La mítica serie de teclados Blackwidow de Razer lleva desde 2014 en el mercado. Con millones de unidades vendidas, es quizás la gama más conocida del mundo de los teclados gaming. En esta ocasión, tenemos el placer de analizar el nuevo Razer Blackwidow V3 Tenkeyless.
Se trata de un teclado RGB que, como su nombre indica, lleva una disposición que carece de teclado numérico para ser más compacto. La gran duda está en si ofrecerá lo suficiente como para posicionarse como una opción interesante. ¡Veámoslo!
Agradecemos la confianza a Razer por enviar este producto para su análisis.
Comenzamos como siempre haciendo un unboxing de nuestro protagonista, en una caja muy distintiva de Razer, y adecuadamente protegido por dentro.
Dentro de la caja encontramos un total de 0 sorpresas: tenemos el teclado Blackwidow, como decimos bien protegidito, y un par de papeles informativos. No hay más, aunque era de esperar.
Lo primero que vamos a ver es la línea de diseño de este nuevo teclado. Como podemos apreciar, se mantiene básicamente en la línea de lo que esperamos de un Blackwidow: una combinación de una elegancia refinada con un ligerísimo toque gaming distintivo de Razer.
Esta versión del Razer Blackwidow V3, como bien indica su nombre, usa un formato Tenkeyless. Esto quiere decir que tenemos absolutamente todas las teclas menos la parte numérica. También significa que no perdemos las teclas de flecha, de función, ni las auxiliares de paginación/suprimir/etc. Solo perdemos la parte del teclado numérico.
Cada vez más usuarios prefieren este estilo debido a que deja mucho más espacio en la mesa, ya sea para poner cosas o mover el ratón. Personalmente no uso teclados completos y me he acostumbrado a usar los números en su parte superior.
El tamaño de este teclado es de 36cm de largo, 15cm de ancho y una altura que llega hasta los 2.4cm en la parte más elevada (pero sin levantar los pies del teclado). En este sentido podemos decir que objetivamente se ajusta a lo esperable en un teclado tenkeyless. Es decir, que es bastante más compacto que una opción con teclado numérico, pero sin llegar a los extraordinarios valores de un 65% o 60%.
Veamos lo que nos ofrece el software Razer Synapse en este teclado y hasta qué punto nos deja configurar su RGB.
Lo primero que nos muestra el programa es un panel que permite configurar las acciones de todas y cada una de las teclas, sea esta la que sea, de tal manera que podemos gestionar hasta 4 perfiles dentro de la propia memoria del teclado.
¿Menuda cantidad de efectos, no? Pues esto no es todo, ya que tenemos acceso a Chroma Studio, un panel adicional de Razer que nos permite crear nuestros efectos de cero, y lo que quizás es más interesante: importar efectos hechos por los demás con distintas temáticas.
Esto tiene un potencial sencillamente inmenso, pues no solo nos abre la puerta a una creación verdaderamente personalizada, sino que entre lo ya subido hay opciones excelentes.
Esto se combina con una buena calidad de los LEDs en cuanto a su reproducción de color. Respecto a su brillo, es el justo y necesario. No es excesivo a oscuras, de forma que no tenemos un «glow excesivo» que «canibaliza» lo importante, que es la iluminación de la letra en sí. Cuando está bajo una luz, obviamente será tenue si hay demasiada, pero en un uso normal las luces también se hacen notar.
En todo caso, si pensamos en todo el ecosistema de Razer Chroma, llegamos a la conclusión de que los amantes de los LEDs tendrán para rato con este teclado: posibilidades, una respuesta interesante y precisa…
Veamos ahora las claves de la calidad del teclado.
El cuerpo principal del teclado está construido en plástico ABS, mientras que la placa frontal donde pulsaremos nuestras teclas es de aluminio. En este sentido, deja buenas sensaciones, no tenemos quejas sobre su construcción y su estabilidad estructural, y está claramente por encima de algunos predecesores como el Blackwidow 2019 que analizamos en la web.
