La mayoría de memorias RAM ‘gaming’ cuenta con un disipador de aluminio que, para muchos, es un requisito fundamental. ¿Pero realmente hace falta comprar módulos de RAM con uno? En este artículo lo analizaremos. ¡Vamos allá!
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Primero de todo tenemos que explicar cómo es, más o menos, la anatomía interna de un módulo de RAM. Hay varios tipos de módulos, de hecho tenemos un artículo en el que detallamos los distintos encapsulados y tipos de memoria RAM. En un ordenador de sobremesa normal y corriente, lo que usaremos serán módulos de tipo DIMM.
Básicamente, estas tarjetitas están protagonizadas por una serie de chips de memoria, situados a ambos lados de la placa de circuito impreso (PCB) del DIMM, y luego no hay más que pequeños componentes electrónicos como condensadores SMD que mejoran la integridad de la señal y la calidad de la alimentación. Esto se aplica para las memorias DIMM Unbuffered, luego hay otros tipos de DIMM que sí incluyen chips destinados a otros propósitos pero no los podremos encontrar en un PC doméstico.
Pues bien, es común que encontremos en el mercado memorias con un disipador ahí por dos motivos:
La cuestión que intentaremos responder es la siguiente: ¿hasta qué punto tiene importancia la disipación en la correcta refrigeración de unas memorias RAM? ¿O simplemente están ahí por estética?
Por desgracia, no hay tests en la Red que comparen de una manera lo suficientemente fiable un mismo módulo de memoria con y sin disipador. En la mayoría de casos, hacen pruebas entre modelos totalmente distintos que evidentemente no son comparables. El que quizás sea un recurso bastante bueno es un artículo de Tom’s Hardware que analiza el consumo de las RAM DDR4.
En él, encontramos dos resultados interesantes:
Esta es una información que hay que interpretar: en los tres casos, las memorias funcionaban a un voltaje de 1.2V, pero a distintas velocidades (de 2133 a 2800). Esto deja bastante claro que el voltaje y la capacidad serán lo que influirán en el consumo de unas RAM y su temperatura. Resulta obvio que a estos 1.2V parece que un disipador no es estrictamente necesario para tener los chips de memoria a una temperatura razonable.
El quid de la cuestión está en que, independientemente de si el disipador es importante para las temperaturas o no, las RAM que no llevan disipador suelen ser peores que los demás modelos. Y diréis: ¿por qué, si se encuentran RAMs de 3000MHz o incluso más sin disipador? Por desgracia, no es un tema tan sencillo. Vamos a explicarlo.
Lo primero que debéis comprender es que, si bien hay muchos fabricantes de módulos de RAM (Corsair, G.Skill, Crucial, Kingston…) hoy en día el 99% de chips de RAM están hechos por solo 3 fabricantes. Es decir, que compres lo que compres tendrás un chip de 1 de 3 fabricantes.
Estos son SK Hynix, Micron y Samsung (había otras como Nanya, que fue absorbida por Micron). Es decir, que da igual que tu marca de RAM sea Corsair, Kingston, G.Skill, Team Group, en el sentido de que compres la que compres los chips serán de uno de esos fabricantes. El caso particular sería el de Crucial, ya que es una marca propia de Micron, pero llegaron a tener algunos kits de memoria con chips que no eran suyos, como fueron algunos modelos concretos de Crucial Ballistix Elite (por ejemplo BLE2C8G4D36AEEAK) que llevaban chips Samsung.
Pues bien, dentro de este contexto debemos tener en cuenta que cada uno de esos 3 fabricantes tiene diversas “familias” de chips. Unas serán mejores y llegarán a mejores frecuencias y timings, y otras no. Por ejemplo, dentro de la línea de SK Hynix encontramos por una banda las familias AFR y MFR, muy mediocres en sus capacidades de OC, y por otra las CJR y DJR que dan resultados excelentes.
Una vez explicado esto, dejamos alto y claro un dato que es tremendamente sabido en el mundo del OC de memorias:
Las memorias RAM más baratas, sin disipador, suelen llevar las peores familias de chips.
Vale, ya hemos llegado a una importante conclusión: las RAMs DDR4 sin disipador, aunque anuncien velocidades rápidas, suelen llevar las peores familias de chips. Pero no es todo, hay algo más a tener en cuenta. En el mundo de la fabricación de chips para PC, puede haber grandes disparidades entre unidades del mismo modelo, en cuanto a sus capacidades de subir su velocidad. Es lo conocido como la “lotería del silicio”, que tanto conocemos en CPU o GPU (según lo que nos toque hará más o menos overclock).
En las memorias RAM ocurre lo mismo. Por ello, los chips de memoria pasan un proceso de binning, en el que los peores chips se descartan para los módulos de RAM más caros. ¿A dónde van, a la basura? No, van a estos modelos básicos sin disipador.
Por ello, queda más que claro que, independientemente de si se necesitan o no por su temperatura, las memorias RAM con disipador son una opción muchísimo mejor que las RAM sin él.
