▷ Componentes de PC: los más importantes y cuál es su prioridad 🥇

En esta ocasión, nos enfocamos a ver qué componentes de PC son más importantes de cara a un equipo ¿Procesador, tarjeta gráfica, SSD o placa base?. Para ello, te damos nuestros motivos.

Cualquiera se ha abrumado cuando ha comenzado a meterse en el mundo de los componentes de PC, ya que hay un sinfín de variables que tener en cuenta. Por ello, creemos que este espacio puede ser útil para aquellos que estén intentando averiguar qué prioridad dar a cada componente, bien porque estén configurando uno, o por mera curiosidad.

Índice de contenidos

Placa base: todo el equipo gira en torno a ella

Creemos que la placa base es uno de los 3 componentes más importantes en todo PC, ¿por qué? Básicamente, porque la configuración de los componentes que vamos a utilizar va a girar en torno a la placa base por los siguientes motivos:

Socket, de nada sirve tener el mejor procesador si no es compatible.
Chipset, súper importante de cara a exprimir más o menos cada componente (overclock, refrigeración, VRMs), como a la hora de tener una mayor compatibilidad con futuros procesadores.
Slots de memoria RAM, pasa igual que con la CPU: da igual que tus módulos puedan funcionar a 5000 MHz, si la placa no soporta dicha frecuencia, no disfrutarás de todas sus capacidades.
PCIe 4.0, especialmente si vais a usar un SSD NVMe PCIe 4.0 (como el Samsung 980 Pro), permite unas velocidades
AMD CrossFire o NVIDIA SLI, esto va a correlación de la elección del chipset: no podrás hacer funcionar 2 GPUs simultáneamente si la placa no lo soporta.
VRMs, el overclock de tu CPU puede tener como límite la refrigeración de la placa, y unos buenos VRMs amplían esos límites.
Puertos y conexiones, especialmente si queremos usar los últimos estándares de USB.
Factor de forma, no podremos instalar una placa ATX o EATX en una caja más pequeña. Además, esto determinará cuántos slots RAM tendremos, así como el disipador que instalemos.
Tecnologías de iluminación (opcional), puede ser útil de cara a una iluminación de la caja personalizada y sincronizada.

Al fin y al cabo, la placa base viene a ser la centralita del PC, el lugar donde todos los componentes se comunican e interconectan. Por estos motivos, consideramos que es el componente PC más importante, ya que es la base de la casa.

CPU o procesador, el cerebro del PC

El procesador es el encargado de procesar toda la información, de ejecutar órdenes y dependerá (en gran parte) de él la experiencia de usuario que queramos tener. Si abriésemos la tapa del procesador (IHS), veríamos el DIE del mismo, que es una superficie negra que sale del sustrato (la parte verde).

Dentro de él, se encuentran (generalmente) los núcleos, el controlador de memoria y la memoria caché. En las noticias ponemos tanta atención en la litografía (expresada en nm) porque trae consigo un aumento de rendimiento y un consumo más bajo, lo que es importante.

Es importante conocer los diferentes procesadores existentes en el mercado, pero especialmente saber cuándo necesitaremos más núcleos o hilos. Haciendo referencia a las configuraciones más habituales, os mostramos la utilidad de cada una:

4 núcleos y 8 hilos. CPU perfecta para tareas livianas (ofimática, navegación, etc.), como para un uso de videojuegos no tan exigente. Se identifican como chips de gama baja de escritorio, aunque es común encontrar CPUs de 2 núcleos en portátiles (nos servirán para los mismos fines).
6 núcleos y 12 hilos. Representa a la gama media de procesadores (Ryzen 5 e i5) y nos da un uso versátil. Son perfectos para jugar a videojuegos y para alguna tarea pesada que se salga de lo común (renderizar o descomprimir grandes volúmenes de datos, por ejemplo).
8 núcleos y 16 hilos. Entramos en la gama alta de procesadores (Ryzen 7, Intel Core i7 y algunos i9), la cual está enfocada para uso profesional y gaming exigente. En el caso de los videojuegos, no es que se aprovechen 8 núcleos, sino que suelen tener una frecuencia más alta que la gama media, lo que aumenta el rendimiento single-core.
10 núcleos o más. Nos metemos en las gamas entusiastas, cuyos procesadores vienen preparados para «poder con todo»: máquinas virtuales, cloud, herramientas profesionales pesadas o un uso entusiasta. Es la gama más alta, ya que la siguiente sería meternos en procesadores para centros de datos y servidores (Xeon, i9X, Threadripper o EPYC).