Como ya sabéis, el teclado carece de reposamuñecas. Esto puede ser un punto negativo o indiferente en función de a quién se le pregunte. Personalmente, llevo años con teclados sin reposamuñecas y no me parece algo necesario, pero quienes sí lo requieran deberían tenerlo en cuenta.
Las patas se pueden elevar en dos posiciones distintas, y no simplemente una.
El cable usa una goma estándar como material, siendo bastante grueso y relativamente rígido. Desde luego no es un aspecto en el que destaque precisamente, echamos en falta un cable más manejable.
Afortunadamente, la parte inferior del teclado está bien diseñada para que podamos pasar el cableado por los lados en vez de tener que hacerlo por la parte delantera. Lo que no nos ha resultado tan interesante ha sido el hecho de que no es un cable extraíble. Esto es un punto en contra para quien tenga que retirar el teclado temporalmente de la mesa con frecuencia.
Como podéis apreciar, este teclado hace uso de los míticos interruptores verdes de la compañía, los Razer Green. Estos son switches con una muy larga historia: sus primeras versiones estaban fabricadas por Kailh y su reputación no era excesivamente buena. Ahora, si bien Kailh ya ha evolucionado como compañía y ofrece algunos de los mejores switches que hay (Kailh Box), los interruptores Razer Green tienen otro fabricante.
Desde hace unos pocos años, Greetech es el fabricante de los interruptores mecánicos de Razer (Green / Yellow / Orange). Con este cambio de fabricante llegó un gran aumento en la durabilidad de los interruptores y su calidad, que los ha dejado con una excelente reputación.
Pues bien, estos Razer Green son interruptores clicky, por lo que no solo tenemos una respuesta táctil al teclearlos sino que además tienen el característico sonido de click con el que todos suelen asociar a un teclado mecánico.
Las demás especificaciones del switch son las siguientes:
También habéis podido apreciar que en esta ocasión no estamos ante unos emergentes switches ópticos, sino los mecánicos tradicionales.
Este teclado hace uso de unos keycaps ABS double-shot estándar. Razer no ha apostado por opciones PBT mucho más caras de fabricar, y se suma a las demás grandes marcas en esta tendencia. Echando una mirada comparativa al resto del mercado, la verdad es que no podíamos pedir esto por su precio, pero no deja de ser un aspecto que apenas sorprende. Las keycaps son cómodas, dejan una buena experiencia, pero evidentemente no se llevarán muy bien con las manos oleosas o sudorosas a largo plazo.
Aclarar que arriba no queremos decir que específicamente tengan que usar keycaps PBT, ya que de hecho muchísimos entusiastas prefieren el ABS por su resistencia. No deja de ser cierto que estas son keycaps bastante normalitas. También os recordamos que se puede comprar un kit PBT propio de Razer por unos 30 euros.
En las teclas más largas, como pueden ser la del espacio, enter, shift derecho y muchas otras, no basta con tener un interruptor. También hace falta instalarles estabilizadores, que son básicamente una estructura complementaria al switch que permiten que el tecleo sea lo más uniforme posible sin depender del lado desde el que estamos tecleando. Por ejemplo, sin estabilizadores solo se podría pulsar el espacio desde el centro, sería muy difícil hacerlo a los lados.
Pues bien, según el fabricante y modelo del teclado podemos encontrar diversos tipos de estabilizadores. Los más comunes son los de estilo Cherry y estilo Costar. En el caso de Razer, sus teclados tienen su estilo propio de estabilizador. ¿Qué tal es su calidad?
Lo primero que hay que decir sobre estos estabilizadores, y también sobre las keycaps, es que son muy duros de extraer. Esto son buenas noticias pues significa que el teclado está hecho para que no se salgan las teclas bajo ningún concepto. Os sorprenderá, pero es algo que nos ha ocurrido con teclados más caros.
Lo segundo, y lo que es más determinante para analizar la calidad de los estabilizadores, es su efecto de «wobbling», es decir, cuánto se mueven al agitarlos, además de la uniformidad con la que se teclea desde cada extremo.
