En temas de autonomía nunca hay milagros en los portátiles, y muchas veces nos tenemos que conformar con tiempos mediocres debido a un gran desgaste a causa del tiempo o por un hardware muy potente. Pero siempre podremos intentar en la medida de lo posible mejorar la autonomía del portátil al máximo posible, ¡quizás nos llevemos una sorpresa!
Existen bastantes trucos y consejos para extraer el máximo de autonomía recortando en recursos y conociendo bien el sistema. Aquí van unos cuantos de procedimientos que podemos probar en busca de mejoras.
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Antes de ponernos manos a la obra, es recomendable hacer un paso previo que es el de conocer el estado de nuestra batería. Con esto nos referimos a saber su capacidad máxima, su capacidad de carga actual y los ciclos que ya hemos consumido.
De esta forma podemos saber qué porcentaje de desgaste tiene, y poner los pies en la tierra en cuanto a aspiraciones de autonomía. Todos sabemos que cualquier batería se desgasta con el paso del tiempo, perdiendo capacidad y empeorando su consumo debido a los ciclos de carga.
Windows 10 cuenta con una función mediante comando que nos permite ver una gran información sobre la batería. Pero solamente de aquellas que estén basadas en litio y no sean demasiado antiguas. En cualquier caso, lo descubriremos mientras hacemos el procedimiento.
En primer lugar, debemos abrir el terminal de comandos Windows Power Shell no necesariamente con permisos de administrador. Podremos hacerlo haciendo clic derecho sobre inicio y eligiendo Power Shell.
El comando que debemos utilizar será el siguiente:
powercfg /batteryreport
Ahora el informe de reporte se almacenará en la carpeta de usuario o system32 en caso de la haber ejecutado el comando en modo Administrador. Podremos acceder a él simplemente copiando y pegando la ruta que muestra el terminal de comandos:
C:\Users\<usuario>\battery-report.html
Si nuestro PC es compatible, el informe mostrará bastante información útil. Los dos parámetros más importantes serán Full Charge Capacity y Cycle Count. En el primero se nos muestra la capacidad máxima de la batería actual, que en el ejemplo vemos que ha perdido 4.360 mWh en 78 ciclos de carga. Si continuamos el informe, veremos cómo se ha ido perdiendo la capacidad con el consumo de los ciclos.
Hemos visto antes que mejorar la autonomía del portátil será más complicado cuanto mayor uso tenga su batería, pues con el paso del tiempo va perdiendo capacidad. Realizar una calibración de la batería a veces puede hacer que recuperemos parte de la capacidad perdida o que Windows detecte correctamente la capacidad de la misma.
El procedimiento será muy sencillo:
Tras esto, recomendamos realizar un nuevo informe con powercfg /batteryreport, podría darse el caso de haber recuperado la capacidad perdida debido a que Windows ha reescaneado por completo el ciclo de carga de la batería.
Existen programas capaces de analizar en detalle la duración y consumo de la batería, y sería también recomendable utilizar alguno de ellos para obtener datos más certeros de cómo y por qué se gasta nuestra batería según que programas utilicemos. Algunos de ellos será BatteryMon, BatteryCare o BatteryBar.
La calibración es un proceso que somete a mucho estrés la batería, así que solamente se debe hacer una vez al año. En un uso normal, deberíamos de realizar la carga de la batería cuando esta caiga por debajo del 50 o 40%, y cagarla hasta el 90%. Todo lo que sea tocar los extremos del 0% y el 100% no es nada bueno para su vida útil.
Uno de los apartados más importantes de este tutorial será el de ajustar los parámetros del perfil de energía para mejorar la autonomía del portátil. Windows maneja el consumo y rendimiento de un PC con ayuda de perfiles, en los cuales se establece un porcentaje de uso y rendimiento de cada elemento hardware. Existen perfiles de máximo rendimiento, equilibrado, ahorro e incluso otros personalizados que introduce el propio fabricante.
Dedicarle unos minutos a conocer esto en profundidad será beneficioso para cualquier usuario. Accederemos a los perfiles de energía simplemente pulsando con botón derecho sobre el icono de la batería y eligiendo Opciones de energía.
Dispondremos de una opción para Crear un plan de energía propio. Tras fijar un nombre y los parámetros básicos de apagado de pantalla y suspensión, tendremos un nuevo perfil en el sistema.
A continuación, accederemos a él pinchando en Cambiar la configuración del plan y luego en Cambiar la configuración avanzada de energía. Una vez dentro, habrá bastantes parámetros que poder modificar a nuestro gusto para ahorrar batería. Nos debemos centrar en las opciones “con batería” que son las activas cuando el equipo funcione solamente con su batería.
Dispondremos de un panel extra de configuración si hacemos clic sobre el icono de la batería en la barra de tareas. Aparecerá una barra con la que podremos ir desde un rendimiento máximo a un perfil de máximo ahorro además de lo ya visto en el perfil de energía.
