Es una pregunta que nos hemos hecho todos en alguna ocasión en relación con un equipo antiguo. Vamos a averiguar cuándo es el momento de comprar un ordenador o portátil.
Sabemos que un PC se puede ir actualizando con nuevas piezas, pero esa práctica es más limitada en los portátiles. Sin embargo, dicha causa no tiene por qué ser determinante para sustituir antes un portátil que un PC, ¿o sí? El objeto de este artículo es saber cuándo es el momento de decir adiós a nuestro equipo mediante la detección de ciertos síntomas.
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Como sabéis, las placas base van marcando los tempos en el hardware porque son el componente principal por el que podremos instalar una nueva CPU, más memoria RAM o determinados discos duros. Todo se va quedando obsoleto, lo que nos impide actualizar la CPU, quedarnos atrás en RAM (DDR3 a DDR4; DDR4 a DDR5, etc.), y la placa no soporta SSD M.2.
Llegará un punto en el que no podamos actualizar casi ningún componente porque el socket no es compatible, no sale a cuenta comprar memoria RAM desfasada o no disponemos de PCIe 4.0, por ejemplo. Si necesitamos un equipo potente, vamos a notar el paso del tiempo; no obstante, quienes hacen un uso liviano, es complicado que en 4-5 años se quede desfasado el PC para ellos (si lo cuidan bien).
Decir que esto marca un antes y un después, ya que la placa base es la que más limita todo tipo de actualizaciones vía socket, PCI-Express, chipset y conectividad. Podemos ir más allá y decir que incluso impide disfrutar de SSD externos por no tener USB 3.1 o 3.2, en el caso de tener equipos antiguos.
Incluso, podríamos decir que podemos desaprovechar una caja PC nueva que venga con USB 3.2 en las conexiones frontales y la placa base no tenga los headers compatibles.
Ponemos 2 síntomas en 1 muy frecuentes a la hora de comprar un nuevo portátil u ordenador: el sistema operativo. Es raro que Windows 10 (por ejemplo) no dé cobertura a cierto hardware, pero la cuestión ya no es esa: Windows 11 es mucho más restrictiva con los componentes.
Lógicamente, los requisitos de un S.O de 2015 no son los mismos que otro del 2020. La argucia de instalar un SSD y ver un cambio importante en la experiencia, parece ser que se ha cortado por parte de Microsoft. Ahora tendremos que disponer de una CPU compatible, y más os vale tener una de más allá de 2015.
Así que, al final, lo mejor es que comprar un nuevo ordenador o portátil, siempre y cuándo no sea suficiente con actualizar componentes. Y en términos de software, Windows se ha puesto muy «exquisito», aunque extraoficialmente podamos disfrutar del S.O con hardware «incompatible».
Este síntoma lo vamos a enfocar únicamente a los portátiles antiguos, los cuales tenían unas dimensiones mayores de las que vemos hoy. Puede que a ti, que me estás leyendo, no te afecte porque tu portátil no pesa tanto, pero te aseguro que hay equipos cuya portabilidad supone un entrenamiento de fuerza.
Por poner una fecha, antes de 2014, los equipos solían ser más grandes de lo que hay ahora en el mercado. Todo se traduce en un portátil con hardware antiguo y desfasado que pesa más de 2 KG, ¿merece la pena? Depende:
Salvo que tengáis mucho aprecio a ese equipo, o tengáis la autoestima muy alta, el ver un equipo con una pantalla sin marcos, un aspecto brillante y un peso pluma otorgando un rendimiento brutal, os hará cambiar de opinión.
Con todas las opciones que hay en el mercado, carece de sentido tener un portátil obsoleto que pese como un ladrillo y que su potencia sea deprimente para la década de 2020. Así que, este es un factor decisivo de cara a cuándo comprar un ordenador o portátil.
Una de las causas que más nos llevan a comprar un portátil u ordenador nuevo, son los costes de reparación fuera de garantía. Normalmente, el elemento más dañado suele ser la pantalla, cuya reparación en Apple es una atrocidad. Aunque he de decir una cosa: la reparación de una pantalla de un equipo de gama alta conlleva un precio alto en cualquier marca.
Sin ánimo de entrar en comparaciones de costes, la gente piensa, ¡si por 500€ me compro un portátil nuevo! Y se lo compra. Este es un síntoma que nos empuja a comprar PCs premontados, como portátiles nuevos. Puede que estemos cometiendo un error, sobre todo si tenemos las expectativas altas.
Si venimos de un portátil de 1000-1500€ y se rompe la pantalla, muchos os lanzaréis a compraros un portátil de 500-600€ que vaya bien. Sin embargo, estaremos jugando en ligas completamente distintas, así que lo dejamos anotado para que quede en acta.
Quizás, no tan potente como el que ya tenemos, pero existe esa «intranquilidad» y nos preguntamos, ¿y si no lo arreglan bien y no para de dar problemas? Quizás, esta última reflexión es la que más empuja a los compradores para hacerse con un equipo nuevo.
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Seamos sinceros: la gente no suele hacer un buen mantenimiento de sus equipos, ni sabe cómo abrir un PC para limpiarlo. De hecho, tienen más pánico a hacerlo que otra cosa por «si tocan algo y lo rompen». Pues, imaginad si se trata de un portátil, que para desmontarlo existen más complicaciones que en un sobremesa.