En este sentido, los estabilizadores de Razer no destacan especialmente, pero se encuentran en la línea de la mayoría de teclados de este rango, obviando opciones custom para entusiastas donde la estabilización suele tenerse más en cuenta.
Tal y como esperábamos, los switches Razer Green tienen una presencia táctil bastante notable que será placentera para muchos usuarios. Por desgracia, no hay manera de determinar qué es lo que más le gusta a cada uno, es algo que depende muchísimo de la persona y no se puede afirmar que un switch sea mejor que otro.
De todas formas, dentro del rango de los interruptores «clicky» los Razer Green están consolidados como una muy buena opción. A la presencia de su parte táctil se le combina la suavidad de las partes lineales, y una sensación libre de «rasposidad».
Os dejamos ahora con una prueba de sonido del teclado para que podáis escuchar en todo su esplendor cómo suena el golpeo de los interruptores clicky con la placa de aluminio del teclado:
Condiciones de la prueba: Test 10fastfingers con el teclado a un palmo del micrófono Behringer XM8500 e interfaz UMC22, volumen al 70-80%.
Ya podéis apreciar perfectamente el potente sonido de los switches clicky, que nuevamente es una cuestión de gustos y suscita tantos fans como detractores. No solo es muy personal la sensación que deja este fuerte ruido, sino también la idoneidad de usarlo en distintos casos. Hay gente que lleva teclados Blue a sus oficinas, tiene gente durmiendo al lado mientras los usa, etc. Pero muchos sostienen todo lo contrario, que su ruido es excesivo para ese tipo de entornos.
Y respecto a la experiencia de tecleo en sí, después de haber escrito toda esta review con el teclado podemos decir que quedamos extremadamente satisfechos con su funcionamiento, como no podía ser de otra forma. Evidentemente, ya os explicamos que la idoneidad de los switches Green depende de la persona, pero desde luego no nos van dar ningún tipo de problema, ni dobles tecleos, ni ghosting, ni nada por el estilo.
Dicho esto, vamos a recapitular.
Razer sigue avanzando en su línea de teclados con el nuevo Blackwidow V3 Tenkeyless. Esta apuesta le hace justicia a una serie tan icónica: los Blackwidow fueron prácticamente los primeros teclados mecánicos gaming y su edición V3 presta una digna evolución.
Con una buena construcción marcada por su placa de aluminio, y los conocidísimos interruptores mecánicos Razer Green, este teclado está hecho para dejar una muy buena experiencia tanto en la escritura como en el gaming. No esperábamos decepciones en este sentido, y no las hemos tenido.
Lo que más sorprende de este teclado es sin duda su sistema de iluminación, Razer lleva años apostando por su ecosistema Chroma, con el que no solo tendremos una amplia compatibilidad con otros dispositivos sino que además las posibilidades de personalización son prácticamente infinitas, una buena parte de la review se dedica a hablar del RGB y no es precisamente en vano. Para quien tenga un especial aprecio por esto, el Blackwidow V3 Tenkeyless es una gran opción.
Te recomendamos la lectura de nuestra guía de mejores teclados del mercado.
Este Razer Blackwidow V3 Tenkeyless tiene un precio recomendado de 109.99 euros. Es un precio que va en la línea de prácticamente todos sus competidores, por lo que es ideal para quienes aprecien la exclusividad de los switches Razer Green o las posibilidades del sistema Chroma.
Este no es un teclado que se acerque a las opciones custom y de entusiastas en sus estabilizadores, ni que tenga keycaps tope de gama, pero dentro del mundo en el que compite está muy bien situado y no tiene nada que envidiar a las opciones de otras grandes marcas.
El equipo de Profesional Review le otorga la medalla de oro y producto recomendado:
CHIEFTEC acaba de presentar dos nuevas cajas para PC, Visio y Visio Air con un…
Asus ZenWiFi BT8 es un sistema Mesh Wi-Fi 7 el cual se sitúa por debajo…
Qualcomm anuncia nuevos SoC Snapdragon X, pero no se trata de una nueva generación, sino…