). De esta forma podríamos ver también contenido externo como si de Netflix o Disney Plus se tratase, aunque no llegando a ser tan completo obviamente.
De esta forma creemos que queda bastante claro para qué uso están enfocados por un lado el NAS y por otro los servicios de nube. Si lo que deseamos es un servicio rápido, temporal, sin complicaciones y disponible en cualquier lugar, deberíamos elegir la nube. Pero si pensamos hacer un uso a largo plazo, ampliable casi de forma ilimitada, en donde nosotros seamos los duelos y accesible local y remotamente, un NAS será la solución.
Balance final de ventajas y desventajas más importantes:
NAS | Cloud |
Ventajas:
| Ventajas:
|
Desventajas:
| Desventajas:
|
También os dejamos con más tutoriales y guías de NAS
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