A mayor núcleos e hilos, mayor capacidad de multitarea tiene el procesador. Nos interesará tener más núcleos e hilos cuando utilicemos aplicaciones en las que se aprovechan éstos, pero en los videojuegos no siempre suele ser así. Por este motivo, podemos ver un i9 sacar los mismos FPS que un i7 en un videojuego.

Por último, la frecuencia suele ser un gran indicador sobre el rendimiento del procesador, pero la arquitectura tiene un papel importante a la hora de determinar un rendimiento final. Nosotros aconsejamos ver reviews de los procesadores en los que estéis interesados antes de comprarlos porque la ficha técnica no nos asegura el mejor procesador. Eso sí, una buena interpretación de ésta nos ayudará bastante a la hora de escoger uno u otro.

Si os fijáis bien, los procesadores de alto rendimiento son los que más frecuencia tienen, las cuales sobrepasan los 4.5 GHz en AMD y los 5.0 GHz en Intel. Respecto a los 5.0 GHz, cuidado con ellos: nos interesa alcanzar esta frecuencia en todos los núcleos, no solo en uno de ellos. También es cierto que, aunque solo un par de núcleos consigan sobrepasar los 5.0 GHz, esto dará un aumento de FPS en videojuegos.

Memoria RAM, necesaria para una buena experiencia

La memoria RAM es completamente necesaria para tener una experiencia del sistema operativo fluida, por lo que no nos servirá tener un buen procesador si tenemos poca memoria RAM. Si experimentas lentitud a la hora de navegar con Google Chrome, o a la hora de trabajar con varias herramientas a la vez… analiza tu memoria RAM.

Es uno de los componentes de PC más importantes: sin ella no podrás hacer funcionar el PC. El sistema operativo trabaja con memoria RAM, así como el procesador suele incorporar un controlador de memoria dentro del DIE.

Pensad que la memoria RAM tiene que cargar las instrucciones que se ejecutan desde la CPU. Básicamente, se guarda toda la información (instrucciones y datos) de los programas en ejecución, las cuales se envían desde el disco duro o SSD (donde están instalados los programas).

Sin ánimo de meternos mucho en ella (porque cada componente tiene un sinfín de detalles), hay que observar lo siguiente:

Frecuencia (MHz), que sea lo más alta posible y que esté soportada por la placa base.
Capacidad (GB), personalmente recomiendo 8 GB para un uso muy liviano, pero en cuanto ponemos a funcionar Google Chrome con más programas necesitamos 16 GB.
Latencia (CL), intentad que sea lo más baja posible.
Dual Channel, mejor el rendimiento en doble canal que en uno solo (Single Channel), por ello compra 2 módulos en vez de 1.
Tipo (DDR), elegid la que sea compatible con la placa, pero os desaconsejo DDR3 porque DDR4 se va a quedar desfasada, así que imaginadlo.

Disco duro y / o SSD, el baúl donde almacenar todo

Tengo que decir que la expresión «disco duro» desaparecerá con el tiempo, pero se sigue usando aunque la mayoría usemos SSD. Este es uno de los componentes de PC que más ha evolucionado en menos tiempo.

