¿Quién no tiene hoy en día una unidad de almacenamiento en estado sólido o SSD? Y los que aún no tengan una, se están perdiendo la forma más clara, sencilla y notable de aumentar el rendimiento de su PC de escritorio o portátil. Mucho se ha hablado acerca de los TBW en un SSD y la menor vida útil que estos pudieran tener frente a los HDD, así que mejor será dejarlo todo más claro y no dejarse llevar por mitos u otra cosa que no sean números y datos técnicos de las unidades.
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Entre las muchas características importantes que un usuario debe conocer antes de comprar un SSD, los TBW gozan de bastante protagonismo para evaluar la vida útil y garantía de un SSD. Estos tienen mucho que ver con el tipo de memoria usada y por supuesto de la capacidad de la unidad. Confiamos en aclarar todas las dudas que tengáis acerca de este asunto.
Con frecuencia el término TBW en un SSD aparece siempre relacionado con la garantía. Y es que en ambos casos de alguna forma hablamos de términos que describen el tiempo el cual asegura que una unidad SSD va a funcionar de forma perfecta y sin problemas.
TBW viene del término inglés TeraBytes Written, para nosotros serían los Terabytes escritos. Como todos sabemos, la cantidad de almacenamiento y los datos en su estado digital se miden en Bytes. Y debido a las enormes capacidades que manejamos en la actualidad, utilizamos los múltiplos Gigabytes y ahora mucho más los Terabytes.
1 Terabyte (TB) equivale a 1024 Gigabytes (GB), y actualmente las unidades SSD cuentan con entre 1 y 4 TB, aunque ya existen de 8 TB. Así que los TBW es una medida que nos va a indicar la cantidad de TB que podremos escribir en un SSD de forma totalmente segura antes de que empiecen a ser susceptibles de fallos.
Esta medida casi siempre, por no decir siempre, estará por encima de los 100 TBW en las unidades actuales, y variará en función de la capacidad total de la unidad. Por ejemplo, podemos encontrar una medida de 360 TBW en un SSD de 1 TB, o hasta 2400 TBW para una unidad M.2 de 2 TB.
Pero lo importante es que esta medida solo afecta a los Bytes escritos, no a los leídos, y va a ser una enorme cantidad que aseguran años de uso continuo. Obviamente si es un SSD para servidor o base de datos, los TBW se consumirán bastante más rápido, por ello hay unidades orientada al mundo profesional con más TBW.
Como es evidente, el hecho de escribir datos en un disco duro implica generar TBW ya sea en un SSD o en un disco duro mecánico, es decir, los HDD tradicionales. No obstante, es un término que solamente se asocia con las unidades que usan memorias sólidas, y esto se debe precisamente al principio de funcionamiento de la unidad.
En un SSD, los datos se almacenan en chips electrónicos formados por millones de celdas de memorias, que en definitiva serán puertas NAND. Estas celdas pueden ser de varios tipos, como SLC, MLC o TLC, pudiendo almacenar entre 1 y 4 bits según tipo. Pero lo importante en este caso, es que dichas celdas se van poco a poco degradando mientras más borrados y escrituras se producen en ellas. Esta degradación se produce a nivel eléctrico al cambiar muchas veces de estado los condensadores que las forman.
Existen mecanismos inteligentes implementados a nivel de software, como por ejemplo el Wear Leveling que tienen muchas unidades actuales u otras funciones similares con distinto nombre. Se trata de una función que nivela el desgaste de las celdas de memoria, equilibrando el uso de los bancos para evitar errores y pérdida prematura de capacidad. Es como repartir de forma equitativa el uso de la memoria para que todas las celdas trabajen por igual.
En el caso de los discos duros mecánicos es diferente, ya que estos cuentan con un disco que gira a unas altas RPM y mediante una aguja magnética se graban los datos en él. Pero ¿Qué ocurre con el desgaste de esta aguja y el disco? Pues realmente nada, ya que la cabeza de lectura y escritura no hace contacto directo con la superficie del disco, así que ninguno de los dos elementos sufre desgaste.
Además, la operación se hace mediante magnetismo, y los datos se escriben simplemente orientado los elementos magnéticos en una celda, generando así el “0” o el “1”. Obviamente estas celdas con el paso del tiempo también deberían sufrir cierta degradación, pero a priori se supone que es mucho menor que en un SSD, y los TBW dejan de tener sentido. Los elementos mecánicos de un HDD, la entrada de suciedad, o las vibraciones suelen ser el motivo de fallo de estas unidades y no el desgaste de su disco.
Los TBW en un SSD también tienen que ver con los ciclos P/E de la unidad, la cantidad de veces que una puerta NAND es borrada y escrita para almacenar un nuevo dato. Es en estos dos procesos donde la celda de memoria realmente sufre, ya que durante un proceso de lectura la celda no se ve alterada en lo absoluto.
