NVIDIA lanzó Dynamic Boost como respuesta a AMD SmartShift o Intel Dynamic Power Share, una tecnología que se activa desde el panel de control y que promete una subida de FPS. Te explicamos qué es, cómo activarlo y qué necesitas para disfrutarla.
El sector de portátiles tiene sus limitaciones físicas para los fabricantes de GPUs, pero esto no impide que el ingenio salga a la luz y traigan tecnologías interesantes como esta. NVIDIA anunció esta tecnología con Turing (RTX 2000) para ofrecer un aumento de FPS mediante un consumo mayor, pero no es tan fácil como parece. A continuación, os explicamos con detalle esta tecnología.
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Considerada como la respuesta a AMD SmartShift, Dynamic Boost está diseñada para aprovecharnos de que la CPU y la GPU portátil comparten una solución térmica similar, ya que ambos son refrigerados por las mismas tuberías de calor, ¿por qué se hace esto? para permitir que los fabricantes construyan sistemas ligeros y finos, donde el rendimiento térmico es mayor que el TDP de cualquier CPU o GPU individualmente.
Sin embargo, esa capacidad de refrigeración es menor que el total de TDP resultante entre la GPU y la CPU. Así que, los fabricantes de portátiles pueden diseñar los equipos para diferentes cargas de trabajo con el objeto de refrigerar mejor éstos, sacrificando algo de rendimiento. Pensad que aquí no tenemos refrigeraciones líquidas, ni ventiladores de 140 mm, sino que todo está comprimido bajo el teclado.
Entonces, si dos procesadores (CPU y GPU) comparten el mismo sistema de refrigeración, es lógico aumentar los límites de energía y dividir la refrigeración de forma ecuánime. Así que, NVIDIA Dynamic Boost distribuye la energía entre la CPU y GPU de forma dinámica (cambiante), posibilitando un pequeño aumento de rendimiento a la GPU.
En conclusión, Dynamic Boost es una función que se activa en el panel de control de NVIDIA, la cual permite transferir energía de la CPU a la GPU RTX para que la última ofrezca un plus de rendimiento.
Para hacerlo más visual, sería como «coger o tomar energía prestada» de un componente al otro. Si la GPU no está activa y la CPU necesita más potencia, la última puede elevar su TDP a 120 W con el objeto de atender las necesidades de potencia en ese momento.
¿Qué se consigue con este intercambio de consumo entre CPU y GPU?
Esta tecnología no es nueva, y tuvo su lógica en las APUs, las cuales necesitaban equilibrar ese consumo entre los 2 bloques del DIE. Cuando se trata de una CPU y otra GPU dedicada (2 componentes por separado) es más complicado, pero NVIDIA ha sido la primera en encontrar la solución cuando tenemos CPU Intel/AMD y una GPU dedicada de la marca.
Respecto a su funcionamiento, NVIDIA no da detalles jugosos, pero hemos visto que activar esta función hará que el consumo de la batería del portátil se dispare. Por ejemplo, la GPU puede aumentar su consumo en 15 vatios fácilmente, incluso hay picos de 40 W más; eso sí, por contrapartida, el consumo de la CPU bajará bastante.
Es cierto que la frecuencia de la CPU baja un poco cuando activamos Dynamic Boost, pero no es un porcentaje que notemos, ni que afecte mucho al rendimiento.
Es realmente sencillo de hacer, pero necesitaremos una GPU Max-Q de la serie RTX 3000 o 2000, es decir, Ampere o Turing. Igualmente, os instamos a que lo intentéis en caso de tener una GTX con el objeto de ver si es posible. Por otro lado, es clave que el fabricante del portátil haya tenido en cuenta esta tecnología, construyendo un sistema térmico compartido.
De lo contrario, no podremos usarla porque un requisito clave está que el fabricante del portátil ofrezca un sistema térmico compartido junto con sensores que permitan supervisar las temperaturas de ambos procesadores. Esto pasa por dotar de VRM de alta capacidad, tuberías de calor compartidas o preajustes para que todo vaya perfecto.
No hace falta crear nada a nivel software (perfiles, ajustes, etc.), sino que los drivers de NVIDIA funcionan de forma inteligente y ajustan todo por cada FPS: Dynamic Boost necesita poco tiempo para adaptar un cambio en la carga de trabajo.
Para desactivarla, solo tenéis que hacer lo mismo, pero poniendo la casilla en «Off«. También, recordar que la función Dynamic Boost es una función opcional, por lo que podemos desactivarla. Por último, decir que muchos desactivan G-SYNC cuando activan Dynamic Boost porque pueden surgir fallos o distorsiones indeseables.
Ligeramente, sí, pero no esperéis 20 FPS más en cada videojuego, ya que la diferencia de rendimiento no va más allá del 10%. La clave de Dynamic Boost está en las curvas de voltaje-frecuencia de la CPU y GPU, un tema que va correlacionado con las temperaturas: a mayor voltaje y frecuencia, más calor.
Decir que depende del procesador, GPU y solución térmica que tenga el portátil, pero, generalmente, vemos pequeños aumentos de rendimiento del 5 al 9% como promedio. Por ejemplo, Red Dead Redemption II es un juego en el que se aprovecha bastante NVIDIA Dynamic Boost, viendo aumentos de hasta 10 FPS más.
En juegos como Metro Exodus, Quake o Shadow of The Tomb Raider dicho aumento se nota poco, no superando los 5 FPS adicionales. Aunque NVIDIA no especifica cuándo tiene más impacto Dynamic Boost en el rendimiento, parece que las ganancias están ligadas a cuando un juego hace mucho uso de CPU y GPU.
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