Lo que os hemos explicado arriba se orienta al mercado de memorias de consumidor. Es decir, lo que podemos comprar por piezas para un PC doméstico. Ahí es donde se aplica el criterio que hemos explicado. Y es que se trata de una cuestión de mercado y no un problema inherente a cualquier RAM sin disipador.
Esto lo decimos porque, en el mercado de los servidores, abundan las memorias RAM sin ningún tipo de disipador, y no por ello son malas (de hecho, son las más caras de conseguir). La clave está en que estas RAM están muchísimo más enfocadas a la fiabilidad que a la velocidad:
Como estas memorias no se van a overclockear ni vienen a voltajes excesivamente altos, un disipador es algo totalmente innecesario. Además, tened en cuenta que en los servidores suele haber un gran flujo de aire con configuraciones de refrigeración bastante ambiciosas. Esto es lo que hace posible, por ejemplo, que haya gráficas para servidores de muy alto consumo totalmente pasivas, como la nueva NVIDIA A40.
Antes, os indicamos que la clave en el aumento de temperaturas de una RAM estaba en el voltaje. Ahora, ampliamos la información tratando la relación entre la temperatura de las RAM y su estabilidad. Todos los overclockers de memoria saben que mantener una temperatura razonable en las memorias es fundamental para asegurar su estabilidad. Es algo que no tiene que ver con las CPU, por ejemplo, donde no habrá problemas mientras estén por debajo de unos máximos.
En las RAM, en cambio, se puede depender de la temperatura hasta el punto de que superar un valor concreto puede dar lugar a inestabilidades y pantallazos azules. En la práctica, no es algo común en un PC normal con unas RAM que no sean demasiado veloces, pero en lo que se refiere al overclocking manual es algo que saben muy bien que ocurre.
De hecho, si pruebas la estabilidad de tu RAM en algún software de testeo específico pero luego tienes problemas en juegos (pantallazos azules MEMORY_MANAGEMENT, DRIVER_IRQL_NOT LESS_OR_EQUAL, etc) es posible que el incremento de la temperatura interna de tu caja por el calor de la CPU o GPU estará causando esa inestabilidad.
Por ello, queda claro que los disipadores pueden jugar un papel fundamental a este respecto.
Otra gran cuestión en este artículo es que hoy en día, usar RAM veloces y de calidad es algo fundamental en un buen PC. Se trata de algo que os demostramos en nuestra comparativa del i5-10400 vs Ryzen 5 3600:
Así que, si ya de por sí en Intel la velocidad de memorias es muy importante, entonces lo es aún más con las plataformas de AMD.
Evidentemente, si el equipo se va a destinar a usos ofimáticos, no podemos hablar con la misma rotundidad. Ahí, las mejoras de rendimiento de unas memorias más rápidas no se notarán en absoluto. En un equipo gaming barato, se podría argumentar que las RAM sean un componente bastante abaratable, pero nosotros no estamos de acuerdo.
A todo lo expuesto anteriormente, se le suma que los módulos de memoria RAM básicos sin disipador no suelen tener diferencias de precio muy grandes con los que sí llevan.
Por ejemplo, nos vamos al catálogo de PCComponentes y, a la fecha de escribir este artículo, encontramos kits de 2x8GB 3200MHz al mismo precio que el kit sin disipación más barato (y de velocidad muy inferior). Probamos también con 2x4GB y vamos a un escenario más favorable con módulos individuales sin disipador, y la diferencia entre unas RAM demasiado básicas y un kit decente son 10 euros. ¿De verdad merece la pena ahorrarse esta suma con las pérdidas de rendimiento asociadas?
El disipador de unas memorias RAM juega un papel fundamental en lo que se refiere a aquellos modelos con overclocking, sobre todo en los de mayores velocidades pues de su refrigeración puede depender que sean estables o no. Esto se ha demostrado por la necesidad de flujo de aire que tienen algunos tipos de chips de memoria, es obvio que ahí el disipador ayuda.
Para aquellos modelos con velocidades más comedidas, incluso si son 3000 o 3200MHz, es posible que un disipador no sea necesario. Sin embargo, los kits de memoria sin disipación suelen llevar el peor tipo de chips: los que peor OC hacen y tienen más posibilidades de causar problemas de estabilidad. Además, debido a los procesos de binning, los peores chips de memoria que llegan a las fábricas van a parar a estos módulos.
A todo esto hay que sumarle el hecho de que, en las plataformas actuales, usar una buena RAM con una velocidad alta se nota. Evidentemente no es recomendable que un usuario normal compre memorias de 4000MHz o más, pero ni tanto ni tan poco: el beneficio en el rendimiento de usar RAM más veloces es importante y se nota.
Por todo lo expuesto, desde Profesional Review os recomendamos comprar módulos de RAM con disipador y velocidades aceptables, como por ejemplo 3000MHz o más (3600MHz es el mejor punto calidad-precio para las CPU Intel y AMD actuales). Desaconsejamos totalmente los módulos sin disipador salvo para equipos ofimáticos.
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