Se estima que actualmente las celdas de memorias según el tipo, soportarán desde 1.000 hasta 100.000 ciclos de E/S aproximadamente o incluso más. La razón por la cual no se mide la vida útil en ciclos P/E es debido a que el desgaste de las celdas no es exactamente el mismo en cada una.
Podríamos encontrarnos con unidades que pasados unos años tuvieran ciertas celdas inutilizables debido a un mayor uso, pero el resto de la memoria estaría en perfecto estado. Los SSD también suelen implementar una función para descartar estas celdas del almacenamiento y seguir usando las que sí están en buen estado y evitar la pérdida de datos.
Los TBW en un SSD están asociados siempre a la garantía, y de hecho son un límite más que se interpone al usuario para tramitarla en caso de que falle un SSD. De esta forma, la garantía de un SSD expirará en los años que especifique el fabricante, o bien al consumir todos los TBW de la unidad. Pasados los años de garantía, los TBW en un SSD solos nos servirá para estimar su vida útil.
Para aquellos a los que les parezca demasiado conservador el valor de TBW de su unidad, haciendo cálculos se estima que en un SSD promedio de 1 TB y 350 TBW se deberían escribir todos los días más de 70 GB de datos para consumir su vida útil en el período de 5 años de garantía. Una cifra improbable de superar a menos que usemos el SSD para un servidor.
No debemos caer en el mito de suponer que cuando los TBW de un SSD se extingan, la unidad se romperá. Está más que demostrado que los SSD suelen durar muchísimo más de lo que el fabricante ha estipulado en sus TBW. Equipos como el de Heise Online ya se han encargado de hacer pruebas con distintos SSD Samsung hace unos años para ver hasta dónde eran capaces de llegar.
Y el resultado más alto fue impresionante, consiguiendo escribir más de 9 Petabytes de datos en una unidad 850 Pro de Samsung (9000 TWB) frente a los 300 especificados por la marca. En las unidades de peores prestaciones consiguieron sacar más 2,5 veces la vida útil de la unidad y esto es hace casi 4 años, así que podemos estar tranquilos con las unidades actuales de mejor calidad.
Obviamente esto no quita que un SSD que compremos en cualquier momento nos salga malo, siempre hay casos y se debe tener presente. Al igual que cualquier otro componente electrónico, el factor de suerte siempre está. Pero si depende de nosotros, lo mejor es tratar bien el SSD, tenerlo en buenas condiciones de temperaturas y no abusar de benchmarks o pruebas de estrés.
Sacar un resultado concreto es completamente imposible, ya que los TBW en un SSD dependen del tipo de tecnología utilizada, la capacidad de almacenamiento y en definitiva lo que quiera hacer le fabricante.
En lo que respecta a las memorias usadas en los SSD actuales, serán cuatro los tipos utilizados, con sus pros y contras en cuanto a durabilidad:
Tras ver esto, nos podremos hacer una idea de por dónde anda la vida útil de un SSD, pero el que tiene la última palabra es el fabricante.
Aquí nuestras dos recomendaciones serán, por un lado, mirar las especificaciones y ficha técnica del SSD en la página del fabricante, y por otro mirar nuestras review en caso de que hayamos analizado ese producto.
Si conocemos los datos concernientes a la unidad que tenemos entre manos, podremos conocer el volumen de GB al día que se pueden escribir en la unidad en el período de garantía. Que no es engañen, esta medida no es la vida útil de la unidad y calcularla es completamente subjetivo.
Esto no es un cálculo de la vida útil de la unidad, ya que esto implicaría hacer un cálculo mucho más complejo con los ciclos P/E de las memorias y la cantidad existente en una unidad, al menos para que fuera fiable. Y con todo este trabajo, al final del día obtendríamos un valor que prácticamente podríamos tirar a la basura debido al factor suerte, uso y condiciones en las que esté el SSD.
Para saber los GB/día máximos que podemos usar en un SSD antes del vencimiento de su garantía aplicaremos esta fórmula:
En donde TBW serán los terabytes escritos para la unidad en cuestión multiplicados por 1000 al ser 1 TB = 1000 GB. La garantía está claro que será en años multiplicado por el número de días que tiene un año.
Por ejemplo, un SSD Kingston KC2500 de 1 TB con 5 años de garantía y 600 TBW podía consumir:
Como veis muy alta, y será muy raro que un usuario gaste todos los TBW en el tiempo de garantía de su unidad.
Si queréis ahorraros los cálculos y de paso saber algunos parámetros más de la unidad, podéis acceder al sitio web de WintelGuy y su calculadora online.