A principio de siglo, seguíamos con los discos duros mecánicos, pero antes de empezar la primera década aparecían los SSD. Igualmente, hacían uso de la interfaz SATA III que venían utilizando los HDD, aunque con unas velocidades de lectura y escritura 4 veces más rápidas.

Parece que el futuro se inclina por los SSD M.2 SATA y NVMe, los cuales se conectan a la placa base directamente, haciendo uso de la interfaz PCIe. Tienen diversos factores de forma (más pequeños y más grandes), los cuales cobran interés cuando vamos a usarlo en un PC de escritorio o en un portátil.

Podríamos decir que es el 4º componente más importante del PC porque no podemos ejecutar nada (salvo BIOS o UEFI) sin disco duro.

Tarjeta gráfica, los ojos de nuestro PC

Comúnmente, nos referimos a la tarjeta gráfica como un componente por separado, pero puede estar en el interior de un procesador (llamada iGPU, gráficos integrados), el cual recibe el nombre de APU en AMD, por ejemplo.

Nada tiene sentido en nuestro PC si no vemos qué ocurre, qué operaciones se están ejecutando o no podemos hacer nada porque, en definitiva, no tenemos vídeo. Por tanto, la GPU (Graphics Processing Unit) es considerada como los ojos del equipo, pero tiene muchas más funciones que dar vídeo a lo que ocurre.

Es uno de los componentes de PC más sofisticados que existen, de ahí su precio. Tanto el sector profesional, como el personal, demandan este producto muchísimo para finalidades como:

Centros de datos.
IA y Machine Learning.
Renderizado 3D.
Dar salida de vídeo a múltiples monitores o paneles.
Gaming, en toda su extensión (incluidos los programas de GPUOpen o NVIDIA GameWorks).
Investigación.

Yéndonos fuera del sector profesional, los usuarios acuden a las tarjetas gráficas porque son el componente que más impacto tienen en los FPS del videojuego. De ahí que se genere el cuello de botella en equipos descompensados, donde la CPU es poco potente en comparación con la GPU, o viceversa.

El utilizar una GPU potente nos ofrecerá la posibilidad de renderizar más rápido modelos 3D, como, también, conseguir más FPS en un videojuego concreto. Además, con la aparición del Ray Tracing en los videojuegos, muchos usuarios se lanzan a intentar conseguir una AMD RX 6000 o una NVIDIA RTX 3000.

Fuente de alimentación

Para terminar, queremos poner un componente que es vital para el PC, pero, injustamente, no tiene la importancia para muchos usuarios: la fuente de alimentación. Todo lo anterior no sirve de nada si no hay energía en el circuito, y este componente es clave para lograr que todas las piezas den el máximo rendimiento.

¿Por qué decimos máximo rendimiento? Porque todo tiene un coste. No nos vale cualquier fuente de alimentación, sino que debemos instalar una que cubra las necesidades eléctricas de cada componente; de lo contrario, la insuficiencia de energía hará que ese componente no dé el máximo rendimiento.

Además, como propietarios o arrendatarios de una vivienda, nos interesa que la factura de la luz sea lo más baja posible, y aquí tiene especial relevancia la certificación energética. Existen calculadoras de fuentes de alimentación mediante las cuales ponemos los componentes que usamos y nos hacen un cálculo aproximado de la energía que necesitamos: 400 W, 500 W, 600 W, etc.

No obstante, no las recomendamos mucho porque el PC consume diferentes vatios en distintas situaciones. En carga, un procesador potente puede llegar a consumir 250 W perfectamente, mientras que en reposo solo consume 70 W. Lo mismo ocurre en las tarjetas gráficas, y, para cercioraros de ello, echad un vistazo a nuestras reviews para verlo más visual.

La certificación energética está relacionada con la eficiencia de la fuente, es decir: cuánto tiene que consumir la fuente de alimentación para dar «X» vatios al PC. Para ello, haced uso de esta tabla con el objetivo de ver qué eficiencia ofrece cada certificación.