Esto será básico para mejorar la autonomía del portátil, ya que la pantalla es uno de los elementos que más energía consumen debido a la potente retroiluminación que llevan los paneles LCD. Pero también le resolución (cantidad de píxeles) y las pulgadas del panel perjudicarán la autonomía, aunque estos no se pueden controlar de ninguna manera.
Para modificar el brillo de la pantalla simplemente debemos hacer clic derecho sobre el escritorio y entrar en configuración de pantalla.
Será más rápido si hacemos uso del atajo de teclado que siempre tienen los portátiles para gestionar el brillo de forma manual.
Sobra decir que el hecho de modificar la resolución de la pantalla desde Windows no modificará en lo absoluto el consumo, pues físicamente tendremos los mismos píxeles funcionando en pantalla.
La iluminación del teclado o la que tenga el propio portátil si es un diseño gaming, también hará que la batería se consuma antes. Aunque son elementos que consumen apenas unos mWh, todo cuenta, y desactivarlos nos dará algunos minutos extras.
Windows dispone de un modo oscuro que también puede mejorar la autonomía del portátil en caso de que cuente con una pantalla OLED. Este tipo de pantalla generan la imagen con píxeles electroluminiscentes, es decir, no llevan retroiluminación y son los propios píxeles los que generan la luz.
Para activar el modo oscuro debemos hacer clic derecho sobre escritorio > Personalizar > Colores. En esta ventana elegiremos Oscuro en la lista desplegable superior.
¿Y qué pasa con las pantallas TN, VA o IPS? Pues que el modo oscuro no servirá para nada, pues estas pantallas basadas en LCD tienen retroiluminación constante. El panel de píxeles lo que hace realmente es bloquear la luz de esta iluminación trasera, generando de esta forma los colores. En ellas, solamente podremos variar el brillo para mejorar el consumo.
Los periféricos evidentemente también consumen energía de la batería, así que mientras menos tengamos conectados mejor. Especialmente puertos de alta velocidad como USB 3.2 Gen 2 o Thunderbolt utilizan mayor potencia para transferir datos.
Si estos periféricos cuentan con iluminación RGB gaming consumirán aún más energía, así que deberíamos establecer un perfil con luz apagada mientras no usemos el enchufe de corriente. Esto lo haremos desde el software de control que incluye cada periférico.
Contar con un sistema operativo optimizado es una garantía de que nuestro procesador y memoria estén consumiendo menos recursos. Mientras mayor sea la actividad, más potencia eléctrica requerirán los componentes y más consumo existirá.
Una primera evaluación sobre la situación de nuestro portátil será dirigirnos al Administrador de tareas, disponible en el menú desplegable de la barra de tareas o haciendo Ctrl + Mayus + Esc.
En un sistema operativo bien optimizado deberíamos de encontrar una CPU trabajando entre el 5 al 15% de capacidad en caso de no estar haciendo nada. Ordenando los procesos por consumo de CPU podremos identificar aquellos que más energía están consumiendo. Podríamos llevarnos sorpresas e identificar procesos sospechosos o que no están funcionando bien. Lo mismo puede ocurrir con la memoria RAM, la actividad en el disco duro, Tarjeta gráfica o el consumo del Wi-Fi.
Será el momento de desactivar programas inútiles que se cargan en el inicio, los cuales encontraremos en la pestaña de Inicio del Administrador de tareas. También podremos dirigirnos al panel de Configuración y desinstalar aquellos otros que no utilicemos, o que consideremos sospechosos.
Undervolting significa bajar el voltaje de la CPU en busca de un menor consumo de potencia y una mejora de temperaturas. Es por tanto un procedimiento que implica trabajar directamente con parámetros de energía y frecuencia de la CPU, algo que suele imponer respeto a aquellos usuarios sin experiencia.
El undervolting será especialmente útil en portátiles con procesadores de alta potencia, como los Intel Core i5, i7 o i9, o AMD Ryzen, pero se puede practicar en cualquiera. Muchas veces el control de energía de la placa peca de usar un voltaje demasiado elevado en la CPU, haciendo que consuma mucho más y que las temperaturas se disparen hasta los 90oC o más.
Ajustando parámetros como el TDP, el voltaje o la frecuencia, podríamos conseguir disminuir muchísimo las temperaturas. Esto provocaría que se mejorase el rendimiento general incluso trabajando a frecuencias inferiores. Es una práctica clave para mejorar la autonomía de cualquier portátil.
Aunque en algunos casos lo hacemos en componentes de escritorio, el procedimiento será similar en portátiles. En el caso de procesadores Ryzen, debemos utilizar Ryzen Master en portátiles.
Tras haber realizado (o no) un undervolting en el apartado anterior, sería recomendable ocuparnos de ajustar el perfil de refrigeración de nuestro portátil. Los ventiladores son componentes que usan un voltaje de 12V y consumen en torno a los 5W a máximo rendimiento.