Si nos atreviéramos a calcular una vida útil aproximada de la unidad, lo más rápido y fácil sería tomar el peor de los casos medido por Heise Online de 2,5 veces los TBW de la unidad, así como los GB/día que esperamos consumir:
En el ejemplo anterior, en el peor de los casos, y utilizando la máxima cantidad de GB/día admisible según su garantía tendríamos una vida útil de:
Entre 10 a 15 años es lo que se estima como vida útil de un SSD con un uso elevado, así que estamos más o menos en esa tesitura. Lógicamente si usas menos la unidad, muy posiblemente la vida útil sea mucho más larga si el mantenimiento es adecuado.
Todos estos cálculos están bien para llevar la cuenta de lo que utilizamos nuestra unidad SSD, pero todavía no hemos visto cómo poder ver los TBW en un SSD que llevamos consumidos o utilizados.
Tengamos en cuenta que, si tenemos un HDD, no obtendremos medidas acerca de los TBW de la unidad. Así mismo, esta medida de TBW permanecerá en el SSD aun cuando lo formateemos o realicemos un borrado seguro, no se borrará.
Desde el sitio web oficial accederemos a la descarga de este programa que solamente estará disponible en inglés y chino. Debemos descargarnos la versión .exe e instalarla en el equipo, ya que la versión ZIP solamente estará disponible para WinXP.
De forma adicional encontraremos el software CristalDiskMark, el cual permite realizar una prueba de rendimiento de nuestra unidad. No recomendamos el uso masivo de este programa, ya que escribe y borra gran cantidad de datos en la unidad y acortará su vida.
Tras ejecutar el software, obtendremos una lista de todas las unidades que haya instaladas en nuestro equipo, sean SSD o HDD. Así que en primera instancia debemos de seleccionar aquella que pretendamos monitorizar. En el caso de las unidades SSD suelen entregar el dato de marca y modelo, o en su defecto su número de producto.
Justo debajo del título, encontraremos bastante información acerca de nuestra unidad, como el estándar de comunicación que usa, letra de unidad, interfaz, y otras características. Pero las que más nos interesante vienen situadas en la parte derecha, en donde veremos el “Total Host Reads” y el “Total Host Writes”. Esta última medida serán los TBW usados hasta ahora en la unidad medidas en GB.
En nuestro caso podemos ver que la unidad SSD PM481 de 2,5” ha utilizado casi 24,5 TBW. Confirmamos que lleva usándose unos cuantos años instalado en el equipo, y aún estamos muy lejos de ni siquiera acercarnos a sus máximos TWB. Otra medida importante como guía para el usuario será el estado de salud de la unidad, que según el programa está en un 70% debido a los años que ya tiene. Este último dato es bastante relativo y no suele coincidir con otros programas.
Este otro programa que también es gratuito y podremos descargar desde su página oficial, no es tan completo como el anterior. Pero en algunos casos es capaz de darnos la vida estimada de la unidad para aquellos más preocupados por su SSD.
Como vemos en la captura, el valor de TBW en un SSD coincide con lo que muestra el software anterior, así que al menos en este sentido es totalmente fiable. Pero a diferencia del otro, aquí nos informa que la vida de la unidad es del 100% mientras que en el otro caso era del 70%. En las unidades antiguas este dato a veces no puede ser leído.
Todos o casi todos los SSD actuales cuentan con un software de gestión que incluye el fabricante en su sitio web. Samsung tiene el suyo propio, Kioxia, Kingston Adata, etc. solamente debéis buscarlo en el apartado de soporte. Siempre será gratuito.
Según lo antigua que sea vuestra utilidad SSD tendréis más o menos opciones y calidad de la monitorización. Usaremos como ejemplo una unidad Seagate más actual, ya que el Samsung del ejemplo no aportar información útil.
El software nos monitoriza de forma perfecta la cantidad de TBW, estado de la unidad, temperaturas etc. Los fabricantes suelen introducir herramientas extras como el borrado seguro, pruebas de rendimiento, test de integridad entre otras. Será recomendable instalárselo para tener mejor controlada la unidad.
Queda claro que de un simple parámetro inofensivo como es el de los TBW se puede extraer mucha información acerca de las unidades SSD, su funcionamiento e incluso vida útil. La cantidad depende en gran medida del tipo de memoria y de lo que decida el fabricante.
Con el tiempo los TBW se han ido incrementando hasta superar los 2000 TBW para unidades PCIe Gen4x4 de última generación. Si todo sigue en línea ascendente, las unidades serán cada más potentes, baratas y duraderas, aunque estad tranquilos, porque un SSD os podrá durar más de 10 años con total normalidad.
Ahora os dejamos con unos cuantos tutoriales interesantes:
Esperamos que haya sido un artículo de utilidad o al menos para satisfacer la curiosidad. ¿has descubierto cuántos TBW tiene tu SSD? Cuéntanos tu experiencia de uso con él.
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