Al final, ¿qué ocurre? El famoso efecto en cadena:
Es cierto que hay que portátiles nuevos cuyos ventiladores no son muy buenos, por lo que el ruido será mayor de entrada. Pero este factor es otro muy distinto: hay que saber elegir e informarse bien antes de comprar.
Puede que algunos no lo creáis, pero hay personas que han decidido comprar un portátil u ordenador nuevo por este motivo; es más, el rendimiento del portátil no era malo, sino bastante aceptable, y es que se le puede dar una segunda vida con una actualización de disco duro a SSD.
Esta razón afecta más a los portátiles y ordenadores AIO que a los sobremesa como tal, ya que se refiere a la pantalla o monitor. El mundo de los paneles avanza rapidísimo: hace unos años era imposible ver un panel IPS con 144 Hz y 1 ms; ahora, no solo existen, sino que traen certificaciones HDR, TÜV Rheinland, etc.
Pensad que, en 2015, te podías gastar 500-600€ en un portátil y la resolución con la que venía era HD (720p), ¡ y dando gracias! Para conseguir un portátil con buena memoria RAM (8GB o más), un Core i5 (que era el chip medio), una GPU discreta (la famosa gama MX de NVIDIA) y una pantalla 1080p, tenías que gastarte más de 800€, salvo alguna oferta puntual.
Es importante el hecho de que muchas pantallas actuales sean táctiles, lo que da más versatilidad al usuario. Por no hablar de los convertibles 2 en 1.
Así que, personalmente, me parece sabia la decisión de cambiar un equipo por la calidad de imagen de la pantalla porque puede llegar a ser insufrible: poca capacidad de multitarea, reflejos indeseables, etc.
Tras los sucesivos ciclos de carga, la batería va perdiendo capacidad, lo que se transforma en menos autonomía. Esto pasa en todos los portátiles, y es que es posible ralentizar este proceso, pero no se puede detener. Al final, una batería de 5 años va a ofrecer una autonomía muy diferente a la inicial.
En mi caso, tengo un portátil ASUS de 2015 cuya autonomía actual es de unas 5 horas siendo optimistas y con un perfil de ahorro de batería. Quien necesite, como mínimo, 6 horas de autonomía diarias… no creo que pueda funcionar bien con un portátil más antiguo.
Dicho esto, tenemos la opción de sustituir la batería por una nueva, aunque es una opción limitada porque no hay stock para todos los modelos de portátil. La cosa cambia con Apple, viendo muchas en venta en eBay o plataformas similares.
Si la conectividad es importante para ti… tendrás que cambiar de portátil tarde o pronto. Es cierto que no hay necesidad de cambiar Thunderbolt 3 por Thunderbolt 4 por las pocas mejoras que ofrece. Sin embargo, de USB 3.0 convencional a 3.2 Gen2 hay un cambio considerable.
Ponemos este síntoma por el que comprar un nuevo ordenador o portátil, pero sabemos que no es una causa definitiva o común. Digamos que es más interesante para aquellos profesionales que trabajen transmitiendo datos continuamente.
Por otro lado, hay muchos portátiles antiguos que carecen de HDMI (muy, muy antiguo) o DisplayPort, por lo que no hay que ser necesariamente profesionales para querer gozar de estas conexiones.
Desde 2022, hemos visto que muchos fabricantes han apostado por USB4 y Thunderbolt 4 (en el caso de Intel), por no hablar de que HDMI 2.1 y DisplayPort 2.0 (con menos sentido) también están apareciendo en los portátiles de alta gama.
Es cierto que la mayoría de personas no requieren de USB4 o Thunderbolt 4 como conexiones universales, pero es un valor añadido para el portátil y dentro de 5 años sí que tendrán mucho peso. Por tanto, si te preguntas cuándo comprar un ordenador portátil nuevo… la conectividad va a ser clave.
Los problemas crecen con el paso del tiempo: pantallazos azules, congelamientos, virus, ralentizaciones, errores inexplicables, fallos en la detección de componentes, touchpad errático, problemas en el teclado, etc. Puede que no te veas salpicado por ellos: enhorabuena, «sigues en el juego».
No obstante, hay muchos equipos que dan problemas, incluso desde el inicio. Esto agota la paciencia de muchas personas, que dejan de llevarlo al SAT para comprarse uno nuevo. Este suele ser uno de los momentos claves por los que las personas determinan cuándo comprar un ordenador nuevo.
Aunque todo depende del mantenimiento y del modelo, podemos dar una duración aproximada: a partir de 5 años la cuesta se inclina mucho. Podríamos decir que un portátil u ordenador con más de 7 años es un equipo viejo; más aún, si no se le ha cambiado ninguna pieza.
Si lo pensamos con perspectiva, hace 7 años salían la 6ª generación de procesadores Intel (Skylake-S) de 14nm, los cuales venían con 4 núcleos (versiones H) y 2 núcleos las versiones de bajo consumo (modelos terminados en U). Incluso el i7-6700K tenía 4 núcleos y 8 hilos, así que la obsolescencia es brutal.
Ahora, un equipo que no tenga 8 GB de memoria RAM (si vas a hacer un uso liviano) como mínimo, está limitado en cuanto a multitarea. Más aún, si el procesador no tiene 4 núcleos o más, siendo más recomendable partir de los 6 núcleos.
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Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, podéis comentar abajo y os responderemos en breve.
¿Para vosotros cuándo es hora de comprar un ordenador? ¿Qué fue lo qué os empujo a comprar uno nuevo?
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