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¿Qué es una iGPU? Descúbrelo y saca partido a tu CPU Intel

La iGPU es un elemento que encontramos en muchos procesadores Intel, ya que es la marca que usa dicho término. Sin embargo, ¿sabes lo qué es?

Los procesadores avanzan a pasos agigantados. Cada año se presentan novedades que se resumen en más potencia y más eficiencia, algo que interesa a particulares y empresas. En el caso de la iGPU, es un elemento que usa Intel en muchos de sus chips, por lo que queremos profundizar en ella para aquellos que optéis por esta marca.

¿Qué es una iGPU?

Las siglas iGPU hacen referencia a Integrated Graphics Processing Unit, que se traduce como Unidad de Procesamiento de Gráficos Integrada. Esta unidad forma parte del procesador, es decir, está integrada en él de forma que envía información de vídeo, a través de este, a la placa base. Finalmente, la placa base tiene un puerto de salida (VGA, HDMI, DVI, etc.) por el que podemos enviar toda esa información a una pantalla.

Esta unidad integrada de gráficos está montada en una cápsula y en un circuito dedicado con conexiones de pantalla separadas. De este modo, estos gráficos integrados son capaces de enviar la potencia gráfica necesaria para labores genéricas, desechando la opción de comprar una GPU dedicada.

Exceptuando los procesadores portátiles, las iGPUs no se encuentran en CPUs de alto rendimiento, sino que las vemos en versiones más básicas o con una frecuencia inferior. Esto es porque quien busca un alto rendimiento no está interesado en iGPUs, por lo que invertirá en una GPU dedicada.

Estos gráficos integrados han avanzado mucho, provocando la desaparición de GPUs de gama baja en portátiles: ya no merecen la pena. Hacemos referencia a las gamas antiguas de NVIDIA MX, las cuales dotaban de una potencia gráfica superior a la que una iGPU podía ofrecer. Intel Xe es un ejemplo de esa evolución, así como Radeon Vega.

¿Los procesadores AMD no tienen?

En el caso de AMD, encontramos pocas opciones para escritorio que vengan con gráficos integrados. En AMD prefieren llamar a esta unidad de gráficos integrados «APU» (Accelerated Processing Unit), que se refiere a Unidad de Procesamiento Acelerado.

Actualización: desde AMD Ryzen 7000, sí incluyen una pequeña iGPU en casi todos sus procesadores.

Hasta el momento, las APU de AMD son más potentes que las iGPU de Intel, pero no hay una diferencia brutal en las últimas generaciones. Al final, iGPU y APU son sinónimos, ya que hacen referencia al mismo concepto: CPU + GPU integrada.

Dicho esto, en escritorio, encontramos pocas APU en AMD, habiendo 2 modelos como máximo (la gama terminada en letra G). Por otro lado, Intel monta una iGPU en todos los procesadores que no sean «F» o «KF», ya que son versiones potentes y algo más económicas.

Obviamente, todos los procesadores Ryzen «U» y «H» de portátil vienen con iGPU, ya sea más potente o menos potente.

¿Por qué los portátiles tienen GPU e iGPU?

Es una pregunta recurrente, tanto en foros, como en el día a día. En los portátiles debemos tener claro que son dispositivos, valga la redundancia, portátiles. Decimos esto porque son equipos que funcionan con batería, por lo que la autonomía es importante.

La idea de que la CPU incorpore unos gráficos integrados y una GPU dedicada tiene su lógica, ya que se plantea un funcionamiento Dual. A efectos de una mayor duración de la batería, tiene más sentido desactivar la GPU dedicada y funcionar con la iGPU. Por el contrario, cuando queremos trabajar a máximo rendimiento, usamos la GPU dedicada.

¿Por qué se hace esto? Porque una GPU dedicada consume mucha más energía que los gráficos integrados de la CPU. Así que, si tenemos activada siempre la GPU dedicada, consumiremos más batería, lo que implica una menor autonomía.

Aquí obtiene toda la lógica, los planes de energía que solemos ver en Windows 10: alto rendimiento, economizador o equilibrado. El economizador va a desactivar todos los componentes que no se estén usando o aprovechando, como es la GPU dedicada, ¿para qué usarla si estamos navegando por internet?

Esta preocupación no la vemos en los ordenadores sobremesa porque equipamos fuentes de más de 400W, por lo que el consumo no es una prioridad. Igualmente, hay usuarios que no van a jugar a videojuegos, ni van a utilizar el PC de forma profesional, por lo que carece de sentido que compremos una GPU, pudiendo funcionar con la iGPU del procesador.

Aprende a usar el sistema dual

Hemos querido abrir un pequeño apartado didáctico para enseñaros cómo ir cambiando la fuente de gráficos en un equipo que tenga iGPU y GPU dedicada. En nuestro caso, tenemos una GPU NVIDIA y una iGPU de Intel, pero en AMD es prácticamente lo mismo. Consiste en hacer lo siguiente:

  • Hacemos clic derecho en mitad del escritorio para acceder a los paneles de control de la iGPU (Intel) y de la GPU (NVIDIA en mi caso).

  • Seleccionamos «Panel de control de NVIDIA» (AMD si tenéis Radeon).

  • Después, vamos a la opción de «Controlar la configuración 3D» (en la columna izquierda) para poder seleccionar el procesador de gráficos preferido. Los gráficos integrados es la iGPU, y el procesador NVIDIA/Radeon será la GPU dedicada que tengamos.

Si le damos a selección automática, dejaremos a Windows al mando de la selección de la fuente de gráficos. Por el contrario, podéis elegir el que queráis de forma fija y le dais a «aplicar».

¿Por qué usar gráficos integrados?

Principalmente, para ahorrarnos dinero. Su gran evolución en estos años es una buena noticia, ya que podemos optar a un procesador potente con unos gráficos integrados a la altura, sin tener que comprar un componente dedicado.

Estamos viendo gráficos integrados capaces de ofrecernos un rendimiento gaming en 1080p a 60 FPS en ciertos juegos no tan recientes, pero sí importantes. Es el caso de GTA V o Fortnite, por ejemplo, dos juegos muy jugados y que pueden aprovecharse decentemente por una APU o iGPU.

Con configuraciones de ajustes gráficos medios, es posible jugar a varios juegos a 60 FPS: solo necesitaremos un buen procesador y cierta cantidad de memoria RAM (8 GB como mínimo). Tened en cuenta que la iGPU usa la memoria RAM dedicada que tengamos en el equipo para ofrecer esas capacidades gráficas.

Es cierto que, a poco que seamos exigentes, su potencia gráfica rápidamente se nos quedará corta, ya que su objetivo no es ese. Intel y AMD saben que no pueden competir con GPUs dedicadas en términos gaming, pero eso no es motivo para dejar de trabajar en este elemento.

¿Cuándo no son necesarios los gráficos integrados?

Los gráficos integrados carecen de sentido cuando tenemos un sobremesa y queremos un alto rendimiento, ya sea gaming o profesional. En dichas circunstancias, las iGPU no sirven de nada porque no puede ofrecer la potencia demandada.

Por tanto, será necesaria una GPU potente, no una iGPU. Si tu uso va a ser estrictamente gaming o profesional, no recomendamos priorizar en una iGPU, sino en la máxima potencia posible de la CPU y en una buena GPU.

Esperamos que os haya sido de ayuda esta información. Si tenéis alguna duda, comentad abajo y os echaremos un cable.

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¿Qué importancia tiene la iGPU para vosotros? ¿Consideráis que es el futuro?

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