Aunque potencialmente es posible hacerlo en cualquier equipo mediante aplicaciones como SpeedFan, recomendamos hacerlo en aquellos portátiles que cuenten con software de control integrado. Por ejemplo, MSI con Dragon Center, Asus con Armoury Crate o Acer con Predator Sense. Será interesante hacerlo en portátiles orientados a gaming o de elevado rendimiento.
Un perfil silencioso será el más recomendable en caso de utilizar el portátil en modo batería, pues el rendimiento del procesador, y por tanto las temperaturas, serán muy inferiores en la mayoría de casos. Especialmente atención debemos tener con portátiles Max-Q, que por tener un sistema de refrigeración mucho más justo sí que puede experimentar altas temperaturas incluso usando solo la batería.
Cuando tenemos equipos que incluyen tanto tarjeta gráfica dedicada como integrada, resultará útil desactivar la tarjeta dedicada para mejorar autonomía del portátil. Para aquellos que no lo sepan, una tarjeta integrada es aquella que está dentro de la propia CPU, por ejemplo, los Intel UHD Graphics o los AMD Radeon Graphics. Por el contrario, una tarjeta dedicada es un chip independiente que cuenta con su propia memoria VRAM, siendo bastante más potente que los gráficos integrados.
Cuando utilizamos solo la batería y no pretendemos jugar ni utilizar aplicaciones 3D exigentes, tirar de gráficos integrados será más que suficiente para trabajar. Apagando la GPU dedicada ahorraremos bastante energía en nuestro equipo.
En caso de que tengamos una GPU Nvidia, debemos abrir el panel de control de Nvidia, situado en la zona derecha de la barra de tareas. Nos debemos situar sobre el apartado Controlar la configuración 3D.
En el apartado de Configuración global desplegaremos la pestaña Procesador de gráficos preferido. Seleccionaremos la opción de Gráficos integrados.
En el caso de tener una tarjeta gráfica dedicada AMD Radeon, haremos un procedimiento similar en el software Radeon Adrenalin, aunque no disponemos de capturas para él. Todos los procesadores Intel para portátiles cuentan con gráficos integrados, y lo mismo ocurre con los procesadores actuales de AMD Ryzen Mobile.
Algunos programas de control propios de marcas como MSI Dragon Center disponen de un switch para activar o desactivar el uso de la tarjeta gráfica dedicada. Podríamos hacer uso de él en caso de que se implemente dicha opción.
Otra forma un poco más extrema de hacer esto es a través de la BIOS, aunque no tiene mucho sentido desaprovechar los gráficos dedicados cuando tengamos la CPU conectada a la corriente.
Una última acción que permitirá mejorar autonomía del portátil será limitar la frecuencia de refresco del monitor del equipo, lo cual permitirá ahorrar unos buenos Vatios si no estamos usando el portátil para juegos.
Este procedimiento tiene más sentido para equipos gaming, cuyas pantallas suelen rondar los 120, 144 y hasta 240 Hz. A veces desde el controlador gráfico de Nvidia es posible hacer esto, pero en la mayoría de ocasiones, la configuración de pantalla no estará disponible, así que debemos hacerlo desde otra vía. El procedimiento será el que sigue:
Accederemos a la Configuración de pantalla desplegando el menú desde el escritorio con botón derecho. Navegamos hacia la sección de pantalla para acceder a la Configuración de pantalla avanzada.
En la nueva ventana, pincharemos sobre la única opción disponible Mostrar las propiedades de adaptador de pantalla 1.
De esta forma se abrirá una nueva ventana de propiedades en la que nos situaremos en la pestaña Monitor.
Finalmente desplegaremos la lista de opciones de frecuencia de refresco y elegiremos una inferior a la actual, en caso de que el monitor opere a una elevada frecuencia. El mínimo recomendable será de 60 Hz, ya que más debajo de esto experimentaremos una imagen entrecortada y cansará la vista.
Estas son las acciones más destacadas y que mejores resultados nos darán a la hora de mejorar la autonomía de un portátil. Como ya mencionamos al principio, no hay milagros en esto de la autonomía, y a veces el margen de mejora es menos del que esperábamos.
Hay que prestar atención a los perfiles de energía y la gestión de hardware que hacen las aplicaciones a veces no es la mejor. No es la primera vez que nos hemos topado con malas optimizaciones para un cierto modelo de portátil drenando la batería más rápido de lo que debería.
También tiene una gran influencia la optimización de BIOS que el fabricante haya hecho. Por esto motivo, siempre que el equipo nos notifique que hay una nueva BIOS disponible, debemos de aceptar para que se instale.
Os dejamos con más tutoriales de interés:
¿Te ha funcionado alguna de estas soluciones? Esperamos que hayas mejorado la autonomía, déjanos un comentario para contarnos que te ha parecido.
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